¡°Al rodar, las cosas cambian: drogas, actos sexuales no previstos, falta de protecci¨®n y sin anal¨ªticas¡±
Dinero negro, contenidos cada vez m¨¢s extremos e incluso mujeres forzadas a rodar en contra de su voluntad. El libro ¡®Pornoxplotaci¨®n¡¯, de la cineasta Mabel Lozano y el inspector Pablo J. Conellie, re¨²ne duros testimonios sobre la opaca industria del sexo
Un d¨ªa de julio de 2020, a las seis de la tarde, se empieza a formar una cola de hombres delante de un portal de Gran V¨ªa (Madrid). Algunos se saludan al verse, otros llegan y bajan la mirada para pasar inadvertidos. Uno de esos ¨²ltimos es Antonio, un profesional de ¨¦xito. Antonio est¨¢ casado y tiene una hija. Delante de ¨¦l, un chico de unos 20 a?os, brazos tatuados, se queja de que ¡°el espect¨¢culo¡± comenzar¨¢ tarde porque hay m¨¢s gente que la semana anterior. Cuando la cola empieza a moverse, se apelotonan en unas escaleras estrechas que llevan a unas oficinas, y all¨ª ense?an el DNI para demostrar que son mayores de edad y est¨¢n en lista. Son unos 50. De todas las edades y de toda clase social. Mientras van entrando en el piso, se despojan de la mascarilla, de la ropa, y sacan de sus mochilas m¨¢scaras, pasamonta?as, gafas de sol o capas, los que sacan algo; otros, van a cara descubierta. Se desnudan los 50 en donde pueden (pasillos, cuartos, un ba?o), y entran en un enorme sal¨®n. Desde hace d¨ªas, en la p¨¢gina web a la que son asiduos, se anuncia un bukkake (sexo en grupo que consiste en que varios hombres eyaculan sobre una mujer o un hombre).
Lo ¨²ltimo que vio Diana, 19 a?os, antes de subir al viejo y estrecho ascensor del portal de ese piso de Gran V¨ªa, fue el enorme cartel del musical El Rey Le¨®n. Diana lleg¨® all¨ª meses atr¨¢s empujada por su novio ¡ªun chico encantador, atl¨¦tico y con trabajo estable (funcionario de la Comunidad de Madrid)¡ª para encontrar empleo. Lo que se encontr¨® fue lo que muchas chicas en su situaci¨®n (familia desestructurada, precariedad, desesperaci¨®n): una oferta para trabajar como actriz porno. En su caso, bajo amenaza de hacer da?o a su madre si no se plegaba a los deseos del famoso ¡°empresario de cine para adultos¡±, como se present¨® el hombre con el que hizo la primera escena. "Me dijo: 'Si te portas bien s¨®lo promocionaremos el v¨ªdeo que acabamos de grabar en el extranjero; si te pones tonta, lo subiremos a Internet y ma?ana toda Espa?a lo ver¨¢¡±, declar¨® Diana en su denuncia. Pas¨® en el piso seis meses practicando sexo con hombres y con sus compa?eras de piso bajo indicaci¨®n del productor (La Rata, le llama). En una ocasi¨®n, fue la estrella de un bukkake: la encargada de beberse todo el semen de los participantes en una copa bal¨®n. En otras, simple participante.
Diana y Antonio son dos de las personas que han accedido a hablar con la directora de cine Mabel Lozano y el inspector de polic¨ªa Pablo J. Conellie, experto en trata y en ciberdelincuencia. Los dos firman un trabajo documental titulado Pornoxplotaci¨®n (Alrev¨¦s, 2020) en el que, a trav¨¦s de testimonios, abordan el consumo de pornograf¨ªa desde diferentes ¨¢ngulos (dos actores porno ¡ªuno heterosexual y otro gay¡ª, un adicto al sexo en tratamiento, dos chicas v¨ªctimas de trata, una menor de edad chantajeada por unas fotos...). ¡°Hay oferta para todo tipo de demanda, y para tener ese tipo de demanda hay much¨ªsimas personas rodando sin contrato, sin anal¨ªticas y, en algunos casos, violentadas para hacerlo¡±, explica Lozano. ¡°Y ese es el contenido y el aprendizaje que tienen millones de ni?os en todo el mundo cuando acceden por primera vez al porno: que el sexo es cada vez m¨¢s agresivo, cada vez m¨¢s extremo. Porque, como la droga, el consumo exige cada vez cosas m¨¢s extremas. Muchas ni?as creen que eso es lo que hay que hacer, te guste o no, porque es la manera de satisfacer a un chico. Dejamos la educaci¨®n sexual en manos de portales de pornograf¨ªa¡±.
Un estudio publicado en septiembre por Save the Children (1.753 chicas y chicos de entre 13 y 17 a?os) revela que que el 54,1% de los adolescentes, en su mayor¨ªa los chicos, cree que la pornograf¨ªa da ideas para sus propias experiencias sexuales. El 47,4% de los adolescentes que ha visto contenido pornogr¨¢fico ha llevado alguna escena a la pr¨¢ctica. El 12,2% de los chicos lo ha hecho sin el consentimiento expl¨ªcito de la pareja y sin que a esta le haya parecido bien, frente al 6,3% de las chicas. Para el 30% de adolescentes la pornograf¨ªa es el ¨²nico recurso para aprender sobre sexualidad y casi la mitad de las personas encuestadas echa en falta tener m¨¢s informaci¨®n sobre cuestiones afectivo-sexuales. Seg¨²n cuenta Catalina Perazzo, una de las responsables de la ONG, ¡°el peligro no es que vean pornograf¨ªa, sino que su deseo sexual se est¨¦ construyendo sobre unos cimientos irreales, violentos y desiguales propios de la ficci¨®n¡±.
Mabel Lozano lleg¨® a este trabajo, junto al inspector Coneille, tras investigar la trata de mujeres en el libro y documental Proxeneta, su anterior obra. Supo, de esta manera, que muchas de las chicas enga?adas para prostituirse tambi¨¦n lo eran para rodar escenas porno, que hab¨ªa menores a las que se les convenc¨ªa para sacarse una foto e inmediatamente eran chantajeadas exigi¨¦ndoles m¨¢s fotos y v¨ªdeos, que hab¨ªa adictos a los que el porno, con la misma potencia que la droga y el juego, les destru¨ªa la vida, y que exist¨ªa una demanda tan grande que buena parte del negocio pornogr¨¢fico se constru¨ªa con dinero negro.
¡°Enhorabuena, has sido elegido para trabajar con una de las mejores productoras de v¨ªdeos er¨®ticos del mundo. En cada v¨ªdeo que filmamos hay cuatro o cinco escenas con grupos de personas que se encuentran y terminan en una situaci¨®n sexual [¡] Como has sido seleccionado por fotos o v¨ªdeo, debes estar en las mismas condiciones en que estabas cuando se tomaron. Si hay alg¨²n cambio radical en tu aspecto (aumento de peso, p¨¦rdida de masa muscular, problemas de piel) podr¨ªamos enviarte de regreso sin que se te haga ning¨²n pago. Tendr¨¢s que acostarte y levantarte temprano. No est¨¢n permitidas las salidas nocturnas durante los d¨ªas de rodaje. Tampoco se permitir¨¢ mantener ninguna relaci¨®n sexual durante los d¨ªas de rodaje. 60 d¨ªas antes de un rodaje hay que evitar pintarse o raparse el pelo, depilar el cuerpo (menos la cara), sacar las cejas, hacerse cualquier piercing o tatuaje. Adem¨¢s de una actuaci¨®n dram¨¢tica con di¨¢logo, seguidamente presentamos una lista detallada de los actos que deber¨¢s tambi¨¦n ejecutar: besar en la boca, tocar el cuerpo de otro hombre u hombres, chupar penes, lamer culos (despu¨¦s de haber sido previamente lavados), penetrar o dejarse penetrar, correrse (eyacular) una vez diariamente. El punto n¨²mero 5 es opcional: puedes ser penetrado o penetrar, es igual. Pero es importante qu¨¦ papel prefieres antes de empezar el rodaje [¡] Recibir¨¢s 1.000 euros por el trabajo en el v¨ªdeo¡±.
La oferta le lleg¨® a Pascual, nombre supuesto, 42 a?os, que ten¨ªa la ambici¨®n ser actor porno. ¡°Puede parecer que todo est¨¢ en orden y que es un trabajo serio y que las productoras tratan de una manera profesional a los actores. Pero todo es tinta mojada¡±, cuenta . Pascual grab¨® decenas de escenas porno, algunas s¨ª precedidas de ciertas condiciones. ¡°Pero en el momento de la grabaci¨®n las cosas siempre cambian. Hay drogas, hay falta de profilaxis y falta de anal¨ªticas. Y pr¨¢cticas sexuales no previstas¡±. A veces el pago consist¨ªa en el viaje y el alojamiento, otras se pagaba en drogas. Incluso en algunas ocasiones a los actores, enganchados, ¡°les val¨ªa el hecho de colocarse durante la grabaci¨®n¡±. ¡°Yo soy seropositivo¡±, cuenta. ¡°Y mis rodajes eran con otros seropositivos, pero lo ten¨ªa que suponer, porque aunque llev¨¢bamos anal¨ªticas, a veces ni te las ped¨ªan¡±.
Pascual perdi¨® en los ¨²ltimos a?os a dos amigos, uno de ellos un compa?ero de trabajo de 20 a?os. Pascual le dijo que se fuera a casa a descansar porque esa noche cerraba ¨¦l el bar en el que trabajaban. Dos d¨ªas despu¨¦s, se lo encontr¨® a las siete de la ma?ana recostado en el portal con las llaves en la mano, muerto. Era asiduo a las chemsex, sesiones de sexo con drogas que se prolongan durante horas o d¨ªas. ¡°Siempre me dec¨ªa que ¨¦l pod¨ªa controlar. La energ¨ªa con la que se entregaba a todo le jug¨® una mala pasada¡±, cuenta Pascual. Otra muerte cercana fue la de Pedro Oliver, una celebridad del porno gay bajo el seud¨®nimo de Macanao Torres. Oliver aprovech¨® su posici¨®n de estrella para denunciar que hab¨ªa productoras que rodaban sexo anal sin preservativo y sin ense?ar las anal¨ªticas, critic¨® que se ense?ase a las nuevas generaciones a follar sin protecci¨®n y denunci¨® la cantidad de ¡°gentuza¡± que se hab¨ªa colocado a los mandos del negocio. Fue diagnosticado con un linfoma, super¨® el plazo de vida que le hab¨ªan dado los m¨¦dicos y sufri¨® diversos altibajos, hasta que el 29 de diciembre de 2019 se subi¨® a la azotea de su edificio y se tir¨® al vac¨ªo.
¡°En las chemsex al final lo que menos hay es sexo; se pone porno, m¨²sica, hay magreos, pero hay sobre todo much¨ªsima droga. Anuncian las fiestas por aplicaciones o mensajes. Es un c¨ªrculo vicioso que se prolonga desde un jueves hasta un martes, un marat¨®n de todo tipo de drogas. Acaba con tus amistades y con tu trabajo, conozco demasiados casos¡±, dice Pascual. ??l fue adicto? ¡°No, pero tuve un novio que lo era, que sab¨ªa que yo hab¨ªa sido actor porno y me trataba como tal. Un objeto sexual las 24 horas para hacer conmigo todo lo que ve¨ªa en las escenas. Un manipulador que casi me arruina la vida¡±.
Diana, la chica de 19 a?os a la que su novio envi¨®, sin ella saberlo, a una productora porno para hacer escenas, ser webcamer y prostituirse en hoteles de lujo, termin¨® siendo explotada por ¨¦l en un club de un pueblo de Murcia que acab¨® siendo clausurado por la polic¨ªa, sus responsables arrestados por delitos relacionados con la prostituci¨®n, la inmigraci¨®n ilegal y el tr¨¢fico de drogas. Ella lleva a?os tratando de que sus v¨ªdeos porno sean eliminados sin resultado: ¡°He conseguido verlos, pero soy incapaz de reconocerme¡±, cuenta a Lozano. Tras superar una depresi¨®n y aprender a convivir con las secuelas psicol¨®gicas (y f¨ªsicas: hepatitis B y gastritis cr¨®nica debido a los v¨®mitos al terminar los bukkakes), Diana se dedica a estudiar sobre pornograf¨ªa (¡°?qui¨¦nes est¨¢n ah¨ª porque quieren, y qui¨¦nes, como yo, obligadas?¡±) y a leer declaraciones de actrices porno que expliquen la realidad: las que est¨¢n encantadas, ganan dinero y se sienten empoderadas; las que sufren e incluso, como varias estrellas internacionales, terminan muriendo muy j¨®venes. Diana espera juicio contra el productor que la explot¨®, su exnovio y el intermediario que la vendi¨®. ¡°Sigo viviendo con miedo. Son malvados, poderosos, est¨¢n unidos y tienen dinero y contactos. Yo estoy pobre y sola¡±, explica en el libro.
Pascual es hoy un empresario que libera energ¨ªa en el gimnasio (de ¨¦l sale el s¨¢bado 31 de octubre por la ma?ana para atender a EL PA?S), retirado del porno y alejado de ¡°los a?os en los que disfrut¨¦, me divert¨ª y devor¨¦ los momentos que la vida puso a mi alcance; a?os en los que a pesar de haber ganado algo de dinero rodando escenas, algunas de ellas dolorosas y repletas de brutalidad, sufr¨ª contagios de varias infecciones y fui testigo de abusos laborales y sexuales¡±.
Antonio, por su parte, se separ¨® de su mujer cuando ¨¦sta descubri¨® un d¨ªa en el ordenador la en¨¦sima reca¨ªda: charlas largu¨ªsimas, de horas, con chicas de webcam. Ingres¨® en un centro de desintoxicaci¨®n de la organizaci¨®n Dale una Vuelta para adictos al sexo con ayuda de sus padres; se desenganch¨®, regres¨® con su mujer y, el pasado mes de julio, alrededor de las seis de la tarde, se puso a hacer cola en la Gran V¨ªa para participar en un bukkake junto a 49 hombres que esperaban protegidos por una mascarilla. ¡°En manos de personas con cero empat¨ªa por la vida humana la pornograf¨ªa es un virus¡±, dice Carolina, una de las protagonistas de Pornoxplotaci¨®n, en el libro.
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