Solas, sin papeles, sin recursos: as¨ª eran las seis jornaleras que denunciaron a un capataz por violaci¨®n en Cartagena
El acusado en uno de los casos m¨¢s sonados de agresiones sexuales a trabajadoras agrarias se enfrenta a penas que suman 95 a?os de c¨¢rcel
En septiembre de 2020 seis mujeres denunciaron al hombre que actuaba como intermediario busc¨¢ndoles trabajos en el campo en Cartagena (Murcia) y traslad¨¢ndolas hasta las fincas donde se ganaban el jornal. Lo acusaban de haberlas violado en repetidas ocasiones. El hombre, en prisi¨®n provisional desde entonces, se sienta esta semana en el banquillo y se enfrenta a penas que suman 95 a?os de c¨¢rcel.
El acusado, Minoune Zouhir, nacido en Marruecos en 1961 y residente en Espa?a desde 1989, eligi¨® bien a sus v¨ªctimas: todas son de nacionalidad marroqu¨ª, estaban en Espa?a solas, no ten¨ªan papeles, no hablaban espa?ol, apenas sab¨ªan leer o escribir en su propio idioma y no ten¨ªan ning¨²n recurso econ¨®mico. Eran las m¨¢s vulnerables dentro de un sector, el de los trabajadores agr¨ªcolas, ya de por s¨ª precario. Seg¨²n el relato del Ministerio Fiscal, antes y despu¨¦s de las violaciones, Zouhir las amenazaba con que denunciar¨ªa su situaci¨®n irregular para que las expulsaran de Espa?a o con que no volver¨ªan a tener trabajo si contaban lo ocurrido o si no segu¨ªan manteniendo relaciones sexuales con ¨¦l.
Para Mar¨ªa Jos¨¦ Bl¨¢zquez, responsable del ¨¢rea de Mujer en la Federaci¨®n de Industria de Comisiones Obreras en la Regi¨®n de Murcia, este es el caso ¡°m¨¢s flagrante¡± de agresiones sexuales a trabajadoras agrarias de los ¨²ltimos a?os, solo igualado por el de otro grupo de temporeras marroqu¨ªes que denunciaron a su capataz en Huelva en 2018.
Habla con conocimiento de causa, ya que el sindicato fue clave para arrancar la investigaci¨®n contra Zouhir: dos de las v¨ªctimas acudieron a una colaboradora de esa organizaci¨®n y le contaron los abusos, y el propio sindicato fue el que acudi¨® a la Guardia Civil. Y es que, aunque los casos de acoso sexual, tocamientos, insinuaciones obscenas, propuestas sexuales y tratos vejatorios hacia las temporeras son un secreto a voces, asegura Bl¨¢zquez, son muy pocas las que se atreven a ponerlo en conocimiento de la justicia. ¡°Puede haber un rumor, comentar entre compa?eras. Pero las que lo sufren, muy rara vez lo cuentan. Es para ellas una situaci¨®n no solo dolorosa, tambi¨¦n vergonzosa y humillante. Tienen miedo de perder el trabajo, de represalias. Lo peor de todo es que, en muchos casos, esas actitudes de los superiores se han normalizado¡±, lamenta.
A ello se suma el miedo a ser repudiadas por sus propias familias, la sensaci¨®n de que nadie las va a creer, la dificultad de enfrentarse a un proceso judicial en un pa¨ªs ajeno, sin recursos, sin trabajo, sin apoyos. Y los antecedentes poco halag¨¹e?os: el caso de Huelva fue archivado, aunque est¨¢ recurrido en la Audiencia Provincial. En la propia Regi¨®n de Murcia, el pasado mes de agosto, un empresario agr¨ªcola lleg¨® a un acuerdo de conformidad con la mujer a la que reconoci¨® haber violado, consiguiendo as¨ª esquivar la c¨¢rcel. Este caso gener¨® una gran conmoci¨®n social y revuelo medi¨¢tico y judicial y motiv¨® que la Fiscal¨ªa iniciara los trabajos para defender que las declaraciones de las v¨ªctimas de agresiones sexuales en la fase de investigaci¨®n puedan considerarse ¡°prueba preconstituida¡± para evitar que tengan que volver a declarar en el juicio oral.
No ha sido as¨ª en esta ocasi¨®n. Las seis mujeres, de entre 29 y 49 a?os de edad, han declarado en la Audiencia Provincial de Murcia a puerta cerrada. Seg¨²n el relato de la fiscal, Zohuir las llevaba a una finca donde ten¨ªa un peque?o huerto y algunos animales ofreci¨¦ndoles trabajo y, una vez all¨ª, las violaba. Una conducta que repiti¨® varias veces con cada una de ellas. Uno de los guardias civiles que particip¨® en la investigaci¨®n y que ha comparecido como testigo ha explicado que la detenci¨®n de Zohuir se precipit¨® cuando el 26 de septiembre de 2020 recibieron el aviso de que el hombre pod¨ªa estar cometiendo una agresi¨®n en esa finca. Lo detuvieron cuando se dispon¨ªa a salir de ella con su coche. La mujer, una de las seis denunciantes, estaba todav¨ªa dentro.
En su declaraci¨®n ante el juez, el acusado ha negado todos los hechos. Seg¨²n su versi¨®n, solo en dos ocasiones hab¨ªa contratado ¨¦l mismo a estas mujeres: a dos de ellas para trasladar trigo a una habitaci¨®n, y a una tercera, el d¨ªa de la detenci¨®n, para arrancar malas hierbas. Las otras v¨ªctimas, ha reconocido, estuvieron en esa finca, pero no trabajando para ¨¦l, sino de paso, cuando las trasladaba de regreso de otras explotaciones. ?l paraba para dar de comer a sus animales y ellas, mientras, recog¨ªan alguna verdura para su propio consumo. Nunca estuvo solo con ellas, ni mantuvo relaciones con ninguna. En su opini¨®n, una de las v¨ªctimas lo denunci¨® ¡°por venganza¡± despu¨¦s de haber perdido un trabajo y, junto con otra de ellas, le tendi¨® una trampa para que fuera detenido. Ser¨¢ el juez quien determine si esa declaraci¨®n se sostiene una vez que finalice la vista oral. Est¨¢ previsto que el caso quede visto para sentencia este jueves.
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