12 horas y media para ir de Madrid a Sevilla
La ausencia de una red de carga r¨¢pida de veh¨ªculos el¨¦ctricos convierte en una aventura llegar hasta la capital andaluza en este medio de transporte
Reto: llegar en coche el¨¦ctrico de Madrid a Sevilla. El el¨¦ctrico es un sector del mundo automovil¨ªstico que en los ¨²ltimos a?os no ha parado de efervescer con innovaciones y mejoras. Tampoco de crecer: hay previsiones de que en 2020 el parque el¨¦ctrico espa?ol multiplique por cinco las unidades que hab¨ªa en 2017 (115.000 en circulaci¨®n). El veh¨ªculo, cero emisiones, ha mostrado su eficiencia en ciudad (el 53% de los madrile?os ha usado alg¨²n veh¨ªculo el¨¦ctrico de las compa?¨ªas de sharing instaladas en la capital), pero a¨²n renquea en distancias largas.
Nissan ha cedido a EL PA?S un veh¨ªculo: un modelo Leaf de 2016. Elegante, lleno de sensores, c¨®modo. Tiene varias modalidades de conducci¨®n: una ¨®ptima para ciudad (ciclo urbano) y otra pensada para mayor recorrido (ciclo combinado).
Autonom¨ªa: 270 kil¨®metros oficiales. Es decir, que con la carga al 100% se podr¨ªan recorrer 270 kil¨®metros por carretera en condiciones id¨®neas. Pero las condiciones no siempre son id¨®neas.
El jueves 24 de enero por la ma?ana es la cita para recoger el coche. A las 11.00 arranca el viaje del centro de Madrid, desde Nuevos Ministerios. Hasta Sevilla hay casi 520 kil¨®metros por la V¨ªa de la Plata. Este camino transita de la llanura manchega a la dehesa extreme?a, para luego bordear la sierra de Aracena y llegar a la capital andaluza por la Sierra Norte de Sevilla. Las matem¨¢ticas salen: saliendo con la bater¨ªa llena (que permite recorrer 270 kil¨®metros), bastar¨ªa repostar una sola vez en el viaje y llegar al atardecer a tomar unas ca?as en la Alameda de H¨¦rcules. No es as¨ª.
Si muchos conductores de veh¨ªculos de combusti¨®n hablan de que ¡°escuchan (e incluso entienden) a su motor¡±, con el el¨¦ctrico hay tambi¨¦n que afinar los sentidos para percibir su corriente. El Nissan Leaf tiene una bater¨ªa con 40 kWh (Kilovatios hora) de capacidad (la energ¨ªa que puedes guardar en ella); es decir, de dep¨®sito. Pero al igual que pasa con la gasolina, cuando se llena el dep¨®sito no siempre se llega al mismo nivel; es decir, no siempre que se recargue se podr¨¢n llegar a realizar esos 270 kil¨®metros. Adem¨¢s, hay que tener en cuenta que toda la energ¨ªa del coche proviene de esa electricidad: la de las luces, la de la pantalla con GPS; la de la radio; la de la calefacci¨®n; la de los calentadores de espaldas; la de los sensores que tiene en los retrovisores, en el frontal y en la trasera; la de recargar el m¨®vil en el mechero... Toda. Y en un viaje de larga distancia en coche el¨¦ctrico, cada kilovatio importa: son kil¨®metros.
En noviembre de a?o pasado, el Gobierno plante¨® establecer por ley que en 2040 finalizase la venta y matriculaci¨®n de veh¨ªculos de combusti¨®n e h¨ªbridos. Una propuesta similar a la planteada por pa¨ªses como Reino Unido o Francia para reducir los niveles de contaminaci¨®n. ¡°En 2017, el sector con mayor nivel de emisiones en Espa?a fue el del transporte: 26%; seguido del de la generaci¨®n de electricidad: 20%¡±, seg¨²n el Inventario Nacional de Emisiones a la Atm¨®sfera 2019 del Gobierno. El a?o pasado el parque automovil¨ªstico se repart¨ªa entre 59% gasolina; 35% di¨¦sel; 6% h¨ªbridos y el¨¦ctricos. Con arreglo a la norma propuesta, dentro de 21 a?os ese reparto tendr¨ªa que mutar: la movilidad deber¨ªa ser principalmente el¨¦ctrica.
El tr¨¢fico se mueve fluido bajo el c¨¢lido, aunque invernal, sol madrile?o. El marcador del ordenador de a bordo brilla: 243 kil¨®metros. Est¨¢ cargado al 98%. El viaje se ha dividido en tres tramos: Madrid-Talavera de la Reina (108 kil¨®metros); Talavera-M¨¦rida (237 kil¨®metros); y M¨¦rida-Sevilla (190 kil¨®metros). Cada una de las paradas coincide con un concesionario de Nissan, donde tienen surtidores para las recargas.
La energ¨ªa el¨¦ctrica (y su suministro) reina en el mundo contempor¨¢neo. Lo evidencia la ansiedad que produce ver el indicador de carga al 1% en la pantalla del m¨®vil; los cargadores en transportes p¨²blicos, aeropuertos, o bares; las bater¨ªas externas cada vez m¨¢s peque?as a la par que poderosas. A pesar de que encontrar una toma de corriente es f¨¢cil, no todas sirven igual para cargar un coche el¨¦ctrico.
Hay tres maneras de recuperar la energ¨ªa del motor. La m¨¢s lenta y accesible es la convencional, en un enchufe de dos clavijas. En 12 o 14 horas carga la bater¨ªa entera. La semir¨¢pida (con un enchufe m¨¢s grande), que se realiza en los postes instalados en concesionarios, aparcamientos municipales, supermercados, hoteles o restaurantes... Recarga en unas seis horas. Y la r¨¢pida, que en poco m¨¢s de una hora carga hasta un 98% de la bater¨ªa. Para usar la lenta y la semir¨¢pida hay que llevar sendos cables, imprescindibles en un viaje.
Justamente eso ocurri¨® en un viaje anterior, en noviembre, cuando surgi¨® la idea del reportaje. Unos d¨ªas antes, el Gobierno hab¨ªa anunciado su propuesta de acabar con la venta de motores de combusti¨®n en 2040. En esa ocasi¨®n, el viaje acab¨®, pasada la medianoche, con un conductor de gr¨²a, un fot¨®grafo y un periodista en el parador de Oropesa, donde ten¨ªan cargador lento. El coche ¡ªalquilado en una de las dos empresas de alquiler de veh¨ªculos que ofrecen el servicio¡ª no inclu¨ªa adaptador universal. Con 10 kil¨®metros en la bater¨ªa y sin posibilidad de recargar, el coche acab¨® en Toledo. Tiempo de viaje: 9 horas y 15 minutos. Hora de salida: 17.15. Hora de regreso: 02.30.
En ese primer intento de llegar a Sevilla encontramos en la ruta dos electrolineras, una en Castilla-La Mancha y otra en Extremadura. Ambas con surtidores para m¨²ltiples entradas. Ninguna pod¨ªa a¨²n ofrecer energ¨ªa a sus clientes. ¡°Se necesita un permiso [de distribuidor de energ¨ªa] de la Junta y a¨²n lo estamos esperando¡±, contaba uno de los trabajadores. Dos meses y medio despu¨¦s, en un nuevo intento de llegar a la capital andaluza, ambas siguen inactivas. La ley que propon¨ªa el Ejecutivo tambi¨¦n obligar¨ªa a instalar puntos de recarga el¨¦ctrica en las estaciones de servicio. Esa escasez de electrolineras es un factor muy limitante para los viajes en coche el¨¦ctrico. Conscientes de este problema, los fabricantes de veh¨ªculos est¨¢n creando su particular red de distribuci¨®n nacional: est¨¢n instalando en sus concesionarios postes de suministro no solo semir¨¢pido sino tambi¨¦n r¨¢pido. ¡°La idea es ofrecerlo en todos los concesionarios¡±, explican en Nissan. Entre Madrid y Sevilla hay varios.
Son las 12.40. El cielo despejado ilumina un pol¨ªgono a las afueras de Talavera de la Reina, a unos 100 kil¨®metros de Madrid. Tiene poste semir¨¢pido. En reserva, 108 kil¨®metros. No salen las cuentas: 243-100= 143. Parece que en torno a un 15% de la electricidad ha desaparecido. En realidad, se ha consumido: el viento en contra aumenta el gasto de energ¨ªa. Las cuestas, a¨²n m¨¢s. La calefacci¨®n tambi¨¦n resta.
Han pasado casi tres horas. El dep¨®sito sigue cargando: marca 205 kil¨®metros. No es suficiente para llegar a M¨¦rida, donde hay un cargador r¨¢pido. Son las 15.40 y el tiempo apremia: los concesionarios en los que hay que recargar el coche tienen horario. De lunes a viernes, de 9.00 a 13.30 y de 15.30 a 19.00. Los s¨¢bados solo por la ma?ana. Nota mental: salir siempre pronto y evitar viajar en fin de semana.
La ruta contin¨²a, pero hay que buscar una parada extra: la energ¨ªa no llega. Empieza a atardecer en el restaurante La Majada, cerca de Trujillo. Un grupo de amigos toma gin tonics en las mesas de la terraza. Al fondo, en el parking, el coche est¨¢ recarg¨¢ndose. El local no se anunciaba con un cartel en la carretera de Extremadura sino que aparec¨ªa en la app Electromaps, que geolocaliza puntos de recarga cercanos (la aplicaci¨®n calcula que hay en torno a 2.800 activos en Espa?a). Funciona de manera colaborativa: los propios usuarios marcan los puntos y los describen. Suelen poner los tel¨¦fonos de los establecimientos: es recomendable llamar al destino para comprobar si se puede recargar. "S¨ª, aqu¨ª, en La Majada, tenemos cargador", responde una chica al tel¨¦fono, "pero no tenemos cable".
La parada extra dura algo m¨¢s de hora y media: la carga sube hasta los 82 kil¨®metros. Hasta M¨¦rida ¡ªel siguiente punto para recargar¡ª son 89. En carretera, el coche puede recuperar parte de la energ¨ªa si se le deja que frene solo, jugando con el punto muerto y con la directa (la marcha hacia delante). En cualquier caso, hay que ahorrar energ¨ªa. Climatizador apagado. La pantalla, donde se pueden ver el GPS o los flujos de energ¨ªa, mejor en fundido a negro. La radio... Ya que la temperatura ser¨¢ la ambiente, al menos que haya m¨²sica. Adem¨¢s, al salir el reloj marca las 19.00. El concesionario con cargador r¨¢pido cierra a las 19.30. Por suerte, "parte del equipo del departamento de ventas se suele quedar hasta m¨¢s tarde¡±, explican por tel¨¦fono.
¡°Bater¨ªa baja. Busque un puesto de carga¡±, exclama el coche a trav¨¦s de un mensaje en el ordenador de a bordo. Para enfatizarlo, el veh¨ªculo da un leve frenazo. Quedan tres kil¨®metros para el punto de recarga de M¨¦rida. Nervios. Al filo de las 20.00 el coche est¨¢ enchufado de nuevo. En una hora y media la bater¨ªa se llena: de nuevo marca 98% y otros 240 kil¨®metros. A Sevilla hay 190. Haciendo cuentas, sobran 50. La radio sigue encendida. Las luces, obligatoriamente. Hay energ¨ªa: la calefacci¨®n, tambi¨¦n.
Son las 22.30: 7 grados en la sierra, al norte de Sevilla. Las pendientes, las colinas y el fr¨ªo han consumido parte del recorrido extra del veh¨ªculo. Los carteles que anuncian Sevilla sincronizan sus kil¨®metros con los de la pantalla del coche: ambos rozan los 90. Algo m¨¢s de una hora despu¨¦s, a las 23.40 y ya en Sevilla, el coche a¨²n tiene 10 kil¨®metros de reserva. En total han sido 12 horas y 40 minutos para cubrir 520 kil¨®metros. Eso s¨ª, cero emisiones contaminantes y cero euros invertidos en llenar el dep¨®sito (en la mayor¨ªa de establecimientos que ofrecen carga basta con ser cliente). El veh¨ªculo vuelve a estar enchufado, cargando. Ma?ana hay que hacer el camino de vuelta.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.