La importancia de ocupar las calles este 8M
Se acusa a las mujeres de criminales por pintar o romper, pero los cr¨ªmenes no los cometemos las mujeres que rompemos las reglas, sino quienes siguen las reglas de un Estado feminicida
Hoy es 8M, hace mucho calor en la Ciudad de M¨¦xico, tambi¨¦n por las noches, las calles se han ido llenando estos d¨ªas de jacarandas en flor y m¨¢s tarde se llenar¨¢n de pa?uelos violetas y verdes, de pancartas, de pintas, consignas, acciones colectivas y todo tipo de expresiones de resistencia. Pareciera que molesta el 8M, pareciera que ser feminista pas¨® de moda ¡ªcomo si fuera una moda¡ª, que hay otros temas en la agenda del Estado ¡ªcomo si hubiera temas m¨¢s importantes que la vida y la libertad de las mujeres¡ª, y que hay otros temas a tratar en la prensa ¡ªcomo si estos temas no fueran relevantes¡ª. Pero m¨ªralas, ah¨ª vienen otra vez. Otro 8M. ?No se cansan de la misma cantaleta? Que si esto, que si esto otro, ?ya las escuchamos! Adem¨¢s, ?con qui¨¦n se puede hablar? No hay a qui¨¦n dirigirse, no hay gerente, jerarqu¨ªa ni l¨ªder: son un chingo, m¨ªralas. ?Por qu¨¦ no mejor se quedan en sus oficinas o en sus casas? Adem¨¢s, entre ellas se contradicen, ?s¨ª o no? ?Quieren otro 8M para hacer m¨¢s destrozos en las calles? Pinches viejas, son m¨¢s violentas que los hombres, ?s¨ª o no? Algo parecido a esto escuch¨¦ decir a alguien hace unos d¨ªas sobre este 8M. Ese hombre tambi¨¦n dijo: ¡°Pinches viejas, por eso les ponen hasta vallas y polic¨ªas.¡± Un hombre mayor y regordete, con dentadura postiza, blanca, en un puesto de poder que, por cierto, lo mismo despotric¨® contra del Gobierno en turno que contra las feministas, como si fuesen dos bandos. ?Feministas?, tambi¨¦n dijo, entrelazando sus dedos regordetes como rellenos de crema pastelera, esas nom¨¢s quieren romper todo, solo quieren desmadre, por eso se juntan, ?s¨ª o no? M¨¢s adelante volvemos a este personaje, para que no lo extra?en mucho¡
Me dej¨® pensando sobre la importancia de marchar hoy. Pareciera que los feminicidios diarios, el hecho de que el aborto no est¨¢ despenalizado en todo el territorio, la falta de una perspectiva feminista en los espacios laborales, las mujeres que ganan menos que sus pares hombres, la falta de mujeres en puestos directivos, la hipersexualizaci¨®n a la que estamos expuestas desde que somos ni?as, la cantidad de ¡°bromas¡± en contra de lo femenino, la transfobia estructural a la que enfrentan todos los d¨ªas las mujeres trans, la discriminaci¨®n en contra de la comunidad LGBTIQ+, la violencia obst¨¦trica en tant¨ªsimos lugares, la falta de referentes de mujeres diversas en una gran cantidad de ¨¢mbitos culturales, los roles de g¨¦nero que les ense?a a las ni?as, la gordofobia a la que est¨¢n expuestas desde edades muy tempranas las ni?as y la violencia en contra de las mujeres a tantos niveles es un tema de un solo d¨ªa de marzo, pero este d¨ªa tambi¨¦n es recordatorio de que hay feministas que luchan todos los d¨ªas desde todos estos espacios. Este d¨ªa puede ser molesto para un se?or como el que me toc¨® escuchar, adem¨¢s del calor¨®n ¨Dlos demasiados grados, las demasiadas palabras de alguien as¨ª¨D, este d¨ªa tambi¨¦n puede ser molesto para otras personas, tal vez porque se hace visible el encabronamiento ante esta realidad que vivimos las mujeres. Se rompen reglas este d¨ªa, s¨ª. No todo son flores violetas, abrazos y hermanas. Muchos de los s¨ªmbolos asociados con lo femenino han cambiado en los ¨²ltimos a?os. El color rosa, por ejemplo, tambi¨¦n se ha convertido en un s¨ªmbolo de resistencia, al igual que el violeta, tan parecido al de las jacarandas tapizando la primavera, tal vez recordando tambi¨¦n el florecimiento feminista en Am¨¦rica Latina. Para ello se rompen reglas, s¨ª. Se acusa a las mujeres de criminales por pintar o romper, pero los cr¨ªmenes no los cometemos las mujeres que rompemos las reglas, sino quienes siguen las reglas en un Estado feminicida.
?Por qu¨¦ marchamos hoy? Pareciera que nos escuchan, que ya chole con lo mismo. Pareciera que somos inc¨®modas para el Gobierno, que somos inc¨®modas para muchos, pero la realidad es que las cifras aumentan. La tasa de feminicidios ha aumentado. Tan solo de enero de 2022 en comparaci¨®n a enero de este a?o, los feminicidios han incrementado. El a?o pasado la violencia de g¨¦nero ¡ªen todos sus rubros¡ª lleg¨® a cifras hist¨®ricas: en 2022 las cifras fueron 32% m¨¢s altas que en 2021, y, a su vez, el a?o pasado fueron cifras 235% m¨¢s altas que 2015, a?o en el que se inici¨® el registro de la violencia en contra de las mujeres en el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad P¨²blica. ?Por qu¨¦ la violencia va en aumento? Quiz¨¢s, en parte, por la indiferencia del Estado o la participaci¨®n directa que tiene desde la revictimizaci¨®n en los casos, que se agudiza m¨¢s en los casos medi¨¢ticos, la falta de profesionalismo en las investigaciones tan lejos de la justicia, m¨¢s lejos a¨²n de la verdad. La maravillosa periodista Lydiette Carri¨®n investig¨® de cerca, de manera independiente, algunos casos de feminicidios de adolescentes asesinadas en el Estado de M¨¦xico, y como resultado de esa investigaci¨®n, anot¨®: ¡°Cuando el poeta Juan Gelman se refiri¨® a la desaparici¨®n de su hijo y nuera en manos de la dictadura argentina, y a la posterior b¨²squeda de su nieta (dada en adopci¨®n ilegal por los ejecutores de sus padres), dec¨ªa con insistencia que para los atenienses el ant¨®nimo del olvido no era la memoria, sino la verdad. Se refer¨ªa a una verdad simple, no ret¨®rica. En este caso la verdad ser¨ªa qui¨¦nes son las desaparecidas, qui¨¦nes se las llevaron, qu¨¦ les hicieron y d¨®nde est¨¢n.¡± Por esto tambi¨¦n marchamos el 8M, a favor de esa verdad.
No solo es importante salir a las calles este 8M pospandemia, que seguramente dar¨¢ lugar a un resplandecer de la fuerza que solo se gana en las calles. Grandes son los logros que se han obtenido en Am¨¦rica Latina desde las movilizaciones en las calles, como la despenalizaci¨®n del aborto en Argentina, por ejemplo, y parte de su fuerza es tambi¨¦n la repetici¨®n de signos, pancartas, consignas, canciones, pa?uelos verdes y violetas hasta que la narrativa cambia. La repetici¨®n de consignas, por ejemplo, la repetici¨®n de los mensajes en las pancartas, la repetici¨®n de las acciones colectivas crecen como crecen las olas. Cuando el contexto es a¨²n m¨¢s agudo, como en el nuestro donde la violencia ha aumentado, la repetici¨®n genera m¨¢s fuerza, m¨¢s alcance. En esto se parecen mucho las movilizaciones en las calles a los ritos que son siempre un comportamiento colectivo, como dice el fil¨®sofo Gadamer: ¡°El rito no es una forma de hablar, sino una forma de actuar.¡± Ese actuar que es tambi¨¦n una marcha donde no importa la individualidad ¡ªlo que cada una tiene que decir¡ª, sino lo que tiene que decir la colectividad. Por eso las mismas palabras se escuchan atr¨¢s que adelante, all¨¢ que ac¨¢ y as¨ª es como la colectividad gana fuerza. Claro, hay distintos motivos que impulsan las marchas, pero en espec¨ªfico este 8M lleva los temas de g¨¦nero a las agendas del gobierno, a las mesas de redacci¨®n, a las redes sociales, a la discusi¨®n p¨²blica.
Ya regres¨® ese personaje que despotrica en contra de las feministas y la 4T por igual, que tiene en su oficina un diploma de la escuela de padres maristas a la que asisti¨®, que prende un cigarro con el que est¨¢ por terminar de fumar entre sus dedos regordetes cuando la amiga con la que estoy y yo le decimos que somos feministas y que, de hecho, vamos a ir a marchar: ¡°Ah, caray¡ Bueno, s¨ª tengo que reconocer que nosotros los hombres s¨ª les hemos quedado muy mal a las mujeres, ?s¨ª o no, muchachas?¡± En tiempos tan inclinados a polarizar as¨ª entre bandos, entre hombres y mujeres, entre feministas y Estado, entre izquierda y derecha, ojal¨¢ que este 8M sirva tambi¨¦n para mostrar que no se tratan de bandos. En una marcha, lo mismo que en un ritual, la comunidad no es espectadora, sino que es parte de la acci¨®n. Todos y todas estamos involucrados, el 8M nos apela a todos por igual, incluido aquel se?or al que mi amiga y yo desde la calle este d¨ªa mandaremos saludos, tambi¨¦n de parte de ustedes, con una pancarta tan parecida a tantas otras.
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