La soledad de las v¨ªctimas de trata: denuncia contra la fiscal¨ªa y la polic¨ªa por no proteger a Lili

Su nombre era Lilia Ochisor, pero nadie sab¨ªa su apellido. En la calle d¡¯En Robador del Raval de Barcelona donde lleg¨® a estar hasta 20 horas diarias buscando clientes y dinero, la conoc¨ªan como Lili. La autopsia tras su muerte, ocurrida el 30 de marzo de 2019 cuando contaba con 41 a?os de edad, se?ala que se produjo de forma ¡°natural¡± por una leucemia de la que nunca fue tratada. Pero a?ade que ten¨ªa hemorragias subcut¨¢neas, m¨²ltiples fracturas e indicios de ¡°posible maltrato en diferentes momentos de su vida¡±. Una vida desgraciada y violenta, llena de miedo y dolor que las administraciones no atajaron pese a que conoc¨ªan desde hac¨ªa casi una d¨¦cada la situaci¨®n de semiesclavitud que sufr¨ªa esta mujer moldava, madre de dos hijos a los que llevaba a?os sin ver.

La organizaci¨®n Women¡¯s Link Worldwide, -centrada en los derechos de las mujeres y promotora de condenas hist¨®ricas por fallos institucionales, como el caso de ?ngela Gonz¨¢lez-, ha presentado una denuncia ¡°por actuaci¨®n negligente¡± y ¡°pasividad¡± de diferentes instituciones: la Guardia Urbana de Barcelona, los Mossos d¡¯Esquadra, el Cuerpo Nacional de Polic¨ªa y la Fiscal¨ªa Provincial de Barcelona. Les acusan de no actuar pese a que conoc¨ªan la situaci¨®n de vulnerabilidad de Lilia Ochisor casi desde que lleg¨® a Espa?a en diciembre de 2011. Es la primera que presentan por responsabilidad patrimonial en caso de trata, que supone reclamar su responsabilidad a las administraciones por un fallo del sistema. Representan a tres organizaciones que trabajaron con Ochisor cuando a¨²n estaba viva: Fundaci¨®n ?mbit Prevenci¨®, GENERA y Janet Elizabeth M¨¦rida, portavoz de la asociaci¨®n Putes Indignades.

En 2005, la mujer qued¨® viuda y a cargo de sus hijos en Ruman¨ªa, donde empez¨® a ejercer la prostituci¨®n en 2006. Los ni?os permanecieron en Ruman¨ªa, en manos de sus explotadores, que la trasladaron en 2011 a Barcelona. Se trata de un matrimonio rumano, que fueron detenidos a?os antes de su muerte pero que huyeron despu¨¦s de que falleciera y no han sido localizados. ¡°Las autoridades policiales no la identificaron oficialmente como v¨ªctima de trata porque no quiso denunciar a la red de trata y le negaron durante a?os la protecci¨®n a la que ten¨ªa derecho para presionarla a que denunciara¡±, seg¨²n se?ala Women¡¯s Link. El Convenio de Estambul reconoce el derecho de protecci¨®n a las v¨ªctimas de violencia sexual independientemente de que presenten o no una denuncia. ¡°Exigir la denuncia como condici¨®n para acceder a la protecci¨®n es una mala pr¨¢ctica, contraria a la normativa internacional y europea en materia de trata de personas, que pone en riesgo la seguridad y la vida de las v¨ªctimas. Es terrible saber que Lili pidi¨® ayuda y no fue protegida¡±, explica Gema Fern¨¢ndez, abogada de la ONG.

Las organizaciones denuncian que contra ella s¨ª que se ejerci¨® un ¡°acoso policial y administrativo¡±. En 2012, la Guardia Urbana la detuvo por encontrarse en situaci¨®n administrativa irregular pese a que eran ¡°plenos conocedores de la situaci¨®n de trata con fines de explotaci¨®n sexual¡± de la mujer. Hasta en dos ocasiones fue detenida por lo mismo, en 2014 solicitaron su internamiento en un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) y le pusieron hasta 25 multas entre 2012 y 2014 por ¡°ofrecimiento de servicios sexuales en la v¨ªa p¨²blica¡± que castiga una ordenanza municipal.

En el relato cronol¨®gico de los hechos que acompa?a a la denuncia, Women¡¯s Link enumera los indicios que mostraban a Lilia como una v¨ªctima de trata: rechazaba denunciar por miedo a que sus hijos sufrieran represalias, se conoc¨ªa la identidad de sus tratantes y hab¨ªa fotograf¨ªas de ella entreg¨¢ndoles dinero y en 2017, dos a?os antes de su muerte, presentaba signos de violencia f¨ªsica, lesiones y marcas de agresiones. Tambi¨¦n se?alan que sufri¨® un deterioro de su salud mental por la presi¨®n que sufr¨ªa de sus explotadores y ¡°por parte del entorno¡±.

Durante su primer a?o en Espa?a, seg¨²n el relato de los hechos recabados por Women¡¯s Link, viajaba cada tres meses a Ruman¨ªa para ver a sus hijos y poner en regla sus documentos administrativos. Tras su detenci¨®n por estar en situaci¨®n irregular, se le inco¨® un expediente de expulsi¨®n y no pudo volver a viajar. No volvi¨® a ver a sus hijos. ¡°La situaci¨®n de la se?ora Ochisor, y en concreto la violencia que la misma sufri¨® como v¨ªctima de trata de seres humanos fue objeto de diversas investigaciones judiciales, todas archivadas por la falta de voluntad de los cuerpos policiales y judiciales de llevar a cabo una investigaci¨®n comprehensiva¡±, se?ala la ONG en su denuncia. Adem¨¢s de que los distintos cuerpos policiales conoc¨ªan su situaci¨®n casi desde su llegada a Espa?a, el Ayuntamiento de Barcelona envi¨® en 2015 un informe a la Fiscal¨ªa Provincial de Barcelona en el que denunciaba que la situaci¨®n de Lilia era compatible con ¡°una fuerte explotaci¨®n/coacci¨®n¡±, seg¨²n la denuncia. ¡°Su deterioro mental y personal durante todo este tiempo cada vez es m¨¢s acuciado y preocupante¡±.

Se?alan adem¨¢s que hubo hasta tres reuniones entre 2016 y 2018, entre el Ayuntamiento, las organizaciones que trabajaban con la mujer, la fiscal¨ªa de extranjer¨ªa y los tres cuerpos policiales para hablar de su situaci¨®n. En una nota de la Guardia Urbana subrayaban su deterioro ¡°progresivo y constante¡± y sus horarios ¡°intempestivos, comenzando a la ma?ana y acabando a la madrugada, siempre en solitario, ofreci¨¦ndose a todos los hombres que pasan a su lado¡±.

El Ayuntamiento propuso que se regulara su situaci¨®n administrativa para una ¡°intervenci¨®n profunda e integral¡±. En 2017, de hecho, formaliz¨® esta petici¨®n ante la oficina de extranjer¨ªa de Barcelona, dependiente de la Subdelegaci¨®n del Gobierno. El Consistorio alert¨® del ¡°riesgo extremo para su vida e integridad f¨ªsica¡± y solicit¨® medidas de protecci¨®n ¡°de manera inmediata¡±. Seg¨²n Women¡¯s Link, la Fiscal¨ªa archiv¨® la investigaci¨®n en julio de 2018. Su papel, denuncia la ONG, ¡°fue absolutamente pasivo y carente de iniciativa¡±.

En septiembre de 2018, seis meses antes de morir, Lilia Ochisor se qued¨® sin casa. Dorm¨ªa en los bancos de Raval o con sus clientes, ¡°lo que la lleva a ofrecer servicios sexuales durante m¨¢s horas diarias y la expone a mucha m¨¢s violencia de todo tipo¡±. Solo com¨ªa una vez al d¨ªa. Una compa?era del Raval le ofreci¨® una habitaci¨®n en febrero de 2019. All¨ª, seg¨²n el testimonio de una testigo, estaba desangr¨¢ndose de una paliza d¨ªas antes de acabar finalmente ingresada en el Hospital del Mar, donde muri¨®.

Fue enterrada el 4 de junio de 2019 en Barcelona. El Ayuntamiento asumi¨® los costes del sepelio. Las organizaciones no han podido localizar a sus hijos. La sospecha de una de las testigos del caso es que su hija, que ya es mayor de edad, ejerce la prostituci¨®n en Rumania vigilada por la misma familia que explot¨® a su madre.