En Cuba, el inmovilismo ya no es una opci¨®n
Hay factores nuevos en el aumento del disenso que hacen inviable la reacci¨®n del Gobierno, que multiplica la violencia y la criminalizaci¨®n e ignora las peticiones de un di¨¢logo nacional pac¨ªfico
El presidente de Cuba, Miguel D¨ªaz-Canel, asegura que este no es el peor momento de un Gobierno cubano despu¨¦s de 1959. La intervenci¨®n en playa Gir¨®n y el per¨ªodo especial, afirma, fueron momentos m¨¢s complicados. Se equivoca. Nunca antes convergieron estos cinco factores: crisis econ¨®mica estructural, inexistencia de un socio geopol¨ªtico firme, agotamiento simb¨®lico del modelo, p¨¦rdida del monopolio de la informaci¨®n y de la prensa por parte del partido ¨²nico, y presi¨®n de al menos dos generaciones que nacieron y han vivido en medio de crecientes penurias.
La implosi¨®n del socialismo en Europa del Este no aport¨® suficientes lecciones. Tres d¨¦cadas y cinco congresos del PCC m¨¢s tarde, una parte de la ciudadan¨ªa se organiza, exige cambios inmediatos y no hay mucho que ofrecerle. ?Reformar el modelo econ¨®mico? Lo prometi¨® Ra¨²l Castro hace 15 a?os y hasta hoy no se pueden mencionar muchos ¨¦xitos. ?Justicia social? El paquete de medidas implementado en enero pasado, denominado Tarea Ordenamiento, provoc¨® el incremento sin precedentes de la pobreza, desigualdad y polarizaci¨®n social. ?Un nuevo pacto social? La Constituci¨®n de 2019, que proclama a Cuba ¡°Estado Socialista de Derecho¡±, ha resultado letra muerta. ?Liderazgo? El carisma y la habilidad pol¨ªtica de Fidel Castro no se heredan, y la legitimidad del modelo social depender¨¢ ahora de su capacidad para satisfacer las necesidades de la poblaci¨®n.
Que el estallido social del 11 de julio ocurriera tres meses despu¨¦s del 8? Congreso del PCC, indica la incapacidad para identificar y dar respuesta al deterioro de la situaci¨®n, agravada por la pandemia y por medidas hostiles del Gobierno de Estados Unidos.
Luego de casi 63 a?os, el modelo pol¨ªtico de partido ¨²nico ¡ªrepresentante en realidad de los intereses de una clase burocr¨¢tica perpetuada¡ª, no puede esconder un disenso que incluye un amplio espectro de tendencias ideol¨®gicas, entre las cuales tambi¨¦n est¨¢ la izquierda cr¨ªtica, como prueba una reciente Declaraci¨®n de colectivos socialistas respaldada por numerosas agrupaciones de la izquierda internacional. En ella se demandan sindicatos aut¨®nomos no subordinados al Estado y el establecimiento de derechos como la libertad de manifestaci¨®n, de huelga, autonom¨ªa universitaria e implementaci¨®n de una ley de asociaciones.
El modelo de socialismo burocr¨¢tico no admite la participaci¨®n real y espont¨¢nea de la ciudadan¨ªa en la actividad pol¨ªtica, de ah¨ª que la reacci¨®n del Gobierno ante el aumento del disenso ha sido multiplicar la violencia y la criminalizaci¨®n e ignorar numerosas solicitudes a un di¨¢logo nacional pac¨ªfico. Justificado en que la Constituci¨®n dictamina como irreversible al socialismo, se declar¨® il¨ªcita la convocatoria a una manifestaci¨®n para la que hab¨ªan pedido autorizaci¨®n grupos de ciudadanos en varias provincias, y que adem¨¢s es un derecho establecido en la Carta Magna.
Con el fin de desalentar la participaci¨®n, se dise?¨® una lamentable campa?a de desprestigio contra el dramaturgo Yunior Garc¨ªa Aguilera ¡ªuno de los gestores de la iniciativa¡ª, joven y reconocido intelectual al que acusan de seguir un plan de la CIA y otras instancias contrarias al Gobierno con el objetivo de subvertir el orden pol¨ªtico. Una de las principales acusaciones que le imputan es su presencia en un curso en Espa?a al que asisti¨® el expresidente Felipe Gonz¨¢lez, con el cual aparece retratado junto a otras personas. Seg¨²n medios oficiales cubanos, Gonz¨¢lez es un promotor del neoliberalismo, y el peri¨®dico Granma recalca que en 1983 ¡°cre¨® los Grupos antiterroristas de Liberaci¨®n, responsables de secuestros, torturas y asesinatos en ese pa¨ªs¡±.
Parad¨®jicamente, en esos mismos d¨ªas la Universidad de Oriente, en Santiago de Cuba, recordaba con orgullo la entrega del t¨ªtulo de doctor honoris causa al pol¨ªtico espa?ol Manuel Fraga Iribarne, un hecho que provoc¨® el rechazo de numerosas personas y una declaraci¨®n de j¨®venes universitarios que recordaron su pasado franquista y solicitaron la supresi¨®n del reconocimiento.
Son indignantes las penas de prisi¨®n a manifestantes del 11-J, en algunos casos de m¨¢s de 20 a?os, con evidente intenci¨®n ejemplarizante; los interrogatorios constantes a opositores, activistas y ciudadanos; amenazas a familiares y amigos de quienes han mostrado intenci¨®n de participar; despidos de universidades y otros centros; elevadas multas por publicar en redes sociales; cortes de internet; incluso, se ha llegado al punto de que cualquier mensaje de texto con la palabra manifestaci¨®n es bloqueado autom¨¢ticamente.
Yunior Garc¨ªa, que decidi¨® marchar en solitario el d¨ªa antes de la fecha convocada, fue sitiado en su casa. Agentes de Seguridad del Estado se sientan a las puertas de aquellos que piensan manifestarse. Algunos han sido apresados. Por las calles circulan patrullas policiales deteniendo personas. Muchos agentes de civil, demasiados, se acercan a los que visten de blanco para indagar por sus motivos.
En un c¨¦ntrico parque habanero, a la misma hora, el presidente D¨ªaz-Canel disfruta de un acto pol¨ªtico-cultural organizado por j¨®venes simpatizantes que se distinguen por sus pa?uelos rojos. Es un pulso de colores.
Es muy probable que la violencia del Estado desestimule la participaci¨®n en la marcha de ayer. A¨²n es domingo y no lo s¨¦. Si as¨ª fuera, el Gobierno presumir¨¢ de mayor consenso del que en verdad posee. Su gran error ha sido personalizar la oposici¨®n en una figura, grupo, o hecho particulares, y negarse a una lectura verdaderamente pol¨ªtica del contexto real que hoy existe, donde el descontento popular es muy grande y los cinco factores mencionados crean un potencial conflictivo que indica claramente que el inmovilismo ya no ser¨¢ una opci¨®n aceptable para la ciudadan¨ªa cubana.
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