Fernando Buesa, el crimen que desat¨® la rabia contra el PNV
El asesinato del dirigente socialista, del que este s¨¢bado se cumplen 20 a?os, ahond¨® la fractura de la sociedad vasca
A las 16.38 del 22 de febrero de 2000, hace hoy veinte a?os, Fernando Buesa se dirig¨ªa a pie, acompa?ado de su escolta, Jorge D¨ªez, a la sede del PSE alav¨¦s. Cuando cruzaban por la Universidad de Vitoria, ETA hizo estallar una furgoneta-bomba que seg¨® la vida de ambos. Fernando Buesa era el portavoz del PSE, opositor al Gobierno nacionalista de Juan Jos¨¦ Ibarretxe ¡ªapoyado este parlamentariamente por EH, la marca de la izquierda abertzale¡ª, y hab¨ªa sido vicelehendakari del Gobierno vasco a?os atr¨¢s.
Su asesinato condicion¨® la campa?a electoral de 2000, al producirse tres d¨ªas antes de iniciarse; sepult¨® definitivamente la tregua etarra de 1998-99; abri¨® el a?o de mayor concentraci¨®n de asesinatos de pol¨ªticos e intelectuales; evidenci¨® la divisi¨®n de Euskadi entre nacionalistas y constitucionalistas; y estimul¨® al PSOE y PP a suscribir el pacto antiterrorista, antesala de la ilegalizaci¨®n del brazo pol¨ªtico de ETA. ¡°El asesinato de Fernando puso al rojo vivo la fractura abierta en la sociedad vasca al embarcarse el PNV en un frente nacional vasco, por vez primera tras reinstaurarse la democracia¡±, se?ala Antonio Rivera, catedr¨¢tico de Historia de la Universidad del Pa¨ªs Vasco (UPV).
El crimen de Buesa fue el segundo del a?o 2000. El 21 de enero, ETA hab¨ªa asesinado al teniente coronel Pedro Antonio Blanco, rompiendo as¨ª la tregua de Lizarra ¡ªpactada por los partidos nacionalistas para avanzar hacia la autodeterminaci¨®n¡ª y poniendo fin a un a?o y medio sin asesinatos. Ibarretxe suspendi¨® su relaci¨®n con EH y, tras el asesinato de Buesa, la rompi¨® formalmente. ¡°Pero Ibarretxe no midi¨® las consecuencias del asesinato de Buesa y no reaccion¨®, al ser prisionero de la din¨¢mica de frente nacional vasco en la que estaba el PNV con el Pacto de Lizarra de 1998 y que hab¨ªa evitado, hasta entonces, en la etapa democr¨¢tica¡±, dice Rivera. Ibarretxe no asisti¨® al lugar del crimen, pese a estar cerca del Palacio de Ajuria Enea. En el funeral en la catedral, al ser increpado, sali¨® por una puerta lateral. Antes, en la capilla ardiente, el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, no salud¨® a los socialistas.
La tensi¨®n se acrecent¨® cuando el lehendakari convoc¨®, sin consultar ni al PSE, una manifestaci¨®n por la paz. ¡°El hijo de Fernando, Carlos Buesa, telefone¨® a Ibarretxe para pedirle que fuera unitaria, a lo que se neg¨®. El PNV de Arzalluz consider¨® electorales las protestas e incluso atribuy¨® al Cesid [el antiguo servicio de inteligencia] una campa?a de utilizaci¨®n del asesinato contra Ibarretxe. En consecuencia, el PNV convirti¨® la manifestaci¨®n por Buesa en una exaltaci¨®n de Ibarretxe¡±, recuerda el catedr¨¢tico de la UPV.
¡°La manifestaci¨®n estuvo marcada por la tensi¨®n. Tuvo tres bloques. El primero, con militantes del PNV, muchos tra¨ªdos en autobuses de Bizkaia, que jaleaban a Ibarretxe. El segundo, con las familias de Buesa y D¨ªez, acompa?ados de simpatizantes del PSE y del PP, que protestaban por el asesinato; y un tercero, entre ambos, muy reducido, de Gesto por la Paz. Cuando el bloque nacionalista lleg¨® al final, Ibarretxe pronunci¨® unas palabras y se retir¨®. Cuando lleg¨® la familia con el otro bloque, Javier Rojo, diputado socialista alav¨¦s, tom¨® la palabra y dirigi¨¦ndose a un ausente Ibarretxe clam¨®: ¡°?D¨®nde est¨¢ el lehendakari?¡±. Fue la expresi¨®n de la insensibilidad de Ibarretxe y de la fractura en Euskadi¡±, rememora el socialista Jes¨²s Loza, exdelegado del Gobierno en Euskadi y directivo de la Fundaci¨®n Fernando Buesa.
Lecci¨®n para el PNV
¡°Los hechos de aquellos d¨ªas produjeron en la sociedad vasca una profunda herida entre nacionalistas y constitucionalistas, que no se cerr¨® hasta 2016 cuando el lehendakari Urkullu pact¨® con la l¨ªder socialista, Idoia Mendia, el Gobierno de coalici¨®n¡±, sostiene Rivera. ¡°El PNV pag¨® su radicalidad con la p¨¦rdida de poder institucional y del Gobierno vasco entre 2009 y 2013. Fue una lecci¨®n para el PNV que explica la defensa actual de Urkullu del pacto entre diferentes, antag¨®nico con el frente nacional vasco de Ibarretxe¡±.
El asesinato de Buesa cambi¨®, tambi¨¦n, la pol¨ªtica en ?lava. ¡°Buesa ten¨ªa mucho prestigio. Hab¨ªa sido diputado general. Su asesinato fue interpretado como una agresi¨®n a ?lava. El PNV perdi¨® el poder en el Ayuntamiento, la Diputaci¨®n, la Caja Vital, en la Universidad y en el Deportivo Alav¨¦s. Emilio Guevara, ex diputado general por el PNV, se pas¨® al PSE. La Diputaci¨®n amenaz¨® con abandonar la comunidad vasca. Al PNV le cost¨® casi veinte a?os recuperar el poder perdido¡±, prosigue Rivera.
ETA, tras el asesinato de Buesa y la ruptura de la tregua, concentr¨® en el a?o 2000 un ataque sin precedentes a pol¨ªticos e intelectuales. ¡°En aquel a?o, ETA cometi¨® 23 asesinatos, el mayor n¨²mero desde hac¨ªa ocho a?os. Pero su singularidad estuvo en su ataque a un abanico muy cualificado de la sociedad para ampliar su impacto, extendido por una kale borroka muy activa que universalizaba el miedo a toda la sociedad¡±, destaca el acad¨¦mico.
Adem¨¢s de Buesa, exvicelehendakari; ETA asesin¨® a un exministro, Ernest Lluch; a dos exmilitantes del PCE ¡ªJuan Mar¨ªa J¨¢uregui, ex gobernador civil, y Jos¨¦ Luis L¨®pez de Lacalle, periodista¡ª; a dos magistrados, Francisco Querol y Luis Portero; al presidente de la patronal gipuzcoana, Jos¨¦ Mar¨ªa Korta; y al directivo de prisiones M¨¢ximo Casado; tambi¨¦n hiri¨® gravemente al intelectual y exconsejero socialista Jos¨¦ Ram¨®n Recalde. Asesin¨®, adem¨¢s, a cinco concejales, a tres militares, a dos guardias civiles, a tres polic¨ªas y a dos ch¨®feres. ¡°La ofensiva llev¨® al PSOE y al PP a responder a ETA con el pacto antiterrorista, en diciembre de 2000, paso previo de la ilegalizaci¨®n de su brazo pol¨ªtico [Batasuna], factor importante en su final¡±, culmina Rivera.
La m¨¢xima autoridad auton¨®mica v¨ªctima de ETA
Solo unos d¨ªas antes de que ETA lo asesinara, Fernando Buesa hizo su ¨²ltima intervenci¨®n en el Parlamento vasco exigiendo al lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, que actuara contra la kale borroka, seg¨²n recuerda Jes¨²s Loza, exdelegado del Gobierno en el Pa¨ªs Vasco. "Era un orador brillante, portavoz parlamentario y figura clave en la Ejecutiva del PSE. Procedente de la Democracia Cristiana, fue adalid de la pluralidad. Como vicelehendakari fue la m¨¢xima autoridad auton¨®mica vasca asesinada por ETA", apunta Antonio Rivera, catedr¨¢tico de la UPV.
Loza, amigo de Buesa, lo recuerda ¡°t¨ªmido, algo seco en apariencia pero muy cari?oso¡±. Se sent¨ªa muy orgulloso de su etapa de consejero de Educaci¨®n, en la que logr¨® la Ley de la Escuela P¨²blica Vasca y la de Cuerpos Docentes no Universitarios. ¡°Fue de los pocos pol¨ªticos vascos de primera fila que renunci¨® a hacer carrera nacional. Era muy alav¨¦s. Sol¨ªa decir: ¡®Si tenemos aqu¨ª el principal problema ¡ªrefiri¨¦ndose al terrorismo¡ª, qu¨¦ sentido tiene irse a otra parte¡±, se?ala Loza. Su legado lo recoge la Fundaci¨®n Fernando Buesa, que preside su viuda, Natividad Rodr¨ªguez, junto a prestigiosas figuras vascas. ¡°La Fundaci¨®n es un referente moral del posterrorismo¡±, se?ala Rivera.
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