El fracaso de la victoria
Toda victoria incuba una derrota, sobre todo cuando el vencedor la quiere absoluta, como le est¨¢ sucediendo a Benjamin Netanyahu
Toda victoria incuba una derrota. Especialmente cuando el vencedor la quiere absoluta. Solo la aniquilaci¨®n asegura la desaparici¨®n del vencido, tras arrasar sus ciudades y sembrarlas de sal, como hizo Roma con Cartago.
Es extra?o que una pulsi¨®n que busca la liquidaci¨®n del adversario, de su causa, de sus ideas y de su memoria, anide entre los dirigentes de un pueblo que estuvo en el punto de mira del exterminio. Pero as¨ª es la deriva de Israel, especialmente estos 12 a?os de penosa culminaci¨®n, con gobiernos cada vez m¨¢s escorados a la derecha bajo el reinado de Benjamin Netanyahu.
Su obsesi¨®n era liquidar el proceso de paz de Oslo y la idea de los dos Estados, uno jud¨ªo y otro ¨¢rabe, mutuamente reconocidos y en paz sobre el territorio palestino. El empe?o consist¨ªa en evitar a toda costa que fuera posible tal Estado palestino. Ocupar sus tierras, acosar a sus habitantes, ahogar su econom¨ªa, dividir a sus organizaciones y partidos y provocar al adversario hasta poder declarar la ausencia de interlocutores dispuestos a firmar la paz definitiva.
Todo han sido ¨¦xitos para Netanyahu. A pesar de Barack Obama y sus buenos y c¨¢ndidos prop¨®sitos de frenar la ocupaci¨®n y regresar a la mesa de di¨¢logo. Gracias tambi¨¦n al complaciente Donald Trump y su plan de paz: Jerusal¨¦n entera para Israel, tambi¨¦n el Gol¨¢n ocupado a Siria, y las colonias hasta ahora no reconocidas de Cirjordania. En resumen: todo lo m¨ªo es m¨ªo y todo lo tuyo es m¨ªo. Y a cambio los pa¨ªses ¨¢rabes levantan el cerco diplom¨¢tico establecido desde 1948.
Liquidado el plan de paz, no se sabe qu¨¦ quiere hacer Netanyahu con los palestinos. Se supone que mantenerles sujetos eternamente bajo la bota, divididos en cuatro categor¨ªas en cuanto a derechos individuales: ninguno en Gaza, c¨¢rcel al aire libre bajo la dictadura de Hamas; en Jerusal¨¦n, apenas algunos derechos civiles pero no el de voto; en la Cisjordania acosada por los colonos, los pocos que le otorgue la autoritaria Autoridad Palestina; y en Israel, todos solo sobre el papel, aunque sujetos a un trato similar al de los negros en Estados Unidos antes de las leyes antidiscriminaci¨®n.
Quiz¨¢s Netanyahu sacar¨¢ ventaja de la actual explosi¨®n para mantenerse en el poder, pero su victoria est¨¢ desnuda. Si no hay Estado palestino que reconozca los derechos civiles de todos, Israel deber¨¢ hacerlo, y entonces los ¨¢rabes ser¨¢n mayor¨ªa entre el Jord¨¢n y el Mediterr¨¢neo. Quien quiere la paz no destruye los procesos de paz.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.