La ultraderecha danesa llega a las elecciones d¨¦bil y fragmentada
El Partido Popular Dan¨¦s sufre una profunda crisis mientras otras dos formaciones extremistas lo superan en los sondeos, que apuntan a un aumento de votos en ese espacio pol¨ªtico
El Partido Popular Dan¨¦s (PPD) atraviesa el momento m¨¢s delicado desde su fundaci¨®n. La formaci¨®n que lleg¨® a ser la segunda fuerza parlamentaria de Dinamarca, y modelo para muchos partidos de ultraderecha en la UE, se enfrenta el pr¨®ximo martes a unas elecciones en las que se puede ver relegada a la irrelevancia. La sangr¨ªa de votos del PPD, que durante casi dos d¨¦cadas monopoliz¨® el discurso de extrema derecha en el pa¨ªs escandinavo, tratan de aprovecharla dos partidos radicales creados recientemente, a los que los sondeos otorgan un resultado claramente mejor. La fragmentaci¨®n del voto coloca a la ultraderecha en una posici¨®n d¨¦bil, a pesar de que probablemente sumar¨¢ m¨¢s votos que en las ¨²ltimas parlamentarias. Ninguna de las tres formaciones parece tener opciones de superar al Partido Liberal que, seg¨²n las encuestas, ser¨¢ la primera fuerza del bloque de la derecha en unos comicios en los que la socialdem¨®crata Mette Frederiksen se juega su continuidad al frente del Gobierno de Dinamarca.
¡°Muchos de los votantes tradicionales del PPD se han desencantado en los ¨²ltimos a?os¡±, comenta por videoconferencia Anita Nissen, profesora de la Universidad de Aalborg especializada en la extrema derecha europea. ¡°Consideran que el partido desaprovech¨® la oportunidad de llevar a cabo su programa pol¨ªtico tras lograr m¨¢s de una quinta parte de los votos en 2015¡å. Otro factor profundiz¨® a¨²n m¨¢s la deriva del PPD: muchas de sus propuestas antinmigraci¨®n, que durante a?os les relegaron al ostracismo, comenzaron a ser toleradas y en gran medida replicadas por casi todo el arco parlamentario dan¨¦s, incluidos los socialdem¨®cratas. ¡°La idea de una Dinamarca progresista y tolerante hace tiempo que qued¨® desfasada¡±, comenta por tel¨¦fono Karina Kosiara-Pedersen, profesora de Ciencias Pol¨ªticas en la Universidad de Copenhague. ¡°La situaci¨®n es completamente distinta a la de hace 25 a?os¡±, sostiene.
Los or¨ªgenes del PPD se remontan al Partido del Progreso, fundado en 1972 por Mogens Glistrup, un abogado especializado en derecho tributario que alardeaba de no pagar impuestos y reclamaba una dr¨¢stica bajada de los tipos impositivos. Un a?o despu¨¦s, el Partido del Progreso se convirti¨® en la segunda fuerza parlamentaria de Dinamarca con el 16% de los votos. Tras cumplir condena por evasi¨®n fiscal, Glistrup comenz¨® a definirse a s¨ª mismo como ¡°un racista¡± y a centrar su discurso en un rechazo frontal a la minor¨ªa musulmana que resid¨ªa en el pa¨ªs. Las luchas internas y una gesti¨®n ca¨®tica de la c¨²pula del partido derivaron en una fuga de votantes y una escisi¨®n. Cuatro diputados del Partido del Progreso fundaron en 1995 el DDP; mantuvieron la ret¨®rica nacionalista, pero abandonaron las cr¨ªticas a los elevados impuestos y se decantaron por reforzar las ayudas sociales para ¡°los trabajadores y los pensionistas daneses¡±. En 1998, en las primeras elecciones a las que concurri¨®, el DDP entr¨® en el Parlamento con casi el 8% de los votos.
El declive del PPD comenz¨® tras su arrollador resultado en los comicios de 2015, en los que se convirti¨® en la primera fuerza del bloque de la derecha ¡ªvencedor por un solo esca?o¡ª y solo fue superado por los socialdem¨®cratas; un escenario casi id¨¦ntico al que dejaron las parlamentarias suecas del pasado septiembre, que no se repetir¨¢ este martes en Dinamarca por la fragmentaci¨®n de la ultraderecha. El PPD opt¨® por no formar parte del nuevo Gobierno, que depender¨ªa por completo de su apoyo parlamentario. ¡°No creo que hubieran sido capaces de obtener el puesto de primer ministro. Sin embargo, est¨¢ claro que podr¨ªan haberse quedado algunos ministerios¡±, sostiene Nissen. El apoyo a un Ejecutivo formado por liberales y conservadores provoc¨® fricciones en el seno del partido extremista. Las discrepancias en materia econ¨®mica eran evidentes. ¡°Llegaron incluso a tener que votar varias veces en contra de sus principios¡±, explica Nissen.
Desde su fundaci¨®n y hasta las ¨²ltimas elecciones parlamentarias, el PPD no tuvo competidores a su derecha, salvo los pocos radicales que trataban de mantener vivo el Partido del Progreso y algunos grup¨²sculos con tendencias neonazis. En los comicios de hace tres a?os, en los que el PPD sufri¨® un tremendo batacazo al perder m¨¢s de la mitad de los votos cosechados en 2015, dos nuevos partidos trataron de abrirse hueco con un discurso todav¨ªa m¨¢s islam¨®fobo, L¨ªnea Dura y Nueva Derecha.
L¨ªnea Dura estaba liderado por Rasmus Paludan, un abogado con nacionalidad sueca y danesa que gan¨® repercusi¨®n medi¨¢tica con la quema de coranes en las zonas con mayor presencia de poblaci¨®n musulmana. Por su parte, Nueva Derecha surgi¨® como una escisi¨®n del Partido Conservador, con una clara apuesta por abandonar la UE y reducir los impuestos a las rentas m¨¢s altas. L¨ªnea Dura y Nueva Derecha pelearon por los votantes desencantados con el PPD y finalmente solo el segundo logr¨® acceder al Parlamento con el 2,4% de los votos. A la formaci¨®n de Paludan le faltaron poco m¨¢s de 10.000 sufragios para superar la barrera del 2%.
Nueva Derecha tiene hoy m¨¢s fuerza que entonces. Su programa econ¨®mico neoliberal cala especialmente entre hombres menores de 50 a?os. El PPD, al contrario, aboga por no reducir los impuestos y por reforzar la sanidad y aumentar las pensiones. Los votantes que permanecen fieles al PPD son en su mayor¨ªa jubilados; sus resultados entre los electores m¨¢s j¨®venes son p¨¦simos. En los ¨²ltimos dos a?os, la formaci¨®n ha apostado por endurecer su postura respecto a la UE y ya no reclama menos v¨ªnculos con Bruselas, sino el abandono del club comunitario. Tambi¨¦n ha dado un claro giro respecto al cambio clim¨¢tico ¡ªtema principal de la campa?a de 2019¡ª, dejando atr¨¢s el escepticismo y abrazando los estudios cient¨ªficos.
La crisis del PPD continu¨® agrav¨¢ndose tras la debacle de las ¨²ltimas parlamentarias. Kristian Thule Dahl, que encabez¨® la formaci¨®n desde 2012 hasta el pasado enero, renunci¨® tras un nuevo varapalo en los comicios municipales del a?o pasado, en los que apenas obtuvo el 4% de los apoyos. Le sucedi¨® en el cargo Morten Messerschmidt, cabeza de lista en las elecciones europeas de 2014, en las que el PPD qued¨® en primera posici¨®n con casi el 27% de los sufragios. El liderazgo de Messerschmidt no ha hecho m¨¢s que ahondar la crisis. En agosto, el l¨ªder del PPD fue sentenciado a seis meses de libertad condicional por apropiaci¨®n indebida de fondos comunitarios y falsificaci¨®n de documentos. Aunque posteriormente la condena qued¨® suspendida, los problemas judiciales de Messerschmidt ya hab¨ªan provocado que 10 de sus 16 diputados abandonaran la formaci¨®n.
En las elecciones del pr¨®ximo martes no se podr¨¢ escoger la papeleta de L¨ªnea Dura, ya que Paludan ha sido incapaz de reunir las firmas necesarias. Sin embargo, en los ¨²ltimos meses ha surgido con fuerza un nuevo partido de extrema derecha, Dem¨®cratas de Dinamarca, un nombre que alude claramente a la segunda fuerza pol¨ªtica en el Parlamento sueco. La formaci¨®n est¨¢ dirigida por Inger Stojberg, titular de Integraci¨®n entre 2015 y 2019. La exmilitante del Partido Liberal fue condenada el pasado diciembre a una pena privativa de libertad por ordenar que todas las parejas de solicitantes de asilo en las que uno fuese menor deb¨ªan ser alojadas en lugares distintos.
Una vez pudo quitarse de su tobillo derecho el dispositivo electr¨®nico que la manten¨ªa recluida en su domicilio, Stojberg se embarc¨® en su nueva aventura pol¨ªtica. Cre¨® un nuevo grupo parlamentario al que se sumaron siete de los tr¨¢nsfugas del PPD y comenz¨® a despegar en los sondeos. ¡°Dem¨®cratas de Dinamarca est¨¢ siendo muy ambiguo en algunos de los asuntos principales de la campa?a¡±, comenta Nissen. ¡°Por el momento est¨¢ evitando hacer propuestas tan duras como las de Dem¨®cratas de Suecia¡±, prosigue. Stojberg ha decidido basar su campa?a en exigir m¨¢s recursos para las zonas rurales y criticar a ¡°la ¨¦lite de Copenhague¡±.
Los sondeos apuntan a que el pr¨®ximo martes el PPD obtendr¨¢ poco m¨¢s del 2% de los votos, Nueva Derecha se sit¨²a en torno al 5%, mientras que Dem¨®cratas de Dinamarca puede quedar cerca del 10% de los sufragios. A pesar de que es probable que la suma de votos de los tres partidos superen los votos cosechados por cualquier formaci¨®n de la derecha, las encuestas colocan al Partido Liberal como la primera fuerza de su bloque, con entre el 11% y el 15% de los apoyos, y a los socialdem¨®cratas como vencedores con alrededor del 25%.
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