La mujer ya es el pilar econ¨®mico de un tercio de los hogares, y no solo por la crisis
El aumento del nivel educativo y del n¨²mero de familias monoparentales han cambiado los patrones de consumo, seg¨²n un informe
Las mujeres se han convertido en el pilar econ¨®mico fundamental de muchas familias: en 2017 fueron el principal soporte de las finanzas dom¨¦sticas en m¨¢s de un tercio de los hogares espa?oles, casi tres veces m¨¢s que en 1980, cuando el porcentaje se situaba en el 13,7%. Esta es una de las principales conclusiones del estudio Patrones de consumo en los hogares espa?oles: evoluci¨®n hist¨®rica [1973-2017] e impacto de la crisis de 2007, elaborado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Econ¨®micas (Ivie) y la Fundaci¨®n Ram¨®n Areces, que ha sido presentado este jueves en Madrid.
¡°La mujer se ha incorporado masivamente a los estudios medios y superiores y al mercado de trabajo¡±, ha detallado Joaqu¨ªn Ald¨¢s, investigador del Ivie y catedr¨¢tico de la Universitat de Valencia. La raz¨®n?de este cambio no se encuentra solo en la crisis y los estragos que esta caus¨® en el empleo, sino en un c¨®ctel de variables resultado de una evoluci¨®n socio-econ¨®mica empezada hace 40 a?os.
Ald¨¢s, coautor del estudio junto a la economista del Ivie Marta Solaz, ha mencionado por un lado?la progresiva mejora de los niveles educativos?y del acceso a la ense?anza secundaria tambi¨¦n para las mujeres, clave para lograr trabajos mejor remunerados; por otro, la ca¨ªda de la natalidad y el incremento de la esperanza de vida y de las familias monoparentales (la mayor¨ªa de mujeres). Mientras los hogares?de cinco o m¨¢s miembros van camino de desaparecer,?las familias de una o dos personas ya son las m¨¢s numerosas?(del 28,9% de 1980 al 56% de 2017). Seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica, en 2018 hab¨ªa 4.732.000 hogares unipersonales.
Es as¨ª que, en los ochenta, la mujer era la principal fuente de ingresos solo en un 13,7% de los hogares, en su mayor¨ªa ancianas que se hab¨ªan quedado viudas y cuyos hijos, si los ten¨ªan, hab¨ªan abandonado la casa familiar. En el lado opuesto estaban las menores de 34 a?os: en esa ¨¦poca, constitu¨ªan el pilar econ¨®mico del hogar solo en un 9% de los casos. Hoy en d¨ªa la instant¨¢nea se ha transformado: las mayores de 65 a?os siguen siendo el grueso de las familias donde la mujer es el principal pilar econ¨®mico (39,7%), pero el peso de las f¨¦minas ha crecido en todas las franjas de edad. Actualmente, las menores de 34 a?os son que m¨¢s aportan a las finanzas dom¨¦sticas en un 33,7% de los casos, las de 35 a 50 a?os en el 30,9% (frente al 7,4% en 1980), y las de 51 a 64 son el principal sustento de un tercio de las familias (el 13,2% en 1980).
En resumen: vivimos m¨¢s solos y tenemos menos hijos. Esta ¨²ltima variable tiene un peso importante, ya que es una de las grandes causas de?discriminaci¨®n laboral para las mujeres. Varias investigaciones apuntan a que existe una penalizaci¨®n maternal que ampl¨ªa la brecha salarial de g¨¦nero y que, junto con otros desfases ¡ªlos hombres tienen m¨¢s peso en sectores mejor remunerados y las mujeres acaparan la mayor¨ªa de contratos de media jornada, por ejemplo¡ª, hace que las f¨¦minas tengan menos oportunidades e ingresos que los hombres.
Cambio en el consumo
¡°La forma en la que consumimos est¨¢ muy vinculada con el nivel de estudios, no solo con la renta¡±, ha explicado Ald¨¢s:?¡°Los estudios, que se sintetizan en la clase social, son determinantes en la forma en que gastamos¡±. Seg¨²n el informe, hoy en d¨ªa en casi la mitad de los hogares quien m¨¢s aporta econ¨®micamente pertenece a la clase media, frente al 18,6% de 1980.?¡°La clase social no la construye solo la renta, hay variables como el nivel de estudios y el prestigio de la ocupaci¨®n¡±, ha continuado Ald¨¢s, quien ha a?adido que la crisis ha supuesto una importante ca¨ªda de ingresos de este colectivo. ¡°Pero no ha desaparecido¡±.
El resultado de esta transformaci¨®n social se refleja no solo en un aumento del gasto en las ¨²ltimas d¨¦cadas ¡ªsalvo durante la crisis, cuando retrocedi¨® en casi todas las categor¨ªas¡ª, sino en la manera de consumir. Desde los setenta se ha reducido el presupuesto para bienes b¨¢sicos, como alimentos y bebidas, y ha crecido el destinado a los suministros y al hogar ¡ªen un pa¨ªs donde todav¨ªa no se entiende la vivienda sin que sea de propiedad¡ª, pero tambi¨¦n en salud, ocio, bares y restaurantes.?¡°El aumento de hogares unipersonales y el mayor nivel de estudios hacen que se gaste de manera distinta¡±, ha apuntado Ald¨¢s,?¡°los hogares solitarios y las parejas sin hijos gastan m¨¢s en ocio, restaurantes... hasta que lleguen a viejos, cuando aumentan los gastos m¨¢s b¨¢sicos¡±.?
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