Macron insiste en que llevar¨¢ adelante la reforma de las pensiones pese a las protestas
El presidente franc¨¦s defiende el proyecto en medio de un prolongado paro de trenes y transporte metropolitano
El presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, defendi¨® la noche del martes la reforma de las pensiones, su proyecto de campa?a m¨¢s ambicioso pero que, desde que fue anunciado a comienzos de diciembre, ha provocado una de las movilizaciones m¨¢s duras en contra de su Gobierno. En su discurso de Nochevieja, en el que tradicionalmente los mandatarios galos expresan sus ¡°prop¨®sitos¡± para el a?o entrante, Macron asegur¨® que el proyecto ¡°se llevar¨¢ a cabo¡±. Al mismo tiempo, pidi¨® un ¡°apaciguamiento¡± de las protestas, que han superado ya las que en 1995 obligaron al entonces primer ministro, Alain Jupp¨¦, a retirar su propia reforma, e insisti¨® en que su propuesta para cambiar el actual sistema de pensiones para convertir los 42 reg¨ªmenes diferentes en uno ¡°universal¡± por puntos es m¨¢s ¡°justo¡± para todos los franceses.
¡°La reforma de las pensiones se llevar¨¢ a cabo porque es un proyecto de justicia y de progreso social¡±, sostuvo Macron en su discurso, de 18 minutos, en el que dedic¨® casi una cuarta parte a esta cuesti¨®n. Por ello, manifest¨® su esperanza de que su primer ministro, ?douard Philippe, encargado de las negociaciones, ¡°encuentre la v¨ªa de un compromiso r¨¢pido¡± con todos aquellos sindicatos y patronales ¡°que quieran¡± dialogar.
A pesar de su firme decisi¨®n de completar la reforma, el mandatario asegur¨® que no hace o¨ªdos sordos a los ¡°miedos¡± y ¡°angustias¡± expresadas estas ¨²ltimas semanas, pero entre las que tambi¨¦n ha habido, subray¨®, ¡°mentiras y manipulaciones¡±.
¡°No ceder¨¦ ante el pesimismo ni el inmovilismo¡±, advirti¨® el presidente franc¨¦s, e inst¨® a los franceses a abrirse tambi¨¦n a esos cambios a los que son a menudo reticentes. ¡°?Hay que renunciar a cambiar nuestro pa¨ªs y nuestra vida diaria? No, porque ser¨ªa abandonar lo que el sistema ya ha abandonado¡±, afirm¨®. ¡°Y ser¨ªa traicionar a nuestros hijos y a los hijos de estos, que tendr¨¢n que pagar el precio de nuestra renuncia¡±, alert¨®.
En un fin de a?o marcado por un ¨²nico tema en Francia, la huelga en contra de la reforma de las pensiones -que desde hace casi un mes perturba profundamente el tr¨¢fico ferroviario nacional y los servicios de transporte metropolitanos de las principales urbes, especialmente Par¨ªs-, el discurso del mandatario era esperado con una expectaci¨®n inusitada. Al fin y al cabo, pese a que era una de sus reformas estrella, Macron apenas se ha pronunciado al respecto, dejando el peso de las negociaciones ¡ªy de la comunicaci¨®n¡ª a su primer ministro.
Sin embargo, el El¨ªseo ya hab¨ªa adelantado que en su discurso Macron no entrar¨ªa en detalles de la reforma ni en la posibilidad de hacer concesiones, como la eliminaci¨®n o modificaci¨®n de la edad de jubilaci¨®n a los 64 a?os, tal como indic¨® el Gobierno a mediados de diciembre, en plena escalada de las tensiones con los sindicatos. Aunque la edad legal para el retiro siguen siendo los 62 a?os, al presentar la propuesta de reforma, Philippe indic¨® que para lograr la pensi¨®n completa pasar¨ªa a los 64 a?os, hecho que puso en su contra hasta a los sindicatos moderados como la CFDT, que hasta entonces no se hab¨ªan unido a las protestas pero que consideraron que ese cambio ¡°cruza una l¨ªnea roja¡±.
A esta postura se han unido casi dos decenas de diputados del ala m¨¢s a la izquierda del partido de Macron, La Rep¨²blica en Marcha (LREM), que en una tribuna publicada en el diario Lib¨¦ration afirman que establecer para todos los sectores la referencia de los 64 a?os es una decisi¨®n ¡°socialmente injusta¡± y piden por ello una ¡°alternativa¡±.
¡°El car¨¢cter universal del r¨¦gimen de pensiones debe poder garantizar una jubilaci¨®n digna para todos, especialmente gracias a su mecanismo de solidaridad, pero se debe tambi¨¦n adaptar a los caminos de vida de cada uno¡±, escriben los 18 signatarios.
Gestos sin respuesta
En v¨ªsperas de la Nochebuena, el presidente anunci¨® que renunciar¨¢ a su pensi¨®n vitalicia como jefe de Estado, de 6.220 euros mensuales. Adem¨¢s, pidi¨® una tregua por las fiestas navide?as. Ni su gesto ni su llamamiento surtieron efecto y la huelga ha continuado todos estos d¨ªas, con m¨¢s o menos intensidad y sin visos de aplacarse, mientras el mandatario permanec¨ªa mudo y retirado con su familia en el fuerte Br¨¦gan?on, la residencia vacacional de los jefes de Estado en el sur de Francia.
Tampoco parece calmarse el pulso entre Gobierno y sindicatos, que se echan mutuamente la culpa del punto muerto en que se encuentra la situaci¨®n. El domingo, el secretario de Estado de Transportes, Jean-Baptiste Djebbari, acus¨® en el Journal du Dimanche a la CGT, uno de los sindicatos m¨¢s combativos en este conflicto, de ¡°practicar un sindicalismo de oposici¨®n sistem¨¢tica a toda reforma, de bloqueo y, a veces, de intimidaci¨®n¡±. Desde las mismas p¨¢ginas del semanario, el l¨ªder de la CGT, Philippe Martinez, acus¨® al Gobierno de ¡°jugar a la putrefacci¨®n¡± de la situaci¨®n para que esta se torne insostenible y forzar as¨ª la mano de los que se oponen a su reforma.
¡°Emmanuel Macron se ve como el hombre del nuevo mundo, pero imita a Margaret Thatcher¡±, dijo. Seg¨²n Martinez, que exige la retirada total del proyecto de pensiones, el discurso de Nochevieja del presidente deb¨ªa servir para que el mandatario admita que ¡°se ha equivocado¡±, algo que no ocurri¨®.
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