Dos de cada tres j¨®venes de Am¨¦rica Latina no asumen que ¡°no es no¡±

Est¨¢ en las letras del cantante colombiano Maluma y en las conversaciones de pandilla. ¡°Estoy enamorado de cuatro babys/ Siempre me dan lo que quiero/ Chingan cuando yo les digo/ Ninguna me pone pero¡±, reza el estribillo de su tema Cuatro babys. Es el imaginario que cosifica a las mujeres, las juzga por como visten o por lo que beben y normaliza la violencia contra ellas. Ideas que se transmiten desde la m¨²sica, las redes o las amistades y calan entre los j¨®venes de Am¨¦rica Latina. Dos de cada tres no tienen claro que el no es no: las mujeres se hacen las dif¨ªciles, dicen no cuando quieren decir s¨ª. La gran mayor¨ªa (86%) no intervendr¨ªa si un amigo le pega a su novia, seg¨²n una macroencuesta presentada este mi¨¦rcoles.?

¡°Es un algo que tienen en su cabeza y reproducen en sus comportamientos¡±, explica Bel¨¦n Sobrino, directora del informe Rompiendo moldes: transformar imaginarios y normas sociales para eliminar la violencia contra las mujeres, de Oxfam Intermon, que analiza a j¨®venes de 15 a 25 a?os con m¨¢s de 4.000 encuestas a personas de ¨¢reas urbanas y con estudios medios y universitarios de ocho pa¨ªses de Am¨¦rica Latina: Bolivia, Colombia, Cuba, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Rep¨²blica Dominicana. M¨¢s del 80% se?ala que ellos pueden tener relaciones sexuales con quien quieran, pero ellas no. Y tres de cada cuatro ven incorrecto que una mujer aborte en caso de un embarazo no deseado.

El trabajo, presentado este mi¨¦rcoles en Bogot¨¢ en unas jornadas sobre c¨®mo contar las violencias machistas a las que ha sido invitado EL PA?S, analiza c¨®mo se comportan y qu¨¦ piensan los j¨®venes en una regi¨®n con las tasas m¨¢s alta de embarazos adolescentes (73,2 por mil) y donde fueron asesinadas 1.831 mujeres en 2016 por el mero hecho de serlo. Y pone el foco en la prevenci¨®n ¡°que empieza con el rechazo y cambio de mirada de ciertos imaginarios y normas sociales nocivas que reproducen y alimentan una violencia totalmente instalada¡± entre la juventud, explica Sobrino. Aqu¨ª algunos de esos imaginarios:

Me vigila el m¨®vil porque me quiere

Para la gran mayor¨ªa de las chicas encuestadas no supone violencia que les vigilen los m¨®viles y las redes sociales, con qui¨¦n se relacionan o c¨®mo visten. Seis de cada 10 menores de 20 a?os y cuatro de cada 10 chicas justifican que los celos son parte del amor. El informe no alude a Espa?a, pero trabajos previos muestran que las percepciones no son tan distintas. El bar¨®metro de noviembre de 2017 de la Fundaci¨®n de Ayuda contra la Drogadicci¨®n (FAD) reflejaba que los j¨®venes espa?oles tampoco consideran violencia de g¨¦nero cuestiones como vigilar el m¨®vil o los celos. Uno de cada cuatro ve¨ªa adem¨¢s la violencia como una conducta "normal" dentro de la pareja.

Si? bebe la culpa es de ella

Dos de cada tres j¨®venes de 15 a 19 a?os justifican la violencia sexual por el consumo de alcohol de los hombres, el 72% culpa a las mujeres por la ropa que usan. La mitad de los espa?oles tambi¨¦n considera que el alcohol es el causante de las violaciones, seg¨²n un estudio sobre percepci¨®n de violencia sexual lanzada por el Gobierno en junio que no alud¨ªa a franjas de edad.

Que lo arregle el Estado

La gran mayor¨ªa cree que la violencia contra las mujeres es producto de las desigualdades y lo rese?a como un problema grave. La responsable del informe destaca este hecho como un dato positivo: ¡°Demuestra que ha existido un trabajo de concienciaci¨®n aunque muchos entiendan que no es asunto suyo¡±, destaca Sobrino. De hecho, dos de cada tres creen que reducir esa violencia corresponde exclusivamente al Estado.

El informe considera que hay distintos lugares desde los que se pueden combatir estos mensajes, desde las familias a las iglesias. Se?ala tambi¨¦n la responsabilidad de los medios de comunicaci¨®n y de los centros educativos aunque en los pa¨ªses analizados ocurre como en Espa?a: las materias y asignaturas escolares relacionadas con la igualdad o la educaci¨®n sexual brillan por su ausencia.

Hay leyes pero faltan fondos y fallan los sistemas de informaci¨®n, con un precario registro de datos de los casos de violencia contra la mujer en todos los pa¨ªses de Latinoam¨¦rica y el Caribe. Las autoras del trabajo subrayan la falta de voluntad pol¨ªtica y una repetici¨®n de patrones culturales que minimiza la violencia. Por ejemplo, los juzgados no dictan medidas de protecci¨®n porque ¡°consideran que las golpizas o cualquier hecho de violencia debe ser resuelto dentro del hogar".?

El mensaje de las redes

Las j¨®venes y las redes pueden ser tambi¨¦n parte de la soluci¨®n. Mujeres como las que en Espa?a salieron en masa para reivindicar la importancia del consentimiento, las que coreaban ¡°Solo s¨ª es s¨ª¡± en las manifestaciones y han acompa?ado durante todo el proceso judicial a la v¨ªctima de La Manada, la joven que fue abusada por cinco hombres en las fiestas de San Ferm¨ªn de 2016.

Las redes sociales, el espacio donde m¨¢s se encuentran y en el que m¨¢s se informan los j¨®venes, y donde se han gestado campa?as globales contra el acoso, como el #Metoo estadounidense, o contra los feminicidios, como el?#NiunaMenos de Argentina. Redes donde se propagan tambi¨¦n voces de otros artistas y cantantes en las ant¨ªpodas de las letras de Maluma. Sirva el ejemplo de la rapera mexicana Mare Advertencia Lirikade: ¡°?Ya deja de tragarte la basura sexista!/ ?Ya deja de pensar que mejor es quien mejor vista!/ ?Ya deja las revistas! Lo que tu vida controla/ porque naciste libre y te hiciste esclava de la moda¡±.