Acelerar la descarbonizaci¨®n

El Consejo de Ministros acaba de remitir a la Comisi¨®n Europea la actualizaci¨®n del Plan Nacional Integrado de Energ¨ªa y Clima (PNIEC), en el que se compromete a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 un 32% con respecto a 1990, muy por encima del 23% fijado hasta ahora. Espera conseguirlo gracias, sobre todo, a un mayor peso de las renovables. El Gobierno ratifica as¨ª su voluntad de cumplir los compromisos internacionales para descarbonizar la econom¨ªa, lo que obligar¨¢, en algunos casos, a redoblar esfuerzos.

La hoja de ruta seguida en los ¨²ltimos a?os presenta un balance desigual. Las emisiones de gases de efecto invernadero ya se han reducido un 5,3% con respecto a 1990, en parte por el desplome de la actividad econ¨®mica durante la pandemia y por los altos precios de la energ¨ªa derivados de la guerra en Ucrania, pero el Ejecutivo tendr¨¢ que acelerar si quiere cumplir las nuevas metas, m¨¢s ambiciosas. Tambi¨¦n se registra un avance notable en el peso de las energ¨ªas renovables ¡ªmuy especialmente la fotovoltaica¡ª en la generaci¨®n de electricidad. Eliminado casi por completo el carb¨®n, la tecnolog¨ªa limpia ya supone el 50% de la producci¨®n el¨¦ctrica del pa¨ªs y se espera que alcance el 81% para el final de la d¨¦cada. Consciente de la resistencia que provoca en muchos territorios la instalaci¨®n de plantas e¨®licas o solares, el Gobierno exigir¨¢ que estos proyectos vayan acompa?ados de medidas para equilibrar los costes y beneficios de esas instalaciones entre la poblaci¨®n local.

Es un acierto, pero deber¨¢ adoptar incentivos similares si quiere que la electricidad gane peso dentro del consumo energ¨¦tico, porque los expertos certifican que en los ¨²ltimos a?os no solo no ha aumentado el porcentaje del consumo el¨¦ctrico dentro del consumo final, sino que ha bajado del 24,4% en 2021 al 23,3% en 2023. Ese retraso en la electrificaci¨®n de la econom¨ªa se explica sobre todo por los escasos avances en el ¨¢mbito del transporte. Pese al empe?o del Ejecutivo en destinar al sector del autom¨®vil una parte sustancial de los fondos Next Generation y de las ayudas para la modernizaci¨®n del parque m¨®vil, la implantaci¨®n del coche el¨¦ctrico y de las infraestructuras de recarga en Espa?a no termina de alcanzar la velocidad necesaria, lo que ha frenado la ambici¨®n del plan por esta modalidad: el anterior se marcaba como meta los cinco millones de veh¨ªculos el¨¦ctricos para 2030 y ahora conf¨ªa en llegar a los 5,5 millones. Aunque no hay datos oficiales, la media para recibir las ayudas oficiales es de unos dos a?os. La tardanza en cobrarlas perjudica a los ciudadanos con menos poder adquisitivo, que no pueden permitirse adelantar la inversi¨®n, y reabre el debate sobre si la transici¨®n verde beneficia a las rentas m¨¢s altas, aunque el efecto positivo de la descarbonizaci¨®n sea evidente para toda la sociedad.

Algunas de las medidas implantadas en estos a?os empezar¨¢n a dar ahora sus frutos, pero ser¨¢ necesario duplicar esfuerzos para cumplir los objetivos de este programa. Hay mucho en juego, tambi¨¦n para reducir la dependencia energ¨¦tica, tan expuesta a los vaivenes geopol¨ªticos. Ser¨¢ la todav¨ªa ministra de Transici¨®n Ecol¨®gica, Teresa Ribera, quien tenga que evaluar los avances de su propio plan como nueva vicepresidenta europea de Transici¨®n Limpia, Justa y Competitiva. Y ser¨¢ tambi¨¦n en esa nueva condici¨®n quien deba analizar las ventajas e inconvenientes de los aranceles a los coches el¨¦ctricos chinos, sobre los que tanto Espa?a como Alemania han pedido ya que se abra una reflexi¨®n.