La revoluci¨®n invisible que busca transformar las vidas de ocho millones de ni?os mexicanos
La educaci¨®n inicial, reconocida por primera vez en M¨¦xico como un derecho universal, debe superar la falta de inter¨¦s, recursos e infraestructura para convertirse en una realidad
Mucha pol¨ªtica y poca educaci¨®n. Ese es el saldo que dej¨® la negociaci¨®n de la nueva reforma educativa en M¨¦xico, promulgada el pasado 15 de mayo. El pa¨ªs ha reconocido por primera vez la educaci¨®n para ni?os y ni?as menores de tres a?os como una obligaci¨®n del Estado. La educaci¨®n inicial llega con la promesa de trasformar las vidas de ocho millones de ni?os en el terreno afectivo, intelectual y nutricional, pero se enfrenta a la falta cr¨®nica de inter¨¦s, recursos e infraestructura para ser una realidad.
Se calcula que alrededor de 850.000 ni?os menores de tres a?os, solo el 10% de la poblaci¨®n objetivo, reciben alguna estimulaci¨®n temprana. En realidad, no existe un dato oficial porque a¨²n no es reconocido a la par que los otros niveles educativos y porque los servicios se ofrecen en una red desperdigada para hijos de trabajadores del sector p¨²blico y privado, as¨ª como para una ¨ªnfima minor¨ªa que puede pagar estancias privadas que rondan los 2.000 pesos de inscripci¨®n, m¨¢s de 10 salarios m¨ªnimos. "En M¨¦xico, los ni?os de 0 a 3 a?os son invisibles", se?ala Guadalupe Elizondo, que dirigi¨® el ¨¢rea especializada de la Secretar¨ªa de Educaci¨®n P¨²blica entre 1976 y 1993. "Tenemos un archipi¨¦lago de instituciones incomunicadas y no existe una cabeza que coordine, eval¨²e el impacto y lleve el control de ni?os atendidos", agrega la especialista.
En un pa¨ªs azotado por la violencia y la desigualdad; en el que 21 millones de personas menores de 18 a?os son pobres; en el que uno de cada cinco ni?os padece desnutrici¨®n, y en el que casi un mill¨®n de j¨®venes entre 5 y 17 a?os no puede asistir a la escuela porque se dedica exclusivamente a tareas dom¨¦sticas, seg¨²n Naciones Unidas, una revoluci¨®n invisible promete un cambio radical. Poner en el centro a los que apenas aprenden a hablar, garantizar los derechos de quienes no pueden manifestarse, dar un punto de partida parejo a los m¨¢s vulnerables. La teor¨ªa est¨¢ lista, pero no ha habido un salto a la pr¨¢ctica. "Hay un trabajo enorme por hacer, pero es una oportunidad ¨²nica", sentencia Elizondo.
El pa¨ªs destina menos del 2% del presupuesto para Educaci¨®n en atenci¨®n a la primera infancia. Este a?o se han invertido 4.553 millones de pesos (230 millones de d¨®lares), con una adenda de 800 millones (40 millones de d¨®lares) para expandir la cobertura. La cifra aumenta sustancialmente si se consideran los m¨¢s de 13.000 millones de pesos (650 millones de euros) que el Gobierno destina a las guarder¨ªas, pero esto da cuenta de otro problema. "La educaci¨®n inicial siempre ha sido concebida como una prestaci¨®n para las madres trabajadoras, no como un derecho de los ni?os", apunta Elisa Bonilla, encargada de la estrategia nacional del Gobierno anterior. "Siempre se ha hablado de guarder¨ªas, pero los ni?os no son bultos para andarlos guardando", ironiza Elizondo.
El presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, caus¨® pol¨¦mica a inicios de a?o tras anunciar el cierre de estancias infantiles financiadas, una red de centros subvencionados por la Secretar¨ªa de Bienestar para ciudadanos sin seguridad social, que atend¨ªan a casi 310.000 ni?os. La educaci¨®n inicial tampoco estaba contemplada originalmente en la reforma que hab¨ªa propuesto L¨®pez Obrador, en la que destacaba el acceso universal a la educaci¨®n superior y la creaci¨®n de 100 universidades. M¨¦xico ya invierte hasta cuatro veces m¨¢s por cada universitario que por cada alumno de preescolar. "Los dos grandes cuellos de botella son el paso a primaria y la educaci¨®n media superior", advierte Marco Fern¨¢ndez, profesor del Tecnol¨®gico de Monterrey.
El propio Gobierno calcula que m¨¢s de m¨¢s de un mill¨®n de estudiantes dejan cada a?o las aulas y solo un 17% de los j¨®venes mexicanos llega a la universidad, seg¨²n la OCDE. "El ¨¦nfasis est¨¢ en los universitarios porque votan", lamenta Fern¨¢ndez.
La nueva Ley de Educaci¨®n establece que el Congreso mexicano tiene hasta noviembre pr¨®ximo para impulsar la Estrategia Nacional para la Primera Infancia que garantice recursos suficientes para brindar la atenci¨®n, capacitar a m¨¢s personal especializado y coordinar una inmensa red de servicios p¨²blicos. No habr¨¢ planes concretos hasta que se trace esa hoja de ruta. Los especialistas advierten, sin embargo, que lo m¨¢s importante es entender que no se trata de construir m¨¢s guarder¨ªas o delinear planes de estudio r¨ªgidos. "La idea no es meter a un mont¨®n de ni?os en un aula de un d¨ªa para otro, se trata de trabajar con las familias e impulsar un verdadero cambio de paradigma en el Gobierno, las organizaciones civiles y, sobre todo, los padres", afirma Bonilla.
Ser queridos, comer bien, recibir atenci¨®n m¨¦dica adecuada y abrirse paso al mundo de forma l¨²dica y creativa durante los 1.000 primeros d¨ªas de vida marca un antes y un despu¨¦s en la vida de los ni?os. "Tiene una repercusi¨®n profunda sobre el desarrollo del cerebro e influye sobre el aprendizaje, la salud, el comportamiento y, a la larga, las relaciones sociales del adulto y sus ingresos", expone la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. "Es la mejor manera de romper los ciclos intergeneracionales de desigualdad y de pobreza que afectan a M¨¦xico", se?ala Unicef. Se podr¨ªa citar a decenas de organismos internacionales, especialistas de las mejores universidades del mundo y las experiencias exitosas en otros pa¨ªses. "Nunca sobran los diagn¨®sticos, pero es momento de pasar a la acci¨®n", opina Bonilla. Sin planes de gran alcance ni inter¨¦s ni recursos, ocho millones de ni?os mexicanos seguir¨¢n en las sombras.
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