De delincuente juvenil en Nairobi a recibir un premio de la reina de Inglaterra
Un gamberro de un suburbio de la capital keniana decidi¨® cambiar de vida y fund¨® el primer centro digital comunitario de su barrio, pensado para facilitar a los j¨®venes el acceso a la educaci¨®n y al trabajo remunerado. Su labor le ha llevado incluso a recibir un premio de manos de la reina brit¨¢nica Isabel II
En Kenia, a las personas con un buen nivel de estudios les cuesta encontrar oportunidades laborales, y a las de los barrios marginales, el doble. Conseguir un trabajo digno es una tarea dif¨ªcil debido a la falta de informaci¨®n completa sobre los programas de tutor¨ªa o de redes de calidad adecuadas al nivel de alfabetizaci¨®n. Douglas Mwangi sabe el esfuerzo que representa adquirir las capacidades b¨¢sicas para trabajar. Es el m¨¢s joven de una familia de ocho hermanos y se crio en el suburbio de Mathare, en Nairobi.
Mwangi no pudo entrar en el instituto porque su madre no logr¨® reunir el dinero para la matr¨ªcula. ¡°Empec¨¦ a currar, pero no en lo que se suele entender por curro. Mi trabajo consist¨ªa en perpetrar actividades delictivas. Despu¨¦s de un accidente en el que estuve a punto de morir, decid¨ª dar un giro a mi vida. Empec¨¦ como aprendiz en una barber¨ªa y luego me contrataron¡±, cuenta Mwangi.
Tras dos a?os como barbero, consigui¨® ahorrar lo suficiente para estudiar en el instituto. M¨¢s tarde recibi¨® una beca para cursar una diplomatura en desarrollo de p¨¢ginas web en una escuela de dise?o multimedia de Nairobi. ¡°Despu¨¦s del curso, mi vida cambi¨® por completo porque se me abrieron muchas oportunidades laborales. Eso me hizo consciente de las dificultades a las que se enfrentan los j¨®venes de Mathare. Ni siquiera aquellos con m¨¢s talento tienen esa primera oportunidad que les ayude a llegar a fin de mes¡±, lamenta Mwangi.
La Carta Africana de la Juventud de la Uni¨®n Africana (UA) declara que los j¨®venes del continente son su mayor recurso, y que su n¨²mero creciente ofrece un enorme potencial. Seg¨²n el informe de 2019 del Foro Mo Ibrahim, casi el 60% de la poblaci¨®n africana tiene menos de 25 a?os, lo cual convierte a ?frica en el continente m¨¢s joven del mundo. Sin embargo, actualmente 16 millones de j¨®venes se encuentran en paro. La correspondencia media entre nivel educativo y aptitudes requeridas por las empresas es peor en ?frica que en el resto del mundo.
En 2013, Mwangi empez¨® a trabajar como l¨ªder comunitario e impulsor de las tecnolog¨ªas digitales para la Fundaci¨®n para las Oportunidades Digitales (DOT, por sus siglas en ingl¨¦s). La organizaci¨®n forma a j¨®venes de ambos sexos en gesti¨®n de empresas y competencias digitales b¨¢sicas, y luego los env¨ªa de nuevo a sus comunidades, en las que DOT tiene varios centros. ¡°A m¨ª me destinaron a Eastleigh y Mathare. En 2014 naci¨® Oasis Mathare¡±, cuenta el ahora emprendedor.
Oasis Mathare fue el primer centro comunitario digital del suburbio nairobita. Contaba con unos cuantos ordenadores, internet inal¨¢mbrico y una sala silenciosa en la que los alumnos, que normalmente tienen que recluirse en habitaciones abarrotadas y ruidosas, pueden concentrarse y estudiar. El centro tambi¨¦n refuerza los recursos de los ni?os y los adolescentes marginados con un servicio de biblioteca. Los usuarios pueden acudir a ¨¦l y estudiar fuera de sus casas, donde se enfrentan a obst¨¢culos como la escasez de suministro el¨¦ctrico y la falta de un espacio seguro.
Seg¨²n Mwangi, que ha trabajado en Kibera, Kakuma y Mathare, existe la idea generalizada de que todo el mundo que vive en los suburbios necesita ayuda. Efectivamente, en las comunidades de los barrios marginales hay muchas carencias que es necesario subsanar. Sin embargo, la pregunta m¨¢s importante deber¨ªa ser siempre qu¨¦ clase de ayuda necesitan. ¡°En mi caso, al crecer en Mathare no ten¨ªa un lugar seguro donde estudiar. No pod¨ªa ir a la biblioteca en la ciudad porque no ten¨ªa dinero para el transporte, y la ¨²nica p¨²blica que daba servicio en las afueras siempre estaba llena. Estudiar en casa era imposible porque era muy peque?a, no ten¨ªamos electricidad y los vecinos hac¨ªan ruido. Por eso, crear Oasis Mathare fue para m¨ª una respuesta a los problemas de los j¨®venes de la barriada, porque yo mismo los hab¨ªa sufrido¡±, reflexiona.
Uno de los programas del centro es el de capacitaci¨®n econ¨®mica, dirigido a los j¨®venes ¨Cincluidas madres¨C que no tienen verdaderos ingresos. Aprenden conocimientos empresariales b¨¢sicos y emprendimiento social, as¨ª como a detectar oportunidades en su entorno y a organizarse para poner en marcha su proyecto. Tambi¨¦n reciben formaci¨®n en ingenier¨ªa inform¨¢tica y dise?o gr¨¢fico, lo cual los capacita para ser m¨¢s competitivos a la hora de conseguir un empleo o emprender un negocio.
El objetivo del programa de Ciencia, Tecnolog¨ªa, Ingenier¨ªa, Arte, Matem¨¢ticas y Dise?o (STEAMD, por sus siglas en ingl¨¦s) es que las ni?as adquieran confianza a trav¨¦s de la codificaci¨®n y la rob¨®tica. Tambi¨¦n ayuda a los que est¨¢n en paro a idear soluciones al problema que tienen en la comunidad. ¡°La capacitaci¨®n b¨¢sica en tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y la comunicaci¨®n es gratuita porque DOT la financia. En cambio, los estudiantes que necesiten competencias avanzadas como el desarrollo de m¨®viles y aplicaciones para m¨®viles y el desarrollo de p¨¢ginas web tienen que pagar 5.000 chelines kenianos¡± (unos 40 euros), explica Mwangi.
Otro servicio son los Espacios Seguros para el Desarrollo Infantil Temprano (DIT) y la Alfabetizaci¨®n, a los que los ni?os pueden acudir a jugar con juguetes gratuitamente. Seg¨²n Anastasia Adiambo, profesora de DIT en Oasis Mathare, tambi¨¦n dan clases de desarrollo para la primera infancia con grupos de entretenimiento, juegos educativos de ordenador que desarrollan el pensamiento cr¨ªtico de los peque?os, y diversas formas de recrearse que fomentan el aprendizaje a una corta edad. El horario de las clases es de ocho de la ma?ana a dos de la tarde.
TextSchool ha sido elegida como una de las 10 mejores innovaciones educativas de ?frica por la Uni¨®n Africana
¡°El destinatario principal de nuestro programa de DIT son las j¨®venes madres solteras que quieren volver a la escuela o encontrar trabajo. El centro es un lugar seguro en el que pueden dejar a sus hijos. Los padres pagan una comisi¨®n de compromiso de 1.000 chelines kenianos (ocho euros) al a?o para asegurar que traer¨¢n regularmente al ni?o. Durante el recreo les damos gachas de avena y tambi¨¦n les damos el almuerzo si hay alguna fiesta, como el cumplea?os de alguno. Espero que podamos reproducir estos programas tan beneficiosos en otros suburbios, porque la mayor¨ªa de las comunidades marginadas tienen las mismas carencias¡±, concluye Adiambo.
Oasis Mathare ha colaborado con varias organizaciones, como Digital Divide Data, Ajira Digital, Nebu Cafe y Techno Brain con el fin de que incorporen a los estudiantes que buscan empleo despu¨¦s de haber completado con ¨¦xito su capacitaci¨®n b¨¢sica en tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y la comunicaci¨®n. Desde su creaci¨®n, el centro ha dado acceso a las oportunidades que ofrece el mundo digital, como los cursos por internet y la interconexi¨®n, a m¨¢s de 500 j¨®venes. Adem¨¢s, ha facilitado a m¨¢s de 1.000 ni?os un lugar seguro donde estudiar.
¡°Actualmente, la mayor¨ªa de nuestros alumnos son estudiantes de primaria, porque hemos visto que sentar una buena base a una edad temprana allana el camino para que en el futuro se interesen por dedicarse profesionalmente a las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y la comunicaci¨®n. Podemos hacer un seguimiento de c¨®mo progresan con el tiempo¡±, reflexiona Mwangi.
Al ser una organizaci¨®n que trabaja en contacto estrecho con las personas, las restricciones debidas al coronavirus los obligaron a buscar nuevas alternativas. Oasis Mathare sab¨ªa que no todo el mundo pod¨ªa acceder a internet, as¨ª que cre¨® el proyecto TextSchool. Se trata de una innovadora aplicaci¨®n para tel¨¦fono m¨®vil que permite a los estudiantes con limitaciones para disponer de internet y equipos inform¨¢ticos acceder a contenidos ilimitados utilizando mensajes de texto. Se puede entrar a ella a trav¨¦s de cualquier tel¨¦fono, ya sea inteligente o un m¨®vil corriente, con tal de que el aparato pueda mandar y recibir mensajes de texto. Adem¨¢s, es accesible para los estudiantes que viven en zonas remotas de Kenia, ya que funciona con Safaricom, que ofrece buena cobertura en el pa¨ªs. TextSchool ha sido elegida como una de las 10 mejores innovaciones educativas de ?frica por la Uni¨®n Africana.
En opini¨®n de Mwangi, el futuro de todo est¨¢ en las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y la comunicaci¨®n. Las empresas se dirigen por internet, hay clases telem¨¢ticas, b¨¢sicamente cualquier cosa se puede encontrar en la Red. Sin embargo, la mayor¨ªa de los j¨®venes, que est¨¢n siempre conectados, no saben emplearlo en su beneficio, especialmente en ?frica.
¡°A Facebook y YouTube se les puede sacar rendimiento econ¨®mico, se puede estudiar por Internet, pero la mayor¨ªa de los j¨®venes solo entran all¨ª para ver v¨ªdeos musicales. Se puede empezar un negocio por Internet, no es nada complicado; basta con abrir una p¨¢gina en Facebook, facil¨ªsimo. Se puede estudiar toda una carrera en YouTube¡±, a?ade.
El 26 de junio de 2018, Mwangi recibi¨® el Premio a los J¨®venes L¨ªderes de manos de la reina Isabel II durante una ceremonia en el palacio de Buckingham, en Londres. El galard¨®n es un reconocimiento y un impulso a j¨®venes excepcionales de toda la Commonwealth. ¡°Ganar el Premio a los J¨®venes L¨ªderes fue incre¨ªble, fant¨¢stico. Me dio esperanza. Veo un futuro brillante. Hemos trabajado con un grupo de Githurai y Kibera para llevar all¨ª nuestro programa¡±, remacha el joven emprendedor.
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