Un d¨ªa recibe una llamada de tel¨¦fono: ¡°?Sabes qui¨¦n ha muerto?¡±. A continuaci¨®n, esa voz pronuncia el nombre de un amigo de la infancia, o la de aquel compa?ero con el que discut¨ªas de literatura, o aquella ni?a enamorada a la que llevaba a ver ¡®Di¨¢logo de Carmelitas¡¯
El presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, que ha convertido su cultura literaria en arma electoral, devuelve a la actualidad el debate sobre los beneficios de los h¨¢bitos lectores en la gesti¨®n pol¨ªtica
PIEDRA DE TOQUE. Los grandes fastos de la inteligencia en el Par¨ªs posterior a la II Guerra Mundial fueron, m¨¢s bien, los estertores de la figura del intelectual y los ¨²ltimos destellos de una cultura volcada en la calle