Qu¨¦ pasa si la violencia machista vuelve a ser lo que era antes de Ana Orantes
Espa?a avanz¨® en igualdad cuando identific¨® y dio nombre a la violencia de g¨¦nero. Diluirla como algo que ocurre dentro de la familia mina la evoluci¨®n legislativa, pol¨ªtica y jur¨ªdica de 25 a?os
Primero fue invisible y normal: las palizas y los gritos de los hombres a sus mujeres eran una cuesti¨®n privada, de puertas para adentro. En 1997, Ana Orantes se sent¨® en un plat¨® de televisi¨®n, abri¨® esas puertas y dej¨® salir los pu?etazos, los escupitajos, las amenazas, las ¨®rdenes, los abusos, los empujones y el p¨¢nico que hab¨ªa sufrido durante 40 a?os. Ella, sus tres hijas y sus cinco hijos. Jos¨¦ Parejo, su ya exmarido, la quem¨® viva 13 d¨ªas despu¨¦s de aquel relato y por aquel relato. Y tambi¨¦n aquel relato fue lo que despert¨® la conciencia social y el debate p¨²blico. Solo entonces, cuando cientos de miles de mujeres se vieron reconocidas en Orantes y en su historia, aquello comenz¨® a tener un nombre ¡ªviolencia¡ª y un apellido ¡ªdom¨¦stica¡ª, o dos ¡ªdom¨¦stica y familiar¡ª. Fue el primer paso de un recorrido que ya dura 25 a?os. En solo un cuarto de siglo, Espa?a se ha transformado en uno de los pa¨ªses m¨¢s igualitarios del mundo, con algunas de las leyes m¨¢s avanzadas y algunos de los mejores recursos para la prevenci¨®n de la violencia y la protecci¨®n de mujeres y menores. Intentar ahora volver a meterla en las casas y diluirla como algo que ocurre en la familia es revertir la evoluci¨®n legislativa, pol¨ªtica y jur¨ªdica de m¨¢s de dos d¨¦cadas.
Hace diez d¨ªas, el Partido Popular cerr¨® con Vox en Castilla y Le¨®n el primer Gobierno de coalici¨®n en Espa?a que incluye a la extrema derecha. Entre los puntos de ese acuerdo est¨¢ la creaci¨®n de una ley de violencia intrafamiliar que actualizar¨¢ ¡°la normativa vigente en materia de protecci¨®n para mejorar la atenci¨®n a las v¨ªctimas, especialmente cuando sean menores, mayores, mujeres, personas con discapacidad o personas vulnerables¡±. Ese d¨ªa, Alfonso Fern¨¢ndez Ma?ueco, el presidente popular de esa autonom¨ªa, habl¨® de ¡°mimar a quienes sufren violencia, todo tipo de violencia¡±.
Seis d¨ªas m¨¢s tarde, el pasado mi¨¦rcoles, otro cargo del PP, el consejero andaluz de Salud y Familias, Jes¨²s Aguirre, aludi¨® a esa posible normativa: ¡°La violencia de g¨¦nero es nada m¨¢s que la del hombre contra la de la mujer, mientras que la intrafamiliar enfoca hombre, mujer, hacia los mayores, hacia ni?os, de mujer hacia el hombre¡ Es m¨¢s demostrativa de la realidad de la sociedad¡±. Y el jueves, fue Alberto N¨²?ez Feij¨®o, presidente de Galicia y ¨²nico candidato a la presidencia del PP, quien refiri¨¦ndose a las palabras de Aguirre neg¨® la violencia vicaria, la que ejercen los padres sobre los hijos para hacer da?o a las madres: ¡°Hace un tiempo sufrimos un asesinato producido por un padre que, por un problema con su pareja, asesin¨® a sus dos hijas. Eso no es violencia machista, eso es violencia intrafamiliar¡±. Rectific¨® a las pocas horas en un tuit, pero ya lo hab¨ªa verbalizado en la rueda de prensa posterior al Consejo de la Xunta.
As¨ª es como en una semana el Partido Popular ha hecho suyo el discurso negacionista de Vox sobre la violencia machista. Aunque hayan pasado 27 a?os desde que la ONU, tras la Conferencia de Pek¨ªn, estableci¨® una violencia espec¨ªfica llamada ¡°contra las mujeres¡± y llam¨® a todos los pa¨ªses a tomar medidas para erradicarla; y casi dos d¨¦cadas desde que se aprobara en Espa?a la Ley contra la Violencia de G¨¦nero, en 2004 y entre aplausos, por unanimidad: en el panel luminoso de aquel d¨ªa en el Congreso hab¨ªa 320 s¨ªes y 320 votos emitidos, ning¨²n no, ninguna abstenci¨®n.
¡°Ahora algo cuestiona lo que damos por v¨¢lido porque lo es. Lo dicen los estudios, los datos y los an¨¢lisis no solo en Espa?a sino en todo el mundo, es un hecho. En esa idea contraria a la realidad no hay ninguna intenci¨®n de construir, sino de destruir¡±, declara Miguel Lorente, forense, exdelegado del Gobierno contra la Violencia de G¨¦nero, miembro ahora del Observatorio contra la violencia dom¨¦stica y de g¨¦nero y autor, entre otras publicaciones, de Mi marido me pega lo normal. Pero, ?qu¨¦ construy¨® la conceptualizaci¨®n de esa realidad y qu¨¦ puede destruir la negaci¨®n de la misma?
¡°Si te contagias de covid hoy, ?ir¨ªas a un m¨¦dico que niega la existencia del virus?¡±
Cuenta Lorente que cuando ¡°el conocimiento cient¨ªfico y las aportaciones feministas¡± hicieron a los expertos mirar hacia las caracter¨ªsticas espec¨ªficas de la violencia contra la mujer, fue cuando descubrieron las diferencias, ¡°y eso permiti¨® identificarla como lo que es¡±, explica, el resultado de una estructura que sostiene y alimenta la desigualdad, el patriarcado. Pero ¡°las violencias no se pueden estudiar por el resultado¡±, a?ade el profesor de Medicina Legal de la Universidad de Granada: ¡°Todas terminan en lesi¨®n f¨ªsica o psicol¨®gica y, en ¨²ltima instancia, en el asesinato. Para estudiarlas, lo importante es conocer el porqu¨¦ y el para qu¨¦ se usan, las motivaciones y los objetivos de los agresores¡±. En la violencia machista, el porqu¨¦ es la creencia de superioridad y por tanto de posesi¨®n, el para qu¨¦ es la sumisi¨®n, la motivaci¨®n es el deseo de control. Y el objetivo, la dominaci¨®n.
Olvidar eso, a?ade el experto, har¨ªa ¡°peligrar la respuesta en general que institucionalmente se le da a la violencia de g¨¦nero¡±. La respuesta institucional, en la pr¨¢ctica, es lo que ha permitido la evoluci¨®n frente a ella: desde el propio nombre, el reconocimiento oficial, a todos los medios legales, jur¨ªdicos, humanos y econ¨®micos destinados a erradicarla. ¡°Si con todo ello solo denuncian un 25% de las mujeres y el 80% de las asesinadas nunca lo hizo, imaginemos perder esa especificidad y la confianza que poco a poco hemos ido ganando para que las mujeres se sientan seguras. Ha costado y cuesta mucho todav¨ªa¡±, explica.
En 19 a?os de seguimiento desde el Observatorio contra la violencia de g¨¦nero y dom¨¦stica del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ¡ªdel que Lorente forma parte como especialista¡ª, ¡°los homicidios han disminuido un 21,7%, hay 14 menos al a?o que cuando empez¨® la ley integral¡±. Se va a la pandemia para poner un ejemplo: ¡°Si te contagias de covid hoy, ?ir¨ªas a un m¨¦dico que niega la existencia del virus? Si de repente tienes que denunciar violencia machista y te dicen que las instituciones que tienen que protegerte est¨¢n gestionadas por gente que no cree en ella, lo m¨¢s probable es que no vayas¡±.
?ngeles Carmona, la actual presidenta de ese observatorio, recuerda que el concepto de violencia de g¨¦nero est¨¢ ¡°plasmado en el Convenio de Estambul (2011) que fue ratificado por Espa?a (en 2014) y que tiene su reflejo en el Pacto de Estado contra la Violencia Machista firmado en 2017¡å. Fue un acuerdo hist¨®rico entre todos los grupos pol¨ªticos, durante el pen¨²ltimo a?o de gobierno de Mariano Rajoy. Desde el punto de vista jur¨ªdico, sigue Carmona, la introducci¨®n de ese concepto recogido en la legislaci¨®n ¡°es visible y se aplica por los ¨®rganos judiciales¡±.
Se refiere Carmona a la perspectiva de g¨¦nero con la que se insta a proceder a los miembros de la justicia y en la que se ha avanzado, sobre todo, en los ¨²ltimos siete a?os. Pone ejemplos concretos del Tribunal Supremo: ¡°En el ¨¢mbito de la violencia machista, han definido como`escenario del miedo` la situaci¨®n que viven las mujeres y sus hijos e hijas en los casos de maltrato habitual y han constatado la especial crueldad de las acciones perpetradas por el maltratador. Y se ha acordado la aplicaci¨®n de la agravante de g¨¦nero a los casos de violencia sobre la mujer fuera de la pareja¡±. Y los progresos no se han limitado al reconocimiento de la violencia contra las mujeres dentro y fuera de las relaciones. Lleg¨® a los menores, a sus hijos e hijas.
La especial protecci¨®n de los menores que conllev¨® la especial protecci¨®n de las mujeres
¡°La introducci¨®n en el a?o 2015, en el art¨ªculo 1 de la Ley Org¨¢nica 1/2004, de los menores como v¨ªctimas directas de la violencia g¨¦nero, as¨ª como la aprobaci¨®n de la Ley de protecci¨®n integral a la infancia y a la adolescencia, ha implicado una mayor protecci¨®n de los menores frente a la violencia machista que sufren sus madres. De hecho, la ¨²ltima estad¨ªstica elaborada por el CGPJ refleja un incremento de las medidas de protecci¨®n de los menores en un 137% en 2021¡å, a?ade Carmona.
Recoge la ¡°importancia¡± de ese cambio Marisa Soleto, jurista, directora de la Fundaci¨®n Mujeres desde 2001 y miembro del Observatorio Estatal contra la Violencia de G¨¦nero desde hace 16 a?os: ¡°Lo que se dice en ese contexto de guerra cultural que ha iniciado la ultraderecha contra los derechos de las mujeres, que la violencia contra las mujeres funciona en dem¨¦rito de la protecci¨®n de otros miembros de la familia, en realidad ha sido al rev¨¦s¡±. Explica que ¡°gracias a la denuncia de la violencia de g¨¦nero y a medir c¨®mo la justicia no sab¨ªa responder y proteger a las mujeres que estaban sufriendo¡±, se dieron cuenta de que no solo eran ellas quienes necesitan una protecci¨®n reforzada.
A todo lo anterior dio respuesta el articulo 173 del C¨®digo Penal, ¡°que hace que el delito de maltrato habitual tenga para las mujeres una especial protecci¨®n, y para cualquier miembro de la familia que sufra violencia en un contexto de abuso de autoridad en las relaciones familiares, eso incluye personas mayores y ni?os¡±. Y recuerda Soleto que ¡°quien est¨¢ poniendo en duda que la violencia contra las madres sea un factor de riesgo contra los hijos acaba provocando que se pongan en duda las medidas de protecci¨®n respecto de la violencia vicaria para los menores¡±.
Dice tambi¨¦n la jurista que ¡°poner a competir estos dos conceptos a lo ¨²nico que puede llevar es a valorar casos desde un punto de vista confuso que solo va a perjudicar a la protecci¨®n de las v¨ªctimas¡±. En ese caos de conceptos que pretende la ultraderecha, y al que ahora parece sumarse la derecha, Miguel Lorente cree que hay una ¨²nica finalidad: ¡°No quieren que se hable de violencia intrafamiliar, sino que no se hable de violencia de g¨¦nero, porque lo que est¨¢ en cuesti¨®n no es la violencia en s¨ª, sino la estructura que la produce y la sostiene¡±.
La violencia ¡°no se puede cuestionar¡±. El forense se refiere a lo palpable ¡ªlos juzgados y las fiscal¨ªas especializadas, las leyes y la jurisprudencia, el sistema VioG¨¦n para seguimiento de las v¨ªctimas, las Unidades de Valoraci¨®n Forense Integral¡ª, y a las cifras, y solo son las oficiales.
1.133 asesinadas desde 2003, por ser mujeres; 342 hu¨¦rfanos desde 2013 y 46 asesinados por violencia vicaria; 120.813 denuncias por violencia machista el pasado a?o, con la perspectiva de que solo denuncia una de cada cuatro; o los 45 ataques sexuales que se calculan por hora, cada d¨ªa, en Espa?a. ¡°Est¨¢ ah¨ª¡±, concluye Lorente, ¡°?qui¨¦n la puede negar?, habla sola¡±.
Violencia de g¨¦nero, vicaria e intrafamiliar o dom¨¦stica
La violencia machista es la que se ejerce sobre la mujer por serlo. Tiene unas características específicas que tienen que ver con el rol de dominación del hombre sobre la mujer y el deseo de control sobre esta, su sumisión. Todo su desarrollo está recogido en la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género.
La violencia vicaria es la que los padres ejercen contra los hijos e hijas con el propósito de hacer el daño más extremo que pueden ejercer sobre la mujer: herir o asesinar a sus hijos e hijas. La Ley orgánica de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia, de 2021, introdujo un cambio a la Ley Integral contra la Violencia de Género de 2004, recogiendo esta violencia de forma explícita: "La violencia que con el objetivo de causar perjuicio o daño a las mujeres se ejerza sobre sus familiares o allegados menores de edad por parte de los que sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad".
La violencia doméstica, la intrafamiliar de la que habla Vox como única violencia, es la que se da en las casas, en el hogar. E incluye todas las violencias que se ejercen sobre cualquier miembro de la familia o conviviente, aunque no les unan lazos familiares. Lo recoge y lo engloba todo el Código Penal en dos artículos, el 153 y 173.
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