¡°Trump no puede ganar una pelea contra el espionaje de Estados Unidos¡±
John Dean, el abogado de la Casa Blanca durante el Watergate que acab¨® testificando contra Nixon, explica en esta entrevista las diferencias entre aquella situaci¨®n y la de Donald Trump
El 21 de marzo de 1973, a las 10:12 de la ma?ana en Washington, un joven abogado llamado John Dean se sent¨® en el despacho oval delante del presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, y le dijo: ¡°Hay un c¨¢ncer en¡ cerca de la presidencia. Est¨¢ creciendo. Crece cada d¨ªa. Se est¨¢ agravando, crece geom¨¦tricamente porque se agrava a s¨ª mismo¡±. Ese c¨¢ncer es el esc¨¢ndalo Watergate, que por entonces lleva nueve meses en los peri¨®dicos.
En junio de ese a?o, Estados Unidos asist¨ªa at¨®nito en televisi¨®n al testimonio de ese mismo abogado ante la comisi¨®n de investigaci¨®n de Senado. Dean reconoci¨® toda la conspiraci¨®n contra la oposici¨®n pol¨ªtica, en la que ¨¦l hab¨ªa participado. Dijo adem¨¢s que el presidente estaba implicado desde el principio en el encubrimiento y mencion¨® que hab¨ªa grabaciones. B¨¢sicamente, esa declaraci¨®n se llev¨® por delante la presidencia de Nixon.
A los 79 a?os, John W. Dean III es uno de los ¨²ltimos testigos directos vivos de la conspiraci¨®n, el encubrimiento y la implosi¨®n final del esc¨¢ndalo Watergate. El hecho de que ahora sea un comentador habitual en CNN sobre noticias de la Casa Blanca da una idea del tratamiento que se est¨¢ dando a la actual situaci¨®n del presidente Donald Trump y la sensaci¨®n de que est¨¢ cada vez m¨¢s cercado por la investigaci¨®n del fiscal especial sobre la posible connivencia entre su campa?a y el Gobierno ruso para influir en las elecciones de 2016.
Pregunta. En esta presidencia llevamos haciendo comparaciones con Nixon y hablando de impeachment casi desde el primer d¨ªa. ?Es tan parecida la situaci¨®n?
Respuesta. Hay m¨¢s ecos del pasado que similitudes. Por muchas razones. Nixon y Trump son hombres diferentes. Nixon sab¨ªa mucho de la presidencia. Hab¨ªa estado en la C¨¢mara de Representantes y en el Senado. Hab¨ªa sido vicepresidente de un presidente muy exigente como Eisenhower. Entend¨ªa la presidencia muy bien. Trump no sabe nada de c¨®mo funciona la presidencia. Muchos de los errores son por estupidez, cree que puede fiarse de su instinto y hacer lo que le parezca. Est¨¢ rompiendo todas las normas que son los guardarra¨ªles de nuestra democracia. La otra diferencia es que a¨²n es muy pronto. Lo de Nixon empez¨® cuando ya estaba avanzada su presidencia, en el segundo mandato. Watergate duro 928 d¨ªas, desde el d¨ªa del robo hasta la sentencia del ¨²ltimo juicio, el 1 de enero de 1975. De este esc¨¢ndalo ni siquiera han pasado 300 d¨ªas. Lleva tiempo que el p¨²blico entienda el asunto y que los partidos lleguen a la conclusi¨®n de si merece la pena apoyar a un hombre que puede caer. Esas son cosas que se est¨¢n decidiendo ahora.
P. En una investigaci¨®n del FBI sobre el presidente, ?qu¨¦ sabe el presidente?
R. No mucho. A veces se enteran m¨¢s por los peri¨®dicos que por la investigaci¨®n. Tienen que tener mucho cuidado de no meter la nariz en la investigaci¨®n o les pueden acusar de obstrucci¨®n a la justicia. B¨¢sicamente saben lo que est¨¢ pasando porque la gente que est¨¢ siendo investigada contrata abogados y los abogados intercambian informaci¨®n. Eso es com¨²n en investigaciones de cuello blanco. Parte de la frustraci¨®n, la ansiedad y el tormento que es esto para Trump viene de que no sabe y no puede controlar lo que pasa. Pas¨® igual con Nixon, Clinton o Reagan.
P. ?Eso es lo que acaba intoxicando el ambiente?
R. As¨ª es. Trump no es un buen gestor para empezar, y todo es m¨¢s dif¨ªcil por estar bajo investigaci¨®n. No puede ser un sitio agradable donde trabajar.
P. Durante el Watergate, ?la investigaci¨®n hizo a Nixon perder los nervios?
R. Bueno, si escuchas las grabaciones te das cuenta de que Nixon no era de subirse por las paredes. Era muy cerebral y trataba de sacar adelante las cosas. Los primeros 10 meses, desde el robo hasta marzo o abril (1973), ¨¦l no tiene ninguna relaci¨®n con el Watergate. Lo lleva su jefe de personal. Es a partir de primavera cuando se involucra mucho m¨¢s y empieza a formar parte de su actividad diaria.
P. ?Cu¨¢l es la diferencia entre la actitud de Trump y la de Nixon ante la investigaci¨®n?
R. Una de las grandes diferencias es que Nixon era un presidente notoriamente t¨ªmido. Todo lo que sabemos de Nixon es por las grabaciones, todo lo hac¨ªa en secreto. Cuando eso sali¨® a la luz fue cuando su presidencia se hundi¨®. Trump, por el contrario, dice a las claras lo que est¨¢ haciendo. Yo no creo que vaya a despedir al fiscal especial Mueller, creo que est¨¢ intentando asfixiarlo lentamente a base de desacreditarlo. Trump est¨¢ b¨¢sicamente siendo Trump, esta es la forma en la que ha gestionado otras investigaciones. Siempre ha llegado justo al l¨ªmite de la ley y se ha salido con la suya. No s¨¦ si lo conseguir¨¢ esta vez.
P. La enemistad entre Trump y los servicios de inteligencia, ?puede afectar a la investigaci¨®n?
R. ?l parece despreciar a todo el que concluye que Rusia estuvo involucrada en su elecci¨®n. Su narcisismo es salvaje y afecta a su percepci¨®n de lo que ha pasado. Solo muy a rega?adientes ha concedido que fuera posible. Tiene una relaci¨®n terrible con toda la comunidad de inteligencia, todas las agencias. Eso no es sano. Si a ellos no les gusta, creo que pueden hacerle m¨¢s da?o que ¨¦l a ellos. Trump tiene una relaci¨®n hostil con cualquiera que le lleve la contraria, y la mayor¨ªa de la gente lo hace.
P. ?Esta situaci¨®n puede hacer que la investigaci¨®n sea percibida como sesgada?
R. A la larga, no lo creo. Estos son hombres y mujeres entregados, que estar¨ªan ganando m¨¢s dinero en el sector privado. Hacen sacrificios, algunos se juegan la vida. Est¨¢n haciendo lo que es mejor para Estados Unidos y son verdaderos servidores p¨²blicos. No tienen ning¨²n respeto por el presidente y ¨¦l no les da razones para tenerlo. No creo que vaya a ganar una pelea contra esta gente. Puede intentar llamarlos ¡®el Estado profundo¡¯, pero es una tonter¨ªa que no va a funcionar. Y si son el Estado profundo, el pa¨ªs deber¨ªa estar contento de que est¨¦n ah¨ª.
P. De su experiencia personal, en una situaci¨®n as¨ª, ?qu¨¦ es lo que anima a resistir en una Casa Blanca bajo asedio?
R. La Casa Blanca de Nixon no estuvo bajo asedio hasta muy al final, hasta que yo me fui. Yo ayud¨¦ a ponerla bajo asedio. Es sorprendente lo bien que pude funcionar un Gobierno sin cabeza. Nixon, durante el ¨²ltimo a?o de su presidencia estaba tan centrado en salvarse que no hacia pol¨ªtica m¨¢s que por razones est¨¦ticas. Y la maquinaria sigui¨® adelante bastante bien. Hizo viajes al extranjero y centr¨® la atenci¨®n en sus habilidades en pol¨ªtica exterior. Nunca lleg¨® a ocurrir el impeachment, as¨ª que no sabemos qu¨¦ habr¨ªa ocurrido.
P. ?En qu¨¦ momento decidi¨® que deb¨ªa abandonar el barco y colaborar con la investigaci¨®n?
R. Despu¨¦s de decirle a Nixon que hab¨ªa un c¨¢ncer en la presidencia y que ten¨ªa que acabar con ello. Me di cuenta de que no pod¨ªa convencerle y de que solo pod¨ªa ir a peor. No lo hice de manera precipitada. Intent¨¦ aconsejar a mis colegas, les dije lo que estaba haciendo. Les dije que iba a contratar un abogado y que deb¨ªan hacer lo mismo, porque aquello no pod¨ªa continuar. Les dije que iba a reunirme con los fiscales. Me qued¨¦ un mes despu¨¦s de eso. Sab¨ªan exactamente lo que estaba haciendo. No estaban contentos, quer¨ªan que fuera el cabeza de turco.
P. ?Cree que hay un John Dean en la Casa Blanca de Trump?
R. No lo s¨¦. No es un camino agradable. La lealtad, para m¨ª, tiene dos direcciones. Cuando tuve claro que Nixon hab¨ªa decidido ser un criminal, y yo hab¨ªa cometido el error de ponerme del lado equivocado de la ley y no quer¨ªa quedarme ah¨ª, no hab¨ªa una forma buena de resolverlo. No s¨¦ si hay otras maneras. No s¨¦ si Manafort, por ejemplo, a quien claramente quieren convertir en testigo de la fiscal¨ªa, tiene informaci¨®n que afecte a Trump. No lo s¨¦, es muy pronto. Las redes sociales han acelerado el ciclo de las noticias y es demasiado r¨¢pido para el consumo humano. La gente tiene que asimilar lo que ha pasado, y lleva tiempo.
P. Con lo que sabemos, ?cu¨¢l ser¨ªa para usted la pistola humeante de este caso? ?Qu¨¦ tipo de prueba ser¨ªa definitiva?
R. Claramente, el hecho de que Trump estuviera involucrado activamente en una conspiraci¨®n para ayudar a los rusos. Esa es la pistola humeante. Trump no usa el email. Dicta las cosas y otros escriben. No usa un ordenador. Usa Twitter, as¨ª que imagino que al menos sabe usar los pulgares. [La prueba] Ser¨ªa una instrucci¨®n a alguien, probablemente, que haya sido anotada en el momento y puesta quiz¨¢ en un email, un mensaje de texto o una nota. Qui¨¦n sabe que forma tendr¨ªa. O puede acabar siendo una serie de pruebas circunstanciales que muestren que claramente particip¨® en una investigaci¨®n. La palabra colusi¨®n creo que pronto va a quedar obsoleta. La colusi¨®n en realidad no es una acci¨®n criminal. No es inteligente pol¨ªticamente coludir con nuestro enemigo. Pero el crimen es cuando esa colusi¨®n es una conspiraci¨®n, que son dos o m¨¢s personas actuando en secreto con fines criminales. Por el pliego de cargos contra los 13 rusos, sabemos que la teor¨ªa de la investigaci¨®n de Mueller es que hubo una conspiraci¨®n para defraudar en las elecciones de Estados Unidos.
P. T¨¦cnicamente, ?se puede imputar al presidente?
R. Seg¨²n el criterio actual del Departamento de Justicia, no. La cuesti¨®n se plante¨® por primera vez en 1973 porque pillaron al vicepresidente de Nixon aceptando sobornos. La Abogac¨ªa del Estado emiti¨® una opini¨®n diciendo que pod¨ªa imputar al vicepresidente, pero no al presidente. En el a?o 2000, con Clinton llegaron a la misma conclusi¨®n. Hay constitucionalistas que aseguran que el presidente s¨ª puede ser imputado, pero es que simplemente es la pol¨ªtica del Departamento de Justicia. Nunca ha sido resuelto por los tribunales. Personalmente, me asombrar¨ªa que un presidente no pudiera ser imputado.
P. Esta semana una juez de Nueva York ha dicho que el presidente puede ser procesado por cuestiones de su vida privada, como la denuncia por abusos sexuales.
R. Los presidentes tienen inmunidad civil por todas sus acciones como presidentes. No tienen ninguna inmunidad para actos privados. Si un presidente se escapa del Servicio Secreto, se emborracha y atropella a alguien en Pennsylvania Avenue, se le puede imputar. Pero si la caravana del presidente atropella a alguien, no le pueden imputar. La cuesti¨®n en Nueva York es muy interesante. ?Puede un presidente ser denunciado civilmente por algo que sucedi¨® antes de que fuera presidente? Fue el argumento en el caso de Paula Jones contra Bill Clinton. El Tribunal Supremo decidi¨® por unanimidad que s¨ª se le pod¨ªa denunciar.
P. En general, llegados a este punto, ?cree que hay posibilidad de una salida digna para Trump o ya siempre estar¨¢ manchado por esta investigaci¨®n, pase lo que pase?
R. Creo que Donald Trump estaba manchado antes de ser presidente. Creo que es un accidente como presidente. Tuvo suerte. Una combinaci¨®n de cosas en el ¨²ltimo minuto le dio el Colegio Electoral. Creo que a nadie le sorprendi¨® m¨¢s su victoria que al propio Donald Trump. ?l hab¨ªa planeado pasarse los siguientes cuatro a?os dedicado a hacerle la vida imposible a Hillary Clinton. Y ahora tiene que gobernar y no tiene ni idea de c¨®mo hacerlo. No creo que su reputaci¨®n se vaya a ver afectada en general. Ser¨¢ visto como el peor presidente de la historia de Estados Unidos. Esa ser¨¢ su marca. La pregunta es si puede durar cuatro a?os y si puede, Dios no lo quiera, ser reelegido. Yo creo que lo que puede ser m¨¢s efectivo y m¨¢s peligroso contra ¨¦l que la investigaci¨®n rusa es todo lo de su actitud con las mujeres que est¨¢ saliendo ahora. Tiene la estrella porno, la modelo de Playboy y las mujeres a las que ha asaltado sexualmente. Eso son cosas muy simples. La gente las entiende, en particular las mujeres. Creo que eso puede da?arle m¨¢s que la investigaci¨®n rusa. Aunque la conspiraci¨®n para ama?ar las elecciones es mucho m¨¢s preocupante, no tiene tanto impacto en el p¨²blico como las aventuras sexuales.
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