La legislatura de la paridad: mucho ruido y bastantes nueces
Diputadas y feministas celebran los logros para la igualdad conseguidos en este periodo que ahora concluye, el que m¨¢s mujeres han integrado el Congreso en la historia de M¨¦xico
El periodo legislativo que ahora cierran las elecciones intermedias parece dar la raz¨®n a quienes sostienen que la participaci¨®n de las mujeres en pol¨ªtica trae avances en igualdad que, de otro modo, no se conseguir¨ªan o llegar¨ªan con mayor retraso. M¨¦xico ha concluido su primera e hist¨®rica etapa con paridad en el Congreso y no son pocas las leyes y reformas que se han conseguido de la mano de las diputadas: mejoras en la situaci¨®n laboral de las empleadas del hogar, paridad en todos los ¨®rdenes del Estado, reparto gratuito en las aulas de productos para la menstruaci¨®n, medidas contra la violencia pol¨ªtica, incluir en el C¨®digo Penal el delito contra la intimidad sexual a trav¨¦s de medios digitales (ley Olimpia) y otras modificaciones legales contra la violencia de g¨¦nero y el feminicidio. Legalizar el aborto en todo el pa¨ªs y eliminar el IVA de los productos de higiene femenina son algunas de las asignaturas pendientes, pero no ha sido por falta de intentos. Sigue costando mucho trabajo, sostienen las consultadas en este reportaje. Las pol¨ªticas se chocan todav¨ªa con la cultura machista que impera en la sociedad.
241 diputadas en una C¨¢mara con 500 asientos. Nunca antes se hab¨ªa visto en M¨¦xico una cosa igual. Y de ello han presumido largo y tendido los dirigentes nacionales. Detr¨¢s de esas cifras, sin embargo, hay mucho esfuerzo y un camino que apenas empieza. Martha Tagle, una de las diputadas que ahora termina su gesti¨®n, por Movimiento Ciudadano, se ha metido de lleno en todas esas medidas que han favorecido a las mujeres, resultando de enorme ayuda para aquellas organizaciones civiles que han clamado en el Congreso por avances sustantivos en este periodo que comenz¨® en septiembre de 2018 y finaliza el 31 de agosto. Tagle menciona dos obst¨¢culos para el desempe?o de las mujeres en el Congreso: muchas de ellas son nuevas en la pol¨ªtica y, adem¨¢s, tienen que cuidar a sus familias, que est¨¢n fuera de Ciudad de M¨¦xico en algunos casos, lo que les impide dedicar las 24 horas y siete d¨ªas a la semana que requieren algunas actividades pol¨ªticas tal cual est¨¢n dise?adas. Es decir, tambi¨¦n las diputadas arrastran el lastre de las dem¨¢s profesionales. Valga el siguiente ejemplo.
La Junta de Coordinaci¨®n Pol¨ªtica (Jucopo) es el organismo que se ocupa de alcanzar acuerdos y medir los tiempos para su debate en el Congreso. Es la cocina antes de celebrar las votaciones. Cada partido tiene all¨ª un representante y para ejemplificar el papel que juegan los hombres en esta junta basta decir que donde se re¨²nen a¨²n no hay cuarto de ba?o para mujeres. Este club masculino de alta pol¨ªtica ha sido uno de los caballos de batalla de las diputadas, donde han tenido que hacer mucho ruido para que se las oyera. Ruido de verdad, a cacerolazo limpio. As¨ª ocurri¨® cuando quer¨ªan que se debatiera la regulaci¨®n laboral de las asistentas del hogar. ¡°Hicimos mucha presi¨®n p¨²blica para que la Jucopo se decidiera a llevar el asunto a la C¨¢mara¡±, dice Tagle. Si dejan pasar el tiempo, y hay cosas que ¡°no son su prioridad¡±, los asuntos acaban por no ser aprobados. Esa es una forma de legislar solo lo que ellos quieren. Pero las diputadas han resistido ese embate. Y de qu¨¦ modo.
Pasados unos meses de legislatura, con Laura Rojas (PAN) como presidenta del Congreso, se cre¨® el grupo de trabajo para la Igualdad Sustantiva, una especie de Jucofem, como algunas lo llamaban. Es decir, el mismo club, pero en femenino. Todas se pusieron de acuerdo para que los temas de igualdad avanzaran sin demoras y combatir las resistencias masculinas. ¡°O para frenar las medidas restrictivas, como cuando el fiscal general del Estado, Alejandro Gertz Manero, insinu¨® que quer¨ªa eliminar el tipo penal de feminicidio¡±. Todas a una decidieron que de eso, nada. Otra vez hubo que hacer ruido.
Marcela Lagarde, una de las voces autorizadas del feminismo mundial, fue diputada en el Congreso mexicano entre 2003 y 2006. A ella se debe la inclusi¨®n del feminicidio en el C¨®digo Penal y el impulso a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, vigente desde 2007. Es un buen ejemplo de la reciente historia de ¨¦xitos de las mujeres en la pol¨ªtica mexicana. La abogada Mara Mu?oz, feminista de Zacatecas, quiere mencionar otros nombres, adem¨¢s de Lagarde: Amalia Garc¨ªa, Teresa Inch¨¢ustegui, Patria Jim¨¦nez, Hortensia Arag¨®n¡ ¡°Para revisar la situaci¨®n actual tenemos que ver de d¨®nde venimos. Hab¨ªa entonces grandes mujeres, con capacidad pol¨ªtica, que pelearon la paridad de sexos. Ahora, en t¨¦rminos legales estamos en esa representaci¨®n del 50%, pero a medida que se ha alcanzado esa cuota me surgen grandes interrogantes sobre el perfil de las que la integran¡±, dice. ¡°La realidad es que nuestro sistema pol¨ªtico es corrupto, y el sistema de partidos, tambi¨¦n. Todo se corrompe y no s¨¦ si las que llegan ahora tiene un perfil feminista y una capacitaci¨®n t¨¦cnica suficiente. Eso tambi¨¦n pasa con los hombres, por otra parte¡±, dice, ¡°porque los perfiles de gente proba, capaz, que quiere hacer avanzar este pa¨ªs, estorban a los corruptos. Y la devaluaci¨®n de las cuotas de g¨¦nero es un ejemplo de ello¡±, sostiene.
En este punto, un nombre sale a relucir en la conversaci¨®n, inevitablemente: Evelyn Salgado, la hija de F¨¦lix Salgado Macedonio, que ha sustituido al padre para la gubernatura de Guerrero, una vez que este fue descabalgado por el Instituto Nacional Electoral. No es dif¨ªcil que las mujeres, hermanas, t¨ªas, amantes, sean colocadas a veces en cargos como mujeres de paja y de esas acusaciones se ha tenido que defender Evelyn Salgado en esta campa?a electoral, naturalmente. Tambi¨¦n le ha sido muy dif¨ªcil lidiar con las acusaciones que arrastra su padre, denunciado por dos violaciones y se?alado por otros delitos sexuales. El caso Salgado todav¨ªa se lee en pintadas por las paredes de M¨¦xico, porque ha sido un ejemplo de c¨®mo las mujeres, tambi¨¦n las de su propio partido, Morena, se han fajado para que no fuera candidato con esos vergonzosos antecedentes. Ruido, otra vez tuvieron que hacer mucho ruido. Y sus compa?eros de bancada no les prestaron eco ninguno.
¡°El caso Salgado ha sido un ejemplo claro del compromiso de las mujeres y de la divisi¨®n con sus compa?eros de partido¡±, afirma Ana Cristina Gaspar Santana, del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir. ¡°La paridad es parte del camino, el que lleva a los cambios, aunque la participaci¨®n no debe ser solo num¨¦rica, tambi¨¦n sustantiva. Y ya es dif¨ªcil vincular esto con la izquierda o la derecha¡±, asegura. En efecto, otro de los escollos en ese camino fue la obligaci¨®n que estableci¨® el INE a los partidos para postular mujeres a las gubernaturas. R¨¢pido, los dirigentes masculinos hicieron sus cuentas electorales y trataron de impedirlo: tanto en Morena como en el PAN impugnaron la medida. Pero hoy hay seis candidatas con posibilidades de alcanzar el sill¨®n m¨¢s alto de un Estado.
El aborto
Los ¨¦xitos de Argentina para la interrupci¨®n libre del embarazo dejan peque?o a M¨¦xico, cuyas mujeres tanto pelean por ello. Solo dos territorios, Ciudad de M¨¦xico y el Estado de Oaxaca, han legislado. Y esa es, quiz¨¢, la gran asignatura pendiente en el plano te¨®rico, porque, como recuerda siempre la abogada Mara Mu?oz, M¨¦xico tiene un corpus legal ¡°m¨¢s vanguardista que Suecia, el problema es que las leyes no se aplican¡±. En el caso del aborto, ni siquiera ha alcanzado el texto legal. ¡°Desde el Congreso federal se tiene la posibilidad de sacarlo del C¨®digo Penal y de incluir el derecho a la interrupci¨®n en la Ley de Salud. Eso ayudar¨ªa mucho a avanzar en los Estados¡±, dice Gaspar Santana. Y las mujeres lo han intentado con fuerza, desde 2018 se han presentado hasta 11 iniciativas en las C¨¢maras, pero los pa?uelos verdes se resisten en M¨¦xico.
El caso del aborto es complejo porque entran de lleno las creencias individuales y religiosas, y no siempre cuenta con el respaldo completo de las mujeres, que, a decir de Martha Tagle, han actuado en muchas cosas como un grupo compacto. La diputada asegura que ¡°lo han hecho muy bien, tambi¨¦n las presidentas de las comisiones, por donde han pasado temas que no son solo de igualdad; y las presidentas de las C¨¢maras, Laura Rojas o Dulce Mar¨ªa Sauri (PRI), todas han actuado con profesionalidad, sin partidismos y han tenido que sufrir ataques de toda clase¡±, afirma la diputada.
Quedan asuntos pendientes, pues. La senadora de Morena Antares V¨¢zquez Alatorre es otra de las feministas que no se callan en las instituciones y sabe lo que cuesta cada pasito que se va avanzando, pero, como todas las dem¨¢s, celebra esta legislatura en lo que respecta a la paridad. Menciona logros como los permisos de maternidad en las fuerzas armadas, pol¨ªticas con las mujeres ind¨ªgenas, cuidados de hijos e hijas, etc¨¦tera. Ella ha denunciado en estas elecciones, bajo el paraguas de la norma sobre violencia pol¨ªtica, al dirigente del PAN en Guanajuato, porque dijo que era una mandada. ¡°A m¨ª no me manda nadie. Pero todav¨ªa los jueces no est¨¢n preparados para esto, solo la Sala Superior, en tercera instancia, reconoci¨® que hab¨ªa un sesgo de g¨¦nero en lo que denunciaba. Sigue habiendo muchas deudas con nosotras. Hay que pelear el aborto de los hombres, s¨ª, porque ellos tambi¨¦n abortan, o qu¨¦ es, si no, dejar embarazada a una mujer y desaparecer, o abandonar a los hijos. Sobre eso no est¨¢ legislado, hay que ver c¨®mo le entramos¡±. Ser¨¢ para la pr¨®xima legislatura, quiz¨¢.
¡°La perspectiva de g¨¦nero sigue sin pertenecer a la cultura de este pa¨ªs¡±, lamenta V¨¢zquez Alatorre. Y le da la raz¨®n Melissa Fen¨¢ndez Chagoya, cientista social de la Universidad del Claustro de Sor Juana: ¡°En nuestra praxis cultural seguimos siendo el pa¨ªs de toda la vida, ratificamos todos los convenios ante la ONU, pero despu¨¦s simulamos y ellos siguen acaparando el poder. M¨¢xima simulaci¨®n para pasar por un pa¨ªs desarrollado, pero poco reflejo en la realidad. Que haya hombres que se han hecho pasar por mujeres trans para conseguir estar en las listas electorales es vergonzoso, y una buena met¨¢fora de c¨®mo se conduce este pa¨ªs. Que parezca, pero que no sea, al estilo de las pel¨ªculas de Cantinflas¡±.
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