Contra la xenofobia, pol¨ªtica
Los programas de migraci¨®n circular y la regularizaci¨®n extraordinaria por la dana son un ant¨ªdoto contra el discurso ultra

Cuando m¨¢s crecen en toda Europa las recetas ultraderechistas para afrontar los flujos migratorios, m¨¢s necesario resulta explorar soluciones que no se limiten a lo securitario y represivo y que cuenten con la colaboraci¨®n de los pa¨ªses de origen o de tr¨¢nsito. Espa?a est¨¢ extendiendo en ?frica los programas de contrataci¨®n en origen y de migraci¨®n circular que llevan dos d¨¦cadas funcionando con las temporeras marroqu¨ªes que trabajan en la recogida de frutos rojos. A Senegal ¡ªdonde se retomaron estos programas en 2022, tras la pandemia¡ª se han sumado por primera vez Gambia y Mauritania. La respuesta ha sido masiva: m¨¢s de 30.000 personas (unas 24.000 solo en Senegal) se han presentado en las ¨²ltimas semanas para conseguir alguna de las 350 plazas de jornaleros del campo que se ofertan.
Con la migraci¨®n circular, los extranjeros reciben autorizaciones de cuatro a?os para trabajar como m¨¢ximo nueve meses en un ¨²nico sector, especialmente el agr¨ªcola. A cambio, se comprometen a regresar a su pa¨ªs una vez terminado el trabajo y a no permanecer irregularmente en el territorio nacional. En los dos ¨²ltimos a?os, unas 40.000 personas han llegado a trabajar de forma temporal a Espa?a. Pedro S¨¢nchez defendi¨® la extensi¨®n de esos programas a nuevos sectores y la inclusi¨®n de planes de capacitaci¨®n profesional cuando visit¨® en agosto esos tres pa¨ªses africanos.
La respuesta masiva muestra que nadie quiere pagar a una mafia y jugarse la vida en una patera para lograr un futuro mejor. Por s¨ª solas, medidas de este tipo no van a acabar con la inmigraci¨®n irregular, pero se debe impulsar cualquier iniciativa que contribuya a una migraci¨®n ordenada y segura para quienes se ven obligados a abandonar su pa¨ªs. Precisamente por eso, Espa?a tiene que mejorar de manera sustancial la pol¨ªtica de gesti¨®n de visados, entre ellos los de reagrupaci¨®n familiar, hoy con serios problemas de citas y colapsos en su tramitaci¨®n consular.
La pol¨ªtica migratoria no se agota en las necesidades laborales y demogr¨¢ficas del pa¨ªs. Tambi¨¦n hay que ofrecer soluciones a quienes entraron irregularmente y desarrollan su vida en condiciones dif¨ªciles. Es lo que acaba de hacer el Gobierno con la regularizaci¨®n extraordinaria por un a?o de los extranjeros afectados por la dana de octubre en Valencia y de sus familiares m¨¢s directos, medida que beneficiar¨¢ a unas 25.000 personas. Frente a los discursos del miedo y la xenofobia, la realidad de la inmigraci¨®n que aflora en circunstancias como esta es la de miles de ciudadanos con los mismos problemas e inquietudes que sus convecinos espa?oles. Convendr¨ªa por ello que el Ejecutivo se muestre receptivo a las cr¨ªticas de asociaciones vinculadas a la migraci¨®n, que alertan del limbo en que pueden quedar cientos de personas que carecen de certificado de empadronamiento.
En mayo entra en vigor la reforma del reglamento de la Ley de Extranjer¨ªa que el Consejo de Ministros aprob¨® a mediados de noviembre. Su ambicioso objetivo es facilitar en tres a?os la regularizaci¨®n de unas 900.000 personas que ya viven en Espa?a. A la vez, sigue atascada en el Congreso la iniciativa legislativa popular para regularizar a cientos de miles de inmigrantes, a cuya tramitaci¨®n dio luz verde la C¨¢mara hace 10 meses. Sobre la mesa hay instrumentos legales suficientes para armar una pol¨ªtica duradera que aborde uno de los grandes retos del futuro, que es econ¨®mico y demogr¨¢fico, pero, sobre todo, de derechos y de humanidad.
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