No empujemos a los ni?os y ni?as a que abandonen el deporte
Los centros educativos est¨¢n obligados a fomentar y mantener unos niveles de actividad f¨ªsica saludable para contribuir a conseguir unos adultos activos en el futuro
El n¨²mero de adolescentes que no practica ning¨²n deporte en nuestro pa¨ªs es preocupante. Pregonamos las bondades del deporte, pero, sin embargo, no somos capaces de convencerles para que lo practiquen, y cuando lo hacen, en muchas ocasiones, les empujamos para que lo abandonen. Pareciera que solo nos gusta trabajar con aquellos que lo hacen muy bien, es como si un profesor solo deseara trabajar con los alumnos m¨¢s brillantes de su clase. Pero nada mejor que una peque?a historia para entenderlo.
Nuestra protagonista es una adolescente de 15 a?os que lleva disfrutando del deporte desde temprana edad. Su experiencia comenz¨® a los cuatro a?os con actividades variadas como la nataci¨®n, la m¨²sica, el baile moderno, el ballet y el tenis de mesa, siendo a los nueve a?os cuando se decide por el baloncesto. Su familia siempre le anim¨® a que disfrutara de sus diferentes actividades deportivas, sin forzarle a elegir una u otra, siendo ella qui¨¦n manifest¨® sus preferencias, optando por el baloncesto desde los nueve hasta los 15 a?os.
Ha competido federativamente con diferentes niveles de exigencia en cada temporada. Sin embargo, tras comenzar su s¨¦ptima temporada, diversas sombras y dudas le asaltan. Sus reflexiones comenzaron al volver a casa despu¨¦s de un entrenamiento. ¡°Pap¨¢, esto ya no me parece divertido¡±, le dijo a su padre, seguido de ¡°entrenamos mucho haciendo siempre lo mismo, el entrenador no conf¨ªa en mi¡±, ¡°soy la peor del equipo¡±, ¡±llevo muchos a?os jugando y no soy buena, casi no s¨¦ tirar a canasta¡±, ¡±el equipo est¨¢ dividido en dos grupos, ya no es lo mismo que la temporada pasada¡±, seguido de otras reflexiones externas al deporte como ¡°no tengo tiempo para estudiar¡± o ¡°no puedo quedar con mis amigas/os ning¨²n fin de semana por el baloncesto¡±.
Para cualquier padre o madre que quiere que sus hijos disfruten practicando deporte, escuchar que su hijo o hija le manifiesta que lo que hace ya lo no le divierte y que las causas de esta falta de diversi¨®n es que est¨¢ dejando de jugar, de participar y que no es considerado por su entrenador, es algo muy duro.
?Por qu¨¦ nos empe?amos en resaltar las bondades educativas y formativas del deporte si la cruda realidad es otra? Debi¨¦ramos recordar que, cuando los ni?os se acercan al deporte, son cuatro sus necesidades b¨¢sicas: ser tratados como ni?os que son, ser tenidos en cuenta por sus entrenadores y por sus padres, disfrutar haciendo deporte y no ser presionados de forma inapropiada. La cuesti¨®n que se plantea es ?por qu¨¦ nos empe?amos en decir que la experiencia deportiva est¨¢ cargada de valores si luego no es as¨ª?
Experiencias como la de nuestra protagonista dejan una huella que durar¨¢ de por vida y que se convertir¨¢ en un obst¨¢culo para acercarse de nuevo al deporte en su edad adulta. La infancia y la adolescencia son momentos cruciales en los que o se ama el deporte o se abandona su pr¨¢ctica. Y el abandono es un problema al que no se le debe dar la espalda. Este abandono de la pr¨¢ctica deportiva se produce de manera m¨¢s marcada en ni?as que en ni?os, y en edades m¨¢s tempranas tambi¨¦n en las ni?as que en los ni?os.
Los ni?os y adolescentes no juegan para entretener a los adultos o mantener la tradici¨®n de un club o de una familia. Hacen deporte porque les gusta y se divierten, y las experiencias deportivas que pueden vivir son las que pueden llegar a hacerles mejores personas y m¨¢s saludables. Este asunto es antiguo, no es de ahora, existe desde que se dijo que lo importante era participar. La realidad es que no es as¨ª. Para muchos padres y entrenadores lo importante es ganar.
La evidencia cient¨ªfica nos indica que un sector de los ni?os y adolescentes deja el deporte, lo abandona, y lo hace por varias razones: la presi¨®n familiar, el entorno o del entrenador; otras prioridades sociales (otras cosas que hacer) o porque buscan otro deporte como alternativa; la falta de disfrute o el aburrimiento; y la baja percepci¨®n que tienen de su competencia, las presiones internas y negativas del equipo o malas relaciones con el entrenador, a lo que hay que a?adir las lesiones o la falta de medios materiales.
En pa¨ªses como Estados Unidos, Australia o en Espa?a, alrededor del 30% de los adolescentes (13-15 a?os) deja el deporte anualmente, y este abandono, lejos de ser voluntario por una p¨¦rdida de inter¨¦s, es fruto de que los adultos les empujamos a que lo dejen, y cuando se les permite expresar las causas indican que:
1?) La actividad ya no les resulta divertida, principalmente debido a que no juegan o no les sacan a jugar en las competiciones, su entrenador no les tiene en cuenta a pesar de que entrenan mucho tiempo y, para colmo, sus compa?eros les ignoran por no ser competentes.
2?) No se perciben suficientemente buenos o no tan buenos como otros miembros del equipo, y no ven que mejoren a pesar de ir a los entrenamientos.
3?) No soportan la presi¨®n ejercida por la familia, entrenadores y/o amigos, siendo m¨¢s evidente en las ni?as. Sin olvidar los estereotipos de g¨¦nero asociados al deporte que se practica.
4?) Ven que hay otras actividades que pueden hacer mejor que ir a practicar un deporte que no les divierte.
5?) Las posibles lesiones que pueden tener porque no son capaces de responder a los requerimientos de su deporte (crecer o desarrollarse fuera del biotipo del deporte est¨¢ asociado con el abandono deportivo seg¨²n se avanza en edad, as¨ª como el efecto relativo de la edad, ya que se suelen seleccionar a los ni?os y ni?as nacidos en los primeros trimestres del a?o que est¨¢n m¨¢s desarrollados biol¨®gicamente que los nacidos en los meses finales del a?o).
Dependiendo de los deportes, las razones son las mismas o tienen sus propias peculiaridades. En deportes individuales el abandono se centra en: ¡°no mejoro mis habilidades, no me gusta competir o no puedo hacerlo con mis amigos¡±; y en deportes colectivos: ¡°no me gusta mi equipo, no me tienen en cuenta y me ignoran¡±.
Cuando el deporte es del adulto y no de los ni?os, estamos empuj¨¢ndoles a abandonar. Cuando los adultos contemplamos a los deportistas j¨®venes como un medio de satisfacer nuestros objetivos o los del club, estamos empuj¨¢ndoles a abandonar. Cuando el disfrute pasa a un segundo plano y se pone como objetivo final ganar, estamos empuj¨¢ndoles a que abandonen.
En este punto hay que destacar el peligro que supone que el deporte en las edades infantiles se est¨¦ enfocando cada vez m¨¢s hacia una especializaci¨®n temprana en un ¨²nico deporte, lo que implica unos niveles de exigencia y compromiso muy elevados, y en unas demandas f¨ªsicas, psicol¨®gicas y de nivel de juego, as¨ª como en el tiempo dedicado a entrenar y competir muy elevados, aspectos que incrementan la presi¨®n, que se hace insoportable, sin olvidar las lesiones que se producen en contextos de elevada especializaci¨®n deportiva comparados con entornos con poca especializaci¨®n deportiva (aumentando la probabilidad de lesi¨®n en un 81%). Desde hace d¨¦cadas las organizaciones m¨¦dicas, psicol¨®gicas y pedag¨®gicas han llamado la atenci¨®n sobre los peligros de la especializaci¨®n temprana.
Existe un consenso en favorecer una pr¨¢ctica deportiva diversificada que permita aumentar las experiencias de juego, la pericia, y lo que es m¨¢s importante: la motivaci¨®n intr¨ªnseca (aumentando la diversi¨®n, entretenimiento y la percepci¨®n de competencia) y la transferencia de las habilidades aprendidas de unos deportes a todos. Estos escenarios favorecen la implicaci¨®n y el compromiso de los ni?os y adolescentes, su pr¨¢ctica es m¨¢s fruct¨ªfera y psicosocialmente m¨¢s valiosa.
Devolvamos la diversi¨®n al deporte de los ni?os y adolescentes (primer factor m¨¢s se?alado por los menores de entre 7 y 15 a?os) porque con ello estaremos contribuyendo a forma futuros adultos activos, ya que estas experiencias positivas son las que mejor predicen en la edad adulta ( m¨¢s de 23 a?os), principalmente en las mujeres.
En este sentido, el papel del profesorado de Educaci¨®n F¨ªsica en la educaci¨®n primaria y secundaria es crucial, est¨¢ en sus manos favorecer una pr¨¢ctica de calidad con programas que establezcan retos personales y el progreso personal, el est¨ªmulo por competir y cooperar, aumentando sus percepciones de competencia f¨ªsica y motriz con objetivos realistas, como aprender habilidades deportivas, hacer amigos, sentirse parte del grupo, el gusto por el ejercicio y valorando el esfuerzo, lo que sin duda contribuir¨¢ a una mayor adhesi¨®n al ejercicio f¨ªsico y a la pr¨¢ctica deportiva. Los ni?os y adolescentes tiene sus derechos cuando practican deporte, y estos obligan a los adultos a olvidar sus propios objetivos en favor de los de ellos. ?Tienen derecho a practicar y entrenar en un entorno saludable que los empuje a abandonar el deporte?
Los centros educativos est¨¢n obligados a fomentar y mantener unos niveles de actividad f¨ªsica saludable para contribuir a conseguir unos adultos activos en el futuro. En este sentido el papel de la educaci¨®n f¨ªsica es fundamental, dejando de considerarla una asignatura menor. El empleo de programas deportivos en el entorno escolar es importante, programas enfocados m¨¢s hacia favorecer el desarrollo que el rendimiento. Programas en los que ni?os y adolescentes aprendan a dominar habilidades, disfrutar de sus compa?eros y a mejorar su competencia. Programas en los que ganar o perder no sean el eje central de los mismos.
Recordemos que el deporte es un espacio en el que se pueden aprender valores tanto morales como inmorales, y que no es el deporte en s¨ª lo importante en estas edades, sino las experiencias que genera. De ah¨ª la importancia de adultos sensibles y respetuosos con el desarrollo infantil, donde los escolares aprendan que el ¨¦xito tiene que ver con el esfuerzo de tratar de ser cada d¨ªa un poco mejor, como el famoso entrenador de baloncesto americano John Wooden destac¨® en muchas ocasiones: el ¨¦xito es mostrar una paz mental resultado directo de la satisfacci¨®n de saber que se hizo todo lo posible por ser mucho mejor que lo que se era.
ENF?RMATE es el espacio de EL PA?S SALUD donde hablaremos de aquellos aspectos relacionados con la actividad f¨ªsica, el deporte y la salud f¨ªsica y mental. Desde las Ciencias de la Actividad F¨ªsica y del Deporte se ha tratado de avanzar en el conocimiento cient¨ªfico sobre la importancia del movimiento y el ejercicio f¨ªsico sobre el cuerpo, as¨ª como los procesos que explican por qu¨¦ se producen ciertas adaptaciones, modificaciones o cambios a diferentes niveles (fisiol¨®gicos, anat¨®micos, motrices, emocionales o cognitivos). Este espacio persigue buscar las explicaciones cient¨ªficas que fundamenten y justifiquen los motivos tan beneficiosos de la actividad f¨ªsica y del deporte. Asimismo, se tratar¨¢ de discutir y rebatir ciertos mitos o falsas creencias existentes en la sociedad sobre temas espec¨ªficos del ejercicio f¨ªsico y la salud.
Puedes seguir a EL PA?S Salud y Bienestar en Facebook, Twitter e Instagram.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.