C¨®mo gestionar los suspensos de tu hijo adolescente esta Navidad: hay que evitar enfados y castigos, y apostar por la comunicaci¨®n
No tener buenas notas justo antes de comenzar las navidades puede afectar a la convivencia familiar. Aunque lo normal es que los padres se enfaden, conviene hablarlo y tomarlo como una oportunidad para identificar y trabajar esas cuestiones que hacen que el alumno no tenga el rendimiento esperado
Con la proximidad de la Navidad se acerca uno de los momentos m¨¢s complejos para las familias con hijos adolescentes: las primeras calificaciones del curso, las del primer trimestre. Las m¨¢s flojas del a?o en la gran mayor¨ªa de los casos y, a menudo, los primeros suspensos del alumno. Que esto suceda no es casualidad, y, desde luego, el caso de tu hijo no es ¨²nico. Los motivos para ello son varios. Lo explica Diana Al Azem, profesora de Secundaria y creadora del portal Adolescencia positiva ¡ªweb que ofrece herramientas (podcast, v¨ªdeos, textos) para llevarse mejor con los adolescentes de casa¡ª: ¡°Por un lado, hablamos del comienzo de curso tras un largo verano de vacaciones y relax donde algunos chavales pierden el h¨¢bito de estudio. Por otro, muchos comienzan en un nuevo grupo, centro o ciclo, con compa?eros nuevos a los que hay que trabajarse para ser aceptado en el grupo. Por si fuera poco, los profesores tambi¨¦n son nuevos: toca adaptarse a sus metodolog¨ªas, programaci¨®n, expectativas, tipo de comunicaci¨®n, criterios de evaluaci¨®n¡¡±, analiza la tambi¨¦n autora de AdolescenteZ, de la A a la Z.
¡°La primera evaluaci¨®n es la que les sirve para calibrar y orientarse sobre si tienen que apretar mucho m¨¢s o solo un poco, dedicarle m¨¢s tiempo o m¨¢s esfuerzo¡±, a?ade Ana Couto, pedagoga, coach educativa y creadora del programa de ayuda al estudio Estudiar con sentido. Es decir, ¡°para muchos estudiantes es algo as¨ª como una primera toma de contacto, ensayo de lo que ser¨¢ el resto del curso¡±.
Lo que tiene de complejo es que, siendo las navidades el periodo vacacional m¨¢s largo del curso y con las mayores expectativas de regalos del a?o, es habitual que los padres tengan dudas sobre c¨®mo reaccionar ante las bajas calificaciones de sus hijos. Para Al Azem es importante no dejarse llevar por los impulsos: ¡°Para empezar, es vital afrontar el momento de entrega de notas estando bien preparado. Hay que partir desde la calma, mantener una conversaci¨®n abierta para entender las causas de dichos resultados y buscar soluciones¡±. Y a?ade: ¡°En lugar de centrarnos solo en las notas, lo ideal es proponer alternativas que ayuden al adolescente a mejorar de cara al siguiente trimestre. Es decir, no buscar culpables, sino soluciones¡±.
Mar¨ªa Jos¨¦ ?lvarez Alonso, jefa de estudios y profesora del M¨¢ster Universitario Online en Psicopedagog¨ªa de la Universidad Alfonso X el Sabio (UAX), sostiene que la respuesta deber¨ªa tratar de ser lo m¨¢s positiva y menos agresiva posible. Aunque entiende que el enfado es una reacci¨®n natural por parte de los padres, incide en que ¡°esta situaci¨®n puede suponer un buen momento para identificar dificultades¡±. ¡°Conviene tomarlo como una oportunidad para observar, identificar y trabajar esas cuestiones que hacen que el alumno no tenga el rendimiento esperado¡±, agrega ?lvarez. Adem¨¢s, recuerda que el hecho de que sean buenos o malos resultados depender¨¢, sobre todo, de las expectativas tanto de las familias como de los propios alumnos. De hecho, para Couto es importante destacar en la conversaci¨®n que se tenga con los hijos lo que han hecho bien este trimestre: ¡°Para que no lo cambien y les sirva para estar satisfechos, porque este es el mayor motor de la motivaci¨®n: el estar orgullosos de nuestro trabajo¡±.
A pesar de todas estas buenas razones, a muchos progenitores les cuesta resistirse a la (cl¨¢sica) opci¨®n del castigo que, en estas fechas, seg¨²n Couto, puede traducirse en excluirles de determinadas actividades l¨²dicas, acabar con las salidas con amigos, retirarles aparatos electr¨®nicos e incluso dejarles sin regalos navide?os. Y esto no es la alternativa m¨¢s recomendada por psic¨®logos, profesores y pedagogos. Una de las razones para desistir de este sistema es que, en palabras de ?lvarez Alonso, los castigos no suelen ser muy efectivos para trabajar con los adolescentes aquellas conductas que se quieran modificar. Pero adem¨¢s, esta pedagoga a?ade un matiz: ¡°Un suspenso ya es de por s¨ª un castigo para un estudiante, porque a nadie le gusta suspender¡±.
Mar¨ªa Delgado lo tuvo claro cuando su hijo Nicol¨¢s Verd¨² (hoy de 17 a?os) trajo, en 3? ESO, tres suspensos por primera vez en su vida acad¨¦mica. ¡°?En qu¨¦ momento me ha pasado el primer trimestre por encima, ya estamos en Navidad y yo he suspendido tres?¡±, le dijo ¨¦l. Esta afirmaci¨®n del adolescente fue suficiente para que ella entendiera que si alguien estaba disgustado y decepcionado consigo mismo era el propio adolescente. ¡°As¨ª que, a pesar de los comentarios de mucha gente a mi alrededor, no le castigu¨¦. S¨ª que le suger¨ª cambios en su sistema de estudio y le insist¨ª en que necesitaba dedicarle m¨¢s tiempo. Pero no castigarle. ?l es el responsable de esos resultados que, por cierto, mejoraron en las siguientes evaluaciones¡±, explica Delgado.
¡°Aunque pueda parecer ut¨®pico, es importante transmitir de forma positiva la necesidad de que ellos mismos asuman la responsabilidad de sus suspensos¡±, sostiene ?lvarez. Lo que no significa, seg¨²n contin¨²a, que no puedan recurrir a sus padres a la hora de organizar el trabajo y el estudio: ¡°Por ejemplo, con un horario que sea viable y realista, que incluya tambi¨¦n momentos de ocio y descanso¡±. La experta incide en que la Navidad tambi¨¦n tiene que ser un periodo que ayude a los adolescentes a recargar pilas para el siguiente trimestre: ¡°Por eso tambi¨¦n es interesante que socialicen y no castigarles con lo que m¨¢s suele necesitar el adolescente: el contacto con sus iguales¡±. ¡°De hecho, es probable que no permitirles salir con sus amigos no d¨¦ los resultados que esperamos¡±, puntualiza.
En ese sentido, Al Azem apunta a la posibilidad de llegar a un acuerdo respecto a las salidas nocturnas. ¡°Por ejemplo, salir con los amigos tras haber dedicado un m¨ªnimo al estudio o a la lectura¡±. Del mismo modo, esta profesora recuerda que es esencial no dejarse llevar por el enfado y amenazar con dejar de regalar: ¡°De hecho, esto podr¨ªa tener el efecto contrario a lo que pretendemos, haciendo que nuestro hijo sienta rencor y llegue a rebelarse contra el objetivo de responsabilizarse en los estudios¡±.
Adem¨¢s de todos estos motivos, hay uno a?adido de gran importancia: la salud mental del adolescente. ¡°El castigo refuerza el malestar, confirma que los padres tienen esa mala visi¨®n de ¨¦l y, a veces, extrapolan su visi¨®n como estudiante a su autoconcepto como persona, llegando a tener pensamientos como ¡®soy mala persona porque no hago m¨¢s que defraudar a todo el mundo y no valgo para nada¡¯, ¡®soy un in¨²til, no valgo para estudiar¡±, prosigue Couto. Y todo este tipo de pensamientos son muy bloqueantes y limitantes, sostiene esta experta. ¡°Adem¨¢s, un castigo o un enfado excesivo transmite el mensaje de que solo eres aceptado, o querido, si tienes buenos resultados¡±, contin¨²a. Para esta pedagoga y coach educativa, la relaci¨®n entre padres e hijos no puede depender de sus resultados acad¨¦micos, ¡°del mismo modo que unos malos resultados acad¨¦micos no significan que vaya a ser un fracasado en la vida¡±.
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