El suicidio y la sanidad p¨²blica
La relaci¨®n entre los problemas de salud mental y la muerte voluntaria obliga a fortalecer la asistencia psicol¨®gica y psiqui¨¢trica
En 2023, se suicidaron en Espa?a 3.952 personas, un 6,5% menos que en 2022. Por primera vez en cinco a?os se produjo un descenso. Desde 2018, se hab¨ªa observado un aumento ¡ªespecialmente preocupante en menores y adolescentes¡ª que se acentu¨® con la pandemia. En 2022, se alcanz¨® el punto m¨¢ximo, con una tasa de 8,5 suicidios por cada 100.000 habitantes y una media de 11 muertes diarias.
El respiro de las cifras del ¨²ltimo a?o hace albergar la esperanza de un cambio de tendencia que debemos reforzar. Porque el suicidio es un grave problema de salud p¨²blica. Gran parte de estas muertes son evitables con una adecuada intervenci¨®n. Hay que tener en cuenta que muchas de las personas que se quitan la vida no buscan tanto la muerte como acabar con un sufrimiento que les resulta insoportable. Estamos hablando de un fen¨®meno que no solo afecta a quienes se matan, sino que irradia dolor, culpa y trauma en muchas otras. Por cada suicidio consumado hay 20 tentativas, y cada muerte afecta directamente a una media de seis personas, seg¨²n la OMS. La prevenci¨®n debe por eso figurar entre los principales objetivos de la Estrategia de Salud Mental del Sistema de Salud.
El suicidio es un tab¨², fruto de muchos a?os de estrategia social equivocada en la que operaba una especie de acuerdo t¨¢cito de no hablar de ello en los foros p¨²blicos con la creencia err¨®nea de que hacerlo pod¨ªa provocar un efecto imitaci¨®n. Este silencio no solo ha impedido que la sociedad tomase antes conciencia del problema, sino tambi¨¦n la aplicaci¨®n de medidas preventivas eficaces. Y ha dejado en el abandono a las v¨ªctimas indirectas, quienes han sufrido una p¨¦rdida tan devastadora.
El n¨²mero de muertes por suicidio en Espa?a se acerca actualmente a las cifras que en su d¨ªa alcanzaron las provocadas por accidentes de tr¨¢fico, que en su punto m¨¢s alto llegaron a superar las 5.000 anuales. En 2006, eran 4.144. En 2023, cayeron hasta 1.145, seg¨²n los datos del Ministerio del Interior. Este espectacular descenso es el resultado de una decidida intervenci¨®n p¨²blica. La misma ambici¨®n ha de tener el Plan Nacional de Prevenci¨®n del Suicidio que, seg¨²n anunci¨® esta semana, prepara el Ministerio de Sanidad.
Prevenir el suicidio requiere de una intervenci¨®n decidida en varios frentes. Numerosos estudios muestran que est¨¢ aumentado el malestar emocional, especialmente entre j¨®venes y adolescentes. Ansiedad y depresi¨®n son los trastornos que m¨¢s crecen. Sin embargo, los servicios de salud mental no tienen la dimensi¨®n necesaria para dar una respuesta eficaz. Y r¨¢pida.
Uno de los problemas pendientes de abordar es el descontrol en el uso de ansiol¨ªticos. M¨¢s de la mitad de las personas que se suicidaron en 2023 los tomaban, seg¨²n un estudio del Instituto Nacional de Toxicolog¨ªa que alerta sobre la gran facilidad de acceso a estos f¨¢rmacos. De acuerdo con los datos de la Junta Internacional de Fiscalizaci¨®n de Estupefacientes, Espa?a es el pa¨ªs donde m¨¢s psicof¨¢rmacos se consumen (18 veces m¨¢s que en Alemania). Parece evidente que en el caso espa?ol se est¨¢ produciendo una medicalizaci¨®n excesiva del sufrimiento social y una tendencia a suplir con f¨¢rmacos las carencias de asistencia psicol¨®gica y psiqui¨¢trica. Resulta preciso, por tanto, dise?ar un programa de sensibilizaci¨®n social y de refuerzo de los servicios de salud mental, incluida la revisi¨®n de la prescripci¨®n de f¨¢rmacos psicotr¨®picos para ajustarla a las necesidades reales y evitar los efectos da?inos del abuso.
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