Los que se quedan tras un suicidio: ¡°El dolor te come, pero se sale¡±
Seg¨²n la OMS, los familiares de las personas que se quitan la vida son m¨¢s vulnerables al suicidio. Tres de ellos relatan los sentimientos de culpa que experimentaron, el miedo, los estigmas y c¨®mo consiguieron reconstruirse
Las personas que han perdido a un familiar o a un ser querido por suicidio se llaman supervivientes. Se usa esa palabra porque, seg¨²n la APPAC (Association of Psychology and Psiquiatry for Adults and Children) el nivel de estr¨¦s que viven es equivalente al que sufre alguien que ha estado en un campo de concentraci¨®n o que ha vivido un conflicto. Si en la sociedad y en los medios de comunicaci¨®n apenas se habla del suicidio, mucho menos se profundiza en los supervivientes. Los que se quedan con la culpa, las preguntas, la carga, el miedo y los pensamientos obsesivos. Y, sobre todo, un dolor, seg¨²n los testimonios que recoge este peri¨®dico, que ¡°te come¡±. Ni siquiera hablan de que ese dolor se ¡°pase¡±, refieren buscar la manera de que ¡°disminuya¡± o de convivir con ¨¦l. Hablan tambi¨¦n de c¨®mo se distribuyen las ¡°culpas¡± en el n¨²cleo familiar, de c¨®mo se retoma la vida profesional y de c¨®mo se reconstruyen emocionalmente.
Los supervivientes se convierten en personas a su vez especialmente vulnerables al suicidio. Seg¨²n la OMS, por cada suicidio se producen otros 20 intentos afectando directamente a una media de seis personas del entorno. De nuevo, lo corroboran dos de los tres testimonios de este reportaje. En Espa?a se suicidaron en 2023 [seg¨²n datos del INE, los ¨²ltimos disponibles] 3.952 personas; son 75.691 en los ¨²ltimos 20 a?os. La OMS ya advert¨ªa en el a?o 2000 de que un suicidio afecta ¨ªntimamente, al menos, a otras seis personas. Esto supone que m¨¢s de 19.000 personas, supervivientes en Espa?a cada a?o ¡ªel dato m¨¢s bajo de suicidios fue en 2010 con 3.158¡ª, podr¨ªan sufrir sus consecuencias traum¨¢ticas. A nivel institucional, en Espa?a el suicidio se aborda dentro de la llamada Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud 2022-2026 del Ministerio de Sanidad. Entre uno de sus objetivos espec¨ªficos est¨¢ el de ¡°Atender prontamente a las personas cuidadoras, familiares y allegados de personas que han fallecido por suicidio estableciendo un procedimiento de cita y evaluaci¨®n inmediata en atenci¨®n primaria y servicios de salud mental que permita explorar la respuesta inicial ante la p¨¦rdida y la necesidad eventual de ayuda¡±.
Juan Jos¨¦ Escudero Barrera, de 64 a?os, que perdi¨® a su hijo de 19 el 24 de septiembre de 2022, reconoce que cuando busc¨® ayuda tuvo que hacerlo, como tantos otros, tecleando en Google. ¡°Hab¨ªa o¨ªdo hablar de que nos llamaban supervivientes. Tecle¨¦ esa palabra y lo primero que me sali¨® fue el programa de la tele. Me sent¨® tan mal¡±. A ¨¦l, lo que le ayud¨® fue verbalizarlo.?¡°El dolor te come, te coge la desesperaci¨®n. Te sientes culpable, empiezan los ¡®y si¡¯... Es algo que tienes que aprender a manejar. Muchos supervivientes se a¨ªslan, dejan de relacionarse, evitan familiares y amigos y se encierran. Porque el suicidio es un tab¨², porque existen estigmas y no quieres dar l¨¢stima. Es lo que peor nos hace sentir. Tienes la sensaci¨®n de que no te entienden¡±.
?Por qu¨¦? ¡°Yo a veces, si pasa algo gracioso, sonr¨ªo. Pero hay un resorte interno que me dice: ?por qu¨¦ est¨¢s sonriendo si tu hijo se ha suicidado? Te pones serio, hasta triste y alguien que est¨¢ a tu lado equivocadamente piensa: ¡®?Pero si ha pasado m¨¢s de un a?o! Y no, nuestro duelo es constante. En nosotros el concepto del tiempo no existe ya como tal. A m¨ª hablarlo me ha ayudado y me ayuda¡±, cuenta sentando en la terraza de una cafeter¨ªa de Madrid. Dice que el duelo es tan intenso porque ¡°rompes con todas tus proyecciones de futuro¡±. Y que buscas explicaciones de forma obsesiva. ¡°Intentas entender el porqu¨¦ para no hundirte m¨¢s¡±. Juanjo, que se qued¨® viudo menos de un a?o antes de que su hijo se suicidara, trabajaba en GISS (Gerencia de Inform¨¢tica de la Seguridad Social). Volvi¨® pensando que pod¨ªa, pero termin¨® prejubil¨¢ndose y ha fundado una asociaci¨®n para la prevenci¨®n del suicidio y la salud mental (Sendas). Es lo que le ha ayudado a ver la luz.
¡°Intent¨¦ que el trabajo me sirviera de terapia. Volv¨ª a la oficina al cabo de poco. Mantienes un nivel bajo al principio, tambi¨¦n porque tus compa?eros no saben qu¨¦ decirte. Te dan todo el espacio, pero luego entras en la din¨¢mica habitual, ellos no son conscientes de que para ti todo el concepto de tiempo, relaciones, incluso la forma de expresarte ha cambiado. Ellos ven que en alg¨²n momento has sido capaz de sonre¨ªr, y no saben que a ti por sonre¨ªr te entra un sentimiento de culpabilidad bestial. Y luego est¨¢ el d¨ªa a d¨ªa, y claro, de vez en cuando alguien habla de sus hijos¡ Y entonces te destroza¡±.
Solicit¨® la baja porque se dio cuenta de que no estaba funcionando como antes, un d¨ªa estaba rellenando un informe y se le solaparon todas las letras. ¡°Incluso al m¨¦dico de cabecera vas con miedo porque tienes que empezar a explicar toda la historia y aunque haya pasado un a?o no eres capaz de hacerlo. Y luego tocan las revisiones y te entra una ansiedad tremenda por si te dan el alta, no te ves capaz de volver¡±. Reconoce que pens¨® en quitarse la vida porque miraba a su alrededor y ya no estaba ni su hijo ni su mujer: ¡°Es un vac¨ªo de soledad tremendo que te lleva a un sufrimiento que te inunda de dolor¡±. No lo hizo, detalla, porque el d¨ªa anterior hab¨ªa tenido una conversaci¨®n muy emotiva con una amiga de su hijo que fue muy sanadora.
El duelo de los que se quedan, seg¨²n Eva Montero, psic¨®loga cl¨ªnica especializa en atenci¨®n al suicidio, suele ser mucho m¨¢s intenso que los que causan otras muertes. ¡°En muchos casos puede derivar en un duelo complicado y patol¨®gico. Por el tab¨², el estigma, el rechazo que genera. Que haya sucedido a alguien muy pr¨®ximo a ti, adem¨¢s, puede generar sentimientos de culpa y responsabilidad, como si hubieras estado desatento. Poder hablar de forma adecuada sobre el suicidio nos ayudar¨ªa a su prevenci¨®n y a conseguir que dejara de ser un tab¨²¡±. Hay pacientes, asegura, que a pesar del paso de los a?os no se pueden creer lo que ha pasado y siguen pensando en lo que podr¨ªan haber hecho para evitarlo. Otros que son incapaces de pronunciar la palabra suicidio, hablan de ¡°eso que pas¨®, uy no puedo pronunciar¡± o de un ¡°accidente¡±. Y explica: ¡°En los duelos naturales es m¨¢s habitual que haya unas fases, pero en los duelos por suicidio, se suelen entremezclar. Inicialmente suele haber un estado de shock y negaci¨®n. Es dif¨ªcil llegar a la aceptaci¨®n porque los supervivientes la identifican con estar conformes con lo ocurrido¡±.
Cristina Blanco, soci¨®loga, profesora reci¨¦n jubilada de la Universidad del Pa¨ªs Vasco tambi¨¦n relata la ansiedad que sent¨ªa cuando ten¨ªa que visitar al m¨¦dico de cabecera para solicitar la en¨¦sima baja. ¡°Yo me sent¨ªa incapaz de leer y de escribir, no pod¨ªa desarrollar mi trabajo, ten¨ªa unas tesis doctorales en marcha, no era capaz, lloraba por los pasillos de la Universidad¡±. Es madre de tres hijas, tiene 63 a?os y su marido muri¨® por suicidio en agosto de 2012. Reconoce que cay¨® en una depresi¨®n profunda, se trat¨®, la super¨®, volvi¨® a la aulas y ha dedicado su vida a escuchar a las personas que necesitan ayuda y a trabajar en la prevenci¨®n del suicidio. Era experta y referente en migraciones internacionales; lo apart¨® para dedicarse a la investigaci¨®n sobre el suicidio y es la directora del ¨²nico posgrado presencial en Suicidiolog¨ªa que existe en Espa?a. Considera esa formaci¨®n indispensable. ¡°Me parec¨ªa important¨ªsimo ofrecer una formaci¨®n universitaria para psic¨®logos, trabajadores sociales, incluso m¨¦dicos de atenci¨®n primaria. Es una formaci¨®n especializada, pero multidisciplinar con abordaje integral¡±.
Igual que Juanjo Escudero, Blanco nunca tuvo problemas en pronunciar la palabra suicidio. Ni en?contar a sus amigos, compa?eros, vecinos que su pareja se hab¨ªa suicidado; lo hizo desde el minuto uno. Se encontr¨® con un muro de silencio ¡ªpor aquello del estigma y del tab¨²¡ª y cierta incomodidad a su alrededor. ¡°Yo lo entiendo: no sabes qu¨¦ decir, no nos han ense?ado a bregar con eso. Yo necesitaba hablar, necesitaba llorar y ve¨ªa como la gente taponaba, te cambiaba de tema. Es una necesidad que sale de dentro, no todo el mundo la tiene, hay gente que prefiere callarlo y es capaz de enterrarlo en lo m¨¢s hondo¡±.
Han pasado 12 a?os desde que su marido, con el que llevaba desde los 15 a?os, desapareci¨®. Recuerda el desamparo que sinti¨®. ¡°Se habla mucho del duelo: la ausencia es la misma que en cualquier otra muerte, pero en el caso del suicidio hay tres elementos sustanciales que son brutales: la culpa; la sensaci¨®n de abandono: precisamente por eso. Un accidente o un c¨¢ncer no te interpela a ti como persona querida. En el suicidio s¨ª: te has ido porque has querido y eso hay que trabajarlo much¨ªsimo para que no te haga da?o todos y cada uno de los d¨ªas de tu vida. Por ¨²ltimo, est¨¢ la soledad social, que todav¨ªa sigue existiendo... hace 12 a?os ya ni te cuento. Yo cuando hablaba de mi marido, cambiaban de tema¡±. Cuando se le pregunta c¨®mo se reconstruye la vida despu¨¦s de un suicidio contesta: ¡°Te acompa?a el miedo de por vida. Y luego cada persona es diferente. La gente habla del duelo, pero el perder a una persona, no es solo el duelo emocional, es como se reorganiza la vida familiar, porque la culpa no es solamente personal, hay una distribuci¨®n de culpas en la familia. De eso no habla nadie. Nadie sabe. Est¨¢ ah¨ª la sospecha. Y luego est¨¢ c¨®mo se reorganiza la capacidad laboral¡±. Lo cuenta, ya recuperada, con mucha entereza y energ¨ªa en una cafeter¨ªa en la playa de Ereaga (Getxo). ¡°Se sale, se puede salir¡±, dice.
Cuando el marido de Cristina falleci¨® s¨®lo hab¨ªa una asociaci¨®n de ayuda, en Barcelona (la segunda se cre¨® en 2015 y a partir de 2018-2019 se han ido fundando m¨¢s en las diferentes comunidades aut¨®nomas sobre todo gracias a familiares supervivientes). ¡°Yo necesitaba saber, conocer, contactar con alguien, no quer¨ªa quedarme como una ostra recogida debajo de una alfombra y menos con tres hijas. Buscaba en internet, no entend¨ªa por qu¨¦ se hablaba tan poco del suicidio. Cuando vi los datos dije: ?no puede ser! Yo pens¨¦ que era una entre 100.000 y no, no solo me pas¨® a m¨ª, sino que hay 11 muertes diarias de media en Espa?a por suicidio. Me volvi¨® loca ver que no se hablaba de eso. Mi segundo shock fue descubrir que en las carreras de psicolog¨ªa no se aborda la conducta suicida¡±. Blanco, que cofund¨® primero Biziraun y m¨¢s tarde AIDATU (Asociaci¨®n Vasca de Suicidiolog¨ªa), huye de los lugares comunes. Insiste en que cada persona vive y procesa su duelo de manera diferente y que el suicidio es mucho m¨¢s complejo de lo que se intenta transmitir. ¡°Es importante hacer llegar este mensaje cuando se busca ayuda: hay recursos, pero si no te funcionan a la primera, que es probable, no te desanimes, sigue buscando¡±.
Igual que los otros testimonios de este reportaje, cree que no solo es importante hablar del suicidio en la sociedad y en los medios de comunicaci¨®n como problema de salud, sino que, si se hace bien,?es una medida de prevenci¨®n. Es lo que defiende Gabriel Gonz¨¢lez Ortiz en su libro Hablemos del suicidio: pautas y reflexiones para abordar este problema en los medios. Ortiz cita al fundador de la Suicidiolog¨ªa en Estados Unidos, Edwin Shneidman, que afirmaba que los esfuerzos en visibilizar la posvenci¨®n (lo que queda tras un suicidio o un intento de suicidio) son una forma directa de prevenci¨®n de futuros suicidios. Escribe Gonz¨¢lez Ortiz que extrapolando los ejemplos de las campa?as de tr¨¢fico (durante a?os fue la principal causa de muerte en Espa?a), el dolor de las familias tras el suicidio de un ser querido y las secuelas que dejan las tentativas de suicidio, pueden suponer un freno muy efectivo para personas que est¨¦n barajando esa opci¨®n.
Est¨¢ convencida de ese efecto preventivo Itsaslore Yarza. Tiene 41 a?os, es profesora de secundaria en un instituto de Tolosa y perdi¨® a su hermano en abril de 2019. Lo cuenta sentada en la terraza de una cafeter¨ªa de Muskiz, donde residen sus padres a los que ha venido a visitar. ¡°Hablar de los supervivientes es importante, hablar del duelo tambi¨¦n, porque hay muchas maneras de llevarlo. Visibilizar esa variedad de vivencias abre un abanico de opciones a la persona que lo va a vivir¡±. A ella, por ejemplo, le alivi¨® escuchar una frase que pronunci¨® Cristina Blanco en un grupo de ayuda. ¡°Dijo que no le hablaran de fases del duelo y eso me relaj¨® much¨ªsimo. Pens¨¦: ¡®Me voy a permitir vivir el duelo como me salga y como buenamente pueda¡¯. Cada manera de vivirlo es diferente y es importante transmitirlo. As¨ª como que existe la opci¨®n de pedir ayuda profesional a un psic¨®logo o a un psiquiatra, pero como opci¨®n no como una obligaci¨®n ni tampoco como la ¨²nica manera de sanar¡±.
Sus padres, cuenta, no han ido a terapia. ¡°Y ah¨ª est¨¢n. Yo ten¨ªa miedo de que se suicidaran por la pena. Cuando muri¨® Alai nos sentamos a hablar tambi¨¦n de esto. Cada familia es un mundo, nosotros hemos hablado much¨ªsimo, de c¨®mo nos sentimos, de c¨®mo era Alai, de por qu¨¦ o para qu¨¦ har¨ªa lo que hizo. ?Nosotros nos suicidar¨ªamos?, nos preguntamos los tres. Incluso si en alg¨²n momento alguno de los tres lleg¨® a pensar hacerlo, hablarlo nos hizo ver que no quer¨ªamos, que no es la mejor opci¨®n ni ning¨²n tipo de soluci¨®n¡±. Yarza cuenta c¨®mo se vive en el despu¨¦s. ¡°Yo vivo con un dolor que est¨¢ ah¨ª y que no se va a ir nunca y he aprendido a vivir con ello. Es como si tuviera un agujero en el coraz¨®n, el que me ha dejado mi hermano y no quiero que se tape con nada, ni que se olvide porque es el sitio de mi hermano¡±. Reconoce que volvi¨® a trabajar enseguida. ¡°Por inercia y por no preocupar a mis padres, para que ellos vieran que yo pod¨ªa seguir con mi vida. En ese momento necesit¨¢bamos cuidarnos entre todos. Y mi manera de hacerlo fue esa¡±.
Resume as¨ª su proceso de reconstrucci¨®n en el que intent¨® sacar una parte sanadora. Hizo de su dolor lo que ella llama dolor f¨¦rtil: ¡°Te cambia por completo el concepto de tiempo, el sentido de la vida y la identidad. Yo antes era una persona mucho m¨¢s activa, alegre, con m¨¢s iniciativa, con m¨¢s ganas de hacer cosas, con m¨¢s ilusi¨®n. Ahora ni tengo ganas de cambiar el mundo ni energ¨ªas para ponerme a ello. Y eso tambi¨¦n ha sido un aprendizaje. Antes gastaba muchas energ¨ªas en intentar agradar: ahora soy m¨¢s tranquila y m¨¢s segura y he aprendido que en la vida puedes estar perfectamente en un segundo, tercero y d¨¦cimo plano. Dar¨ªa lo que fuera porque mi hermano estuviera aqu¨ª ahora, pero no cambio la versi¨®n de m¨ª misma que soy ahora¡±.
El tel¨¦fono 024 atiende a las personas con conductas suicidas y sus allegados. Las diferentes asociaciones de supervivientes tienen gu¨ªas y protocolos de ayuda para el duelo.
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