Cuando la vida se complica a los 18
Los j¨®venes migrantes se enfrentan a trabas burocr¨¢ticas, laborales y sociales tras abandonar la tutela del Estado
El despertador suena una ma?ana m¨¢s. Siempre a la misma hora. Las siete. Omar Kordala (Nador, Marruecos, 19 a?os) no perdona su cita diaria con la biblioteca. Acude al mismo centro, situado en pleno coraz¨®n del madrile?o barrio de Usera, para prepararse segundo de bachillerato, a pesar de que el curso no empieza hasta septiembre. Concienzudo y aplicado, tiene claro cu¨¢les son las metas que le motivaron a colarse en un barco con destino a Espa?a, cuando ten¨ªa 16 a?os. ¡°No hemos venido para hacer tonter¨ªas, sino para estudiar, trabajar y tener un futuro¡±, explica. Su paso por las aulas lo combinar¨¢ con un puesto de conserje. Los j¨®venes extranjeros no acompa?ados se ven obligados a encontrar una salida laboral para poder seguir en Espa?a tras cumplir 18 a?os. Una edad de emancipaci¨®n muy inferior a la media nacional, que se sit¨²a alrededor de los 29, seg¨²n el Consejo de la Juventud de Espa?a. Adem¨¢s, los chicos migrantes se enfrentan a trabas burocr¨¢ticas, vivir en la calle, falta de empleo o prejuicios sociales en su camino hacia la vida adulta.
Los requisitos de regularizaci¨®n, impuestos por la ley de Extranjer¨ªa, suponen un escollo para los extutelados a la hora de obtener un empleo. Cuando salen de los centros de menores, la mayor¨ªa dispone solo de un permiso de residencia no lucrativa, que no les permite trabajar. Si quieren documentaci¨®n para acceder al mercado laboral, tienen que conseguir un contrato a jornada completa (40 horas) de al menos un a?o y que cumpla con el salario m¨ªnimo interprofesional (14 pagas de 950 euros). El Gobierno ha adelantado que prepara un cambio legislativo, a trav¨¦s de un real decreto, para agilizar los procesos de inserci¨®n laboral que, seg¨²n fuentes del Ministerio de Inclusi¨®n, Seguridad Social y Migraciones, se presentar¨¢ en las pr¨®ximas semanas en el Consejo de Ministros. Las entidades sociales llevaban tiempo denunciando que estas condiciones son excesivas y exigen flexibilizarlas.
El recorrido hacia la inclusi¨®n, en la mayor¨ªa de los casos, no pueden hacerlo solos. Kordala cuenta con el apoyo de la Asociaci¨®n Murialdo, que gestiona un programa de inserci¨®n sociolaboral en el que se acompa?a a chicos de entre 18 a 21 a?os. Esa entidad les proporciona alojamiento, les ense?an a gestionar un hogar, les preparan para conseguir un trabajo y, adem¨¢s, les asesoran en los tr¨¢mites burocr¨¢ticos. ¡°Es una oportunidad que hay que aprovechar al m¨¢ximo porque hay much¨ªsima gente que est¨¢ en la calle¡±, insiste el marroqu¨ª. La realidad es que no hay recursos para todos, a pesar de las ayudas de las comunidades aut¨®nomas. Ni siquiera se sabe cu¨¢ntos extutelados inmigrantes hay con exactitud en Espa?a y cu¨¢ntos de ellos est¨¢n sin vivienda. El ministro de Migraciones, Jos¨¦ Luis Escriv¨¢, dijo en un tuit el pasado mayo que hab¨ªa 7.000 j¨®venes en esta situaci¨®n. Sin embargo, dos a?os antes, el Defensor del Pueblo denunci¨® en un informe que hay ¡°disparidad¡± entre los datos que recoge la polic¨ªa y los que presentan las Administraciones auton¨®micas.
Ya est¨¢ en audiencia p¨²blica la reforma del r¨¦gimen de menores no acompa?ados y extutelados del Reglamento de Extranjer¨ªa.
— Jos¨¦ Luis Escriv¨¢ (@joseluisescriva) May 1, 2021
Trabajamos en propuestas que contribuir¨¢n a la inclusi¨®n de 8.000 menores y 7.000 j¨®venes ex tutelados. Aqu¨ª pod¨¦is consultarlas ?https://t.co/1hjuthmH0A
El presidente de Murialdo, ?scar Olmos, no puede confirmar cu¨¢nta gente se queda fuera del acceso a ayudas sociales, como alojamiento o recursos econ¨®micos, pero insiste en que ¡°hay una gran necesidad¡± y demanda. Solo en la Comunidad de Madrid hay m¨¢s de 100 plazas en espera para ir a pisos asistidos. Esta entidad ayuda actualmente a nueve chicos, repartidos en dos viviendas en Madrid. Siete son de nacionalidad marroqu¨ª, uno es maliense y otro senegal¨¦s. Murialdo es uno de los 69 entes que forman parte de la Federaci¨®n de Entidades con Proyectos y Pisos Asistidos (FEPA). El director de esta organizaci¨®n, Jordi Salvia, asegura que durante 2020 atendieron a unos 2.700 inmigrantes. La mayor¨ªa son hombres y generalmente llegados de Marruecos o de pa¨ªses del centro y sur de ?frica.
Estos j¨®venes, que viven en pisos de transici¨®n a la vida adulta, tienen tambi¨¦n acceso a programas de inserci¨®n laboral, un aspecto fundamental para lograr la emancipaci¨®n. Kordala y sus compa?eros de la Asociaci¨®n Murialdo son un ejemplo. Muchos han conseguido un contrato para regular su permiso de trabajo con proyectos como Tr¨¢nsito, gestionado por la Comunidad de Madrid, o Incorpora Joven, de la Fundaci¨®n La Caixa. Ambas iniciativas se dedican a ense?ar pautas para la b¨²squeda de empleo y a encontrar y sensibilizar a potenciales empresas. Las compa?¨ªas tienen que aceptar las exigencias que impone la ley de Extranjer¨ªa y ser conscientes de que, a veces, el proceso de legalizaci¨®n es lento. La incorporaci¨®n al puesto no es inmediata, puede que tengan que esperar de dos meses a un a?o.
La estigmatizaci¨®n de la sociedad tambi¨¦n es otra barrera que tienen que superar en su proceso hacia la integraci¨®n. La psiquiatra y vicepresidenta de Terapias sin Fronteras, Egl¨¦e Iciarte, critica que ¡°se va creando el estereotipo de que un chico marroqu¨ª no acompa?ado es un potencial delincuente. Eso hace mucho da?o porque la gente empieza a tenerles miedo, a rechazarlos y a no querer darles trabajo¡±. Los j¨®venes extutelados tienen que enfrentarse, desde su llegada como menores, a estos prejuicios, que a menudo son alimentados por ideolog¨ªas de ultraderecha. Esto se une a otros lastres psicol¨®gicos provocados antes, durante y despu¨¦s de su llegada en solitario a Espa?a. ¡°Tienen duelo migratorio, frustraci¨®n, trauma del viaje y luego est¨¢ el choque cultural, como el idioma o los h¨¢bitos. Esto impide que puedan integrarse con normalidad¡±, a?ade Iciarte.
Superar todas estas barreras es un proceso paulatino y largo en el tiempo. Kordala se recuerda a s¨ª mismo cada d¨ªa, como si de un mantra se tratara, cu¨¢l es su sue?o. ¡°Quiero estudiar un grado superior de Energ¨ªas Renovables y luego ir a la universidad¡±, confiesa con optimismo. A aquellos que juzguen su camino les pide, que antes, conozcan su realidad. A aquellos, que como ¨¦l, hayan llegado solos a la Pen¨ªnsula y se sientan perdidos les anima a ¡°seguir estudiando, que hagan algo que les guste para poder trabajar¡±. ?l lleva tres a?os fuera de su hogar, lejos de sus padres y sus cinco hermanos, pero ni la soledad ni los obst¨¢culos frenan lo realmente importante: ¡°Vine a Espa?a a mejorar mi vida¡±.
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