Pandemias, una amenaza identificada pero desatendida
Las actuales doctrinas de seguridad nacional de EE UU y Europa no priorizan, al contrario de algunos pa¨ªses asi¨¢ticos, el desaf¨ªo de nuevas enfermedades infecciosas
En las ¨²ltimas d¨¦cadas han surgido nuevas amenazas que pueden llegar a poner en jaque la estabilidad de un pa¨ªs. Las estrategias de seguridad nacionales han ido redise?¨¢ndose para recoger estos peligros: ciberataques contra infraestructuras cr¨ªticas, migraciones masivas derivadas del cambio clim¨¢tico, vulnerabilidad energ¨¦tica...Tambi¨¦n pandemias como la actual de Covid-19. En la pr¨¢ctica, sin embargo, las potencias occidentales no han dedicado los recursos necesarios para desarrollar planes efectivos de prevenci¨®n y respuesta r¨¢pida frente a la aparici¨®n de nuevas enfermedades infecciosas; mientras algunos pa¨ªses asi¨¢ticos ¡ªgolpeados por epidemias en los ¨²ltimos a?os¡ª se situaban a la vanguardia con medidas ambiciosas destinadas a evitar la propagaci¨®n de nuevos virus en su territorio.
A finales de los a?os setenta predominaba en Occidente la sensaci¨®n de que las enfermedades infecciosas comenzaban a ser cosa del pasado. Cuando el VIH se convirti¨® en un problema global, los asesores de seguridad estadounidenses empezaron a plantearse que la aparici¨®n de nuevas afecciones contagiosas ¡ªincluso aunque no alcanzaran su territorio¡ª, podr¨ªa llegar a tener efectos desestabilizadores en su pa¨ªs. Tras los ataques con carbunco (¨¢ntrax) de septiembre y octubre de 2001, la atenci¨®n en Washington se centr¨® en el terrorismo biol¨®gico y se consider¨® que muchos de los planes de respuesta frente a este tipo de amenaza tambi¨¦n resultar¨ªan ¨²tiles en una situaci¨®n de emergencia provocada por una crisis sanitaria o un desastre natural.
Las epidemias de principios de este siglo ¡ªprincipalmente las de SARS, H1N1, MERS (tambi¨¦n infecciones respiratorias) y ¨¦bola¡ª multiplicaron el n¨²mero de voces autorizadas que instaban a los gobernantes al dise?o de estrategias concretas. ¡°Comenz¨® a ser un asunto recurrente en las pol¨ªticas de seguridad nacionales y en EE UU, en particular, se trabaj¨® en su desarrollo tras el SARS [en 2003] y el H1N1 [en 2009-10], pero la seguridad sanitaria no lleg¨® a ser una prioridad para los Gobiernos occidentales", se?ala Samuel Brannen, investigador del Centro de Estudios Estrat¨¦gicos e Internacionales (CSIS), con sede en Washington. ¡°Es importante que empecemos a reconocer que las pandemias amenazan nuestras sociedades tanto como librar una guerra con Rusia, por ejemplo¡±, a?ade.
En la Estrategia Nacional de Seguridad de 2015 del presidente Barack Obama se dedicaba un ep¨ªgrafe a las enfermedades infecciosas y a las pandemias, catalogadas entre las ocho principales amenazas para la poblaci¨®n estadounidense. ¡°La epidemia de ¨¦bola en ?frica Occidental ha mostrado el peligro que supone un virus rabioso¡±, rezaba. En el documento, la Administraci¨®n dem¨®crata asum¨ªa su responsabilidad como potencia mundial ante la deficiencia de los recursos sanitarios en la mayor¨ªa de pa¨ªses: ¡°Salvaremos vidas fortaleciendo las regulaciones sobre seguridad alimentaria y desarrollando un sistema global para prevenir epidemias evitables y detectar brotes en tiempo real para responder m¨¢s r¨¢pida y efectivamente¡±. F¨¦lix Arteaga, investigador principal de Seguridad y Defensa del Real Instituto Elcano, considera que Obama ¡°identific¨® el problema, pero no supo darle respuesta¡±.
Menos de un a?o despu¨¦s de asumir la presidencia, Donald Trump lanz¨® su propia estrategia, en la que el combate a las bioamenazas y pandemias ten¨ªa cabida bajo el pilar ¡°Proteger a los estadounidenses, al pa¨ªs y el modo de vida americano¡±. El documento, que arranca en primera persona, y que ¨¦l mismo se encarg¨® de presentar ¡ªun hecho ins¨®lito¡ª, elimin¨® el cambio clim¨¢tico como un peligro nacional, recuper¨® el lenguaje de la Guerra Fr¨ªa, adem¨¢s del mantra del America First, y gira principalmente en torno a los sospechosos habituales ¡ªRusia, China, Ir¨¢n y Corea del Norte¡ª. Tal y como hac¨ªa George W. Bush, Trump sostiene que en materia de seguridad no hay l¨ªmite de gasto. Pese a ello, desmantel¨® la Direcci¨®n para la Salud Global y la Biodefensa del Consejo de Seguridad Nacional (NSC), organismo que asesora a la Casa Blanca en la prevenci¨®n de pandemia, a instancias de su entonces asesor, el halc¨®n John Bolton, y redujo la cifra de expertos de 250 a 120. El republicano tambi¨¦n recort¨® en 700 millones de d¨®lares (627 millones de euros) el presupuesto de los Centros para el Control y Prevenci¨®n de las Enfermedades Infecciosas (CDC), porque despreci¨® los consejos de los analistas que ve¨ªan la posibilidad de una pandemia como una amenaza real, aunque el recorte ha sido revertido por el Congreso de EE UU. Adem¨¢s, una reciente publicaci¨®n de Politico revel¨® que su Administraci¨®n se neg¨® a utilizar una gu¨ªa de 70 p¨¢ginas, elaborada por el NSC, en la que se hac¨ªan recomendaciones y se daban instrucciones a las agencias federales para evitar una crisis como la actual.
Al otro lado del Atl¨¢ntico, la estrategia global para la pol¨ªtica exterior y de seguridad de la UE de 2016 se?alaba que la Uni¨®n trabajar¨ªa ¡°para lograr una mayor eficacia en la prevenci¨®n y detecci¨®n de las pandemias y en la manera de responder a las mismas¡±. El documento segu¨ªa la l¨ªnea de los informes particulares de sus principales Estados miembros. ¡°Los pa¨ªses europeos se fijaron el objetivo de adoptar planes de preparaci¨®n y respuesta, pero en la pr¨¢ctica han fallado¡±, comenta Arteaga. ¡°Las epidemias se ve¨ªan lejanas, como algo ex¨®tico¡± a?ade.
Las ¡°enfermedades a gran escala¡± se reflejaban ya en la primera estrategia de seguridad espa?ola, de 2011, se?ala Pere Vilanova, investigador asociado del CIDOB y exdirector de Asuntos Estrat¨¦gicos y Seguridad en el Ministerio de Defensa. ¡°Se puso sobre la mesa la necesidad de integrar niveles de gobierno muy distintos entre s¨ª, con competencias diferentes, y de concienciar a las instituciones p¨²blicas, a la Administraci¨®n y a la clase pol¨ªtica de que esto deb¨ªa prepararse con antelaci¨®n¡±, se?ala el experto, que particip¨® en la elaboraci¨®n de este documento. La estrategia actual, publicada en 2017, incide en factores particulares como el elevad¨ªsimo volumen de turistas que recibe Espa?a o el envejecimiento de su poblaci¨®n, y otros como ¡°un clima que favorece cada vez m¨¢s la extensi¨®n de enfermedades infecciosas, tanto naturales como intencionadas¡±. En este sentido, el documento se?ala la importancia de inspeccionar mercanc¨ªas en frontera, de desarrollar programas de prevenci¨®n y de contar con buenos sistemas de saneamiento, entre otros aspectos.
En el caso del Reino Unido, su estrategia de seguridad nacional vigente, de 2015, sit¨²a las pandemias entre los riesgos de primer nivel ¡ªjunto con el terrorismo, las amenazas cibern¨¦ticas o los conflictos militares internacionales, entre otros¡ª, por delante de peligros como las armas de destrucci¨®n masiva. En otro documento m¨¢s reciente en el que se hace una revisi¨®n de las capacidades de la seguridad nacional, se destaca que el pa¨ªs puede verse golpeado cada cinco a?os por un gran desastre, incluyendo las pandemias. Franz-Stefan Gady, investigador del Instituto Internacional de Estudios Estrat¨¦gicos (IISS), considera que, pese a que los planes est¨¢n bien dise?ados, ¡°no ha contado con los fondos necesarios, incluida la financiaci¨®n insuficiente del NHS [el Servicio Nacional de Salud brit¨¢nico], en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas¡±.
En Francia, por su parte, ya se describi¨® en su estrategia de seguridad nacional de 2013 una situaci¨®n como la que afecta hoy al pa¨ªs: ¡°Existe el riesgo de que surja una nueva pandemia altamente pat¨®gena y con una fuerte letalidad que resulte, por ejemplo, de la aparici¨®n de un nuevo virus que traspase las fronteras de las barreras de la especie o de un virus escapado de un laboratorio de confinamiento¡±. El informe no indicaba las medidas a adoptar, pero s¨ª abogaba por una mayor cooperaci¨®n en la materia entre los Gobiernos europeos.
Particular es el caso de Italia, el pa¨ªs que sufre las peores consecuencias de la pandemia de Covid-19. El Libro Blanco para la seguridad y la defensa internacional, publicado en 2015, ¨²nicamente menciona este supuesto al citar que se deben tener en cuenta ¡°los riesgos generados por la migraci¨®n masiva, las pandemias, el terrorismo y el crimen¡±. En contraste, la estrategia de seguridad alemana m¨¢s reciente describe que incluso los brotes ¡°confinados localmente¡± de enfermedades contagiosas ¡°pueden precipitar un colapso de los sistemas de salud y el orden p¨²blico¡±, adem¨¢s de acarrear ¡°costos econ¨®micos considerables¡±. El texto a?ade que Alemania apoya la prevenci¨®n y gesti¨®n de tales desaf¨ªos, incluso a trav¨¦s de ¡°la creaci¨®n de un contingente de personal m¨¦dico especializado a nivel nacional y europeo, as¨ª como de capacidades log¨ªsticas para desplegar r¨¢pidamente a dicho personal en regiones en crisis¡±.
¡°Los pa¨ªses occidentales se limitaron a esbozar planes de actuaci¨®n m¨¢s o menos ambiciosos, pero se quedaron lejos de convertirlos en efectivos¡±, comenta Michael Shoebridge, del Instituto de Pol¨ªticas Estrat¨¦gicas de Australia. Varios de los expertos consultados se?alan a Singapur y Taiw¨¢n ¡ªque padecieron la epidemia de SARS¡ª y a Corea del Sur ¡ªque sufri¨® un brote de MERS, en 2015¡ª como ejemplo de lo contrario. ¡°Emplean tecnolog¨ªa puntera en la coordinaci¨®n y el control de la informaci¨®n, han invertido en innovaci¨®n y desarrollo de vacunas, en almacenamiento de EPIs (equipo de protecci¨®n integral)...¡±, explica Shoebridge.
El investigador Gary Cecchine, del laboratorio de ideas RAND, vinculado a las Fuerzas Armadas de EE UU, public¨® hace casi 15 a?os un informe ¡ªjunto a la recientemente fallecida Melinda Moore¡ª en el que reclamaba a la Secretar¨ªa de Defensa que considerara la prevenci¨®n de pandemias entre una de sus prioridades en el ¨¢mbito de la seguridad nacional. ¡°Visto con perspectiva ¡ªcomenta por tel¨¦fono¡ª, creo que es una cuesti¨®n de seguridad humana, trasciende lo nacional". Cecchine cree que, adem¨¢s de los progresos individuales que debe acometer cada pa¨ªs, es necesario dotar de m¨¢s recursos a la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS). ¡°Todos los pa¨ªses han de aliarse en la guerra contra las nuevas enfermedades. Es necesaria una coordinaci¨®n mucho m¨¢s profunda y plena transparencia¡±, sentencia.
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