¡°En salud ustedes mandan, pero no saben¡±: los cient¨ªficos piden decisiones basadas en la evidencia
Las principales sociedades del pa¨ªs reclaman a los gobernantes que abandonen la disputa partidista para la toma de decisiones
Parques cerrados y bares abiertos. Esta imagen ¡ªque la Comunidad de Madrid propici¨® cuando confin¨® perimetralmente los primeros barrios y tambi¨¦n se pudo ver en algunos momentos de la desescalada¡ª ilustra muy bien los constantes ejemplos que la epidemia de covid est¨¢ dejando de decisiones tomadas por pol¨ªticos sin aval cient¨ªfico. Los gobernantes tienen la ¨²ltima palabra en el dif¨ªcil equilibrio que supone cuidar la salud de la poblaci¨®n manteniendo en lo posible la econom¨ªa mientras un contagioso virus circula por el mundo. Pero con frecuencia se han olvidado los criterios t¨¦cnicos para imponer medidas dictadas m¨¢s por t¨¢cticas partidistas y c¨¢lculos populistas que por la evidencia disponible. Un total de 55 sociedades cient¨ªficas han vuelto a dar este domingo un golpe en la mesa para reclamar que sea el mejor conocimiento disponible, y no los jefes de los gabinetes, el que dicte el rumbo para luchar contra el coronavirus.
En salud, ustedes mandan pero no saben, se titula el manifiesto suscrito por las principales sociedades cient¨ªfico-m¨¦dicas del pa¨ªs, que agrupan a 170.000 profesionales sanitarios. ¡°Acepten, de una vez, que para enfrentarse a esta pandemia las decisiones dominantes deben basarse en la mejor evidencia cient¨ªfica disponible, desligada por completo del continuo enfrentamiento pol¨ªtico¡±, reza el primer punto de un dec¨¢logo en el que ofrecen su asesoramiento para tomar las mejores decisiones para frenar al virus.
Seguramente, el detonante para este escrito es el rifirrafe al que los espa?oles han asistido casi en directo entre el Gobierno central y la Comunidad de Madrid para establecer unos umbrales m¨ªnimos con los que confinar los municipios m¨¢s afectados y restringir m¨¢s aforos y relaciones sociales. Seg¨²n los detalles del desencuentro, que ha publicado este domingo EL PA?S, umbrales como que fueran ciudades de 100.000 habitantes las afectadas o que las UCI superasen el 35% de ocupaci¨®n con enfermos de covid fueron fruto de negociaciones pol¨ªticas (Sanidad propon¨ªa en un principio localidades de m¨¢s de 20.000 y que las camas de cr¨ªticos estuvieran por encima del 20%).
¡°Entiendo ciertos regateos si se trata de llegar a acuerdos, porque no estamos hablando de una ciencia exacta, pero siempre que finalicen alcanzando esos acuerdos. De lo contrario, es un desastre que perjudica a todos y mina la confianza de la ciudadan¨ªa¡±, asegura Ignacio Rosell, profesor de salud p¨²blica de la Universidad de Valladolid. Defiende no meter en el mismo saco a todos los pol¨ªticos; a su parecer, en muchos lugares s¨ª se han seguido los criterios cient¨ªficos, aunque hagan m¨¢s ruido los que no. ¡°El problema es que una comunidad prudente de forma aislada no evita el impacto de todas las dem¨¢s. Da la impresi¨®n de que esto ya se ha convertido en una lucha de no ser yo el confinado y que sean otros. Se est¨¢ anteponiendo el sentido pol¨ªtico a la salud p¨²blica¡±, a?ade.
El debate pol¨ªtica versus ciencia no es de blanco y negro. Pedro Gull¨®n, vocal de la Sociedad Espa?ola de Epidemiolog¨ªa ¡ªque no suscribe el manifiesto¡ª y coautor del libro Epidemiocracia, subraya, por un lado, que hay una lucha de evidencias: ¡°El campo de la econom¨ªa busca unos resultados que son distintos a los del campo de la salud y ah¨ª puede haber una contradicci¨®n. Los pol¨ªticos tienen que encargarse de encontrar el equilibrio que mejor encaja¡±. Por otro lado, recuerda que las evidencias sobre lo que hacer frente al coronavirus no son siempre muy s¨®lidas: ¡°A menudo nos basamos en experiencias previas, en lo que vemos m¨¢s sensato, pero hasta dentro de a?os no habr¨¢ estudios que muestren lo que funciona mejor en cada momento¡±.
Rafael M. Ort¨ª Lucas, presidente de la Sociedad Espa?ola de Medicina Preventiva, Salud P¨²blica e Higiene (Sempsph), una de las firmantes del manifiesto, opina que aunque no haya umbrales matem¨¢ticamente infalibles para decidir acciones, y a pesar de que la evidencia es ¡°compleja¡±, las medidas ¡°se pueden basar en criterios cient¨ªficos¡±. ¡°Cuando en la desescalada ten¨ªamos una incidencia de 40 casos por 100.000 habitantes, nos plante¨¢bamos si abr¨ªamos o no y dec¨ªamos que lo evaluar¨ªamos cada dos semanas¡±, se?ala ahora cuando la media en Espa?a es de 269,49 casos y en Madrid de 647,91. ¡°No podemos estar desde julio esperando a ver qu¨¦ pasa y discutiendo que si esto o que si lo otro. Podemos tener dudas, pero analicemos, veamos qu¨¦ medida podemos tener y vayamos evaluando¡±, reclama.
Precisamente, una de las principales negligencias en contra de la evidencia, como han afirmado 17 expertos en la revista The Lancet, ha sido no evaluar resultados. Jos¨¦ Miguel Cisneros, jefe de enfermedades Infecciosas del hospital Virgen del Roc¨ªo de Sevilla y antiguo presidente de la Sociedad Espa?ola de Enfermedades Infecciosas y Microbiolog¨ªa Cl¨ªnica, tambi¨¦n firmante del manifiesto, reflexiona: ¡°Espa?a ha sido la primera en la primera ola y primeros en la segunda. No hemos aprendido por falta de evaluaci¨®n, no se ha hecho autocr¨ªtica ni se ha usado la evidencia disponible y esto es lo que reclamamos¡±.
Decisiones sin evidencia
Desde el principio de la crisis sanitaria, por unas razones o por otras se suceden decisiones apartadas de la evidencia cient¨ªfica, aunque esta tampoco es inm¨®vil, sino que va cambiando a medida que se hacen nuevos descubrimientos. Un ejemplo es el de las mascarillas, de cuya eficacia no hab¨ªa s¨®lidas pruebas en los primeros compases, pero que ya est¨¢n fuera de todo debate. Al menos en parte, porque pa¨ªses como Espa?a obligan a llevarlas en cualquier lugar abierto, incluso sin otras personas alrededor. ¡°Esto no tiene sentido¡±, afirma Ort¨ª Lucas. ¡°Si es para que se cumpla m¨¢s donde s¨ª hace falta, que es fundamentalmente en interiores o en zonas muy concurridas, puede ser buena medida, pero esto habr¨¢ que explicarlo, y no se est¨¢ haciendo¡±, se?ala. A continuaci¨®n, otros puntos en los que se han tomado decisiones no acordes con la ciencia en los ¨²ltimos meses:
La definici¨®n de caso
Definir qui¨¦n es sospechoso de estar infectado es el primer paso clave para atajar la enfermedad, ya que solo en ellos se busca. La falta de pruebas hizo que al principio hubiera una definici¨®n muy restrictiva. Cisneros recuerda que los primeros d¨ªas solo se hac¨ªan pruebas a los que hubieran estado en China. Los infect¨®logos pidieron que se realizaran a todas las neumon¨ªas desconocidas. ¡°Si se hubiera hecho desde el principio habr¨ªamos localizado antes que el virus estaba ya en Espa?a y se podr¨ªan haber salvado vidas¡±, asegura.
Test r¨¢pidos
Con los test r¨¢pidos hubo decisiones err¨®neas desde el principio. ¡°En primer lugar se compraron sin demostrar eficacia y hubo que devolverlos. Luego se usaron para hacer cribados en la poblaci¨®n, entre sanitarios, cuando esto no es ¨²til¡±, se?ala Cisneros. Con los nuevos test de ant¨ªgenos sucede lo mismo. Se han demostrado muy ¨²tiles para detectar el virus entre personas con s¨ªntomas, pero no tanto para la poblaci¨®n general, como se est¨¢n usando en la Comunidad de Madrid.
Ciudades de menos de 100.000 habitantes
El que los umbrales de confinamiento valgan para ciudades de m¨¢s de 100.000 habitantes y no para las menores es un list¨®n ¡°arbitrario¡±, coinciden todos los consultados. ¡°Lo que hay que ver es si se conocen las cadenas de transmisi¨®n. Es cierto que en un pueblo peque?o puedes tener una incidencia muy alta y que no haga falta restricciones porque es m¨¢s f¨¢cil conocer de d¨®nde viene el brote que en una gran ciudad, pero hay que analizarlo seg¨²n el caso¡±, se?ala Ort¨ª Lucas.
Parques cerrados, bares abiertos
El cierre de parques ha sido una de las soluciones propuestas por algunas ciudades y comunidades aut¨®nomas, pese a que sabe que el riesgo de contagio es hasta 20 veces menor en exteriores. ¡°Si cierras los parques est¨¢s propiciando actividades en interiores, lo que es contraproducente¡±, se?ala Gull¨®n, que cree que no tiene sentido que el aforo de los locales de hosteler¨ªa est¨¦ igual de limitado (al 50% en los lugares que cumplan los umbrales de confinamiento se?alados en el BOE) en interiores que en la terraza. ¡°Quiz¨¢s la proporci¨®n deber¨ªa ser 75% fuera, 25% dentro. O cerrar por completo el servicio en el interior¡±, a?ade. Adem¨¢s, como apunta Rosell, hay una contradicci¨®n: ¡°Se obliga a respetar la distancia entre mesas, pero no a hacerlo entre sillas de una misma mesa¡±.
Informaci¨®n sobre el coronavirus
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