Ex¨¢menes, la gran decepci¨®n estudiantil
Miles de j¨®venes no logran entrar en la UNAM y el Polit¨¦cnico: hay que impedir que la locomotora se vaya sin ellos

Esta es una entrega de la newsletter semanal de M¨¦xico, que puede seguir gratuitamente en este enlace
El sistema educativo es un tri¨¢ngulo. En un v¨¦rtice est¨¢ el alumno, en otro la familia y en el tercero la maestra. Para alcanzar el ¨¦xito en los estudios, al menos dos de los ¨¢ngulos tienen que funcionar. Si el alumno y su maestra se esfuerzan, podr¨¢n combatir la posible desidia de la familia. Si la familia y el alumno quieren, un mal maestro no podr¨¢ solo derrumbar la formaci¨®n del pupilo. Si la familia se al¨ªa con el profesorado, tendr¨¢n fuerza para sacar adelante al estudiante remol¨®n. Puede fallar un v¨¦rtice, pero nunca dos. En este esquema, los ex¨¢menes vienen siempre a complicar las cosas, porque penalizan a la poblaci¨®n m¨¢s humilde, la que no tiene recursos ni, probablemente, formaci¨®n acad¨¦mica. De golpe, est¨¢n anulando dos v¨¦rtices. En esas familias, por m¨¢s inteligente que sea el muchacho, por m¨¢s esfuerzo que dedique, si el trabajo se impone para sacar la econom¨ªa adelante, los estudios flaquear¨¢n. Y no habr¨¢ dinero para amortiguar el rezago, con clases particulares, por ejemplo. Suelen ser estudiantes que tampoco gozan en sus hogares de libros, ni de un ambiente formativo que les anime a seguir. No solo prima, pues, el trabajo para ayudar en casa, es que a veces los padres no conceden a los estudios la val¨ªa que tienen.
En M¨¦xico hay demasiados ex¨¢menes y son puertas que se van cerrando para miles de estudiantes. Al acabar la secundaria tienen que enfrentar una prueba que les da acceso al bachillerato. Si no lo logran, de nada habr¨¢ servido el esfuerzo por aprobar la etapa anterior. ?Cu¨¢ntos de ellos seguir¨¢n intent¨¢ndolo el curso siguiente? ?Cu¨¢ntos abandonar¨¢n para siempre el sistema educativo? Una cosa est¨¢ fuera de dudas: entre los pobres el abandono siempre ser¨¢ mayor.
Una de las medidas que Claudia Sheinbaum ha prometido es la eliminaci¨®n del examen que da acceso a la preparatoria. A su designado secretario de Educaci¨®n, Mario Delgado, le ha encomendado que ponga en marcha lo necesario para acabar con el famoso y torturante Comipems, de modo que todos los egresados de secundaria puedan entrar directamente a la siguiente etapa, el nivel medio superior. Para ello habr¨¢ que construir el n¨²mero suficiente de centros de bachillerato que puedan absorber la demanda. Y contratar a miles de maestros. Porque los ex¨¢menes, nadie se enga?e, en buena medida est¨¢n hechos para regular la demanda, que es m¨¢s alta que la oferta, no para medir el desempe?o del estudiante. ?O acaso merece m¨¢s entrar a la prepa una alumna que ha sacado un 7,6 que otra que sac¨® un 7,5? No fastidien. Pero en alg¨²n puntaje han de poner el l¨ªmite cuando no hay sillas para todos, claro.
Las pruebas para pasar de curso o de etapa son una de las claves que distinguen a las personas por su ideolog¨ªa pol¨ªtica. Por simplificar, la gente de derecha suele defender los ex¨¢menes y las de izquierda tratan de eliminar esos embudos. En cualquier pa¨ªs del mundo. Los primeros dir¨¢n que hay que valorar el esfuerzo y el m¨¦rito, que hay que evaluar el conocimiento adquirido. Los segundos argumentan que muchos alumnos no pueden competir con las facilidades que traen otros desde la cuna y que en ese tortuoso camino se quedan muchas inteligencias perdidas para siempre. En M¨¦xico, 600.000 estudiantes abandonan el sistema en alguno de los cursos de preparatoria. Los de izquierda, por seguir simplificando, suelen decir que es el sistema quien les abandona a ellos. Y no les falta raz¨®n.
A esas edades, muchos j¨®venes no tienen claro qu¨¦ hacer con sus vidas y no pocas veces desperdician las oportunidades que se les prestan. Hay que animarles, engancharles, impedir que la locomotora se vaya sin ellos. En las familias con posibles, los muchachos que alcanzan a matricularse en las preparatorias de la UNAM, es decir, los centros que tienen el acceso garantizado a la universidad p¨²blica m¨¢s prestigiosa y deseada del pa¨ªs, gozan de muchas oportunidades. Una vez ah¨ª, pueden repetir curso y cuando acaben, quiz¨¢ ya con la cabeza en su sitio, lejos de la perturbadora adolescencia, tendr¨¢n la puerta abierta a la gran casa de estudios. Los pobres no pueden darse el lujo de estar en el sistema reprobando cursos una y otra vez. ?Qui¨¦n soporta ese gasto, qui¨¦n puede prescindir de la mano de obra que prestar¨ªa ese joven en casa? Si repruebas, te pones a trabajar. ?D¨®nde est¨¢, pues, el m¨¦rito y el esfuerzo de los que se mantienen suspendiendo curso tras curso hasta que se les pasa la tonter¨ªa? El m¨¦rito, m¨¢s bien, recae del lado de aquellos que tienen que compatibilizar los estudios con trabajos para ayudar en casa.
Por eso, quitar piedras del camino, es decir, eliminar el Comipems, es una buena noticia para las familias m¨¢s humildes. Una medida social encaminada a equilibrar las posibilidades de unos y de otros. Pero no ser¨¢ f¨¢cil, hay que construir muchos centros educativos. Y queda pendiente la siguiente asignatura, el examen de acceso a la universidad. Es otra de las grandes cuestiones a debate en medio mundo. Porque de nuevo en esta etapa, lo que regula esa prueba no es tanto el nivel del alumno como la capacidad de absorci¨®n de las universidades, que en M¨¦xico es escasa. El ¨²ltimo examen para entrar en la UNAM a cursar una titulaci¨®n ha dejado fuera al 90% de los aspirantes. ?Qu¨¦ ser¨¢ de ellos? ?Lo seguir¨¢n intentando al a?o siguiente o tirar¨¢n la toalla para siempre? ?Ir¨¢n a universidades de segunda, patito? Qui¨¦n sabe, pero de nuevo se alza la misma certeza, los m¨¢s penalizados ser¨¢n siempre los pobres. Alrededor de 129.000 j¨®venes han visto con enorme desilusi¨®n c¨®mo se les cerraban las puertas de la UNAM esta vez. Quer¨ªan ser m¨¦dicos, enfermeros, matem¨¢ticos y abogados. ?Acaso est¨¢ M¨¦xico sobrado de estos profesionales? Se han viralizado estos d¨ªas los videos en que los aceptados celebran con la familia su ingreso en la universidad. No es para menos, son tan pocos que la fiesta es l¨®gica. Pero ojo, la universidad no puede ser un privilegio, sino un derecho. No est¨¢n los tiempos para desperdiciar el talento. Y el talento no siempre se determina con una calificaci¨®n.
Ap¨²ntese gratis a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y al canal de WhatsApp y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
