Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, el ministro que puso freno a los accidentes de tr¨¢fico
Asumi¨® la lucha contra la siniestralidad al volante como un asunto de primer nivel del Ejecutivo socialista y llev¨® las cifras de muertos en carretera a niveles hist¨®ricos
Alfredo P¨¦rez Rubalcaba ha sido el ministro que pilot¨® la etapa m¨¢s brillante en la lucha contra los accidentes de tr¨¢fico en Espa?a. Su t¨¢ndem con el director de Tr¨¢fico, Pere Navarro ¨Cque ocupa de nuevo el cargo desde que Pedro S¨¢nchez accedi¨® a La Moncloa-, hizo que pa¨ªses punteros en la materia echaran la vista al sur de Europa para preguntarse sobre qu¨¦ puntales se asentaba el ¡°milagro espa?ol¡±. Los datos dibujaban una realidad que se superaba a?o a a?o, en un pa¨ªs que lleg¨® a contabilizar casi 6.000 muertos anuales en las carreteras.
Con el pol¨ªtico socialista en el Ministerio del Interior (abril 2006 a julio 2011), se luch¨® sin descanso hasta lograr que las cifras de v¨ªctimas de tr¨¢fico cayeran como una plomada, acumulando ocho a?os de descensos consecutivos. 2011 se cerr¨® con menos de 1.500 fallecidos, el dato menos tr¨¢gico en medio siglo. El propio Rubalcaba retrataba con palabras esa transformaci¨®n por la que nadie habr¨ªa apostado a?os antes: ¡°Hemos logrado cambiar la mentalidad y demostrar que esta no era una maldici¨®n b¨ªblica inevitable, y que los espa?oles no ¨¦ramos unos b¨¢rbaros desaprensivos¡±.
El ministro se puso en la vanguardia del combate. La primera batalla que le toc¨® librar contra los siniestros comenz¨® algo trastabillada. Navarro llevaba desde 2004 trabajando contra reloj en el carnet por puntos, y cuando Rubalcaba lleg¨® al ministerio quedaban poco menos de tres meses para su implantaci¨®n, en julio de 2006. El sistema inform¨¢tico de la DGT hizo agua y no pudo detraer ni un solo punto hasta un a?o despu¨¦s. La apuesta de seguir adelante pese al fiasco, fue acertada. El debate generado por la implantaci¨®n del nuevo permiso, fue suficiente para que las nefastas estad¨ªsticas comenzaran a darse la vuelta. En solo dos a?os, las muertes bajaron un 22%. Y sus efectos siguen vigentes hoy.
Navarro se refer¨ªa a su jefe en una entrevista con EL PA?S en 2008 as¨ª: ¡°Es un lujo trabajar con Rubalcaba porque no pierde el tiempo con tonter¨ªas, est¨¢ comprometido con la seguridad vial y lo vive con intensidad¡±. Y as¨ª fue. Durante su etapa como m¨¢ximo responsable de la seguridad de los espa?oles en las carreteras, no hubo d¨ªa en el que no recibiera un mensaje con el balance de v¨ªctimas en su tel¨¦fono m¨®vil. Se dorm¨ªa con ese dato y a la ma?ana siguiente escrutaba el cuadro con el balance detallado. Cuando detectaba una desviaci¨®n, llamaba al director general: ¡°Navarro, t¨ªo, ?qu¨¦ ha pasado hoy?¡±. Por los pasillos de la sede central de la DGT en Madrid nunca antes se hab¨ªa visto tan a menudo a un ministro. Alguno de sus antecesores no estuvo nunca all¨ª, pero ¨¦l disfrutaba analizando con el equipo los problemas y las estrategias para solucionarlos.
Despu¨¦s del permiso por puntos vendr¨ªa la reforma del C¨®digo Penal contra los temerarios, la extensi¨®n de la red de radares, la ampliaci¨®n de la plantilla de guardias civiles, las insistentes campa?as de concienciaci¨®n y las ruedas de prensa, en las que nunca falt¨® el ministro con su cuidada oratoria y sus detalladas explicaciones que delataban aquella pasi¨®n docente que impregnaba todo lo que hac¨ªa.
Tanto Rubalcaba como Navarro sab¨ªan que una clave importante para evitar la tragedia de los accidentes consist¨ªa en mantener vivo el debate en la sociedad, en visibilizar la epidemia silenciosa, en escalonar las medidas. Tambi¨¦n en implicar a la sociedad civil en el empe?o: las asociaciones de v¨ªctimas fueron recibidas por primera vez por un presidente del Gobierno en aquellos a?os -Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero-. Y por primera vez la seguridad vial lleg¨® a un debate del estado de la naci¨®n, un hecho que no ten¨ªa precedentes.
El ministro coloc¨® las muertes sobre el asfalto como una prioridad del Ejecutivo, como un reto de primer nivel, como una pol¨ªtica de Estado: ¡°La seguridad no es solo que no te pongan bombas, tambi¨¦n es que la gente no se muera en la carretera¡±, aseguraba.
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