Sunak adelanta al 4 de julio las elecciones en el Reino Unido
El primer ministro conf¨ªa en que la mejora en la inflaci¨®n y las deportaciones de inmigrantes a Ruanda favorezcan el voto a los conservadores. Las encuestas dan una c¨®moda victoria a la oposici¨®n laborista
En medio de las brasas, puede tener sentido agarrarse a un clavo ardiendo. Rishi Sunak ha aprovechado el descenso de la inflaci¨®n en el Reino Unido el pasado abril al 2,3% para despejar la gran duda pol¨ªtica de los ¨²ltimos meses. El primer ministro brit¨¢nico ha anunciado este mi¨¦rcoles un adelanto de las elecciones generales ¡ªprevistas hasta ahora para el oto?o¡ª para el 4 de julio. Los conservadores se sit¨²an al menos 20 puntos porcentuales detr¨¢s del Partido Laborista en todas las encuestas, y hay un consenso general en el pa¨ªs en torno a la posibilidad, cada vez m¨¢s real, de que Keir Starmer sea el pr¨®ximo inquilino de Downing Street. El movimiento de Sunak, cobijado bajo unos datos econ¨®micos que pronostican una raqu¨ªtica mejor¨ªa del pa¨ªs, se interpreta m¨¢s bien como el modo de poner fin a la agon¨ªa final de m¨¢s de 14 a?os de gobiernos tories.
La cifra de la inflaci¨®n, aun siendo buena, es peor de lo previsto por los analistas (2,1%); el crecimiento de la econom¨ªa en el primer trimestre del a?o ha sido apenas de un 0,6%; nadie conf¨ªa hoy en que el Banco de Inglaterra vaya a recortar el tipo de inter¨¦s en su reuni¨®n de junio; y, finalmente, su equipo ya ha advertido a Sunak de que no tiene margen para una nueva bajada de impuestos antes de fin de a?o. El primer ministro ha convocado de urgencia a su Gobierno a primera hora de este mi¨¦rcoles para comunicar a sus miembros la decisi¨®n, antes del anuncio del adelanto electoral a las puertas de Downing Street.
¡°Estas elecciones tendr¨¢n lugar cuando el mundo est¨¢ en la situaci¨®n de mayor peligro desde la II Guerra Mundial. La Rusia de Putin ha lanzado una guerra brutal contra Ucrania, y no se detendr¨¢ all¨ª si logra triunfar Siempre he sido honesto sobre lo que era necesario hacer en tiempos de dificultad. Me gu¨ªa lo que considero mejor para el pa¨ªs, no lo m¨¢s f¨¢cil. No puede decirse lo mismo de mi rival en el Partido Laborista¡±, ha asegurado Sunak a las puertas de Downing Street, bajo una incesante lluvia que en los pocos minutos de su intervenci¨®n ha calado al primer ministro. Toda una met¨¢fora de un pol¨ªtico menguante desesperado por agrandar su imagen ante el electorado.
A pocos metros, en la calle, un grupo de manifestantes hac¨ªa sonar a todo volumen Things Can Only Get Better (Las cosas solo pueden mejorar), la canci¨®n de los irlandeses D:Ream que Tony Blair utiliz¨® como banda sonora en su exitosa campa?a de 1997. Ni el peor enemigo de Sunak habr¨ªa podido dise?ar peor escenograf¨ªa ¡ªla lluvia¡ª o banda sonora m¨¢s humillante.
¡°El 5 de julio, bien Keir Starmer o yo seremos primer ministro¡±, dec¨ªa, en una rara admisi¨®n de que sus posibilidades de triunfo son m¨¢s bien reducidas. ¡°?l [Starmer] ha demostrado, una y otra vez, que siempre va a tomar el camino f¨¢cil para llegar al poder. No ha tenido problema en abandonar muchas de las promesas que hizo para hacerse con el liderazgo del Partido Laborista. ?C¨®mo podemos saber ahora que no har¨¢ lo mismo si llega a Downing Street?¡±, ha dicho Sunak, que daba as¨ª pistas de su estrategia electoral: despertar entre el votante conservador el miedo a la izquierda.
Las pasadas elecciones municipales de Inglaterra, a principios de este mes, ofrecieron una clara demostraci¨®n real del estado de ¨¢nimo de los votantes. El Partido Conservador perdi¨® casi medio millar de sus concejales, pero sobre todo fue duramente castigado en ¨¢reas donde, en circunstancias normales, habr¨ªa podido revalidar su mandato.
Sunak lleg¨® al poder despu¨¦s del fiasco de su predecesora Liz Truss, que en menos de dos meses logr¨® hundir la libra esterlina y la credibilidad internacional del Reino Unido con un plan dr¨¢stico de rebaja de impuestos que alert¨® a los mercados por su falta de rigor fiscal. Sunak, exministro de Econom¨ªa cuya dimisi¨®n contribuy¨® decisivamente a que cayera el Gobierno de Boris Johnson, fue seleccionado por los diputados del grupo parlamentario conservador ¡ªno por las bases del partido¡ª para rescatar las cuentas del pa¨ªs. De origen indio, aunque nacido en Southampton, hind¨² practicante e hijo de un m¨¦dico y una farmac¨¦utica que hab¨ªan trabajado duramente para dar a su hijo una educaci¨®n privada de primer nivel, Sunak representaba una tecnocracia moderna y seria frente a los bandazos ideol¨®gicos de sus predecesores Truss y Johnson.
El primer ministro fue educado en Oxford y Stanford y est¨¢ casado con Akshata Murty, la hija del multimillonario indio Narayana Murthy, el fundador de Infosys que revolucion¨® el sector de servicios de la nueva tecnolog¨ªa digital. Con 250.000 empleados por todo el mundo, Murthy y su familia poseen una de las mayores fortunas del planeta.
Despu¨¦s de batallar con los tribunales, de aprobar una ley que cercena casi por completo la posibilidad de solicitar asilo a los reci¨¦n llegados, y de amenazar con desafiar la legalidad internacional si el Tribunal Europeo de Derechos Humanos se opone a sus deportaciones, Sunak ha prometido que los primeros vuelos a Ruanda despegar¨¢n en julio. Justo cuando los votantes conservadores, obsesionados con la cuesti¨®n migratoria casi tanto como con la econom¨ªa, han sido convocados a las urnas.
Starmer toca Downing Street con la mano
El l¨ªder del Partido Laborista, que hered¨® una formaci¨®n muy escorada a la izquierda con su predecesor, Jeremy Corbin, se ha esforzado durante cuatro a?os en volver al centro y rescatar la imagen de moderaci¨®n y apoyo de las clases medias con la que Tony Blair obtuvo su ¨¦xito.
De la mano de la portavoz de Econom¨ªa ¡ªy futura ministra, si las encuestas se confirman¡ª, Rachel Reeves, Starmer ha logrado transmitir una imagen de rigor econ¨®mico y responsabilidad presupuestaria, adem¨¢s de seducir a los empresarios brit¨¢nicos. El precio a cambio ha sido borrar de su discurso cualquier referencia al Brexit y descartar de modo tajante una vuelta del Reino Unido al club comunitario, o a su espacio aduanero o mercado interior. El l¨ªder laborista era muy consciente de que un discurso en esa l¨ªnea habr¨ªa espantado a todos esos millones de votantes tradicionales de la izquierda que en 2019 cayeron seducidos por el populismo de Johnson.
¡°Votar por el Partido Laborista hoy es votar por la estabilidad econ¨®mica y pol¨ªtica. Un voto para acabar con todo este caos, porque ha llegado el tiempo del cambio. Nuestra oferta consiste en ¡®resetear¡¯ la econom¨ªa y nuestra pol¨ªtica para que se pongan de nuevo al servicio de la gente trabajadora¡±, ha asegurado el candidato de la oposici¨®n minutos despu¨¦s de que Sunak anunciara el adelanto electoral. Change (Cambio) era la palabra m¨¢s repetida este mi¨¦rcoles en los discursos y propaganda del laborismo. Un eslogan pol¨ªtico tan cl¨¢sico y tan usado como eficaz resulta cuando las ganas de cambio son reales entre el electorado.
Starmer fue capaz de cortar de ra¨ªz, nada m¨¢s hacerse con las riendas de la direcci¨®n laborista, todos los episodios de antisemitismo que hab¨ªan emponzo?ado el clima interno del partido en los ¨²ltimos a?os, hasta el punto de ordenar la expulsi¨®n de Corbyn del grupo parlamentario.
En los ¨²ltimos meses, su defensa del derecho de Israel a responder a los ataques de Ham¨¢s el 7 de octubre, o su tardanza y tibieza a la hora de reclamar un alto el fuego, han hecho que un buen pu?ado de representantes laboristas municipales, en zonas con mucha poblaci¨®n musulmana, abandonaran sus cargos. E incluso tuvo que frenar, con un giro de ¨²ltima hora, una rebeli¨®n de sus diputados, dispuestos a respaldar una moci¨®n parlamentaria en favor de Palestina que iba m¨¢s lejos que la l¨ªnea oficial del partido.
A cambio, Starmer ha conseguido convencer a una mayor¨ªa de brit¨¢nicos de que su triunfo es ya inevitable. Siete de cada diez ciudadanos est¨¢n ya seguros de que el pr¨®ximo Gobierno del Reino Unido ser¨¢ laborista, seg¨²n la empresa de sondeos YouGov.
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