La batalla se libra en Asia-Pac¨ªfico

China acaba de lograr una importante victoria diplom¨¢tica y lo ha hecho a trav¨¦s de un megaacuerdo comercial en la regi¨®n m¨¢s din¨¢mica del planeta. Quince de los 16 pa¨ªses reunidos en Bangkok acordaron este lunes lanzar la Asociaci¨®n Econ¨®mica Integral Regional (RCEP), un proyecto impulsado por Pek¨ªn en 2012 en respuesta al Acuerdo Transpac¨ªfico de Cooperaci¨®n Econ¨®mica (TPP), que lanz¨® en su d¨ªa el Estados Unidos de Barack Obama para aislar al gigante asi¨¢tico en el continente.

La decisi¨®n de la India de abstenerse de firmar el acuerdo resta notable alcance al RCEP y deja al subcontinente fuera de los dos grandes acuerdos regionales. Una pol¨ªtica que se apoya en la tradicional resistencia del pa¨ªs al desarme arancelario, para proteger su agricultura, y a la que ahora se suman cuestiones de pol¨ªtica dom¨¦stica que hac¨ªan imposible que Narendra Modi sellara cualquier pacto con China.

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Los cr¨ªticos del RCEP inciden en que el acuerdo carece de verdadera ambici¨®n, que se centra demasiado en la rebaja arancelaria y que se ignoran otro tipo de barreras comerciales que s¨ª se contemplan en el TPP, como la protecci¨®n medioambiental, la propiedad intelectual o la homologaci¨®n normativa. De hecho, China mantiene acuerdos bilaterales con la mayor¨ªa de los pa¨ªses firmantes del RCEP y eso significa que, en la pr¨¢ctica, el impacto directo que tendr¨¢ sobre su econom¨ªa ser¨¢ peque?o.

Pero no es menos cierto que el RCEP incluye a dos de las mayores econom¨ªas del mundo ¡ªChina y Jap¨®n¡ª junto a algunas de las m¨¢s pobres del planeta, como Laos, lo que hace dif¨ªcil pensar en un acuerdo comercial de nueva generaci¨®n, m¨¢s sofisticado, y s¨ª respaldar un acuerdo m¨¢s tradicional para abaratar las exportaciones.

De lo que no cabe duda es del importante simbolismo que la ratificaci¨®n de este pacto por parte de los Parlamentos nacionales, prevista para 2020, supondr¨¢ como espaldarazo a la pol¨ªtica exterior de China. En primer lugar, porque Pek¨ªn ha sido capaz de concluir la negociaci¨®n con sus socios, mientras la actual Administraci¨®n de Estados Unidos renunci¨® a participar en el TPP, que sigui¨® adelante sin su promotor (TPP-11).

Asimismo, como defiende Julian Evans-Pritchard, de Capital Economics, el acuerdo permite a China erigirse, en contraste con Estados Unidos, como un adalid de la globalizaci¨®n, el libre comercio y el multilateralismo sin comprometerse por ello a adoptar ninguna reforma estructural de calado ni a introducir cambios en su pol¨ªtica industrial, que beneficia a sus propias compa?¨ªas frente a los competidores internacionales.

Aunque la influencia de Estados Unidos en la regi¨®n de Asia-Pac¨ªfico seguir¨¢ siendo importante en t¨¦rminos de defensa y seguridad, no cabe duda de que Washington tendr¨¢ que hacer algo m¨¢s que arremeter contra China si quiere ganar adeptos en la regi¨®n a su enfrentamiento comercial y tecnol¨®gico con su rival.