Claudia, Europa y las coyunturas opuestas
La victoria de una candidata como Claudia Sheinbaum refuerza la coyuntura opuesta entre Europa y M¨¦xico. Ella representa una opci¨®n pol¨ªtica progresista, alejada de las posiciones antisist¨¦micas de las derechas del viejo continente
En 1993, el historiador Ruggiero Romano publicaba Coyunturas opuestas. La crisis del siglo XVII en Europa e Hispanoam¨¦rica. El libro, escrito en parte para polemizar con las lecturas de la teor¨ªa de la dependencia entre Am¨¦rica y el mundo occidental revelaba que, mientras el siglo XVII hab¨ªa representado para Europa una larga coyuntura de crisis econ¨®mica, la regi¨®n latinoamericana hab¨ªa, en cambio, experimentado durante ese periodo una fase de crecimiento y desarrollo. El libro ven¨ªa a hablarnos, en otras palabras, del hecho de que las relaciones entre las dos regiones no se basaban solamente en condicionantes estructurales que condenaban a Am¨¦rica Latina a una posici¨®n de subalternidad, sino tambi¨¦n en coyunturas que pod¨ªan modificar la relaci¨®n con Europa seg¨²n el momento.
Precisamente, las coyunturas opuestas han marcado gran parte de la historia comparada de las dos regiones. Ser¨ªa suficiente destacar que mientras Europa se encontraba antes violentada por los totalitarismos nazi-fascistas en los treinta y luego destruida por la Segunda Guerra Mundial, causada en los cuarenta, Am¨¦rica viv¨ªa un momento de importante expansi¨®n econ¨®mica y en no pocos casos de ampliaci¨®n de los derechos sociales y pol¨ªticos.
La tesis sobre las coyunturas opuestas de Ruggiero vuelve a estar vigente al analizar los resultados de las ¨²ltimas elecciones en M¨¦xico, en las cuales el electorado ha otorgado a la candidata del movimiento de Morena, Claudia Sheinbaum, una extraordinaria mayor¨ªa de voto, el 60%, distanci¨¢ndose en 30 puntos de su competidora m¨¢s cercana, X¨®chitl G¨¢lvez. Europa y M¨¦xico, cuando no toda Am¨¦rica Latina, se encuentran por lo menos desde el punto de vista pol¨ªtico en una de esas coyunturas opuestas que han marcado las relaciones entre las dos regiones a lo largo de los siglos.
Europa se encuentra enfrascada en este momento en una peligrosa tesitura. Por un lado, desde el ¨¢mbito internacional, la guerra en Ucrania proyecta sobre la regi¨®n una formidable amenaza para su estabilidad y para el mantenimiento de la paz continental, uno de los logros m¨¢s importantes alcanzado por una regi¨®n desgarrada por dos guerras mundiales, causa de millones de muertos y el holocausto del pueblo jud¨ªo. Por otro lado, la ¨²ltima d¨¦cada ha visto una fuerte consolidaci¨®n de liderazgos de ultraderecha que cuestionan los fundamentos democr¨¢ticos de los pa¨ªses en los que aspiran a gobernar o en los que ya gobiernan. En Italia, Giorgia Meloni, la presidente del gobierno ¡ªporque as¨ª ha elegido ser llamada cuestionando expl¨ªcitamente las demandas m¨¢s moderadas del feminismo¡ª reivindica con orgullo su pertenencia a un movimiento pol¨ªtico que tiene sus ra¨ªces en el Movimiento Sociale Italiano, directo heredero del r¨¦gimen fascista de Benito Mussolini. En Espa?a, el partido Vox, que es la cuarta fuerza pol¨ªtica del pa¨ªs y que participa indirectamente en varios gobiernos regionales, emerge en continuidad directa con el franquismo. El otrora moderado Partido Popular ha asumido en parte la agenda ultranacionalista y reaccionaria de Vox en temas como la inmigraci¨®n, el g¨¦nero, los derechos civiles y la memoria hist¨®rica. En Francia, es el Frente Nacional de Marie Le Pen quien encarna lo que Pablo Stefanoni define como la nueva rebeld¨ªa de las derechas.
El listado podr¨ªa continuar incluyendo al partido alem¨¢n Alternative f¨¹r Deutschland y a la Hungr¨ªa del presidente Viktor Orb¨¢n. Lo que une a estos movimientos que ya gobiernan o que aspiran ¡ªcon buenas posibilidades de hacerlo en algunos casos¡ª a gobernar es, a¨²n con matices, un cuestionamiento de las normas b¨¢sicas de la democracia liberal, una agenda ultranacionalista con rasgos expl¨ªcitos de racismo, misoginia, homofobia y un expl¨ªcito negacionismo sobre el cambio clim¨¢tico que se nutre de posiciones muy cercanas a la anticiencia. Adem¨¢s, estas fuerzas en pol¨ªtica internacional, antes de la invasi¨®n de Ucrania ¡ªy Hungr¨ªa todav¨ªa en la actualidad¡ª, hab¨ªan mantenido relaciones amistosas con la autocracia de Vladimir Putin.
Es frente a este escenario donde la victoria de una candidata como Sheinbaum refuerza la actual coyuntura opuesta entre Europa y M¨¦xico. Aunque internamente Sheinbaum ha sido fuertemente cuestionada por analistas que se autoinscriben en un ¨¢rea ideol¨®gica liberal, la candidata de Morena representa, confrontada con el panorama europeo, una opci¨®n pol¨ªtica progresista, sin duda alejada de las posiciones antisist¨¦micas de las derechas del viejo continente. Frente a la subversi¨®n de la derecha europea, la trayectoria de Sheinbaum es un monumento a la institucionalidad. Doctora en f¨ªsica e investigadora de la UNAM (Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico), ha sido secretaria de Medio Ambiente durante la jefatura de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador en el Distrito Federal (hoy Ciudad de M¨¦xico), y tambi¨¦n jefa de gobierno de la capital. De Sheinbaum se podr¨¢n cuestionar muchos aspectos, pero no el de representar una forma de hacer pol¨ªtica que ha trabajado desde dentro el per¨ªmetro del sistema pol¨ªtico mexicano nacido de la transici¨®n democr¨¢tica del 2000. En temas cruciales como gobernabilidad democr¨¢tica, derechos civiles y de g¨¦nero, uso de la ciencia para combatir el cambio clim¨¢tico, pero tambi¨¦n en la defensa del derecho internacional, Sheinbaum mantiene sin duda posiciones m¨¢s razonables y, vuelvo a insistir, institucionales que la mayor¨ªa de los grupos pol¨ªticos de la derecha europea. Es decir, mientras en Europa se observa un claro viraje antiliberal, la trayectoria y las propuestas de Sheinbaum reivindican la antigua promesa social democr¨¢tica de conciliar un r¨¦gimen pol¨ªtico democr¨¢tico con una agenda de ampliaci¨®n de derechos civiles, sociales y en la que se inscriben ahora los derechos ambientales y de g¨¦nero.
Habr¨¢ que juzgar a la nueva presidenta por los hechos, sin embargo, en este momento viejo y nuevo mundo vuelven a colocarse en una de esas tesituras divergentes que, como se?alaba Romano, han caracterizado la relaci¨®n entre los dos continentes.
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