La batalla por el Poder Judicial
Si el PP mantiene su estrategia de erosi¨®n y bloqueo del CGPJ, da?ar¨¢ profundamente el sistema pol¨ªtico que nace de la Constituci¨®n
Cuenta Ezra Klein en su libro Por qu¨¦ estamos polarizados un reciente episodio de la pol¨ªtica norteamericana que recuerda a algunas cosas que est¨¢n sucediendo en nuestro pa¨ªs. En 2016, muri¨® Antonin Scalia, uno de los jueces m¨¢s conservadores que ha pasado por el Tribunal Supremo de Estados Unidos. Lo nombr¨® Ronald Reagan en 1986, y su repentino fallecimiento coincidi¨® con la presidencia dem¨®crata de Barack Obama. Era una ocasi¨®n propicia para establecer una mayor¨ªa progresista en uno de los ¨®rganos con m¨¢s poder en el sistema pol¨ªtico estadounidense. Aunque los jueces del Supremo son nombrados de por vida a propuesta del presidente, es necesario el asesoramiento y el consentimiento del Senado. En aquellos a?os, la mayor¨ªa del Senado era conservadora, y los republicanos se negaron a cualquier iniciativa que permitiera el nombramiento de un nuevo juez del Supremo. Obama lleg¨® a proponer a un candidato moderado que a?os antes hab¨ªa gozado de la simpat¨ªa de senadores republicanos. Pero ni aun as¨ª el l¨ªder de los conservadores en el Senado, Mitch McConnell, permiti¨® a Obama nombrar al nuevo miembro. Los republicanos se escudaron en que, al ser a?o electoral, era mejor dejar el nombramiento para el sucesor de Obama. ¡°Era una cuesti¨®n de democracia¡±.
Como recuerda Klein, nunca en los 103 casos anteriores de nominaciones de un juez para el Supremo hab¨ªa pasado algo as¨ª. Incluso en los ocho casos que coincidieron en a?o electoral, el Senado hab¨ªa permitido el nombramiento de un nuevo miembro del alto tribunal. El bloqueo conservador dio sus resultados. Ese a?o, gan¨® las elecciones Donald Trump, quien no tuvo ning¨²n impedimento para mantener la mayor¨ªa conservadora en el Supremo. A?os m¨¢s tarde, en un acto p¨²blico, se le pregunt¨® a Mitch McConnell qu¨¦ pasar¨ªa si en 2020, tambi¨¦n a?o electoral y bajo la presidencia de Trump, se volviera a producir una situaci¨®n similar: una vacante en el Supremo por cubrir. Lanzando una sonora sonrisa, respondi¨®: ¡°Oh, lo ocupar¨ªamos¡±. As¨ª, los republicanos incumplieron la Constituci¨®n y utilizaron todo tipo de argucias para seguir controlando el Tribunal Supremo.
En Espa?a estamos sufriendo una situaci¨®n similar y prolongada en el tiempo en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). La derecha pol¨ªtica justifica este bloqueo en la preservaci¨®n de la independencia del poder judicial. Pero cuando uno mira a su alrededor, empieza a observar que este argumento no deja de ser una coartada para seguir manteniendo una mayor¨ªa conservadora.
Debemos partir de la base de que la supuesta divisi¨®n de poderes es mucho m¨¢s compleja de lo que a veces se cuenta. En las democracias actuales, los sistemas pol¨ªticos est¨¢n m¨¢s pr¨®ximos a una estructura de pesos y contrapesos que a la estanca divisi¨®n de poderes. Un recorrido por los sistemas pol¨ªticos comparados nos mostrar¨¢ c¨®mo un poder se entromete en el otro, tanto en algunas de sus funciones como en los nombramientos. Y es que ning¨²n poder se f¨ªa del otro.
Pero cuando la derecha habla de independencia, en realidad se refiere a los sesgos ideol¨®gicos. Tanto los miembros del Tribunal Constitucional como los del Consejo General del Poder Judicial son siempre independientes. Tienen plena libertad para tomar sus decisiones. Una cuesti¨®n distinta es si son neutrales. De hecho, no somos un pa¨ªs tan distinto a los dem¨¢s. Hace unos a?os, los acad¨¦micos Lee Epstein y Eric A. Posner publicaron en The New York Times un an¨¢lisis de la politizaci¨®n del Tribunal Supremo de Estados Unidos. Algunas de sus conclusiones son relevantes para el caso espa?ol. Por un lado, desde los a?os noventa se viene observando una creciente polarizaci¨®n en las votaciones del alto tribunal norteamericano, donde los sesgos ideol¨®gicos son cada vez m¨¢s diferenciados. Por otro, en los ¨²ltimos 10 a?os, ¡°los jueces casi nunca han votado en contra de la ideolog¨ªa del presidente que los nombr¨®¡±. Y contin¨²an: ¡°Por primera vez en la historia, el tribunal ser¨¢ visto por el p¨²blico como una instituci¨®n dominada por un partido, cuyos votos sobre temas controvertidos est¨¢n determinados esencialmente por la afiliaci¨®n partidista de los presidentes recientes¡±.
La principal consecuencia de este escenario de polarizaci¨®n en ¨®rganos constitucionales tan relevantes como el Tribunal Supremo en EE UU o el CGPJ en Espa?a es el creciente deterioro institucional. As¨ª, es cierto que la batalla por el poder judicial no es nueva ni nos diferencia del resto de sistemas pol¨ªticos. Pero en este escenario de polarizaci¨®n y crispaci¨®n, ser¨ªa deseable que la derecha cumpliera con el mandato constitucional de renovar a los miembros del CGPJ. Continuar con esta estrategia de erosi¨®n y bloqueo, da?ar¨¢ profundamente el sistema pol¨ªtico que nace de la Constituci¨®n de 1978. Es el momento de que la derecha abandone la pol¨ªtica tacticista, de bajo vuelo y profundamente partidista, y tenga altura de miras. Cuando se cuestiona desde m¨²ltiples espacios la credibilidad de la democracia que naci¨® del pacto de la Transici¨®n, el Partido Popular no puede seguir deteriorando con su bloqueo un poder tan importante como es el judicial. Con este comportamiento, lo que realmente est¨¢ hiriendo es la confianza de la ciudadan¨ªa en nuestras instituciones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.