Policiaca
Una polic¨ªa democr¨¢tica no deber¨ªa dejarse capitalizar por intereses de ultraderechistas pseudo-obrerizados y procurar¨ªa cumplir con las recomendaciones del Consejo de Europa
Entre Harry el sucio, poli cabreado ante la defensa de los derechos civiles, y la denuncia del ojicidio en Palestina por parte de Lina Meruane, escritora chilena, que habla del ¡°cambio de estrategia de matar en dictadura y mutilar en democracia¡±, es dif¨ªcil encontrar t¨¦rmino medio. Vivimos en pa¨ªses en los que recordamos escenas de brutalidad protagonizadas por fuerzas de seguridad del Estado en el ejercicio de la represi¨®n pol¨ªtica. Conservamos memoria gen¨¦tica de una polic¨ªa franquista que, muerto el dictador, mantuvo procedimientos incompatibles con la democracia: contra la clase trabajadora, contra quienes se manifestaban por los derechos humanos, contra quienes disent¨ªan del poder. La violencia sist¨¦mica engendra una contestaci¨®n a veces violenta y, en estos casos, ¡°la fuerza solo debe ser utilizada en el marco de la ley y, si es estrictamente necesaria, no debe ser excesiva¡±. El ¨²ltimo informe del Consejo de Europa denuncia en Espa?a maltratos f¨ªsicos sobre poblaci¨®n reclusa, en detenciones e interrogatorios en comisar¨ªa. Sobre menores. Se propinan ¡°bofetones, pu?etazos y patadas en el cuerpo y en la cara, (¡) golpes de porra¡±. Las fuerzas de seguridad del Estado deber¨ªan haber sido mucho m¨¢s escrupulosas en la contenci¨®n de las protestas del metal en C¨¢diz. Pasolinianas en su conciencia de pertenecer a la clase obrera. Una polic¨ªa democr¨¢tica no deber¨ªa dejarse capitalizar por intereses de ultraderechistas pseudo-obrerizados y, en lugar de manifestarse a favor de una ley mordaza que multiplica la indefensi¨®n de quienes no pueden m¨¢s y salen a la calle, procurar¨ªa cumplir con las recomendaciones del Consejo de Europa. As¨ª dejar¨ªamos de tenerles miedo, borrar¨ªamos malos recuerdos y sabr¨ªamos que la polic¨ªa est¨¢ al servicio de toda la poblaci¨®n: clase obrera indignada, v¨ªctimas de desahucios, migrantes menores, personas que ejercemos nuestro derecho a protestar desde un lado distinto de quienes no se llevan ni un rasgu?o y sacan sus cacerolitas en N¨²?ez de Balboa.
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