La violencia empa?a la protesta del 1 de mayo en Par¨ªs
La jornada evidencia las divisiones de los sindicatos y de la izquierda ante las reformas de Macron
La violencia de grupos de encapuchados empa?¨® este martes la primera jornada del 1 de mayo de la presidencia en Emmanuel Macron. Las escenas de cristales rotos y enfrentamientos con la Polic¨ªa en Par¨ªs deslucieron una manifestaci¨®n en la que se evidenci¨® la divisi¨®n de los sindicatos, y sus dificultades para lograr la llamada ¡°convergencia de las luchas¡±: la uni¨®n de ferroviarios, funcionarios, estudiantes, jubilados y otros descontentos contra las reformas del presidente. Las m¨²ltiples protestas y huelgas en marcha desde hace semanas corren el riesgo de diluirse.
La marcha m¨¢s multitudinaria en la capital, la de la CGT, acab¨® interrumpida por los actos de vandalismo de un millar de encapuchados. Destrozaron un restaurante de la cadena McDonald¡¯s, un concesionario de autom¨®viles, as¨ª como veh¨ªculos y mobiliario urbano. Las fuerzas del orden detuvieron a unos 200. Hubo cuatro heridos leves, incluido un polic¨ªa, seg¨²n los primeros datos. Los incidentes bloquearon la manifestaci¨®n, que hab¨ªa comenzado en la plaza de la Bastilla, e impidieron su llega al punto final, en la plaza de Italia.
Las im¨¢genes de violencia del llamado 'black block', o 'bloque negro', han conmocionado a muchos franceses, y amenazan con convertirse en un problema pol¨ªtico. Laurent Wauquiez, jefe de Los Republicanos, el partido de la derecha tradicional, dijo que se trataba de una "quiebra" del poder coercitivo del Estado,para mantener el orden p¨²blico. "Condeno con absoluta firmeza la violencia que ha tenido lugar hoy [este martes] y que ha hecho descarrilar los desfiles del 1 de mayo", dijo Macron desde Australia. "Todo se har¨¢ para que sus autores sean identificados y respondan de sus actos".
Fue un 1 de mayo particular, en la que los sindicatos y la Polic¨ªa pronto se vieron desbordados. Pese al deseo de la CGT, la central m¨¢s combativa contra las reformas, no hubo manifestaci¨®n unitaria, algo que en realidad s¨®lo ha ocurrido excepcionalmente, como en 2009, en plena crisis. Este a?o, con las huelgas y protestas en multitud de sectores desde hace semanas, y un malestar de fondo en amplios sectores de la sociedad con las pol¨ªticas del presidente, podr¨ªa haber sido distinto. No lo fue.
La izquierda, como los sindicatos, tampoco es capaz de cerrar filas ante un jefe de Estado al que califican de ¡°presidente de los ricos¡± y cuyas pol¨ªticas consideran ¡°neoliberales¡±. Esta semana se habr¨¢n celebrado dos protestas, una el lunes convocada por grupos de extrema izquierda, a la que acudieron unos centenares de personas, y otra el s¨¢bado pr¨®ximo, organizada por La Francia Insumisa, el partido del exsocialista Jean-Luc M¨¦lenchon. Ninguna fue unitaria. Y a ninguna prev¨¦ acudir el Partido Socialista, que intenta buscar su espacio entre la izquierda radical y el centrismo de Macron.
El resultado: un 1 de mayo que, m¨¢s all¨¢ de la violencia, y pese a coincidir con la ¡®primavera caliente¡¯ anti-Macron y pese a la conmemoraci¨®n hist¨®rica del 50 aniversario de la revuelta de 1968, habr¨¢ servido para constatar el poco margen de maniobra de la oposici¨®n a Macron.
A las divisiones sindicales y pol¨ªticas, se a?ade ¡°la indiferencia, incluso el desprecio¡±, como escribe el diario Lib¨¦ration, del presidente, de viaje a Australia coincidiendo con las movilizaciones. All¨ª reiter¨® que continuar¨¢ con las reformas y justific¨® su ausencia de Francia en esta fecha. ¡°No hay d¨ªa de vacaciones para el presidente¡±, dijo.
Macron conf¨ªa en el respaldo de los franceses ante la protesta m¨¢s preocupante para ¨¦l, la de la SNCF, la compa?¨ªa p¨²blica de ferrocarriles, en huelga intermitente desde principios de abril y, seg¨²n los planes de los sindicatos, hasta finales de junio. Seg¨²n un sondeo publicado por el Journal du Dimanche, un 41% de franceses apoya la huelga, dos puntos menos que hace una semana; un 59% cree que es injustificada.
La participaci¨®n en huelga ha bajado. La semana pasada fue de un 17,5%, seg¨²n datos de la empresa. El primer d¨ªa de huelga, el 3 de abril, fue de un 33,9%. Otro factor clave: el presidente dispone de una mayor¨ªa parlamentaria holgada, que le permite prescindir de los llamados ¡°cuerpos intermedios¡±, nombre que reciben los sindicatos y la sociedad civil.
Macron cree que, al contrario que otros presidentes, ¨¦l ser¨¢ capaz de gobernar sin la calle, o incluso con la calle en contra. Los sindicatos, en su idea del poder, ya no tienen un papel central en el proceso de toma de decisiones, que corresponde, seg¨²n esta idea, al presidente y al Parlamento. Hace un a?o, su victoria en las elecciones presidenciales puso en crisis el sistema de partidos pol¨ªticos tradicionales. Si gana el pulso de las reformas, pude repetir la operaci¨®n con los sindicatos.
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