Arabia Saud¨ª, donde la pena de muerte se maquilla con petrod¨®lares
El pa¨ªs, con un grave expediente de incumplimiento de derechos humanos, utiliza el deporte como una de las principales herramientas para comprar favores en el mundo. El de Rafa Nadal es el ¨²ltimo caso
Cuando la Federaci¨®n de Tenis de Arabia Saud¨ª anunci¨® que su nuevo embajador ser¨ªa Rafael Nadal, este declar¨® lo siguiente sobre el pa¨ªs: ¡°Mires por donde mires, all¨ª puedes ver crecimiento y desarrollo¡±. Mientras tanto, Abdullah al Derazi y Jalal Labbad, de 27 y 21 a?os, llevan a?os en prisi¨®n, esperando sus respectivas condenas a muerte. El delito: haber participado en protestas antigubernamentales cuando eran menores de edad. Estos dos casos son los ¨²ltimos que han salido a la luz sobre un pa¨ªs con un grave historial de represi¨®n, torturas, asesinatos y hasta sospechas de cr¨ªmenes de lesa humanidad. Todo ello, mientras el pr¨ªncipe heredero y l¨ªder de facto, Mohamed bin Salm¨¢n, invierte cantidades millonarias en financiar eventos deportivos y a atletas de renombre para limpiar su reputaci¨®n y ganar legitimidad en el escenario internacional.
Si bien Arabia Saud¨ª tradicionalmente ha encabezado las clasificaciones m¨¢s nefastas en materia de derechos humanos, en 2024 el panorama es m¨¢s sombr¨ªo que nunca. Lina Hathloul, responsable de incidencia pol¨ªtica de la ONG saud¨ª ALQST, denuncia que el pa¨ªs se ha convertido en una dictadura en la que todas las instituciones han sido aniquiladas. ¡°Es un Estado policial gobernado por una sola persona y donde no sabes cu¨¢les son las l¨ªneas rojas, cu¨¢ndo te arrestar¨¢n ni por qu¨¦. Y si te arrestan, te pueden internar en centros de detenci¨®n no oficiales donde te torturar¨¢n¡±, asegura. ¡°Se ha detenido a personas solo por publicar tuits en los que ped¨ªan la liberaci¨®n de activistas. Tambi¨¦n por hablar sobre desempleo. Todo lo que se considere una cr¨ªtica a las pol¨ªticas gubernamentales se criminaliza¡±, advierte desde su exilio en Bruselas.
Escribir en X, el antiguo Twitter, es lo que le va a costar la vida a Mohammad bin Nasser al Ghamdi, un profesor retirado de 54 a?os condenado a muerte, acusado de terrorismo, por unos mensajes en los que criticaba al rey y al pr¨ªncipe heredero y ped¨ªa la libertad de activistas detenidos. Al Ghamdi solo ten¨ªa 10 seguidores en su cuenta. ¡°Pr¨¢cticamente, todos los activistas, periodistas independientes o escritores han sido objeto de detenci¨®n arbitraria y objeto de juicios injustos¡±, sostiene Esteban Beltr¨¢n, director de Amnist¨ªa Internacional Espa?a, quien recuerda adem¨¢s, que se mantiene la prohibici¨®n de formar partidos, sindicatos o cualquier grupo independientes, y que todas las manifestaciones est¨¢n prohibidas.
En 2023, Arabia Saud¨ª detuvo y encarcel¨® al menos a 68 personas por delitos contra la libertad de expresi¨®n, reuni¨®n y asociaci¨®n, seg¨²n el recuento de Amnist¨ªa, pero no se sabe cu¨¢ntas llenan las prisiones del pa¨ªs. Entre 2018 y 2023, 556 presos fueron ejecutados, principalmente mediante decapitaci¨®n. 2022 fue el a?o r¨¦cord, con 196 muertes. Entre enero y octubre de 2023, la justicia saud¨ª acab¨® con la vida de 112 s¨²bditos.
En los mismos a?os, aproximadamente, el pa¨ªs alcanz¨® tambi¨¦n el r¨¦cord de inversiones para blanquear su imagen a trav¨¦s del patrocinio de eventos deportivos o de atletas de alto nivel: 6.300 millones de euros desde el a?o 2021, seg¨²n una investigaci¨®n de The Guardian; el equivalente al PIB de pa¨ªses como Montenegro o Barbados.
Estas inversiones millonarias forman parte de la pr¨¢ctica del sportwashing (seg¨²n el t¨¦rmino en ingl¨¦s) o lavado de imagen a trav¨¦s del deporte y provienen del llamado Fondo de Inversi¨®n P¨²blica. Es uno de los mayores fondos soberanos del mundo, con activos que rondan los 600.000 millones de euros, y se cre¨® en 2016 dentro del ambicioso plan de reformas internas de Bin Salm¨¢n llamado Vision 2030, compuesto por una serie de medidas encaminadas a que el pa¨ªs sea menos dependiente del petr¨®leo. ¡°Lo que intenta hacer es tapar todo lo que est¨¢ ocurriendo en el pa¨ªs, porque este ambicioso plan econ¨®mico no tiene nada que ver con cambios sociales ni pol¨ªticos¡±, explica Beltr¨¢n.
Sueldos astron¨®micos
De ah¨ª han salido las cantidades astron¨®micas pagadas a Rafa Nadal, a Cristiano Ronaldo, Karim Benzema o a Neymar, pero tambi¨¦n a la Federaci¨®n de F¨²tbol espa?ola por la celebraci¨®n de la Supercopa en Arabia Saud¨ª, al golfista espa?ol Jon Rahm o a la Asociaci¨®n de Golfistas Profesionales (PGA), la m¨¢s importante de este deporte a nivel global. De ah¨ª tambi¨¦n saldr¨¢n los fondos para organizar los Juegos Asi¨¢ticos de Invierno de 2029, que ser¨¢n en Arabia Saud¨ª a pesar de ser un pa¨ªs pr¨¢cticamente sin nieve. ¡°El pr¨ªncipe ha estado jugando todas las cartas que pod¨ªa para recuperar la respetabilidad en el escenario internacional. Por supuesto, nada de esto le redime de violar masivamente los derechos humanos de su pueblo¡±, observa Ahmed Benchemsi, director de comunicaciones para Oriente Pr¨®ximo y el Norte de ?frica de Human Rights Watch.
De hecho, Arabia Saud¨ª ha sabido jugar sus cartas hasta el punto de haber dado completamente la vuelta a su reputaci¨®n en unos pocos a?os. Cuando en 2018 el periodista Jamal Khashoggi fue descuartizado y asesinado en el consulado saud¨ª de Estambul, la comunidad internacional dio la espalda a Riad. Incluso Joe Biden anim¨® a convertir al pa¨ªs en un ¡°paria¡± poco antes de asumir la presidencia de Estados Unidos, en 2021. En 2022, el mundo se olvid¨® de Khashoggi y hasta Biden visit¨® Riad para recomponer relaciones.
Porque mientras que la promoci¨®n del turismo y los deportes muestran la cara m¨¢s amable del pa¨ªs, en el plano geopol¨ªtico tambi¨¦n se obtienen frutos. Por ejemplo, a ra¨ªz de la invasi¨®n a gran escala de Rusia en Ucrania, cuando Occidente empez¨® a necesitar m¨¢s producci¨®n de petr¨®leo, recurrieron a los saud¨ªes. Hathloul apunta a que EE UU hace las concesiones que Bin Salm¨¢n quiera, ya sea en negocios de armas o no condenando la situaci¨®n de los derechos humanos, con tal de que normalice las relaciones con su gran aliado, Israel, algo que estaba a punto de ocurrir justo antes del ataque de Ham¨¢s en territorio israel¨ª el pasado 7 de octubre.
¡°Bin Salm¨¢n no tiene legitimidad; tiene el Gobierno porque su padre le ha dado el t¨ªtulo de pr¨ªncipe heredero cuando se supon¨ªa que no deb¨ªa serlo. Tuvo que encarcelar a todos sus primos, el pueblo saud¨ª no lo eligi¨®. Lo ¨²nico que realmente le permite estar en el poder es que Occidente lo ha aceptado¡±, analiza Hathloul, que adem¨¢s es hermana de la tambi¨¦n activista Loujain Hathloul, encarcelada varios a?os por promover el derecho de las mujeres a conducir.
Mientras tanto, los activistas en el exilio y las organizaciones de derechos humanos siguen denunciando los cr¨ªmenes saud¨ªes y piden que figuras como Nadal empleen su influencia para que no caiga en el olvido la situaci¨®n de las mujeres ¡ª¡°estamos hablando de un pa¨ªs donde las mujeres est¨¢n legalmente sometidas a sus tutores varones¡°, recuerda Benchemsi¡ª. O la matanza de migrantes et¨ªopes perpetrada por la polic¨ªa saud¨ª en la frontera con Yemen el pasado verano. ¡°Disparaban contra mujeres, hombres y ni?os desarmados que caminaban hacia su frontera. Mataron a cientos de ellos en lo que llamamos un posible crimen de lesa humanidad¡±, denuncia el representante de HRW.
O para salvar vidas como la de los j¨®venes Al Derazi y Labbad, en riesgo inminente de ejecuci¨®n, la del profesor Al Ghamdi, o la de Manahel al Otaibi, una instructora de entrenamiento f¨ªsico de 29 a?os que fue detenida por llevar mal puesta la abaya (el vestido suelto que evita mostrar las formas del cuerpo de las mujeres) y por publicar mensajes feministas. Lleva desaparecida desde noviembre y nadie en la comunidad internacional ha dado la voz de alarma. ¡°Es muy triste ver que alguien como Nadal haya aceptado que se compre su silencio¡±, lamenta Hathloul.
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