Aventuras y desventuras de ser padre primerizo
Rafa Esteve y Jorge Raspe?o narran su paternidad con humor y dan consejos a otros hombres que est¨¢n pasando por lo mismo. Marc Mu?oz, psic¨®logo, a?ade que colaborar en el cuidado del beb¨¦ fomenta un buen clima familiar
Se habla mucho de la maternidad y las mil facetas de la misma. Los temas de madres copan innumerables art¨ªculos y horas de televisi¨®n y radio. Pero, ?qu¨¦ hay de la paternidad? ?C¨®mo viven los hombres convertirse en padres por primera vez? Tanto la sociedad como las personas que conforman el c¨ªrculo m¨¢s pr¨®ximo a una persona ofrecen una visi¨®n acerca de la misma que cada uno averigua en su realidad. Como se dice: ¡°quien no lo ha vivido, dif¨ªcilmente podr¨¢ hablar y sentir sobre ello¡±.
Rafa Esteve, ingeniero t¨¦cnico en dise?o industrial, empresario y consultor es padre de una ni?a (Mar, 16 a?os) y un ni?o (Leo, 13 a?os), se convirti¨® en uno de los pioneros en contar su experiencia de padre primerizo y as¨ª ayudar a otros hombres que se encontraban en su misma situaci¨®n. Refleja sus vivencias desde 2004 en su blog y en tres libros: Gu¨ªa urgente del padre primerizo (Larousse); Memorias de un padre primerizo (C¨ªrculo Rojo) y Memorias de un padre confinado (Larousse), publicado a ra¨ªz de la pandemia. ¡°He estado enga?ado por las pel¨ªculas de Hollywood cuando era m¨¢s peque?o. Recuerdo que te dec¨ªan que el padre ten¨ªa un papel muy importante en el parto. Siempre me imaginaba que yo estar¨ªa al lado de mi mujer, siendo su soporte, anim¨¢ndola y dici¨¦ndole que respirase tranquila conmigo. ?Pues menuda mierda result¨® todo!¡±, asegura. Seg¨²n ¨¦l, el parto de su mujer, Rut Garc¨ªa, fue totalmente distinto a como hab¨ªa cre¨ªdo durante muchos a?os. Explica que intent¨® estar al lado de su mujer y apoyarla, sin embargo, todo se torci¨®. ¡°Rut ni me escuchaba. Estaba agarrada a las asas de la cama mientras gritaba: ?Quiero que me la saquen! La mejor opci¨®n que hall¨¦ fue sin duda caminar hacia atr¨¢s de un modo sigiloso y sin perturbar el momento, y nada m¨¢s. Me coloqu¨¦ en la esquina de la habitaci¨®n con un florero en la mano y no me mov¨ª¡±, relata Esteve, quien se convirti¨® en padre por primera vez a los 28 a?os y describe su asombro con todo lo que estaba presenciando.
Una de las cosas que m¨¢s le llam¨® la atenci¨®n fue la frecuencia con la que examinaban a su mujer. ¡°Todo personal del equipo m¨¦dico que pasaba por la habitaci¨®n preguntaba: ?c¨®mo va eso?, y seguidamente se pon¨ªan sus guantes de l¨¢tex y exploraban a mi mujer mientras segu¨ªan habl¨¢ndome como si nada: todav¨ªa est¨¢ verde. Y a continuaci¨®n, ven¨ªa otra persona y hac¨ªa lo mismo...¡±, declara Esteve entre risas. No obstante, para ¨¦l, la situaci¨®n empez¨® a ponerse tensa cuando el ginec¨®logo anunci¨® que el parto hab¨ªa comenzado. ¡°Cuando escuch¨¦ eso me entraron sudores fr¨ªos. Nos dejaron solos en la sala de parto y yo no sab¨ªa qu¨¦ hacer. Me apart¨¦ nuevamente, y dej¨¦ que otro familiar inmortalizase el momento. ?Ten¨ªa una r¨¦flex! Al poco asom¨® Mar, y con ella descubr¨ª que el amor a primera vista puede ocurrir. Del mismo modo tambi¨¦n percib¨ª la fuerte responsabilidad que acababa de llegar a mi vida¡±, subraya este escritor.
Me dio rabia que dedujesen que yo no la hab¨ªa vestido por ser hombre y me adjudiqu¨¦ el m¨¦rito. Pero a continuaci¨®n me aclararon que llevaba el body por fuera. Y as¨ª fue como cre¨ª que a la pr¨®xima vez deb¨ªa callarme y no echarme flores antes de tiempo¡±
Un dato que destaca Esteve es la escena tras el parto de su mujer y de ¨¦l con la ni?a en brazos. Ambos acababan de vivir lo mismo, pero hab¨ªa claras diferencias. ¡°Yo me hab¨ªa pasado todo el embarazo y posterior parto sin hacer nada, y pese a ello en la primera foto con mi hija en brazos ten¨ªa unas ojeras que ni yo llegu¨¦ a comprender. Por otro lado, la cara de mi mujer desprend¨ªa luz, tras horas sufriendo. La gente perfectamente podr¨ªa afirmar que hab¨ªa sido yo el que hab¨ªa parido¡±, destaca. Con su hija ya en casa y como buen padre orgulloso, Esteve quiso dar el primer paseo con ella y que la viese todo el mundo. Pero le result¨® un tanto complicado prepararlo todo y r¨¢pidamente decidi¨® pedir ayuda a su mujer. ¡°No encontraba la ropa de la ni?a y mi mujer me dec¨ªa que d¨®nde iba a estar, que estaba en el armario. Pero yo ve¨ªa varios armarios, varias puertas y cajones. Cuando la encontr¨¦ hab¨ªa ropa de todo tipo, hab¨ªa bodies, camisetas interiores, camisetas, pantalones, patucos, gorritos..., de todos los colores y formas. Opt¨¦ por pedirle que me diese ella la ropa y yo la vest¨ª¡±, narra Esteve. El padre sali¨® muy contento de casa y ten¨ªa la certeza de que el primer comentario que recibiese ser¨ªa muy positivo por lo bonita que iba la ni?a. Cuando se encontr¨® con tres se?oras junto a la farmacia, efectivamente alabaron la belleza de su hija. No obstante, lamentaron algo: ?Ay! ?C¨®mo la ha vestido la madre? ¡°Me dio rabia que dedujesen que yo no la hab¨ªa vestido por ser hombre y me adjudiqu¨¦ el m¨¦rito. Pero a continuaci¨®n me aclararon que llevaba el body por fuera. Y as¨ª fue como cre¨ª que a la pr¨®xima vez deb¨ªa callarme y no echarme flores antes de tiempo¡±, manifiesta este empresario.
Algo que Esteve recomienda a los padres primerizos es que tengan paciencia porque ser¨¢ habitual escuchar muchas opiniones, consejos e historias varias. Plantea que por el bien propio nunca respondan a la pregunta: ?cu¨¢nto tiempo tiene? Seg¨²n clarifica, responder a esa pregunta supone quedarse un largo rato escuchando las historias de otras personas respecto a su hijo, nieto, vecino o conocido. ¡°Han llegado a contarme las experiencias de parto de otras personas, y con detalles. Creo que en muchas ocasiones no hay que responder o hacerlo de soslayo e iniciando la huida¡±, remarca Esteve.
Jorge Raspe?o, inform¨¢tico, fue padre primerizo de su hija Mar (cuatro a?os) con 31. En su web Padre Primerizo, a modo de blog, da ¡°consejos para padres con mucho humor¡±. Lo mismo en sus redes sociales, donde describe con im¨¢genes su experiencia desde que decidi¨® tener un hijo junto a su pareja Nuria. Aborda el abandono de los m¨¦todos anticonceptivos, habla del test de embarazo, las ecograf¨ªas, las primeras compras, entre ellas, un coche familiar, hasta los momentos m¨¢s duros de la crianza del beb¨¦ y su evoluci¨®n. En la actualidad tiene dos ni?as. Neus fue la segunda, y tiene un a?o. ¡°Mi mujer y yo decidimos quedarnos embarazados, y por suerte o por desgracia, ocurri¨® a la primera. Enseguida llegaron las n¨¢useas y todo cambi¨®. Nada me hac¨ªa prever lo que se nos ven¨ªa encima¡±, afirma Raspe?o.
Raspe?o asevera que su mujer comenz¨® a interesarse por cosas para la habitaci¨®n del beb¨¦ desde casi el primer instante de conocer su estado y, sin embargo, a ¨¦l le parec¨ªa todo muy precipitado. ¡°R¨¢pidamente descubr¨ª el gran negocio de la puericultura. Te hacen sentir que, si lo que compras no es lo m¨¢s seguro, lo m¨¢s bonito, lo m¨¢s caro..., no vale para nada, e incluso eres un mal padre. Y en realidad, casi todo lo que adquieres son productos que vas a usar unos meses, excepto el carro¡±, refiere. La idea de salir a comer durante el embarazo resultaba una odisea. Todo era control. ¡°El local deb¨ªa estar s¨²per limpio, sin comida cruda, quesos pasteurizados..., y aunque pregunt¨¢semos a los camareros al respecto, no resultaba del todo fiable, sobre todo si respond¨ªan al momento¡±, a?ade este padre.
Dos meses antes del nacimiento del beb¨¦, Raspe?o y su pareja ten¨ªan todo preparado: habitaci¨®n, ropa, carrito, bolsa para el hospital, comida congelada, aperitivos para visitas... Un d¨ªa en el que estaban agotados y doloridos con motivo de una anterior gastroenteritis, su mujer pidi¨® ir al hospital por sentirse indispuesta. ¡°A nuestra llegada al hospital me dejaron fuera de la habitaci¨®n para asegurarse que mi mujer estaba o no de parto. Despu¨¦s de un rato me hicieron pasar. Mi mujer estaba con una dilataci¨®n de nueve cent¨ªmetros: a la ni?a se le ve¨ªa el pelo. Sin darnos cuenta est¨¢bamos en la fase final y pens¨¦ que ser¨ªa f¨¢cil y r¨¢pido. Era el d¨ªa de mayor lluvia en la ciudad: todo se inund¨® (incluso el hospital), y no pudo llegar el siguiente turno de m¨¦dicos y matronas. Me toc¨® a m¨ª asistir el parto. Vigil¨¦ contracciones y ayud¨¦ a empujar. Sin embargo, la cosa no avanz¨® mucho hasta que llegaron los refuerzos¡±, explica Raspe?o.
Con toda la situaci¨®n generada por la covid-19, entr¨¦ en la habitaci¨®n para no salir m¨¢s. Los padres no pod¨ªan estar en el paritorio. Solo pude ver fotos y una corta videollamada -que casi no escucho porque estaba pr¨¢cticamente dormido- nada m¨¢s nacer mi segunda hija¡±
Su primera hija, Mar, hab¨ªa nacido. Este padre sostiene que en ese momento no sab¨ªa c¨®mo actuar. Por suerte para ¨¦l, como as¨ª declara, en el hospital le dieron un ¡°cursillo b¨¢sico express¡± para sobrevivir los primeros d¨ªas. ¡°Nos ense?an a limpiar culos, ba?ar a los beb¨¦s, peinarles (para los que tengan pelo) y vestirles¡±, explica. Seguidamente subraya que ¡°dorm¨ªa toda la noche del tir¨®n, com¨ªa muy bien (probamos el led weaning (m¨¦todo en el cual el ni?o se lleva alimentos enteros a la boca), un gran ¨¦xito, pero al mismo tiempo una guarrer¨ªa), y se portaba bien en todos los sitios a los que ¨ªbamos¡±. ¡°Y tal fue la alegr¨ªa que decidieron repetir. Al final del segundo embarazo lleg¨® la pandemia. La pareja procur¨® no salir de casa para no contagiarse y compraban todo online. El d¨ªa del parto tuvo lugar en el pico de la primera ola de la pandemia. ¡°El primer parto se dio con una riada; el segundo en pandemia. Dime, el tercero si llega, ?qu¨¦ traer¨¢?: ?el apocalipsis?¡±, se cuestiona bromeando Raspe?o.
¡°Con toda la situaci¨®n generada por la covid-19, entr¨¦ en la habitaci¨®n para no salir m¨¢s. Los padres no pod¨ªan estar en el paritorio. Solo pude ver fotos y una corta videollamada -que casi no escucho porque estaba pr¨¢cticamente dormido- nada m¨¢s nacer mi segunda hija¡±, alega Raspe?o. Y prosigue con un consejo para padres que quieran dejar de ser primerizos: ¡°Neus vino a hacer todo lo contrario que mi primera hija, y puso nuestra calma patas arriba. No recuerdo la ¨²ltima vez que dormimos una noche entera¡±.
La paternidad es diferente para cada hombre
Marc Mu?oz, psic¨®logo, concreta que existe una paternidad diferente para cada hombre pese a algunas particularidades comunes. Para analizar este tema Mu?oz alude a la perspectiva de g¨¦nero y masculinidad. Asimismo, la sociedad y la educaci¨®n juegan un papel relevante. El profesional afirma que los hombres son herederos de una masculinidad tradicional, basada en tres pilares:
- La proyecci¨®n al ¨¢mbito p¨²blico (el trabajo, la calle...), y la ausencia en el ¨¢mbito privado (el hogar y los cuidados).
- La ocupaci¨®n y el ejercicio del poder en el ¨¢mbito p¨²blico (recibimos mensajes de omnipotencia reflejados en dioses y superh¨¦roes) y privado (¡°ser el rey de la casa¡±).
- La construcci¨®n de la masculinidad en negativo respecto a lo asociado como femenino (la ternura, los cuidados y las emociones, a excepci¨®n de la alegr¨ªa y la rabia).
En palabras de Mu?oz en la actualidad ¡°pocos hombres muestran una masculinidad absolutamente tradicional¡±. Para el profesional el que el hombre afronte el cuidado de los hijos compagin¨¢ndolo con el trabajo y tareas a realizar dependen de: la importancia del tipo de apego (la relaci¨®n con nuestros padres en nuestra infancia y adolescencia, y c¨®mo esta matiza futuras relaciones), la manera de ser del ni?o o ni?a y los quehaceres vitales y otros aspectos.
Mu?oz clarifica que el padre puede percibir m¨¢s ansiedad o nerviosismo al tener una hija. ¡°La feminidad puede verse como algo m¨¢s expuesto a amenazas, que, si bien los ni?os pueden vivir peligros, habr¨¢ ciertas diferencias en este aspecto¡±, considera el experto. Del mismo modo sostiene que el v¨ªnculo madre-hijo cuando es beb¨¦, puede generar en el hombre un sentimiento de ¡°segund¨®n¡±, donde el padre podr¨ªa intervenir vincul¨¢ndose al cuidado del hijo seg¨²n las posibilidades y necesidades.
El psic¨®logo concluye que lo ¨²nico que el hombre cisg¨¦nero no puede hacer es dar pecho, ¡°el resto de cuidados y atenciones puede realizarlas y fomenta un buen clima familiar basado en la colaboraci¨®n¡±.
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