C¨®mo pueden las ciudades mitigar el conflicto entre seres humanos y naturaleza
Hay que poner la justicia clim¨¢tica en el centro de la agenda, cambiar de forma radical c¨®mo nos relacionamos, producimos y consumimos en nuestras sociedades
Estamos viviendo un enfrentamiento entre la especie humana y el medio ambiente. Una desconexi¨®n entre las decisiones econ¨®micas y sus impactos sociales y ambientales y la constataci¨®n de que las acciones para mitigar el cambio clim¨¢tico no se enfocan en el bienestar de las personas y la preservaci¨®n de los ecosistemas, sino que replican viejas estrategias que buscan el lucro y no atajan las desigualdades. Sin embargo, tenemos que tener claro que los seres humanos y la naturaleza somos parte de un mismo ecosistema y actuar en consecuencia.
Para resolver esta desconexi¨®n, la Plataforma Global por el Derecho a la Ciudad propone el paradigma del Derecho a la Ciudad, un derecho humano colectivo que conecta los derechos humanos con el territorio, que reconoce y fortalece los v¨ªnculos urbano-rurales, con especial atenci¨®n a las comunidades en situaci¨®n de vulnerabilidad. El objetivo es lograr un nivel de vida adecuado para todas y todos mientras se preserva el medio ambiente. Este est¨¢ alineado con las nociones de justicia clim¨¢tica y ambiental y es un marco de referencia que ya est¨¢ orientando la acci¨®n clim¨¢tica colectiva y equitativa.
Este a?o, el D¨ªa Mundial del Medio Ambiente, que se celebra cada 5 de junio, ha coincidido con el decenio de Naciones Unidas sobre la Restauraci¨®n de los Ecosistemas, que tiene por objetivo prevenir, detener y revertir la degradaci¨®n de los ecosistemas en todos los continentes y oc¨¦anos; para ayudar a erradicar la pobreza, combatir el cambio clim¨¢tico y prevenir extinciones masivas.
Desde la Plataforma Global por el Derecho a la Ciudad (PGDC) se celebra esta iniciativa pero se urge a ir m¨¢s all¨¢. Es fundamental detener las causas de la degradaci¨®n de los ecosistemas. Hay que cambiar de forma radical c¨®mo nos relacionamos, producimos y consumimos en nuestras sociedades. Como ya advirti¨® el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Clim¨¢tico (IPCC, por sus siglas en ingl¨¦s) en su informe especial sobre el calentamiento global y el cambio clim¨¢tico: ¡°sin cambios estructurales, los objetivos de la Agenda 2030, incluyendo la erradicaci¨®n de la pobreza en todas sus formas y dimensiones, la preservaci¨®n de nuestro planeta, la realizaci¨®n de los derechos humanos para todas las personas y la igualdad de g¨¦nero y el empoderamiento de todas las mujeres y ni?as, no ser¨¢ posible¡±.
Sin cambios estructurales, los objetivos de la Agenda 2030, incluyendo la erradicaci¨®n de la pobreza en todas sus formas y dimensiones [...] y el empoderamiento de todas las mujeres y ni?as, no ser¨¢ posible
Para ello los miembros y aliados de la PGDC ¡ªorganizaciones de la sociedad civil y de gobiernos locales, acad¨¦micos, redes internacionales, defensores de derechos humanos, ONGs, etc¡ª han elaborado el documento tem¨¢tico: Derecho a la Ciudad: la hoja de ruta hacia la Justicia Clim¨¢tica, fruto de un proceso de aprendizaje colectivo que busca guiar la acci¨®n clim¨¢tica colectiva con justicia social. En ¨¦l se recogen puntos clave para construir una hoja de ruta basada en derechos, buenas pr¨¢cticas de organizaciones locales que ya est¨¢n ayudando a mitigar el cambio clim¨¢tico, adem¨¢s de proponer una serie de recomendaciones.
Un punto central es conectar la realizaci¨®n de los derechos humanos con las din¨¢micas territoriales. Es fundamental buscar modelos econ¨®micos y productivos que no solamente sean m¨¢s sostenibles en su impacto ambiental, sino que tambi¨¦n contribuyan a disminuir las desigualdades econ¨®micas y sociales. Un ejemplo es la Alianza Mundial de Recicladores, creada en m¨¢s de 30 pa¨ªses del sur global con el apoyo y la coordinaci¨®n de WIEGO. Esta alianza tiene el fin de promover y fortalecer su inclusi¨®n social y econ¨®mica y priorizar en los sistemas formales de gesti¨®n de residuos. El trabajo de los recicladores contribuye a la conservaci¨®n del planeta al realizar el m¨¢ximo aprovechamiento de los residuos.
Otro punto clave es la mirada integral del derecho a la ciudad, que reconoce y fortalece los v¨ªnculos urbano-rurales, fundamentales en temas como la preservaci¨®n de ecosistemas y la soberan¨ªa alimentaria
Otro punto clave es la mirada integral del Derecho a la Ciudad, que reconoce y fortalece los v¨ªnculos urbano-rurales, fundamentales en temas como la preservaci¨®n de ecosistemas y la soberan¨ªa alimentaria. Como ejemplo, en China y otros pa¨ªses del mundo, est¨¢n prosperando los grupos de agricultura de apoyo comunitario (CSA por sus siglas en ingl¨¦s), con apoyo de organizaciones como la Red Intercontinental de Promoci¨®n de la Econom¨ªa Social Solidaria (Ripess). Hay m¨¢s de 800 iniciativas que proporcionan alimentos saludables a m¨¢s de 100.000 consumidores. Es un ejemplo exitoso de sistema alternativo de distribuci¨®n de alimentos, que proporciona ingresos reales a los productores y alimentos saludables asequibles a los consumidores.
Finalmente, presta especial atenci¨®n a las comunidades m¨¢s vulnerables a desastres ambientales y al impacto del cambio clim¨¢tico, trabajando desde la importancia de la permanencia y v¨ªnculo con el territorio. Por ejemplo, en M¨¦xico se est¨¢ logrando la construcci¨®n y agricultura sostenibles tras un desastre natural en los Montes de Guerrero, gracias al apoyo de Cooperaci¨®n Comunitaria. Este proyecto contribuye a la recuperaci¨®n tras los impactos de los huracanes Ingrid y Manuel mediante la reconstrucci¨®n del h¨¢bitat con t¨¦cnicas tradicionales y materiales locales, realizada por la propia comunidad. Adem¨¢s, se analizaron las causas de la vulnerabilidad y se establecieron medidas para el manejo sustentable del territorio.
Frente al inmovilismo de los Estados, la sociedad civil no espera. Las estrategias construidas por la ciudadan¨ªa, pueden dar el salto cualitativo y cuantitativo que exige la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Dichas estrategias deben basarse en esta materia, que pone el planeta y su gente en el centro de las acciones, aporta un enfoque colectivo y territorial a los derechos humanos y se centra en las comunidades m¨¢s vulnerables.
?lvaro Puertas es arquitecto, m¨¢ster en desarrollo sustentable y t¨¦cnico en la Federaci¨®n de Cooperativas de Vivienda Catalana e Isabel Pascual D¨ªaz es coordinadora de comunicaci¨®n de la Plataforma Global por el Derecho a la Ciudad.
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