C¨®mo gestionar la libertad de los adolescentes en las vacaciones de verano

Por fin han acabado las clases en colegios e institutos, se han realizado los ex¨¢menes de recuperaci¨®n y de la EVAU. Las vacaciones ya est¨¢n aqu¨ª y, con ellas, las ganas de salir, esparcirse, conocer gente y vivir nuevas experiencias. En verano, las largas horas de sol y el buen tiempo incitan a pasar m¨¢s tiempo en la calle y menos en casa. Nos pasa a los adultos y, por supuesto, les pasa a los adolescentes, quienes ven este momento del a?o como una oportunidad para alejarse de sus progenitores.

Antes de echarse las manos a la cabeza por aquello de que se alejen siendo tan peque?os, se debe recordar que eso es parte de su trabajo durante la adolescencia. La adolescencia es la etapa intermedia entre la infancia y la edad adulta. Es decir, est¨¢n en el proceso de convertirse en adultos, con todas las responsabilidades que eso conlleva. Y para ello deben ir adquiriendo autonom¨ªa, aprendiendo a ser independientes y tomar sus propias decisiones.

Diana Al Azem, orientadora educativa y creadora de la web Adolescencia positiva, lo tiene claro cuando afirma que para ellos ¡°es esencial sentir que pueden resolver sus problemas, contar con un grupo de iguales que les entienda, tener la percepci¨®n de que est¨¢n preparados para ir alej¨¢ndose poco a poco de sus progenitores¡±. No hay mejor manera de hacerlo que dej¨¢ndoles adquirir cierta autonom¨ªa, algo que, de paso, les ayudar¨¢ a aumentar su autoestima, esencial en esa etapa de la vida y tambi¨¦n, evidentemente, en la etapa adulta.

Lo que supone darles esa independencia lo define muy bien esta frase de Ana G¨®mez Pe?a, psic¨®loga general sanitaria especializada en TCA y poblaci¨®n infantojuvenil: ¡°La independencia ense?ada de forma adaptativa permite que el adolescente madure y empiece a crear algo nuevo e ¨ªntimo como es su identidad¡±. Y contin¨²a afirmando que d¨¢ndoles autonom¨ªa ¡°se vuelven m¨¢s responsables a nivel individual y social, ya que se enfrentan a los retos de la vida y pueden aprender de las consecuencias de manera directa, y, por lo tanto, el razonamiento l¨®gico¡±.

El verano, el mejor momento

Queda claro, como resultado, que hay que ir dejando que la cuerda se afloje. Y parece que las vacaciones de verano son un buen momento para ello. Porque no tienen que levantarse pronto para ir al centro escolar, los amigos est¨¢n m¨¢s disponibles, las fiestas del pueblo o del barrio incitan a ello¡­. Y, adem¨¢s, los padres han podido comprobar a lo largo del curso reci¨¦n finalizado su nivel de madurez y su capacidad para responsabilizarse de sus actos.

Precisamente su madurez y no su edad es lo que da la pista de hasta qu¨¦ punto se puede aflojar o no la cuerda. Siempre y cuando se tenga en cuenta que cada adolescente es ¨²nico y diferente y que ¡°los l¨ªmites y los derechos se van moderando progresivamente a?o a a?o, teniendo siempre en cuenta que cada adolescente lleva su propio camino¡±, asegura G¨®mez Pe?a. En ese sentido, la psic¨®loga comenta que la autonom¨ªa hay que ir d¨¢ndosela ¡°seg¨²n veamos que van cumpliendo con lo pactado. Por eso no responde a una edad concreta¡±.

Y s¨ª, es normal que d¨¦ miedo que metan la pata, que se equivoquen y se arrepientan de algunas de sus decisiones. Pero, como afirma Al Azem, se debe confiar en la educaci¨®n que les hemos dado desde la infancia. Solo si no se ha generado una buena base ¡°comenzaremos a tener dudas o miedos que nos lleven a la necesidad de querer controlar a los hijos a todas horas. No podemos protegerles 24/7, por eso es importante que les eduquemos en la responsabilidad a trav¨¦s de nuestro propio ejemplo¡±. G¨®mez Pe?a advierte: ¡°Cuidado con confundir sobreprotecci¨®n con amor¡±.

Punto clave: hora de llegada

Uno de los puntos esenciales de esa relajaci¨®n de normas que llega con el verano es la hora de llegada por las noches. Y ah¨ª parece que no hay duda de lo que se debe hacer: negociar y avanzar poco a poco. ¡°Si vemos que va cumpliendo con lo acordado en un inicio, ir cediendo cada semana aproximadamente 15 minutos hasta un l¨ªmite de hora, que haya sido pactado previamente. Seg¨²n vayan cumpliendo a?os y veamos que es m¨¢s responsable, se puede ir aumentando el tiempo l¨ªmite. Evidentemente, esta cesi¨®n va con una serie de normas, como saber a d¨®nde y con qui¨¦n va, especialmente cuando el adolescente es m¨¢s peque?o¡±, propone la psic¨®loga.

Y si se salta la norma y llega m¨¢s tarde, las dos expertas est¨¢n de acuerdo en que debe haber consecuencias, pero con salvedades. Para Al Azem, antes de tomar una decisi¨®n, hay que escucharles, porque el retraso puede haberse debido a una circunstancia concreta, como ¡°no querer dejar solo a un amigo que se encontraba mal; o preferir volver m¨¢s tarde, pero acompa?ados o acompa?adas¡±. Eso s¨ª, ¡°en el caso de que la conducta se repita de manera continuada, s¨ª podemos establecer unas consecuencias avisadas con antelaci¨®n¡±. Para G¨®mez Pe?a es importante que esas consecuencias est¨¦n previamente pactadas. Pero tambi¨¦n que los adolescentes sepan que, aunque hayan metido la pata, sus padres van a estar ah¨ª, apoy¨¢ndoles y ¡°ense?¨¢ndoles por qu¨¦ su elecci¨®n no era la adecuada¡±.

?Debe haber diferencias por g¨¦nero?

La mayor¨ªa de los progenitores ven m¨¢s riesgos frente a sus hijas que frente a sus hijos adolescentes. Pero eso puede suponer una injusticia entre hermanos. Ana G¨®mez Pe?a lo reconoce: ¡°La pregunta de si debe de haber diferencias entre nuestros hijos e hijas me genera cierto debate, ya que, por un lado, las chicas podr¨ªan ver que es injusto para ellas y entender que ser mujer es algo negativo, lo que les puede producir rechazo en tanto en cuanto conlleva m¨¢s peligros y menos libertades¡±. Y a?ade: ¡°Por otro lado, considero que es una realidad que las mujeres somos v¨ªctimas con m¨¢s frecuencia, es por esto por lo que los padres tendr¨¢n que hacer un mayor esfuerzo educacional a la hora de advertir peligros, junto con garant¨ªas de volver acompa?ada o saber d¨®nde est¨¢¡±.

En este sentido, Diana Al Azem considera importante que tanto chicos como chicas no vuelvan solos a casa: ¡°A mis hijos siempre les digo que prefiero que regresen m¨¢s tarde acompa?ados o que me llamen, sea la hora que sea. Un chico tambi¨¦n se expone a un asalto o un ataque en grupo, as¨ª que, en mi opini¨®n, debemos cuidar y proteger a ambos g¨¦neros por igual¡±.

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