¡°No hay ninguna analog¨ªa posible entre Kosovo y Catalu?a, establecerla es un sinsentido¡±
El primer ministro del Estado que proclam¨® su independencia en 2008 espera que "Espa?a pueda aceptarlo como miembro de la UE"
El primer ministro kosovar, Ramush Haradinaj (Glodane, antigua Yugoslavia, 1968), no se cansa de repetirlo: ¡°Nunca reconocer¨ªamos la independencia de Catalu?a. Kosovo y Catalu?a no tienen nada en com¨²n, y establecer cualquier analog¨ªa es un sinsentido. Kosovo naci¨® de la desintegraci¨®n de la Federaci¨®n Yugoslava, en un proceso sangriento de todos contra todos. No es el caso de Espa?a, donde se respetan los derechos civiles y pol¨ªticos. No se puede comparar la represi¨®n bajo el r¨¦gimen de Milosevic con el Estado de derecho espa?ol; hacerlo resulta incluso ofensivo. Y no se trata de obviar los parecidos, es que no existen¡±. Su expresi¨®n de simpat¨ªa por Espa?a parece genuina, puede que por el buen recuerdo que le dej¨® un viaje por Galicia en los ochenta, o por su luna de miel en Tenerife en 2003, pero el veto de Mariano Rajoy a una declaraci¨®n europea que inclu¨ªa a Kosovo empa?a su ¨¢nimo ante la cumbre UE-Balcanes que se celebrar¨¢ el 17 de mayo en Sof¨ªa.
En una entrevista en Pristina, adonde EL PA?S viaj¨® invitado por el Gobierno kosovar, Haradinaj no elude pronunciarse sobre ning¨²n tema, del temor a la influencia rusa en los Balcanes a su pasado como comandante de la guerrilla del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n de Kosovo (ELK), pero el casus belli abierto por Espa?a monopoliza la conversaci¨®n. Es consciente de que en Sof¨ªa no habr¨¢ foto, puede que ni siquiera encuentro, con la delegaci¨®n espa?ola por temor a ser utilizada por los independentistas, pero no desespera: ¡°Estoy abierto a cualquier contacto, ser¨ªa un honor saludar al se?or Rajoy porque hay mucho de lo que hablar, de cooperaci¨®n econ¨®mica o cultural por ejemplo¡±. Haradinaj, jefe del Gobierno de un pa¨ªs sin Ej¨¦rcito y sin moneda (se usa el euro), cuya independencia de Serbia, declarada unilateralmente en 2008 tras una sangrienta guerra, fue avalada en 2010 por el Tribunal Internacional de La Haya, insiste en que su pa¨ªs s¨®lo tiene una meta, la UE, pese a que cinco Estados miembros siguen d¨¢ndole la espalda (adem¨¢s de Espa?a, Rumania, Eslovaquia, Grecia y Chipre).
¡°El veto de Rajoy es desafortunado, porque Kosovo tiene un gran respeto por Espa?a como naci¨®n y como democracia consolidada. Como el resto de pa¨ªses surgidos de la desintegraci¨®n de Yugoslavia, de Kosovo a Macedonia, aspiramos a ser comprendidos y esperamos que alg¨²n d¨ªa Espa?a nos acepte como el miembro de la familia que somos¡±. Muy a su pesar, las referencias de los secesionistas catalanes al ¡°modelo Kosovo¡± para alcanzar la independencia no ayudan. ¡°No hay ninguna analog¨ªa posible entre Kosovo y Catalu?a. Establecer ese parecido equivaldr¨ªa a desconocer la historia o a interpretarla mal. Espa?a es una democracia avanzada. Nuestro caso deriva de la disoluci¨®n, a trav¨¦s de tr¨¢gicas guerras, de la antigua Yugoslavia, en los noventa [en Kosovo, en 1998-1999]. Hay una diferencia abismal: nosotros luch¨¢bamos por la democracia, pero sobre todo por los derechos humanos. No es el caso de Catalu?a¡±.
Al tiempo que asegura no tener noticia de la visita de catalanes a Kosovo en los ¨²ltimos a?os para tomar nota de la experiencia (¡°no, nunca, ni visitas de catalanes, ni gente residiendo aqu¨ª¡ no tenemos ninguna informaci¨®n, ni oficial ni oficiosa, de que esto haya podido pasar¡±), Haradinaj reverencia ¡°la integridad territorial y la soberan¨ªa espa?ola¡±. ¡°De ninguna manera reconocer¨ªamos la independencia de Catalu?a¡±, repite tajante. ¡°Espa?a es un pa¨ªs admirable, no s¨®lo la respetamos como naci¨®n, por su historia y su contribuci¨®n a la civilizaci¨®n mundial, sino que nuestra poblaci¨®n siente mucha simpat¨ªa por Espa?a. Esperamos que pueda aceptarnos como miembro de la familia europea. Ese es nuestro destino, en beneficio nuestro y de todos, porque cuanta mayor sea la estabilidad de los Balcanes occidentales, mayor ser¨¢ la paz y la estabilidad en Europa, y menor la oportunidad de maniobra de los enemigos para desestabilizar la regi¨®n, o usarla para menoscabar o erosionar el progreso de Europa¡±.
Madrid debe ayudarnos a entrar en la UE para no ser un agujero vulnerable en la regi¨®n
La cumbre de Sof¨ªa es la primera que la UE celebra con los Balcanes desde hace m¨¢s de 15 a?os, y Haradinaj conf¨ªa en alg¨²n gui?o de sus vecinos para contrarrestar el rev¨¦s de Rajoy. ¡°El primer ministro [b¨²lgaro Boyko] Borisov refleja bien la realidad de la regi¨®n, porque entiende la necesidad de integraci¨®n, es consciente de que Serbia puede progresar si Kosovo tambi¨¦n lo hace¡ Un veto o un bloqueo a Kosovo s¨®lo retrasar¨¢ el acceso de Serbia y otros pa¨ªses del ¨¢rea, y dar¨¢ facilidades a los enemigos de la regi¨®n para ganar influencia y socavar los esfuerzos de Bruselas en esta parte del mundo. Espero que todos los pa¨ªses balc¨¢nicos, pero tambi¨¦n Madrid, nos ayuden a entrar en la familia para no ser uno de los agujeros de la regi¨®n, susceptible de ser usado por los enemigos. Es una necesidad y una s¨²plica por nuestra parte. No ser vulnerables, no permitir que otros se valgan de Kosovo para socavar el progreso de Europa¡±.
Cuando habla de enemigos, Haradinaj tiene en mente dos potencias, una regional (Turqu¨ªa) y otra neoimperial, global, Rusia. Los tent¨¢culos de Ankara se dejan sentir con fuerza en Kosovo: hace unas semanas, la expulsi¨®n de seis ciudadanos turcos, presuntamente vinculados a la red del cl¨¦rigo Fetul¨¢ G¨¹len?¡ªa la que Turqu¨ªa atribuye el fallido golpe de 2016¡ª, gener¨® un conato de crisis pol¨ªtica en Pristina. ¡°Queremos relaciones de amistad con todas las naciones, pero somos muy cautos con Ankara. La deportaci¨®n de seis ciudadanos turcos fue un malentendido por el que destitu¨ª a dos altos cargos, el ministro del Interior y el jefe de los servicios de Inteligencia. El hecho gener¨® un debate que yo evit¨¦ seguir, un debate alentado por el presidente Erdogan, pero debemos respetar nuestra Constituci¨®n, nuestras leyes y las convenciones de derechos humanos. Los tr¨¢mites legales no se respetaron y por eso intervine. Debemos aprender de lo ocurrido¡±.
En cuanto a Rusia, que en los ¨²ltimos tiempos ha maniobrado m¨¢s o menos visiblemente en Montenegro, Serbia o Macedonia ¡ªa Skopje envi¨® el mensaje de que su aspiraci¨®n a entrar en la OTAN no es de recibo¡ª, Haradinaj no esconde sus temores. ¡°Nosotros hemos tomado partido: somos [parte de] Europa y la Alianza Atl¨¢ntica. Nuestra democracia es joven, pero nuestro objetivo es formar parte de la familia euroatl¨¢ntica, as¨ª como mantener buenas relaciones con EE UU. No estamos en la ¨®rbita de influencia de Rusia. Mosc¨² adem¨¢s act¨²a con cautela, no intenta desestabilizar abiertamente la regi¨®n pero s¨ª estamos preocupados ante cierto tipo de actividades de su agenda aqu¨ª¡±. ?En Serbia, en Montenegro, en Macedonia? ¡°Todo alrededor nuestro¡±.
Aunque Mosc¨² act¨²a con cautela, no abiertamente, nos preocupan algunas actividades rusas en los Balcanes
Para franquear el acceso de Kosovo a la UE, un proceso en el que Haradinaj espera que su pa¨ªs alcance el estatus de pa¨ªs candidato ¡°a finales de a?o, o a comienzos de 2019¡± ¡ªactualmente est¨¢ bajo un Acuerdo de Asociaci¨®n y Estabilizaci¨®n (SAA, en sus siglas en ingl¨¦s)¡ª, Pristina debe satisfacer los requisitos del llamado acuerdo de Bruselas, un di¨¢logo con Serbia que arranc¨® en 2013 impulsado por la UE. ¡°Est¨¢n casi concluidos todos los puntos pero necesitamos alcanzar un acuerdo final, comprehensivo, con Serbia; el marco existe, pero no es el momentum¡±. Uno de los requisitos, por ejemplo, es la creaci¨®n de una asociaci¨®n de municipios serbios de Kosovo, ¡°para que los serbios del norte sean legal e institucionalmente parte de Kosovo y tengan garant¨ªas para participar activamente en las instituciones¡±.
La participaci¨®n de la minor¨ªa serbia (40.000 de 1,8 millones de habitantes) se empieza a notar tambi¨¦n en el germen del futuro Ej¨¦rcito kosovar. ¡°Las Fuerzas de Seguridad de Kosovo han logrado demostrar qui¨¦nes somos. Hace unas semanas entregu¨¦ los despachos a 34 serbios, porque son las fuerzas armadas de todos, muy peque?as en n¨²mero y en mandato, unas fuerzas de transici¨®n¡ porque tener un Ej¨¦rcito ser¨¢ un proceso que lleve tiempo. A la vez contemplamos la presencia de la KFOR [fuerzas internacionales, lideradas por la OTAN] como algo permanente, para reforzar la seguridad y la estabilidad de Kosovo y tambi¨¦n de la regi¨®n¡±.
Haradinaj no elude la pregunta m¨¢s embarazosa, la eventualidad de ser procesado por el tribunal especial que investiga los cr¨ªmenes de guerra perpetrados en la ¨¦poca de 1998-1999, en la que ¨¦l desempe?¨® un papel protag¨®nico como comandante del ELK. ¡°No tengo ning¨²n miedo. Ya he pasado por los m¨¢s altos tribunales internacionales, donde he sido juzgado dos veces, vuelto a juzgar, y finalmente absuelto. No soy sujeto de investigaci¨®n. Sin embargo, soy cr¨ªtico con dos caracter¨ªsticas de esta corte: uno, el hecho de que est¨¦ fuera del pa¨ªs [en La Haya], con expertos y fiscales extranjeros, pues deber¨ªa estar radicada aqu¨ª; y dos, que s¨®lo ponga el foco en victimarios del ELK, en los albano kosovares. No es de recibo desde el punto de vista de la legalidad internacional. Deber¨ªa investigar a perpetradores o v¨ªctimas sin distinci¨®n de la etnia, pero ya es tarde para corregir eso¡±.
Desde el comienzo de su carrera pol¨ªtica, Haradinaj ha contado, igual que Kosovo, con el decidido apoyo de Washington. ¡°Nuestras relaciones son leales y de confianza. EE UU tiene una gran agenda global y para ellos ser¨ªa estupendo ceder el testigo a Bruselas, pero su papel a¨²n es necesario, porque los Balcanes a¨²n no se han arreglado, por eso mejor que est¨¦n aqu¨ª¡±. Como contraparte institucional y administrativa, m¨¢s que pol¨ªtica, una UE un tanto despistada, al decir de los m¨¢s cr¨ªticos, regresa con la cita de Sof¨ªa al pantanoso terreno que siempre ha sido la regi¨®n. ¡°No logramos entender la divisi¨®n en la UE hacia los Balcanes, es sorprendente que algunas naciones no aprovechen la oportunidad de hacer negocios en la regi¨®n y as¨ª ayudar a cerrar esos flecos. Para la UE, creo, ser¨ªa m¨¢s oportuno poner punto final aqu¨ª antes que afrontar otros desaf¨ªos en el mundo. El hecho de que cinco pa¨ªses miembros no nos reconozcan demuestra que quedan asuntos por resolver. Un bloqueo a Kosovo es un bloqueo a todos los pa¨ªses del ¨¢rea. Espero que todas las diferencias de hoy no impidan una pol¨ªtica de futuro inclusiva. Est¨¢ muy bien abrir la negociaci¨®n de adhesi¨®n para Albania y Macedonia, pero hay que hacerlo tambi¨¦n para Kosovo o para Bosnia¡ en la misma direcci¨®n para todos¡±.
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