El olvidado voto de los se?ores Cayo
Los pueblos donde Miguel Delibes ambient¨® su obra se resignan ante el abandono pol¨ªtico
Ning¨²n candidato se bajar¨¢ del autob¨²s de campa?a ni se manchar¨¢ el traje y los zapatos con el polvo blanco que se alza al entrar en Cortiguera (Burgos). No hay asfalto para acceder a un pueblo que recibi¨® su visita pol¨ªtica de m¨¢s relumbr¨®n en la novela El disputado voto del se?or Cayo (Miguel Delibes, 1978). En ese libro, un grupo de j¨®venes militantes de un partido se dirigen desde la ciudad al campo, en el marco de la Transici¨®n, para intentar persuadir al ¨²nico habitante del lugar, un se?or Cayo pragm¨¢tico y receloso de las promesas electorales.
Delibes se inspir¨® para su personaje en Claudio Ruiz, un vecino que viv¨ªa en una casa al pie de la iglesia hoy derruida y profanada. En ella se crio Mar¨ªa Eugenia Ruiz, hija de aquel burgal¨¦s que inmortaliz¨® el autor vallisoletano y que Paco Rabal interpret¨® en 1986. A sus 87 primaveras, este torbellino de ojos claros vive entre el industrial Barakaldo (Vizcaya) y Tubilla del Agua, cerca de Cortiguera.
Eugeni, como la conocen en Tubilla (134 habitantes), recuerda en el sal¨®n de su casa que su padre era ¡°de centro, ni de un lado ni de otro¡±. ¡°Ahora no votar¨ªa a ninguno, son todos iguales¡±, a?ade junto a una foto de aquel se?or ¡°normal¡± cuya vida transit¨® en paralelo, pero sin cruzarse, a la pol¨ªtica. Falleci¨® en pleno golpe de Estado, el 23 de febrero de 1981.
Mar¨ªa Eugenia ser¨¢ digna hija de Cayo el 10-N: no votar¨¢. Critica la incapacidad del PSOE, a quien eligi¨® en abril, para formar Gobierno. ¡°Creo que habr¨¢ otras elecciones... y suelo acertar en estas cosas¡±, vaticina. Su programa contra la despoblaci¨®n que acecha a la regi¨®n es usar a la industria como desfibrilador para revitalizar el coraz¨®n de estas comarcas. ¡°La juventud ya no sabe nada del campo¡±, asevera. Delibes ya abord¨® en esta y otras novelas la tem¨¢tica del abandono del campo.
En Cortiguera, seg¨²n el INE, hay solo siete habitantes. Una extraordinaria quietud abraza al visitante entre casas abandonadas. Dos perros preceden a Charo Hern¨¢ndez, que junto a su compa?ero regenta una casa rural donde han creado su particular para¨ªso. Apenas otra familia, que no est¨¢ el d¨ªa de la visita, reside todo el a?o. ¡°El se?or Cayo representa la dignidad del campesinado¡±, sostiene Hern¨¢ndez, que ha pasado 28 de sus 57 a?os en el pueblo, donde imparte terapias de shiatsu, una t¨¦cnica de relajaci¨®n oriental.
La mujer lamenta que nadie atienda las exigencias de mejores infraestructuras, atenci¨®n m¨¦dica e Internet, tres pilares que sustentan el hast¨ªo de la Espa?a vac¨ªa. Aun as¨ª, sentada sobre una manta bajo unos manzanos, insiste en la importancia de votar, aunque prefiere no significarse pol¨ªticamente. ¡°Si no pueden echarnos una mano, que nos levanten el pie de encima¡±, reclama. ¡°El campo es el parque tem¨¢tico de la ciudad: vienen, lo disfrutan y se van¡±, a?ade, antes de volver a sus gallinas, su pan artesano y la imperturbable calma.
En su casa, una imagen del robusto Cayo y de su esposa, la menuda y sonriente Eulalia Ba?uelos: el perfecto retrato de dos castellanos de hace 50 a?os, cuya hija coincide en la profec¨ªa. ¡°Los j¨®venes vendr¨¢n al campo de vacaciones, ?Para qu¨¦ van a querer quedarse?¡±, inquiere. M¨®nica Ib¨¢?ez, directora de Sociolog¨ªa en la Universidad de Burgos, explica que esta actitud de la gente del campo, que refleja el hast¨ªo rural, refleja el sentimiento de abandono que padecen los pueblos: ¡°?Qu¨¦ tiene de malo ser un se?or Cayo? A lo mejor con muchos se?ores Cayo se puede hacer algo; el problema ser¨ªa que hubiera pocos¡±.
Cortiguera depende del Ayuntamiento del Valle del Sedano (389 habitantes), que administra esta y otras peque?as pedan¨ªas de la zona. La capital es Sedano, donde Delibes escribi¨® parte de su legado. All¨ª, una mujer mayor que asegura haberlo conocido y haber rele¨ªdo recientemente El disputado voto del se?or Cayo afirma, sin dar su nombre, que el novelista y su personaje se indignar¨ªan porque los pol¨ªticos actuales ¡°no son honestos, no van de cara¡±.
¡°Quiz¨¢ sea tarde¡±
¡°Conf¨ªe en nosotros. Arreglaremos esto¡±, pregonan los pol¨ªticos que visitaron Cortiguera en un pasaje del libro. ¡°Roto no est¨¢¡±, responde Cayo. En 2019, en Sedano solo piden arreglo para una gran grieta: la despoblaci¨®n. Y recalcan que eso de la Espa?a vac¨ªa ¡°viene de lejos¡±. Este concepto ha aparecido esta campa?a en medidas como un ministerio para la despoblaci¨®n (PSOE), un pacto de Estado (Ciudadanos), reducir el IBI (Unidas Podemos), apoyar la caza (PP y Vox) o el desarrollo sostenible (M¨¢s Pa¨ªs).
El alcalde de Sedano, Igor Herr¨¢n (30 a?os), del partido independiente Imagina Burgos, es uno de los pocos j¨®venes de la zona. Con su peinado mohicano y tocado con varios pendientes, quiere combatir el ¨¦xodo que desangra a la comarca. ¡°Quiz¨¢ sea tarde para reparar un problema que comenz¨® hace d¨¦cadas y no se corrigi¨®¡±, se resigna, sabedor de que ¡°es complicado que la gente venga¡±. ¡°Ning¨²n partido se moja¡±, a?ade sobre si alg¨²n candidato puede revertir la situaci¨®n. ?l har¨¢ ¡°lo que pueda¡±, agrega antes de encaramarse a su tractor.
En un bar de Sedano, unos parroquianos de mediana edad se sienten ¡°olvidados¡±. Jos¨¦ Javier Fern¨¢ndez y Miguel ?ngel Mart¨ªnez anuncian con sorna que invitar¨ªan a comer al presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, para explicarle sus problemas. Ya m¨¢s serios, sentencian que no creen que la Espa?a vac¨ªa quepa en la agenda llena de los pol¨ªticos, ahora que los l¨ªderes ya ni siquiera visitan a los se?ores Cayo.
"El que se quedaba en el pueblo parec¨ªa el tonto"
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