El icono gay que reta a la Iglesia y al Gobierno en L¨ªbano
El concierto de la banda de rock m¨¢s popular del pa¨ªs, Mashrou Leila, ha sido cancelado por amenazas de grupos cristianos radicales
Tras varias semanas de pulso entre la iglesia cat¨®lica maronita y la banda de rock Mashrou Leila, los cl¨¦rigos cantan victoria y el Gobierno de L¨ªbano calla. El grupo no actuar¨¢ el pr¨®ximo 9 de octubre en el Festival Internacional de Biblos (hist¨®rica ciudad cristiana en la costa libanesa) tras ser objeto de una campa?a hom¨®foba en las redes sociales. Grupos cristianos radicales e incluso del propio arzobispado de Biblos les acusan de ¡°socavar los valores religiosos¡± y ¡°fomentar la homosexualidad¡±. Tras una d¨¦cada sobre los escenarios, Mashrou Leila se ha convertido en un icono en la m¨²sica libanesa. Sus canciones las corean miles de j¨®venes identificados con la denuncia de los cors¨¦s sectarios, la sangr¨ªa de universitarios sin trabajo, el nepotismo cr¨®nico o la defensa de los derechos de las mujeres y de la comunidad LGTBI. El vocalista, Hamed Sinno, conocido como el Freddie Mercury liban¨¦s por su bigote, se ha convertido en un s¨ªmbolo entre los gais ¨¢rabes al defender abiertamente su homosexualidad en un pa¨ªs donde puede ser condenado hasta a un a?o de c¨¢rcel.
Parad¨®jicamente, Beirut ha sido la ¨²nica capital ¨¢rabe en celebrar el d¨ªa del orgullo gay. Una parte de la sociedad rechaza, con protestas crecientes desde 2015, el estancamiento de un sistema pol¨ªtico anclado en el reparto del poder sobre la base de cuotas confesionales y reivindica una mayor libertad.
Las dos canciones que han hecho rugir a los fundamentalistas cristianos se remontan a 2015. ?Por qu¨¦ arremeten ahora? ¡°Los religiosos sienten que est¨¢n perdiendo sus privilegios y poderes ante el avance de los movimientos sociales liberales, por eso necesitan movilizar a los grupos m¨¢s vulnerables de entre sus seguidores con discursos populistas¡±, responde?George Azzi, cofundador de la ONG libanesa Helem para la defensa de los derechos LGTBI.
Once ONG han presentado este mi¨¦rcoles una queja ante el fiscal general en Beirut para exigir medidas contra los que amenazan al grupo musical y reclamar explicaciones por el interrogatorio de las fuerzas de seguridad a dos de sus integrantes. ¡°La decisi¨®n del Gobierno de actuar contra Mashrou Leila y al mismo tiempo ignorar las amenazas a los conciertos de la banda muestra que est¨¢ usando selectivamente las leyes contra los insultos y la incitaci¨®n para censurar las opiniones contrarias¡±, indic¨® en un comunicado Lama Fakih, responsable para Oriente Medio de la ONG Human Rights Watch (HRW).
El propio grupo tambi¨¦n se ha pronunciado. ¡°Se trata de una campa?a orquestada que ha culminado con amenazas de muerte¡±, afirma en un comunicado del martes lanzado en las redes sociales. Los dos m¨²sicos interrogados fueron puestos en libertad sin cargos. No obstante, ante las amenazas recibidas, el festival anul¨® el concierto con el argumento de que quer¨ªa "evitar un ba?o de sangre¡±.
Regresi¨®n de libertades
¡°Este incidente pone de manifiesto la fragilidad de las instituciones estatales, que se pliegan a las presiones de grupos radicales religiosos que negocian concesiones fuera del Estado de derecho¡±, sostiene en una conversaci¨®n telef¨®nica desde Beirut Ayman Mhanna, director ejecutivo de Samir Kasir Foundation (SKeyes). ¡° Es simplemente el resultado natural de meses y meses de regresi¨®n en materia de libertad de expresi¨®n en L¨ªbano donde ha vuelto a primar seguridad sobre libertad¡±, a?ade.
El Gobierno liban¨¦s se ampara en la vecina guerra siria, la amenaza yihadista y el peso de los refugiados (una cuarta parte de la poblaci¨®n de 4,5 millones de habitantes) para reducir espacios de libertad en nombre de la seguridad nacional. En el ¨²ltimo a?o, seg¨²n las ONG de derechos humanos del pa¨ªs e internacionales se ha incrementado el n¨²mero de defensores de derechos humanos, activistas en las redes sociales y periodistas que han sido condenados a varios meses de c¨¢rcel o penas de multa por supuestos insultos al Estado y ofensas a los valores de alguna de las 18 confesiones oficiales.
El debate por la suspensi¨®n del concierto de la banda Marshou Leila ha incendiado las redes sociales al que se han sumado personalidades como el conocido compositor Marcel Khalife. ¡°La tarea m¨¢s apremiante que uno puede desempe?ar hoy es sacudir la fe del pa¨ªs en todas sus creencias. Es un deber. [¡] Que el pa¨ªs resurja por encima del miedo¡±, ha escrito el artista en su p¨¢gina de Facebook. ¡°Se pueden cometer masacres sectarias, degollar sobre la base del carn¨¦ de identidad y profanar lugares santos, pero herir las sensibilidades al hablar de rituales religiosos es no tener modales¡±, ironiza el conocido tuitero liban¨¦s Karl Sharro.
Una d¨¦cada de broncas confesionales
En el pr¨®ximo Festival Internacional de Biblos, el grupo hab¨ªa de celebrar su d¨¦cimo aniversario de una banda que no se form¨® en un garaje de los suburbios de Beirut, sino en la prestigiosa Universidad Americana de Beirut (AUB), en las aulas de la facultad de arquitectura. Sus integrantes se juntaron para "relajar tensiones" durante las jam sesions que ten¨ªan lugar por las noches, cuando trabajaban en los proyectos que hab¨ªan de entregar al d¨ªa siguiente. De ah¨ª que el nombre del grupo sea? Mashrou Leial (proyecto de noche, en ¨¢rabe). Empezaron durante los meses de extrema tensi¨®n pol¨ªtico-confesional cuando milicianos musulmanes sun¨ªes y chi¨ªes se enfrentaron en las calles de la capital libanesa que inundaron con m¨¢s de un centenar de muertos aquel mayo de 2008.
Una d¨¦cada despu¨¦s, Mashrou Leila se ha convertido en la v¨ªctima de ese mismo poder que denuncian. Este a?o la banda ¨¢rabe ha lanzado su primera canci¨®n en ingl¨¦s, Cavalry (Caballer¨ªa), en cuyo videoclip un grupo de ni?as (supuestamente palestinas) se encaran con soldados (supuestamente israel¨ªes). Cuestionado por un periodista sobre el mensaje de la canci¨®n, el vocalista Hamed Sinno respondi¨®: ¡°Se trata de ir a una pelea que sabes que vas a perder, pero, de todas formas, vas¡±.
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