El ajedrez judicial de la ministra Yasm¨ªn Esquivel para sepultar el informe de la UNAM sobre su tesis
El nuevo rector, Leonardo Lomel¨ª, hereda el laberinto de procesos que la jueza de la Suprema Corte ha iniciado para evitar que la universidad publique el dictamen sobre el plagio de su trabajo de licenciatura
Hace casi un a?o que el investigador Guillermo Sheridan public¨® un an¨¢lisis en el que conclu¨ªa que la ministra de la Suprema Corte Yasm¨ªn Esquivel plagi¨® la tesis con la que obtuvo el grado de licenciada en Derecho por la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM). El trabajo, titulado Inoperancia de los sindicatos en los trabajadores de confianza del Art¨ªculo 123 Apartado A, fue sustentado por Esquivel en 1987 y era id¨¦ntico a uno presentado un a?o antes por otro alumno, ?dgar Ulises B¨¢ez. La revelaci¨®n provoc¨® una crisis en la mayor instancia de impartici¨®n de justicia de M¨¦xico, pues una de sus integrantes hab¨ªa sido acusada de no cumplir el requisito elemental para convertirse en ministra: la licenciatura en Derecho. La UNAM inici¨® un proceso interno para dictaminar, de manera estrictamente t¨¦cnica, si su exalumna hab¨ªa cometido plagio o no. Pero la ministra Esquivel emprendi¨® una contundente estrategia judicial para retrasar la investigaci¨®n de la universidad y, en ¨²ltima instancia, impedirle dar a conocer sus conclusiones. En el horizonte est¨¢ la posibilidad de que la UNAM decida anularle el t¨ªtulo de licenciatura. Es mucho lo que se juega la ministra.
El tiempo ha jugado del lado de Esquivel. Y tambi¨¦n algunos notarios, jueces de Ciudad de M¨¦xico y magistrados que han dado entrada a sus recursos legales y le han servido en plata resoluciones favorables a sus prop¨®sitos. En los 11 meses transcurridos desde la revelaci¨®n del presunto plagio, la universidad ha combatido la intrincada mara?a de recursos judiciales a trav¨¦s de su abogado general, Hugo Concha. Ha habido triunfos, pero la casa de estudios todav¨ªa no puede publicar su dictamen.
En este tiempo, la UNAM ha cambiado de rector, tras el t¨¦rmino del periodo de Enrique Graue, que acometi¨® el desaf¨ªo, pero no tuvo tiempo de terminarlo. El reto recae ahora en el nuevo rector, Leonardo Lomel¨ª, que ha asegurado que tiene la determinaci¨®n de continuar la batalla judicial. ¡°La comunidad universitaria no estar¨¢ plenamente satisfecha hasta que podamos conocer la opini¨®n del Comit¨¦ de ?tica¡±, apunt¨® Lomel¨ª en una entrevista con este peri¨®dico, ¡°por eso es muy importante que podamos llegar a conocerla e insisto: de no poderlo hacer, si se siguen interponiendo recursos legales, habr¨¢ que valorar si hay otra v¨ªa a trav¨¦s de la cual podamos finalmente dar a conocer la opini¨®n de la Universidad¡±.
EL PA?S reconstruye cu¨¢l ha sido la estrategia de la ministra Esquivel en la partida de ajedrez judicial emprendida contra la UNAM.
El tablero
El esc¨¢ndalo estall¨® en un momento en que Esquivel contend¨ªa por la presidencia de la Suprema Corte de Justicia, el 21 de diciembre de 2022. El primer reflejo de la ministra fue negar que hubiera incurrido en plagio y acusar al otro exalumno, ?dgar Ulises B¨¢ez, de copiarle a ella, aunque ¨¦l sustent¨® el trabajo un a?o antes, en 1986. La UNAM inici¨® pronto labores de an¨¢lisis. La Direcci¨®n General de Bibliotecas efectu¨® un primer dictamen en el que encontr¨® ¡°un alto nivel de coincidencias¡± entre la tesis de B¨¢ez y la de Esquivel. El documento se entreg¨® al Comit¨¦ de Integridad Acad¨¦mica y Cient¨ªficas de la FES Arag¨®n, la facultad ante la cual Esquivel sustent¨® su trabajo de titulaci¨®n y la instancia encargada de investigar su caso.
La ministra libr¨® ante esa instancia acad¨¦mica su primera defensa, antes de acudir a los tribunales judiciales. La asesora de tesis de Esquivel, la profesora Martha Rodr¨ªguez, sali¨® en defensa de la ministra y carg¨® con la culpa, con una explicaci¨®n de saltos en el tiempo: Esquivel ¡ªseg¨²n esta versi¨®n¡ª hab¨ªa iniciado su proyecto en 1985 y lo entreg¨® a Rodr¨ªguez; B¨¢ez accedi¨® a ese trabajo inicial, copi¨® partes, elabor¨® su tesis y la present¨® en 1986; Esquivel, sin enterarse, continu¨® con su proyecto y lo concluy¨® en 1987; la ¨²nica que estaba al tanto era Rodr¨ªguez. La ministra dijo entonces que ten¨ªa una declaraci¨®n notariada en la que B¨¢ez aceptaba haberle copiado, adem¨¢s de peritajes inform¨¢ticos y documentales que confirmaban que ella era la autora original, pese a la discordancia de los a?os. Todas esas ¡°pruebas¡± fueron entregadas al Comit¨¦ de Integridad Acad¨¦mica de las FES Arag¨®n. Esquivel iniciaba sus primeras jugadas y mov¨ªa a sus peones en la batalla.
El 11 de enero se emiti¨® una conclusi¨®n del comit¨¦ de la FES: Esquivel ¡°copi¨® parte sustancial del contenido de la tesis presentada un a?o atr¨¢s¡± por B¨¢ez. En el comunicado, el rector Graue advert¨ªa de que, no obstante, la universidad no ten¨ªa las armas jur¨ªdicas para anular un t¨ªtulo ya expedido, aun cuando, a la postre, se hubiera confirmado un plagio, como era el caso. Las presiones de la opini¨®n p¨²blica forzaron al rector a no dar carpetazo el asunto. Graue dio un paso al frente y dijo que turnar¨ªa el caso al Comit¨¦ Universitario de ?tica (Cu¨¦tica).
Primer movimiento
Fue entonces que la ministra pas¨® a las armas judiciales, ayudada por jueces de Ciudad de M¨¦xico, un circuito en el que Esquivel teji¨® influencias tras su paso como magistrada y presidenta del Tribunal de Justicia Administrativa. El 13 de febrero, su defensa promovi¨® una demanda de amparo ante el Juzgado Quinto de Distrito en Materia Administrativa en la Ciudad de M¨¦xico en contra del director de la FES Arag¨®n, el Comit¨¦ de Integridad Acad¨¦mica de esa facultad, el presidente del Cu¨¦tica, el propio Cu¨¦tica y el rector Graue. La ministra se adelantaba y ped¨ªa al tribunal que la protegiera de los da?os morales que le pod¨ªa causar el proceso que investigaba la tesis. Adem¨¢s, solicitaba que la UNAM no emitiera su resoluci¨®n final sino hasta que se resolviera el fondo de su amparo, que pod¨ªa tardar hasta un a?o, y que todas las personas involucradas en el asunto se abstuvieran de emitir informaci¨®n sobre el caso. La titular del juzgado, la jueza Sandra de Jes¨²s Z¨²?iga, concedi¨® a Esquivel todo lo pedido.
Desde el primer momento, esa resoluci¨®n fue interpretada por los medios como una mordaza a la universidad, que lleg¨® cuando el Cu¨¦tica estaba por concluir su an¨¢lisis. ¡°La UNAM lamenta y no puede estar de acuerdo con el mandato judicial que busca silenciarla¡±, reclam¨® la universidad. La UNAM impugn¨® el mandato judicial ante el 22? Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito (Ciudad de M¨¦xico) y el 28 de febrero consigui¨® aligerar los alcances del bozal interpuesto por la jueza Z¨²?iga: la universidad s¨ª podr¨ªa brindar a la sociedad informaci¨®n sobre el procedimiento, pero deb¨ªa ser objetiva y parcial, y sin las conclusiones del mismo.
Al mismo tiempo, la universidad interpuso tres quejas, en contra de que el amparo de la ministra hubiera sido admitido a tr¨¢mite. Las asumi¨® el 21¡ã Tribunal Colegiado en Materia Administrativa, que el 21 de abril dio la raz¨®n a la universidad. El tribunal federal desech¨® la demanda de la ministra por ser ¡°notoriamente improcedente¡±. El magistrado Carlos Alberto Zerpa se?al¨® que el proceso de investigaci¨®n de las autoridades universitarias sobre si Esquivel hab¨ªa o no escrito su tesis no le generaba a la ministra ¡°una afectaci¨®n de imposible reparaci¨®n¡±. De hecho, dec¨ªa el jurista, si la investigaci¨®n desvelaba que ella era la autora ¡°esas pretendidas violaciones se desvanecer¨ªan en el transcurso de la resoluci¨®n¡±. Adem¨¢s, Zerpa apunta que no se violaba el honor de la ministra, como ella reclamaba, porque ¡°el procedimiento al que la est¨¢n citando, no se est¨¢ dilucidando el honor, sino que est¨¢ estudiando la legalidad o la ilegalidad en la elaboraci¨®n de una tesis de licenciatura¡±.
Con estos argumentos, el tribunal concluye que no hay violaciones a los derechos de la ministra y tumba el amparo. Esto da luz verde a la universidad a emitir el dictamen. O eso parec¨ªa.
Segundo movimiento
Termina la sesi¨®n con el tribunal federal. En los minutos que tarda el abogado general Hugo Concha en cruzar el campus de la UNAM para regresar a su oficina, todo cambia. Cuando entra a su despacho ya ha sido notificado de las medidas cautelares que hab¨ªa aprobado un juez civil de Ciudad de M¨¦xico y que le impiden a la universidad, un ente federal, publicar el resultado de la investigaci¨®n sobre la tesis. La celebraci¨®n por la primera victoria en los tribunales dura, as¨ª, solo unos minutos. El juez Jos¨¦ Manuel Salazar Uribe del juzgado 60 civil de Ciudad de M¨¦xico admiti¨® a tr¨¢mite una demanda de la ministra en la que, entre otras cosas, pide a la UNAM que la reconozca como la autora primigenia de la tesis.
La universidad decidi¨® interponer una excepci¨®n por incompetencia ante la apertura de este juicio, basada en que un juez local no tiene competencia sobre la UNAM. Esto lo debe resolver el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de M¨¦xico, pero meses despu¨¦s todav¨ªa no se ha pronunciado. Debido a los recursos y a los amparos, que lo mantienen suspendido, el juicio original de fondo apenas ha avanzado. Y es este proceso el que todav¨ªa ahora impide a la universidad publicar el dictamen completo sobre la autor¨ªa de la tesis.
De este proceso judicial han surgido otros: el primero es un amparo de la universidad contra las medidas cautelares. El 22 de mayo, Salazar considera que la UNAM no ha apelado las medidas que se hab¨ªan dictado contra el rector, el abogado general, el Consejo Universitario, la Comisi¨®n de Honor, el Cu¨¦tica, el Tribunal Universitario, el director, su consejo t¨¦cnico y el Comit¨¦ de ?tica de la FES Arag¨®n, y ¡°en consecuencia se les tiene por perdido ese derecho¡±. As¨ª que las declara firmes.
Esas limitaciones inclu¨ªan lo mismo que las de Z¨²?iga: no pod¨ªan hablar sobre el proceso ni resolver la investigaci¨®n del plagio. El 13 de junio la universidad se ampara y el 6 de noviembre, el juez federal Eduardo Hern¨¢ndez, juez cuarto de Distrito en materia civil en Ciudad de Me?xico, resuelve proteger a la UNAM y declara ¡°insubsistente¡± el acuerdo del 22 de mayo. Esto implica que las medidas cautelares que prohib¨ªan hablar a la UNAM ya no son firmes, pero queda todo el resto del camino.
Adem¨¢s, la UNAM ha interpuestos dos quejas contra el juez Salazar, una por dilaci¨®n del proceso y otra por tratar de obligar a la universidad a que incorporara a su dictamen la sentencia de una juez civil, Mar¨ªa Magdalena Malpica, que declar¨® a Esquivel como autora original de la tesis en un proceso en el que la UNAM ni siquiera era parte. Ambas est¨¢n en tr¨¢mite.
Esta jugada es la que tiene, de momento, bloqueada la investigaci¨®n y obliga a la universidad a esperar. Pero mientras tanto, la UNAM ha tenido que seguir defendi¨¦ndose de nuevos procesos.
Tercer movimiento
A ra¨ªz del problema del caso Esquivel, la UNAM aprob¨® el 30 de marzo una reforma a su Estatuto General que dotaba a la universidad de facultades para anular grados, t¨ªtulos, diplomas o certificados si descubre que sus alumnos o exalumnos incurrieron en faltas a la honestidad e integridad acad¨¦micas. La reforma, que fue de tipo administrativo, dej¨® a la casa de estudios la potestad de expulsar a quienes hubieran obtenido sus t¨ªtulos de manera fraudulenta, aunque tambi¨¦n se dej¨® la posibilidad de que, en ciertos casos, a los alumnos se les d¨¦ la oportunidad de volver a intentar titularse por otra v¨ªa, si as¨ª lo considera el Consejo T¨¦cnico. La reforma no estaba dirigida a la ministra Esquivel, pero el rector Graue reconoci¨® que ese caso sentaba un precedente ante el cual la casa de estudios no pod¨ªa estar desarmada para casos en el futuro. ¡°Pas¨® lo que pas¨®, y creo que no nos debe volver a suceder el no tener los mecanismos para conducir adecuadamente estas eventuales y lamentables circunstancias¡±, se?al¨®.
Aqu¨ª vino tercera jugada de ajedrez judicial de Esquivel. En junio, sus abogados presentaron una nueva demanda de amparo, ahora contra las reformas estatutarias de la UNAM y contra el Consejo Universitario que las aval¨®. El recurso alegaba el riesgo de que las reformas pudieran ser aplicadas retroactivamente a Esquivel. La defensa de la ministra acudi¨® a una jueza de confianza, Z¨²?iga, del Juzgado Quinto de Distrito en Materia Administrativa en la capital. La casa de estudios respondi¨® d¨ªas despu¨¦s de dos maneras: por un lado, impugn¨® la admisi¨®n del recurso de Esquivel ante el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito (en Ciudad de M¨¦xico); por el otro, la universidad inform¨® p¨²blicamente de que ya hab¨ªa concluido el dictamen sobre la tesis de Esquivel y le pidi¨® a la ministra desistir de su estrategia judicial y dejarle hacer su trabajo.
El tribunal colegiado resolvi¨®, el 11 de septiembre, a favor de la UNAM y dej¨® en firme la reforma al Estatuto General, una prueba m¨¢s de que, en la justicia del ¨¢mbito federal, la universidad ha encontrado luces de esperanza. Los magistrados concluyeron que Esquivel no ten¨ªa inter¨¦s jur¨ªdico en el asunto, pues las reformas estatutarias eran de ¡°naturaleza heteroaplicativa¡±, es decir, que al iniciar su vigencia no afectaban por s¨ª mismas a los universitarios, sino solo cuando, con posterioridad, tuviera lugar un hecho concreto que demandase su aplicaci¨®n. En otras palabras, se trat¨® de una reforma de tipo administrativo, no un proceso sancionatorio espec¨ªficamente contra Esquivel, de modo que no aplica el principio de irretroactividad de la ley. Con esa l¨®gica, la UNAM podr¨¢ sancionar a cualquier universitario por faltas a los requisitos de titulaci¨®n cuando tenga conocimiento de los hechos, aun cuando estos hubieran ocurrido antes de la reforma.
Cuarto movimiento
La ministra Esquivel volvi¨® a la carga y movi¨® otro alfil de la judicatura de Ciudad de M¨¦xico. El 7 de marzo, su defensa present¨® un recurso civil ante el Juzgado Noveno de lo Civil de Proceso Escrito de la Ciudad de M¨¦xico, encabezado por la jueza Mar¨ªa Magdalena Malpica Cervantes. Esquivel buscaba que la justicia ¡ªno la UNAM¡ª reconociera de una vez por todas que ella era la autora original de la tesis en disputa. Quer¨ªa llegar al otro lado del tablero con una jugada ambiciosa, que logr¨® gracias a una sentencia favorable de parte de Malpica. La resoluci¨®n, sin embargo, estuvo envuelta en irregularidades y se sostuvo en pruebas endebles.
En el recurso, Esquivel demand¨® solo a B¨¢ez, pero este, extra?amente, nunca se present¨® al juicio, de modo que fue declarado ¡°confeso¡± de plagio y solo una de las partes ¡ªla ministra¡ª fue escuchada. La defensa de Esquivel present¨®, como pruebas de autor¨ªa original, dos peritajes sobre la antig¨¹edad del papel que aseguraban que el material usado por la ministra era un a?o m¨¢s antiguo que el de la tesis de B¨¢ez; tambi¨¦n se entreg¨® a la jueza un peritaje de la firma aut¨®grafa de Esquivel que probaba que esta no elabor¨® alg¨²n documento a posteriori para hacerlo pasar por antiguo; otro peritaje era un an¨¢lisis ¡°ling¨¹¨ªstico¡± que sosten¨ªa que el pensamiento de la ministra se reflejaba no solo en su tesis de 1987 sino tambi¨¦n en la de doctorado de 2009 (que este peri¨®dico demostr¨® que tambi¨¦n fue plagiada); por ¨²ltimo, Esquivel entreg¨® a la jueza los testimonios de dos supuestos compa?eros de aulas que declararon haberla visto escribir su trabajo de titulaci¨®n.
Todas estas pruebas fueron dadas por ciertas por la jueza Malpica porque nadie las refut¨®. Adem¨¢s, la UNAM no fue emplazada en el juicio, a pesar de ser una parte claramente interesada. Malpica orden¨® al Instituto de Derechos de Autor que Esquivel fuese reconocida como due?a exclusiva de los derechos intelectuales y morales de la tesis, y sentenci¨® a B¨¢ez a no seguir ostent¨¢ndose como titular de la obra. La resoluci¨®n de Malpica se emiti¨® el 17 de mayo, pero fue guardada celosamente hasta que caus¨® estado, el 7 de junio, y se volvi¨® incontrovertible. Un d¨ªa despu¨¦s, los abogados de la ministra dieron una conferencia para festejar el triunfo. Esquivel public¨® en sus redes que esta sentencia demostraba su inocencia y dijo que, para ella, el asunto estaba cerrado.
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