El velo musulm¨¢n irrumpe en la campa?a electoral de Francia

A la salida de un mitin en Estrasburgo, Emmanuel Macron se top¨® hace una semana con una mujer con la cabeza cubierta con un velo isl¨¢mico que quer¨ªa saber si el presidente franc¨¦s es feminista. El candidato a la reelecci¨®n respondi¨® que s¨ª y le inquiri¨® a su vez si ella es feminista y si lleva hiyab porque quiere o porque la obligan. ¡°S¨ª, soy feminista (¡­) y llevo el velo porque quiero¡±, le replic¨®. Se?alando a las c¨¢maras de televisi¨®n que segu¨ªan atentamente la breve conversaci¨®n, Macron sonri¨®, contento de haber encontrado el momento perfecto para lanzar un ataque m¨¢s a su rival por el El¨ªseo el domingo que viene, la l¨ªder de extrema derecha, Marine Le Pen. ¡°Tener a una joven que porta el velo en Estrasburgo y que me pregunta si soy feminista, es la mejor de las respuestas a todas las tonter¨ªas que escucho¡±, se?al¨® el candidato centrista. ¡°Porque del otro lado est¨¢ la se?ora Le Pen, que dice que prohibir¨¢ el velo en lugares p¨²blicos¡±, record¨® sobre una de las promesas electorales de la l¨ªder del Reagrupamiento Nacional (RN).

El velo isl¨¢mico ha irrumpido, una vez m¨¢s, en la campa?a electoral francesa. Y, por una vez, la carrera no parece ser sobre qui¨¦n promete m¨¢s mano dura o intransigencia, sino qu¨¦ candidato es capaz de comprender mejor los matices de un debate que lleva a?os dividiendo a Francia. La segunda vuelta de los comicios presidenciales se va a celebrar este domingo entre dos candidatos que en los ¨²ltimos a?os han mantenido un discurso duro respecto al integrismo isl¨¢mico y una prenda, el hiyab, que muchos en Francia ven como un s¨ªmbolo de radicalizaci¨®n religiosa y una afrenta a la sacrosanta laicidad del pa¨ªs.

El giro no es fortuito: tanto Macron como Le Pen cortejan desde que se clasificaron para la segunda vuelta hace una semana a los 7,7 millones de votos que cosech¨® en la primera ronda el candidato de izquierda radical Jean-Luc M¨¦lenchon. El l¨ªder de Francia Insumisa se llev¨® la mayor parte de los votos musulmanes: el 69%, frente al 14% de Macron y 7% de Le Pen, seg¨²n una encuesta de Ifop para el diario cat¨®lico La Croix. Con unos seis millones de musulmanes practicantes, el islam es la segunda religi¨®n en Francia y su comunidad musulmana es la m¨¢s grande de Europa.

Pero m¨¢s all¨¢ del voto musulm¨¢n, el elector m¨¦lenchonista, calificado a menudo de ¡°islamo-izquierdista¡±, tiene en general una visi¨®n mucho menos estricta sobre la prenda isl¨¢mica que el resto de la izquierda. Y, sobre todo, que la extrema derecha, o incluso que un Macron que en sus cinco a?os de mandato ha hecho en esta materia m¨¢s gui?os a la derecha que a la izquierda, especialmente con la ley aprobada el a?o pasado para combatir el ¡°separatismo islamista¡±.

Hasta la primera vuelta, Le Pen jug¨® con un tono duro para limitar la competencia que supon¨ªa el otro candidato ultra, ?ric Zemmour, que ha llegado a equiparar el islam con el islamismo. Conjurado el peligro que supon¨ªa Zemmour, y necesitada de votos del otro extremo (los analistas estiman que hasta un tercio de los votantes de M¨¦lenchon en la primera vuelta podr¨ªan optar por el RN el domingo pr¨®ximo), tampoco Le Pen se muestra ya tan taxativa en torno al velo isl¨¢mico.

Un d¨ªa despu¨¦s de que una mujer mayor de origen argelino la interpelara el viernes durante un acto electoral en Vaucluse, en el sureste del pa¨ªs, dici¨¦ndole que el hiyab que porta es ¡°un s¨ªmbolo de abuela¡± y no un ¡°uniforme islamista¡±, como lo ha llegado a definir Le Pen durante la campa?a, la candidata de ultraderecha admiti¨® el fin de semana que el velo es un ¡°problema complejo¡± y que no quiere tener ¡°estrechez de miras¡± en la cuesti¨®n. Por ello, agreg¨®, la cuesti¨®n de la prohibici¨®n del velo en espacios p¨²blicos ¡ªpero no de otros s¨ªmbolos religiosos visibles como la kip¨¢ jud¨ªa¡ª es algo que deber¨ªa ser debatido en la Asamblea Nacional. Sin ir tan lejos como el alcalde de B¨¦ziers y apoyo de Le Pen, Robert M¨¦nard, que calific¨® la propuesta de prohibir el velo en la calle de ¡°error¡±, los lugartenientes lepenistas se han esforzado en las ¨²ltimas horas en bajar el tono de la pol¨¦mica recalificando la propuesta de ¡°prioridad¡± a un ¡°objetivo¡± a largo plazo.

Pero Le Pen no es la ¨²nica que ha moderado su discurso. Sin llegar jam¨¢s tan lejos como la candidata de extrema derecha, a Macron y su equipo se le reprocha haber mantenido tambi¨¦n una postura m¨¢s dura de la que ahora hace gala respecto al islam y el velo.

En 2019, el ministro de Educaci¨®n Nacional, Jean-Michel Blanquer, conden¨® la actitud de un pol¨ªtico del partido de Le Pen que inst¨® a quitarse el velo a una madre con hiyab que acompa?aba a una clase de estudiantes a una sesi¨®n del consejo regional de Bourgogne-Franche-Comt¨¦. No obstante, Blanquer admiti¨® que preferir¨ªa que una madre que participa en una actividad extraescolar no porte velo. ¡°El velo no es algo deseable en nuestra sociedad. No est¨¢ prohibido, pero tampoco deber¨ªa alentarse. Lo que [el velo] dice sobre la condici¨®n femenina no es conforme a nuestros valores¡±, dijo. Ese mismo a?o, varios miembros del Gobierno hab¨ªan criticado un hiyab deportivo lanzado por la firma Decathlon y que el gigante del deporte franc¨¦s acab¨® retirando.

M¨¢s recientemente, en mayo de 2021, la direcci¨®n del partido de Macron, La Rep¨²blica en Marcha (LREM), forz¨® a retirar el cartel electoral regional de Montpellier en el que una candidata posaba con hiyab.

El cortejo obligado al electorado m¨¦lenchonista ha forzado a Macron a reajustar en otros aspectos su programa. El s¨¢bado, prometi¨® en un mitin que, de ser reelegido, la ecolog¨ªa tendr¨¢ un espacio de mucho m¨¢s peso en su Gobierno. Y tambi¨¦n ha ¡°abierto la puerta¡± a una matizaci¨®n de su propuesta de aumentar la edad de jubilaci¨®n a los 65 a?os, otra l¨ªnea roja para muchos votantes que necesita este domingo si quiere repetir mandato.

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