El tortuoso camino de Polonia para restaurar la salud democr¨¢tica
A punto de cumplirse seis meses de su llegada al poder, el Gobierno de Tusk ha logrado victorias como el desbloqueo de los fondos europeos, pero se ha enfrentado a obst¨¢culos dif¨ªciles de salvar y momentos pol¨¦micos
La experiencia de Polonia es una advertencia para una UE con la ultraderecha en auge en las encuestas. Despu¨¦s de ocho a?os de Gobierno ultraconservador de Ley y Justicia (PiS) que socav¨® el Estado de derecho, el Ejecutivo liberal de Donald Tusk ¡ªuna coalici¨®n de partidos de centroderecha con una minor¨ªa progresista¡ª se enfrenta a grandes retos para restaurar la salud democr¨¢tica. Han sido casi seis meses desde que lleg¨® al poder, que ya suman victorias, pero que tambi¨¦n han estado sembrados de obst¨¢culos, pol¨¦micas y desaf¨ªos.
Radoslaw Markowski, director del Centro para el Estudio de la Democracia de la Universidad SWPS de Varsovia, define el proceso como una ¡°batalla cuesta arriba¡± que se enfrenta al ¡°sabotaje continuo¡± del presidente, Andrzej Duda (miembro de PiS hasta que asumi¨® el cargo). La tarea principal para desmantelar ¡°el r¨¦gimen de clientelismo autoritario¡±, como define las legislaturas ultraconservadoras entre 2015 y 2023, es recomponer el Estado de derecho.
El arquitecto de esa gran reconstrucci¨®n es el ministro de Justicia, el jurista y ex Defensor del Pueblo Adam Bodnar. En conversaci¨®n con EL PA?S, coincide en que uno de sus principales obst¨¢culos es que no cuentan con la mayor¨ªa parlamentaria de tres quintos necesaria para revertir el veto del presidente, que Duda ejerce con frecuencia. El ministro se?ala que algunas leyes tendr¨¢n que aguardar a un presidente m¨¢s amigable, espera que tras las elecciones de 2025. ¡°Empleamos m¨¦todos no legislativos, pero tenemos posibilidades limitadas de hacer las cosas de forma integral¡±, resume Bodnar.
El antiguo Gobierno controlado por Jaroslaw Kaczinsky ¡°asalt¨®¡± la justicia ¡°desde el mismo instante en que lleg¨® al poder¡±, asegura Markowski. Los cr¨ªticos denuncian que coloc¨® a personas afines en el Tribunal Constitucional, el Supremo y el Consejo Nacional de la Judicatura (KRS, en sus siglas en polaco), el ¨®rgano de Gobierno de los jueces, que pas¨® a ser elegido por pol¨ªticos en lugar de por los jueces. Tobiasz Bochenski, candidato de PiS en las elecciones europeas y doctor en Derecho, asegura, sin embargo, que la reforma judicial de su partido se inspir¨® en pa¨ªses como Alemania y Espa?a. El diputado sostiene que estaba pensada para mejorar la eficacia del sistema y reformar la carrera judicial, en manos ¡°de una oligarqu¨ªa¡±.
Los cambios que impuls¨® el exministro de Justicia Zbigniew Ziobro, incluyendo el sistema disciplinario de los jueces, comprometieron la independencia judicial, seg¨²n la Comisi¨®n Europea, y le cost¨® al pa¨ªs la suspensi¨®n de 59.800 millones de euros de los fondos de recuperaci¨®n. Tambi¨¦n el inicio, junto a Hungr¨ªa, del procedimiento que puede retirar el derecho de voto en el Consejo.
¡°Victoria¡± en Europa
Bodnar, con un plan de acci¨®n y un compromiso firme de reformas, ha conseguido que el dinero haya empezado a fluir hacia Varsovia y que la Comisi¨®n haya cerrado definitivamente esta semana el procedimiento del art¨ªculo 7. ¡°Una gran victoria¡±, seg¨²n Jakub Jaraczewski, director de investigaci¨®n del centro de pensamiento Democracy Reporting International, porque lo ha logrado despu¨¦s de introducir ¡°algunas mejoras en el Estado de derecho, pero sin grandes reformas¡±. Como otros analistas, el experto cree que la decisi¨®n de la Comisi¨®n, m¨¢s basada en promesas que en hechos, tiene motivaci¨®n pol¨ªtica.
Tusk gan¨® las elecciones prometiendo mano dura contra sus antecesores y una limpieza profunda para recuperar las instituciones controladas por PiS. M¨¢s all¨¢ de las reflexiones sobre el doble rasero de la Comisi¨®n o el deseo de venganza de una parte de la sociedad y la pol¨ªtica, algunos juristas denunciaron que los primeros movimientos del Gobierno se realizaron al borde de la legalidad y en alg¨²n caso, infringiendo la ley. El m¨¢s claro ocurri¨® pocos d¨ªas despu¨¦s de su investidura, con el primer intento de tomar los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos, acompa?ado de escenas esperp¨¦nticas como sentadas de pol¨ªticos de PiS en las sedes de esos medios. Tras esos d¨ªas convulsos, la televisi¨®n p¨²blica ha cambiado la programaci¨®n propagand¨ªstica que difund¨ªa cultura del odio para emitir informativos menos partidistas. La opini¨®n generalizada es que ahora son muy aburridos.
La controversia se ha trasladado ahora a la comunidad jur¨ªdica, a cuenta de la reforma del poder judicial. El gran embrollo es qu¨¦ hacer con los m¨¢s de 2.500 jueces ¡ªy sus sentencias¡ª que nombr¨® el Consejo Nacional de la Judicatura durante la ¨¦poca de PiS, teniendo en cuenta que muchas designaciones y ascensos tuvieron motivaciones pol¨ªticas. Las principales asociaciones de jueces quieren ver a esos magistrados, conocidos como neojueces, destituidos y sin posibilidad de participar en las decisiones del ¨®rgano de gobierno de los jueces. Otras organizaciones, como la de Jaraczewski, la Fundaci¨®n Helsinki para los derechos humanos o Amnist¨ªa Internacional, creen que debe estudiarse cada caso y defienden, en l¨ªnea con la Comisi¨®n de Venecia, que estos neojueces puedan participar en el KRS. ¡°La tensi¨®n y la fricci¨®n son significativas¡±, describe Jaraczewski. Seg¨²n Bodnar, el Gobierno todav¨ªa est¨¢ reflexionando sobre el tema.
Malgorzata Szuleka, del consejo de la Fundaci¨®n Helsinki para los derechos humanos, donde en el pasado trabaj¨® Bodnar, reflexiona sobre un fen¨®meno que empa?a tambi¨¦n el proceso de vuelta a la normalidad democr¨¢tica. Como entidad de control del poder, su organizaci¨®n ha criticado al nuevo Gobierno cuando ha dado pasos dudosos. En una sociedad profundamente polarizada que sale de un Ejecutivo con tintes autoritarios, criticar a los liberales est¨¢ mal visto. Hay incluso un adjetivo con carga despectiva: ¡°Simetrista¡±. ¡°Nos llaman de todo, incluso ¡®frente de defensa de los neojueces¡±, cuenta Szuleka en su oficina cercana al Parlamento, cuando lo que buscan es que el proceso de restauraci¨®n del Estado de derecho sea incuestionable.
La ley del poder judicial se encuentra ya en el Senado, a pocos pasos de la firma o el veto de Duda. Otra norma con un futuro a¨²n m¨¢s incierto es la que pretende reformar el Constitucional, un ¨®rgano instrumentalizado por PiS. Como en el Tribunal se sientan tres jueces cuyo nombramiento se considera il¨ªcito, y una presidenta cuyo mandato se cree agotado, el Sejm, la C¨¢mara baja del Parlamento, aprob¨® una moci¨®n que lo despoja de legitimidad. El Gobierno, como reconoce el ministro, ignora las decisiones del Tribunal, que se opone sistem¨¢ticamente a toda iniciativa del Ejecutivo.
Freno electoral
A largo plazo, Bodnar espera que los partidos pol¨ªticos se pongan de acuerdo para hacer un ¡°reseteo constitucional¡±, pero cree que el momento no ha llegado. La sucesi¨®n de elecciones no ayuda. Polonia celebr¨® comicios regionales y locales en marzo y abril y se encuentra sumida en la campa?a por las europeas. En el horizonte est¨¢n las presidenciales de 2025.
Las elecciones, con una coalici¨®n muy diversa que se dirige a votantes muy distintos, tambi¨¦n han impedido avanzar en otros pilares de las sociedades democr¨¢ticas consolidadas, como los derechos civiles. Milosz Hodun, presidente de la Fundaci¨®n Projekt: Polska, describe los Gobiernos de PiS ¡°como tiempos muy oscuros¡±. Los ultraconservadores cortaron los fondos y al acceso a la Administraci¨®n a las ONG y organizaciones de defensa del derecho al aborto, de los migrantes, los refugiados, la comunidad LGTBI, etc., y crearon una red alternativa. ¡°Aprendimos a ser independientes y algunas se volvieron m¨¢s activas que nunca¡±, explica en su despacho del centro de Varsovia.
¡°PiS no cambi¨® muchas leyes, pero cre¨® un ambiente de odio hacia las personas LGTBI, los activistas, los jueces, los fiscales¡¡±, explica Hodun. Ahora hay incluso ministras de Sociedad Civil y de Igualdad. Otra cosa es que el socio m¨¢s conservador del Gobierno, la coalici¨®n Tercera V¨ªa, est¨¦ ralentizando leyes muy esperadas, como la legalizaci¨®n del aborto o el matrimonio igualitario, que se quedar¨¢ en uniones civiles. ¡°Los conflictos internos son muy visibles¡±, se?ala el analista, que reconoce que la ilusi¨®n que gener¨® la victoria de los liberales se est¨¢ disipando porque mucha gente est¨¢ impaciente porque los cambios no llegan.
Szuleka no ten¨ªa grandes expectativas en el ¨¢mbito de los derechos humanos, aunque reconoce que ha cambiado la ret¨®rica, ¡°lo cual es liberador despu¨¦s de ocho a?os de ser considerado un agente de Soros¡±. En cuanto al Estado de derecho, su otro ¨¢mbito de acci¨®n, afirma que ella estaba entre quienes pensaban que el proceso iba a ser ¡°largo, enrevesado y doloroso¡±. ¡°Hemos abierto un nuevo cap¨ªtulo de una gran crisis, que contin¨²a¡±.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.