Ley de Cambio Clim¨¢tico: paso importante, pero insuficiente

El Congreso de los Diputados dio ayer por fin luz verde ¡ªcon el voto en contra solo de la ultraderecha de Vox y con la abstenci¨®n del PP y M¨¢s Pa¨ªs¡ª a la Ley de Cambio Clim¨¢tico y Transici¨®n Energ¨¦tica, que queda pues encarrilada a falta del visto bueno del Senado. El hito legislativo es un paso necesario y positivo que llena un vac¨ªo persistente durante demasiado tiempo. Cuesta entender que Espa?a no contara a estas alturas con una ley de cambio clim¨¢tico, teniendo en cuenta los desarrollos globales en esta materia y que la mayor¨ªa de los partidos pidieron en el Congreso que se aprobara esta norma hace una d¨¦cada. La ley que se encamina a su aprobaci¨®n definitiva es un instrumento b¨¢sico, al encarrilar una transici¨®n que implicar¨¢ grandes cambios en la sociedad. Lo es porque cristaliza en la legislaci¨®n los objetivos de recorte de emisiones y un abanico de medidas para alcanzarlos en ¨¢mbitos como el sector transportes, inmobiliario o de la producci¨®n de energ¨ªa. Y porque lanza una se?al inequ¨ªvoca: el proceso de descarbonizaci¨®n es irreversible y en 2050 el pa¨ªs tendr¨¢ que haber erradicado casi por completo las emisiones de gases efecto invernadero.

El paso adelante, por tanto, es importante; y sin embargo, se antoja insuficiente. Por un lado, por la tibia ambici¨®n en los objetivos. La meta fijada para 2030 (reducir un 23% las emisiones respecto a los niveles de 1990) suscita dudas. Ese objetivo, establecido por el Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica hace ya tres a?os, no es especialmente ambicioso y no considera el efecto positivo que supondr¨¢ el plan de recuperaci¨®n europeo, que tiene como uno de los pilares fundamentales el impulso de la econom¨ªa verde. La ley se presenta tambi¨¦n como una forma de canalizar esos fondos, pero no recoge el impacto que tendr¨¢n esos miles de millones para acelerar la descarbonizaci¨®n. El Gobierno parece ser consciente de que se queda corto respecto a lo que pide la ciencia y por eso la norma incluye una primera revisi¨®n al alza de los objetivos en 2023. Un juicio correcto en este apartado debe sin embargo tambi¨¦n tener en cuenta que Espa?a arrastra un lastre del pasado que le complica estar en l¨ªnea con los pa¨ªses europeos m¨¢s avanzados.

La ley incluye algunas medidas, como el impulso a la movilidad el¨¦ctrica y el fin de la venta de coches que emitan CO? a partir de 2040, que afianzan importantes tendencias que ya est¨¢n en marcha. O la obligaci¨®n para las grandes empresas, las entidades financieras y las aseguradoras de informar anualmente de los riesgos para su negocio del cambio clim¨¢tico y del proceso de descarbonizaci¨®n. Pero se echan en falta medidas fiscales para desincentivar las actividades econ¨®micas menos limpias y para impulsar la reforma fiscal verde que instituciones como la Comisi¨®n Europea y la OCDE reclaman tambi¨¦n desde hace a?os a Espa?a. La coalici¨®n de Gobierno, en definitiva, demuestra una vez m¨¢s con este texto cierta eficacia legislativa pese a su d¨¦bil situaci¨®n parlamentaria ¡ªpresupuestos, educaci¨®n, eutanasia, ingreso m¨ªnimo vital...¡ª. Como otras ocasiones, la norma mejora la situaci¨®n preexistente, y es por tanto un progreso, aunque sus caracter¨ªsticas no sean del todo satisfactorias.