Tres efectos perjudiciales del abuso de alcohol que tal vez no conozcas y un enigma
Beber en exceso est¨¢ socialmente normalizado, a pesar de sus contrastados efectos negativos sobre la salud: altera la arquitectura del sue?o y se asocia con depresi¨®n y demencia
Hubo un tiempo lejano en el que parec¨ªa que hab¨ªa pros y contras en el consumo de tabaco. Hab¨ªa personas modernas, sofisticadas y con gran determinaci¨®n que fumaban, y otras tristes y puritanas que no. Un escritor mexicano recuerda que entonces los fumadores no eran mal vistos, y ¡°la imagen de un cigarro evocaba una hoguera en la intemperie, la intimidad en la noche fr¨ªa, cosas as¨ª, no el c¨¢ncer y la muerte¡±. Pero ahora sabemos, gracias a la ardua generaci¨®n de evidencia, que los fumadores habituales pierden, en promedio, entre 10 y 14 a?os de vida. Fumar ahora, con la informaci¨®n disponible, tiene un innegable y consciente cariz autodestructivo. El af¨¢n de la divulgaci¨®n cient¨ªfica es entender la cultura de su ¨¦poca y contrastar sus tendencias sociales con el modesto pero rocoso conocimiento basado en pruebas, y as¨ª poder influir un poco, de forma razonable, en las personas que nos rodean. No se trata de moralizar, sino de promover una toma de decisiones m¨¢s consciente e informada.
Como con el tabaco, resulta chocante vernos inmersos en una aut¨¦ntica cultura del abuso de alcohol, conociendo de sobra sus efectos negativos a medio y largo plazo. As¨ª, sabemos que produce problemas de h¨ªgado ¡ªcon sus variadas estaciones de paso hasta llegar a la cirrosis¡ª, hipertensi¨®n arterial, cardiopat¨ªa y c¨¢ncer de boca, faringe, laringe, es¨®fago, h¨ªgado, colon y mama, pero qui¨¦n se resiste, entre risas, a pedir unos gin-tonics en copa bal¨®n al acabar la comida. Nuestros adolescentes hacen cola en el bazar chino para preparar su diversi¨®n; nos partimos de risa con la tremenda cogorza que cogi¨® nuestro apocado compa?ero de oficina en la cena de Navidad; y en la feria del pueblo, quien m¨¢s quien menos se arranca a un encadenamiento de hasta cinco copas, porque no quiere ser un sieso, ni un triste ni un amargado.
Aunque nos genere disonancia cognitiva y cierto cuestionamiento de nuestra conducta de ocio, abusar del alcohol es nefasto para la salud, y se asocia ¡ªlo que quiz¨¢ sea menos conocido¡ª a estos tres efectos:
Problemas de sue?o. Durante las primeras fases de la intoxicaci¨®n, puede inducir somnolencia debido a su acci¨®n depresora ¡ªde ah¨ª que a¨²n haya gente que se toma una copa de an¨ªs para irse a la cama. Sin embargo, esta aparente facilitaci¨®n del inicio del sue?o es seguida por un deterioro de su calidad a medida que el alcohol es metabolizado. El alcohol disminuye el sue?o REM (movimientos oculares r¨¢pidos) durante la primera mitad de la noche, mientras que en la segunda se observa un efecto rebote con un incremento del sue?o REM y los despertares frecuentes. Reduce el tiempo de sue?o profundo, lo que afecta negativamente la restauraci¨®n f¨ªsica y cognitiva asociada a este estado. Por si est¨¢ olvidado, simplemente recuerdo el malestar de la resaca, con sus v¨®mitos, cefalea, embotamiento, mareo, sed intensa y flatulencias. Una gloria, vaya.
Depresi¨®n. La evidencia apunta a una relaci¨®n bidireccional, donde el abuso de alcohol puede precipitar o agravar episodios depresivos, y a su vez, la depresi¨®n puede aumentar la vulnerabilidad al consumo problem¨¢tico de alcohol. El alcohol cr¨®nico desequilibra los sistemas de neurotransmisores cerebrales clave, como la serotonina, la dopamina y el GABA, implicados en la regulaci¨®n del estado de ¨¢nimo. Promueve procesos inflamatorios y estr¨¦s oxidativo en el cerebro, factores que se han relacionado con la patog¨¦nesis de la depresi¨®n. Pero sobre todo suele conllevar problemas en las relaciones personales, laborales y financieras, los cuales pueden generar estr¨¦s cr¨®nico y desencadenar o exacerbar s¨ªntomas depresivos.
Demencia. Un estudio franc¨¦s que incluy¨® m¨¢s de un mill¨®n de participantes encontr¨® que su consumo excesivo y problem¨¢tico aument¨® significativamente el riesgo de todas las formas de demencia, incluida la enfermedad de Alzheimer y la demencia vascular. La demencia alcoh¨®lica, t¨ªpica de grandes bebedores, incluye problemas de memoria, alteraciones ejecutivas y dificultad en la toma de decisiones. La deficiencia de tiamina o vitamina B1, com¨²n en personas con alcoholismo cr¨®nico, contribuye al desarrollo de la encefalopat¨ªa de Wernicke y, en casos severos, al s¨ªndrome de Korsakoff. Esta ¨²ltima condici¨®n cursa con amnesia severa y confabulaci¨®n y, si no fuera por alguna dudosa licencia cinematogr¨¢fica, estar¨ªa bien retratada en la pel¨ªcula Memento, de Christopher Nolan.
Hemos hablado de las cogorzas, el abuso de alcohol y el alcoholismo. Pero ?esto afecta igualmente al consumo ponderado de vino o cerveza, tan arraigado en culturas ancestrales como la mediterr¨¢nea? ?Deleitarse en las comidas con un cabernet sauvignon resulta realmente tan nocivo? No tenemos evidencia para contestar con rotundidad. Algunos autores proponen un efecto no lineal dosis-respuesta en forma de J, de forma que un consumo m¨ªnimo puede ser incluso protector para la salud y el excesivo se convierte en un riesgo. Otros recomiendan la abstinencia general, porque es f¨¢cil deslizarse de un tipo de consumo a otro, sobre todo algunas personas vulnerables. La ciencia tardar¨¢ unos a?os en responder, pero, mientras, podemos especular. Si tienen cu?ado, preg¨²ntenle. Hay en marcha varios estudios a gran escala y si el lector quiere participar en uno liderado por Miguel ?ngel Mart¨ªnez-Gonz¨¢lez, catedr¨¢tico de Medicina Preventiva de la Universidad de Navarra y catedr¨¢tico adjunto de la Universidad de Harvard, puede hacerlo en este enlace. Buscan hombres de m¨¢s de 50 a?os y mujeres de m¨¢s de 55 que tengan un consumo social o moderado de alcohol, y participar en un estudio cient¨ªfico puede suponer contribuir c¨ªvicamente a iluminar un poco nuestras tinieblas de conocimiento. Les animo a ello.
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