Qu¨¦ significa para Biden el triunfo republicano en la C¨¢mara de Representantes
El partido conservador amenaza con librar a Trump de sus l¨ªos judiciales, limitar el ¡°cheque en blanco¡± a Ucrania e ¡®impeachments¡¯ a varios funcionarios de la Administraci¨®n dem¨®crata
De las muchas inc¨®gnitas que deja el ag¨®nico triunfo del Partido Republicano en la C¨¢mara de Representantes (cuya mayor¨ªa se aseguraron ocho d¨ªas despu¨¦s de la celebraci¨®n de las elecciones legislativas del 8 de noviembre), tres destacan por encima del resto. ?Usar¨¢n su reci¨¦n recobrado poder para eximir al expresidente Donald Trump de enfrentarse a las mismas consecuencias legales por sus presuntos cr¨ªmenes que cualquier otro ciudadano? ?Seguir¨¢ Estados Unidos apoyando con la misma determinaci¨®n a Ucrania en su defensa de la invasi¨®n rusa? ?Y emplear¨¢n los conservadores su poder en la C¨¢mara baja para usar el techo de deuda como reh¨¦n en las negociaciones presupuestarias?
El presidente Joe Biden ha contado con el apoyo del Congreso y el Senado, dominado por los dem¨®cratas, durante estos dos a?os. Es un privilegio que suele durarles poco a los inquilinos de La Casa Blanca: acostumbran a perderlo en las elecciones de medio mandato, que tradicionalmente se plantean como un examen al partido en el poder.
A partir de ahora, el Ejecutivo contar¨¢ con la complicidad de la C¨¢mara alta, que los dem¨®cratas se han asegurado, pero no de la baja. Ah¨ª, la ventaja obtenida por los republicanos, que podr¨ªa quedar en torno a los siete esca?os, es mucho menor de la esperada. Estar¨¢ en su mano hacer la vida imposible a Biden, como prometen, pero no con tanto desahogo como el que habr¨ªan deseado. Aunque el presidente tiene el poder de veto sobre la legislaci¨®n que salga de la C¨¢mara, es previsible que los republicanos impulsen proyectos de ley condenados al fracaso para lanzar mensajes a los electores sobre las prioridades de su agenda.
Cuando jur¨® el cargo, Biden ven¨ªa decidido a unir el pa¨ªs. Prometi¨® dejar atr¨¢s el legado de Donald Trump, polarizador en jefe, pero casi dos a?os despu¨¦s, la confrontaci¨®n entre los dos bloques est¨¢ m¨¢s viva que nunca. Los electores le han pasado la cuenta de la inflaci¨®n desbocada, la criminalidad en las grandes ciudades y la crisis migratoria en la frontera Sur. El presidente dem¨®crata lleg¨® tambi¨¦n con un ambicioso plan econ¨®mico, una especie de New Deal 2.0, en la estela de Franklin Delano Roosevelt. Ahora se abre un periodo de dos a?os en los que a lo m¨¢ximo que podr¨¢ aspirar en su agenda dom¨¦stica es a defender los logros de la primera mitad de su mandato en asuntos como las infraestructuras, el freno al cambio clim¨¢tico, la condonaci¨®n de la deuda estudiantil o el subsidio a los medicamentos. Todo indica que sus siguientes objetivos, entre los que figuraban cambios en las leyes electorales o la codificaci¨®n de los derechos reproductivos de las mujeres, tendr¨¢n que esperar.
Lo primero que cambiar¨¢, cuando llegue el relevo a principios del a?o que viene, es el control de la C¨¢mara de Representantes. Pasar¨¢ de la veterana Nancy Pelosi, dem¨®crata de San Francisco que lleva en el Congreso 35 a?os y ha sido su presidenta en dos ocasiones (2007 a 2011, y desde 2019), a otro californiano, Kevin McCarthy. Toda una inc¨®gnita. McCarthy es un pol¨ªtico del que lo mejor que cabe destacar es su lealtad, con sus idas y venidas, a Trump, que el mi¨¦rcoles, d¨ªa en que anunci¨® su tercera candidatura a la Casa Blanca, celebr¨® que los suyos lo hubieran elegido para liderar el partido en la C¨¢mara. Tambi¨¦n se ha definido por su ambici¨®n por lograr el puesto que finalmente es suyo. Tampoco est¨¢ claro el futuro de Pelosi.
Estos son los asuntos que, bajo el mando de McCarthy, amenazan con animar las disputas en un Congreso controlado por los republicanos:
¡®Impeachments¡¯ y librar a Trump
En la mejor versi¨®n de los hechos, esa divergencia en el control legislativo podr¨ªa dar lugar a una era dorada de los compromisos entre ambos partidos, pero el clima actual de polarizaci¨®n desaconseja tanto optimismo. En el peor, la confrontaci¨®n a cara de perro ser¨¢ la norma: el ala republicana m¨¢s extrema est¨¢ deseando plantear sendos impeachments (juicios de impugnaci¨®n pol¨ªtica) contra Biden, la vicepresidenta Kamala Harris, el secretario de Seguridad Nacional Alejandro Mayorkas, por la gesti¨®n de la frontera, y el fiscal general Merrick Garland, por su persecuci¨®n a Trump.
McCarthy ha moderado en las ¨²ltimas semanas tanto entusiasmo por el impeahcment de ese pu?ado de correligionarios para evitar el desgaste de una figura pensada para otros fines (solo se ha recurrido a ella en cuatro ocasiones; dos de ellas con Trump). La mayor¨ªa del Partido Republicano aboga por dejar correr las causas que hay contra su ¨²ltimo presidente, y cerrar la comisi¨®n de investigaci¨®n del Congreso sobre el ataque al Capitolio (tres de cuyos miembros, los republicanos Liz Cheney y Adam Kinzinger y la dem¨®crata Elaine Luria, no repiten en su esca?o). Esa impunidad podr¨ªa crear un peligroso precedente para los siguientes inquilinos de la Casa Blanca en asuntos como la gesti¨®n de los documentos confidenciales que el FBI encontr¨® en la residencia de Trump en Mar-A-Lago. El anuncio de que Trump se presentar¨¢ de nuevo a la presidencia podr¨ªa armar de argumentos pol¨ªticos a quienes defienden esa que conviene mirar hacia otro lado.
La gesti¨®n de la pandemia
Los republicanos que han criticado la respuesta de la administraci¨®n de Biden a la pandemia, as¨ª como los mandatos federales de uso de mascarillas, vacunaci¨®n obligatoria y cierre de escuelas y negocios tendr¨¢n ahora poder para tomar decisiones que afectan a las agencias de salud, que, seg¨²n ellos, coartaron la libertad de los estadounidenses durante ese tiempo excepcional. Adem¨¢s, tendr¨¢n a su alcance la puesta en marcha de comisiones de investigaci¨®n sobre la gesti¨®n de la crisis sanitaria y el gasto federal en su respuesta, los 1.900 millones de d¨®lares (una cantidad similar en euros) aprobados para el est¨ªmulo de la econom¨ªa tras el par¨®n del confinamiento.
Los conservadores de la C¨¢mara tambi¨¦n han avisado que citar¨¢n a declarar a Anthony Fauci, que fue la cara oficial de la lucha contra la pandemia, y se retira de su puesto de alto funcionario de la salud p¨²blica estadounidense tras 38 a?os de servicio. McCarthy declar¨® en una entrevista reciente con Fox News que impulsar¨¢ una investigaci¨®n sobre los or¨ªgenes del virus. Los senadores republicanos dieron por bueno en un informe que este naci¨® en un laboratorio chino, pese a que no existe consenso sobre ello en la comunidad cient¨ªfica.
Los negocios de Hunter Biden
Hacer responsable a Hunter, hijo menor de Joe Biden, de sus negocios en el extranjero, en los que est¨¢ probado hizo uso de sus relaciones familiares en su propio beneficio en China y Ucrania, es una vieja aspiraci¨®n del Partido Republicano. Se espera que soliciten sus registros bancarios en busca de delitos fiscales. Hay sospechas tambi¨¦n de que defraud¨® en el pago de los impuestos referidos a millones de d¨®lares de ingresos personales y de que minti¨® sobre su consumo de drogas a la hora de comprar un arma. No ha sido acusado de ning¨²n delito.
Desde la mayor¨ªa de la C¨¢mara de Representantes podr¨ªan adem¨¢s impulsar comisiones de investigaci¨®n sobre la ca¨®tica retirada de Afganist¨¢n el pasado mes de agosto y sobre la influencia pol¨ªtica y econ¨®mica de China en Estados Unidos.
El techo de la deuda
McCarthy tambi¨¦n ha sugerido que usar¨¢ el l¨ªmite de endeudamiento del Gobierno, com¨²nmente conocido como el ¡°techo de la deuda¡±, como palanca para impulsar sus intereses. ¡°No podemos seguir gastando y aumentando esa deuda¡±, afirm¨® al portal de informaci¨®n pol¨ªtica washingtoniano Punchbowl News.
Como si de una tarjeta de cr¨¦dito se tratara, ese techo establece un l¨ªmite sobre cu¨¢nto puede pedir prestado el Tesoro para pagar el gasto del Gobierno. Alcanzado ese l¨ªmite, los legisladores deben elevar el l¨ªmite o arriesgarse al incumplimiento de las obligaciones crediticias. Los republicanos han usado esa t¨¦cnica en el pasado conseguir sus objetivos: esta vez podr¨ªan emplearlo para avanzar en su agenda fiscal, y eso incluye el gasto en seguridad social.
El apoyo a Ucrania
La invasi¨®n rusa de Ucrania ha sido en estos dos a?os de Biden en la Casa Blanca uno de los pocos oasis de acuerdo bipartidista. El Capitolio ha aprobado casi por unanimidad la concesi¨®n de m¨¢s de 66.000 millones de d¨®lares desde febrero. En su entrevista con Punchbowl News, McCarthy desvel¨® que eso podr¨ªa estar a punto de cambiar.
¡°Creo que en mitad de la recesi¨®n que se avecina, la gente no est¨¢ dispuesta a extender un cheque en blanco a Ucrania. Simplemente no lo har¨¢n... No es un cheque en blanco gratis¡±, dijo McCarthy, que critic¨® que Biden haya desatendido la crisis de la frontera con M¨¦xico y volcara todos sus esfuerzos en el pa¨ªs atacado por Putin. ¡°Ucrania es importante, pero al mismo tiempo no puede ser lo ¨²nico que hagan y no puede ser un cheque en blanco¡±, a?adi¨®.
Biden y su Administraci¨®n han insistido una y otra vez en que el respaldo a Ucrania continuar¨¢ ¡°todo el tiempo que haga falta¡±.
Cambio clim¨¢tico
Uno de los grandes y m¨¢s inesperados logros de Joe Biden en su segundo a?o en la Casa Blanca lleg¨® a finales del mes de julio, con la aprobaci¨®n de la Ley de Reducci¨®n de la Inflaci¨®n, que inclu¨ªa, entre otras medidas, un ambicioso plan de 370.000 millones de d¨®lares para incentivar la venta de veh¨ªculos el¨¦ctricos, el uso de energ¨ªa nuclear o solar y la transici¨®n energ¨¦tica de peque?os negocios.
Esa ley no recab¨® apoyos de congresistas republicanos, entre cuyas filas figuran destacados negacionistas del calentamiento global. Es de esperar que el partido trabaje por desactivar muchas de las conquistas de la Administraci¨®n de Biden en este sentido y de un empuj¨®n al desarrollo de los combustibles f¨®siles.
El aborto
Una sentencia del Tribunal Supremo tumb¨® en junio pasado el precedente del fallo Roe contra Wade (1973), que puso fin a un precedente de medio siglo de protecci¨®n federal del aborto y devolvi¨® a los Estados la capacidad para legislar sobre el tema. Los dem¨®cratas confiaron en que eso movilizar¨ªa el voto, sobre todo el femenino, y lo convirtieron en el principal argumento de su campa?a electoral. Antes del verano trataron de convertir en una ley esa protecci¨®n, pero no lograron que se aprobara. La aspiraci¨®n de Biden de blindar la libertad reproductiva de las mujeres se aleja a¨²n m¨¢s con la victoria republicana. Uno de sus senadores, Lindsey Graham propuso una prohibici¨®n despu¨¦s de la decimoquinta semana del aborto a nivel federal. Muchos de los legisladores de su partido se oponen a esa prohibici¨®n porque mina la libertad de los Estados consagrada por el Supremo, que domina una supermayor¨ªa conservadora de seis magistrados contra tres.
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