?tica para ¡®postmillenials¡¯ y responsabilidad educativa
La Red Espa?ola de Filosof¨ªa reclama en esta carta a la ministra Cela¨¢ que ?tica sea una materia com¨²n en 4? de la ESO
La ?tica es el ¨¢mbito m¨¢s adecuado en el que abordar los retos actuales que impactan en la vida de las personas adolescentes. No s¨®lo la hace imprescindible su bagaje cl¨¢sico de reflexi¨®n sobre la vida humana como vida examinada, sino tambi¨¦n su tradici¨®n dial¨®gica y sus herramientas para la deliberaci¨®n. En lo que sigue, presentamos cuatro l¨ªneas de propuestas, avaladas por las ¨¦ticas aplicadas ¡ª¨¦tica de los medios de comunicaci¨®n, ¨¦tica digital, bio¨¦tica y eco¨¦tica¡ª, al servicio de los retos que enfrentan los llamados postmillenials: unas generaciones en las que los impactos medi¨¢ticos y tecnol¨®gicos ya han sido ¡°naturalizados¡± y que se enfrentan a la convulsa realidad del siglo XXI. Son propuestas concretas para un futuro curr¨ªculo de ?tica en 4? de la ESO.
Vivimos en un mundo parad¨®jico en el que la informaci¨®n ha devenido, primero, en saturaci¨®n para luego trocarse en desinformaci¨®n. Los focos de emisi¨®n que manufacturan noticias falsas y las propuestas de ¡°hechos alternativos¡±, la llamada postverdad, se han multiplicado en los nuevos ecosistemas medi¨¢ticos. La vida hiperconectada de los adolescentes los hace especialmente vulnerables a los cantos de sirenas de los nuevos charlatanes y gur¨²s que pueblan Internet. Para prevenirlos debemos retomar la distinci¨®n filos¨®fica cl¨¢sica entre Apariencia y Realidad ¡ªque surgi¨® en la pol¨¦mica de Plat¨®n contra los Sofistas¡ª y ponerla al d¨ªa enfrentando la caverna medi¨¢tica.
A d¨ªa de hoy, informarse es un ¡°trabajo¡± y reviste las formas de la investigaci¨®n, a veces, detectivesca, a veces, acad¨¦mica, en la que hay que validar las fuentes y determinar si sus intereses son espurios. Las capacidades y el entrenamiento para atribuir a las fuentes credibilidad y el saber contrastar informaciones es un trabajo de razonamiento y filtro cr¨ªtico que supone socavar la natural credulidad que todos albergamos. Requerimos de dosis adecuadas de escepticismo. Los que llama Javier Echeverr¨ªa ¡°se?ores del aire¡±, y que est¨¢n tras los buscadores y las redes sociales ¡ªGoogle, Facebook, Instagram, etc¨¦tera¡ª, han entregado a la publicidad y, en determinadas ocasiones, a los intereses pol¨ªticos manipuladores sus entornos y herramientas. No s¨®lo hay que explicar c¨®mo funciona el complejo tecno-ecosistema informativo, sino tambi¨¦n practicar una ¨¦tica aplicada en la que el alumnado reflexione sobre los l¨ªmites ¨¦ticos y los c¨®digos deontol¨®gicos que orientan y limitan el trabajo del periodismo. La ¨¦tica de los medios de comunicaci¨®n es una herramienta b¨¢sica porque, hoy, todos damos testimonio, subimos fotograf¨ªas o videos y viralizamos contenidos. Debemos deliberar acerca de d¨®nde est¨¢n los l¨ªmites porque no todo vale. La difamaci¨®n, la calumnia, el contribuir a injustificados ¡°p¨¢nicos morales¡±, el difundir bulos, el amarillismo sensacionalista son, entre muchos otros temas, fundamentales en la educaci¨®n de los adolescentes con el fin de prevenirlos y protegerlos.
Un nuevo y decisivo asunto es el de la gesti¨®n responsable de la identidad virtual y de la interacci¨®n social en la era digital. Desde el anonimato que sirve para saltarse las normas m¨ªnimas de cortes¨ªa a la hora de comunicarnos hasta la erosi¨®n y casi eliminaci¨®n de la privacidad ¡ªahora se habla de ¡°extimidad¡±¡ª, pasando por la reflexi¨®n de lo que significa exponer im¨¢genes y contenidos que pueden ser utilizados contra ti mismo o contra otros y otras ¡ªel ciberabuso y la ciberviolencia¡ª, son asuntos candentes que se tienen que abordar desde el marco de la ¨¦tica interpersonal en los nuevos medios de interacci¨®n, desde los chats de whatsapp a los canales de Youtube. El viejo Arist¨®teles reflexion¨® sobre la philia, sobre la amistad y los v¨ªnculos con los otros ciudadanos. La educaci¨®n moral se ejerc¨ªa en la relaci¨®n de convivencia y en la misma ciudad, la polis, buscando el bien com¨²n. Hoy es indudable que hay que poner al d¨ªa el acervo cl¨¢sico y reflexionar sobre los riesgos personales, sociales y pol¨ªticos de los nuevos entornos tecnol¨®gicos. La ¨¦tica digital es reciente, pero es imprescindible para los educadores de hoy. Hemos de considerar si el principio moral de no da?ar, ni a los otros ni a uno mismo, es compatible con el impulso espont¨¢neo de la inmediatez que propician las redes.
Si nos damos cuenta, el clicar likes es un acto casi autom¨¢tico en el que no cabe el espacio y el tiempo del pensamiento, del di¨¢logo con uno mismo. Detener el impulso de la respuesta autom¨¢tica y empezar a pensar es hoy un triunfo, incluso para los adultos. Debemos, finalmente, reflexionar sobre la conveniencia de propiciar el rito cotidiano de la desconexi¨®n de la vida ¡°on line¡±, porque si vivimos siempre conectados y recibiendo contenidos al final nuestra corriente de conciencia puedennquedar colonizada por el flujo de noticias y mensajes. La hiperconectividad puede dejarnos sin tiempo para la relaci¨®n con uno mismo, que es el n¨²cleo de la vida ¨¦tica, de una vida examinada desde el di¨¢logo interior entre las razones y las pasiones. Tomarse las cosas con filosof¨ªa es, en nuestro vertiginoso mundo, m¨¢s necesario que nunca para poder preservar la autonom¨ªa personal.
Otro de los aspectos m¨¢s importantes del debate ¨¦tico actual es el que tiene que ver con la evoluci¨®n de la medicina y las biotecnolog¨ªas. La pol¨¦mica sobre la posibilidad de editar gen¨¦ticamente a embriones est¨¢ sobre el tapete y los principios de la bio¨¦tica ¨Cla no maleficencia (no da?ar), la beneficencia, la autonom¨ªa y la justicia- se enfrentan a las utop¨ªas o distop¨ªas de las posiciones transhumanistas que buscan no s¨®lo alargar la vida humana sino ¡°mejorarla¡± con el concurso de diversas tecnolog¨ªas. Desde la tecno-reproducci¨®n hasta la bioingenier¨ªa y la monitorizaci¨®n v¨ªa app de la propia salud, la revoluci¨®n biotecnol¨®gica avanza y necesita ser confrontada con la reflexi¨®n filos¨®fica. Los adolescentes, debido a nuestra Ley de Autonom¨ªa del Paciente, a partir de diecis¨¦is a?os pueden tomar decisiones sobre procedimientos m¨¦dicos y quir¨²rgicos, por ello es muy importante que sepan lo que implica la traducci¨®n de la libertad, de la autonom¨ªa, en un Consentimiento Informado tras el debate con los profesionales sanitarios. La salud en la adolescencia es, desgraciadamente, un tema arrinconado tanto por nuestro sistema sanitario ¨Cdesde la mental hasta la sexual y reproductiva pasando por el problema de las adicciones-, pero, tambi¨¦n, por el sistema educativo que no enfrenta el pensar la responsabilidad que todos tenemos por nuestros propios cuerpos. La bio¨¦tica nos proporciona herramientas pr¨¢cticas para abordar, ajust¨¢ndonos a la edad de los adolescentes y de forma deliberativa y no doctrinaria, un abanico de problemas que es fundamental para advertir sobre los peligros de los trastornos alimentarios, las adicciones y los riesgos f¨ªsicos y mentales a los que est¨¢n expuestos en una sociedad que los seduce con enga?osas publicidades para propiciar consumos impropios. Pensemos en la extrema vulnerabilidad de los adolescentes, como importante y muy rentable segmento de consumidores que es, a estrategias publicitarias en torno a la alimentaci¨®n (comida basura), la moda (y sus est¨¢ndares de belleza) o los juegos de azar (rep¨¢rese en la reciente proliferaci¨®n de locales de apuestas deportivas repletos de j¨®venes). El escrutinio cr¨ªtico de los h¨¢bitos cotidianos siempre ha sido tarea de la ¨¦tica.
Finalmente, la ¨¦tica contempor¨¢nea ha tenido que enfrentar la crisis ecol¨®gica global y local que ya llevamos d¨¦cadas sufriendo. Las sensibilidades en relaci¨®n con la naturaleza, la movilidad o los animales se est¨¢n reconfigurando a pasos agigantados y muchas veces las generaciones m¨¢s j¨®venes nos dan lecciones a las mayores. Enfrentamos las incertidumbres de las transiciones energ¨¦ticas y la necesidad de reconsiderar muchos de nuestros patrones de conducta cotidiana, colectiva e individual, porque nuestros h¨¢bitos suponen una huella, una carga lesiva para el planeta. La necesaria reflexi¨®n sobre el ¡°principio de precauci¨®n¡±, el respeto a la naturaleza y el concepto de ¡°sostenibilidad¡± exige que el alumnado pueda analizar en las aulas las nuevas propuestas morales, como la ¡°¨¦tica del cuidado¡± del mundo en el que habitamos y del que dependemos. Frente a los negacionistas del cambio clim¨¢tico y otros riesgos ecosociales, la ciencia nos proporciona los hechos y la prospectiva, pero las acciones a realizar son un asunto ¨¦tico y pol¨ªtico que nos enfrenta a la responsabilidad por nuestro hogar terrestre.
Todos los aspectos que hemos se?alado necesitan de schol¨¦, de espacio y tiempo compartido para el aprendizaje y la reflexi¨®n en la adolescencia, y por ello creemos que es imprescindible la ?tica en la ense?anza obligatoria.
Mar¨ªa Jos¨¦ Guerra. Catedr¨¢tica de ?tica y Filosof¨ªa Pol¨ªtica de la Universidad de La Laguna. Presidenta de la Red Espa?ola de Filosof¨ªa; Esperanza Rodr¨ªguez Guill¨¦n. IES Margarita Salas, Majadahonda, Madrid. Presidenta de la Comisi¨®n de Educaci¨®n de la REF; Carme Ad¨¢n. Instituto Polit¨¦cnico de Vigo; Antonio Campillo. Catedr¨¢tico de Filosof¨ªa de la Universidad de Murcia; V¨ªctor Berm¨²dez. IES Santa Eulalia, M¨¦rida, y ?ngel Vallejo. IES Alf¨¤begues, B¨¦tera, Valencia.
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