Pa¨ªses Bajos se lanza a producir el cannabis de los ¡®coffeeshops¡¯ para frenar el mercado negro y la inseguridad en la calle
Un ensayo prev¨¦ que se sirva la droga a partir de diciembre en locales de Breda y Tilburg. Desde 2024, y durante cuatro a?os, se incorporar¨¢n hasta 10 ciudades y el Gobierno decidir¨¢ si se regula a escala nacional
El Gobierno de Pa¨ªses Bajos ha autorizado por primera vez un experimento para comprobar si cabe legalizar el cultivo, distribuci¨®n y venta de cannabis. Trata de frenar con ello los problemas de seguridad generados por la pol¨ªtica de tolerancia con el consumo de hach¨ªs y marihuana iniciada en 1976. El control de la producci¨®n de la droga figura en los programas electorales de la mayor¨ªa de los partidos con representaci¨®n parlamentaria. De ah¨ª que, a partir de mediados de diciembre, dos proveedores vayan a surtir de cannabis cultivado legalmente a una veintena de coffeeshops, los locales donde est¨¢ permitido, situados en las ciudades de Tilburg y Breda. Para 2024, se prev¨¦ que 10 productores abastezcan a una decena de poblaciones en un ensayo que se prolongar¨¢ cuatro a?os.
El ensayo es un intento de vigilar la calidad del producto que llega al consumidor frenando, al mismo tiempo, las redes criminales que lo dominan. La producci¨®n y venta de drogas blandas, as¨ª calificadas por la Ley del Opio, es un delito en Pa¨ªses Bajos. En los a?os setenta, sin embargo, el legislador pens¨® que permitiendo el consumo de marihuana en los coffeeshops ¡ªhoy son 570 repartidos en 102 de los 345 municipios del pa¨ªs¡ª evitar¨ªa el tr¨¢fico en la calle. En ese momento, el cannabis llegaba ilegalmente sobre todo de Paquist¨¢n, Afganist¨¢n y L¨ªbano. El resultado de la pol¨ªtica aplicada a los coffeeshops es parad¨®jico: los mayores de edad acceden sin problemas por la puerta principal; por la de atr¨¢s, sus due?os compran la droga a sujetos que operan en circuitos delictivos. En los a?os noventa, Marruecos pas¨® a dominar el mercado europeo. Ahora aparecen tambi¨¦n en la lista de exportadores Ir¨¢n, Albania y¡ Pa¨ªses Bajos, seg¨²n datos de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), citadas en un informe de la polic¨ªa holandesa publicado en 2021.
?Qu¨¦ ocurri¨® en los noventa? La respuesta est¨¢ en la innovaci¨®n aplicada a la horticultura, que facilit¨® el cultivo ilegal del cannabis en Pa¨ªses Bajos. Es la denominada nederwiet (hierba holandesa) que propici¨® un crecimiento exponencial del mercado. La polic¨ªa holandesa desmantela las plantaciones locales, pero la droga es muy apreciada en el extranjero ¡°por su calidad y por el alto grado de tetrahidrocannabinol (THC), principal constituyente psicoactivo del cannabis¡±, seg¨²n el mismo estudio policial. En otro de sus apartados, indica que ¡°aproximadamente entre 53 y 924 toneladas son vendidas al extranjero¡±. El c¨¢lculo es de 2014 y est¨¢ hecho por el Centro de Investigaci¨®n y Documentaci¨®n del Ministerio de Justicia. Es el m¨¢s reciente.
¡°Hace 50 a?os no se pens¨® en los problemas acarreados por ?la puerta de atr¨¢s? del suministro de los coffeeshops. Es hora de crear una cadena cerrada que vaya del suministrador al consumidor sin depender de redes criminales¡±, explica a EL PA?S Paul Depla, alcalde socialdem¨®crata de Breda, en conversaci¨®n telef¨®nica. El cliente holand¨¦s no sabe qu¨¦ contiene en realidad la marihuana vendida en su tierra porque la producci¨®n es ilegal y no se revisa. ¡°La salud p¨²blica est¨¢ en peligro¡±, afirma. ¡°Hay que ser realistas: el cannabis es consumido y los delincuentes siguen ah¨ª. No va a cambiar. Por eso es importante el control. Se trata de generar un producto nacional testado para evitar sustancias a?adidas y a precios competitivos¡±, asevera. De lograrlo, le parece que el usuario ¡°optar¨¢ por el cannabis regulado en lugar del ilegal y nos haremos fuertes contra los criminales¡±.
Si bien los coffeeshops no pueden almacenar m¨¢s de 500 gramos de droga en sus instalaciones, tanto la Fiscal¨ªa como la polic¨ªa holandesa saben que esa cantidad es insuficiente para atender a la clientela. Los propietarios acaban comprando m¨¢s, pero no pueden almacenarla en el propio establecimiento. Aunque la polic¨ªa no da detalles sobre este aspecto, no suele intervenir si no hay desordenes p¨²blicos y mientras los caf¨¦s est¨¦n a 250 metros de las escuelas, centros de esparcimiento para menores y locales para personas sin hogar o para adictos. Lo que est¨¢ ganando terreno es la venta de marihuana por Instagram, Telegram y WhatsApp, ¡°y en el mercadeo se juntan las drogas blandas y duras, cuando uno de los principales objetivos de la pol¨ªtica holandesa aplicada al consumo de cannabis era separarlas¡±, seg¨²n un estudio publicado en 2020 por el Centro para la Seguridad y la Prevenci¨®n de la Criminalidad, una fundaci¨®n independiente.
El Gobierno hace hincapi¨¦ en la necesidad de que los coffeeshops informen y adviertan de los riesgos del consumo. Margriet van Laar, experta del Instituto Trimbos, un organismo independiente especializado en adicciones, no espera un incremento llamativo, aunque reconoce que ¡°puede que la calidad o sabor del cannabis que ser¨¢ legal en estos cuatro a?os atraiga a nuevos usuarios, o aumente el consumo entre los que ya lo toman¡±. ¡°Lo veremos en la evaluaci¨®n del experimento¡±, escribe, en un mensaje por correo electr¨®nico. Apunta que tal vez los j¨®venes crean que la droga no es tan da?ina ¡°porque el Gobierno permite durante un tiempo su producci¨®n y venta¡±. ¡°Ese riesgo debe contrarrestarse con una mayor prevenci¨®n e informaci¨®n, sobre todo a escala local¡±, a?ade.
La posible legalizaci¨®n del cannabis va m¨¢s all¨¢ del debate holand¨¦s. Este agosto, el Gobierno de Alemania aprob¨® un plan para legalizar la posesi¨®n y consumo de hasta 25 gramos de cannabis, o bien tres plantas, para uso personal. Podr¨¢n adquirirse en clubes cann¨¢bicos con un m¨¢ximo de 500 miembros. La norma no ha sido sancionada a¨²n por el Parlamento y, por ahora, el ¨²nico cultivo y uso legal es por motivos m¨¦dicos. En 2013, Uruguay fue el primer pa¨ªs del mundo en regular el mercado del cannabis. M¨¦xico, Canad¨¢ y 16 estados de Estados Unidos permiten el uso recreativo. Lo mismo han hecho Georgia, Sud¨¢frica y Jamaica. En la Uni¨®n Europea, Portugal ha despenalizado el consumo de estupefacientes y en Malta es legal cultivar y consumir cannabis con fines recreativos. En Espa?a es posible el consumo privado y en clubes autorizados, y se penaliza en p¨²blico.
En Pa¨ªses Bajos, el ensayo se aprob¨® en 2017, pero ha sufrido retrasos desde entonces, y el Ayuntamiento de ?msterdam sopesa todav¨ªa sumarse con uno de sus distritos. De momento, los dos cultivadores suministrar¨¢n cannabis libre de metales pesados, pesticidas o aflatoxinas (causadas por hongos), a los coffeeshops de Tilburg y Breda, al sur del pa¨ªs. La prueba tendr¨¢ una duraci¨®n aproximada de seis meses y podr¨¢n vender tanto cannabis plantado legalmente como el que adquieran en el sector ilegal. Cuando haya m¨¢s proveedores listos para ofrecer la mercanc¨ªa cultivada legalmente ¡ªhacia el primer o segundo trimestre de 2024¡ª, habr¨¢ un periodo de transici¨®n de seis semanas. En ese lapso, los establecimientos de todas las ciudades participantes seguir¨¢n ofreciendo ambos tipos de hierba. Despu¨¦s, solo la regulada. ¡°El experimento debe durar cuatro a?os. Una vez evaluados sus resultados, la decisi¨®n sobre c¨®mo reglar la producci¨®n de cannabis depender¨¢ del nuevo Gobierno que surja de las elecciones¡±, se?alan fuentes del Ministerio de Sanidad.
Las cosechas de los dos proveedores con licencia hasta la fecha ser¨¢n analizadas en laboratorios, pero no se ha puesto l¨ªmite al contenido de THC. Lo mismo sucede con el cannabidiol (CBD), otra sustancia qu¨ªmica de la planta. ¡°Servimos lo que pide el mercado y ofertan los coffeeshops. Se habla del alto grado del THC del cannabis local, pero la realidad es que no hay demanda especial de ese tipo de cannabis considerado m¨¢s fuerte¡±, asegura, al tel¨¦fono, el cultivador que servir¨¢ a los caf¨¦s de Breda y Tilburg a partir del 15 de diciembre. Prefiere mantener su anonimato y el de su compa?¨ªa, y cree que no habr¨¢ problemas cuando se vayan sumando los dem¨¢s productores. ¡°Ha costado mucho tiempo que el Gobierno tomase esta decisi¨®n. Contamos con un sistema de alta tecnolog¨ªa sin pesticidas o aditivos, como exige el experimento. No son plantaciones precarias. Es cannabis org¨¢nico monitorizado para que la gente sepa lo que toma¡±.
Examen previo
Todos los cultivadores deben superar un riguroso examen previo para ver si tienen antecedentes penales, o bien si su empresa est¨¢ relacionada de alguna forma con redes delictivas. En total, cerca de 80 coffeeshops se sumar¨¢n al ensayo, y los proveedores tendr¨¢n que demostrar que pueden abarcar ese mercado. El control de calidad de las cosechas corre a cargo de la Autoridad holandesa para la Seguridad del Consumo y los Alimentos. Por su parte, el Servicio de Inspecci¨®n de Justicia y Seguridad supervisar¨¢ el suministro controlado de cannabis. En esta primera fase, durante los primeros seis meses, ¡°los coffeeshops de Breda y Tilburg podr¨¢n almacenar 500 gramos de marihuana cultivada legalmente, y otros 500 gramos de la adquirida a sus proveedores habituales¡±, explican fuentes de Sanidad. Y a?aden: ¡°Durante la etapa de transici¨®n de seis semanas, y despu¨¦s a lo largo del experimento completo, su dep¨®sito no deber¨¢ superar lo que necesiten para cubrir la demanda semanal de sus clientes¡±. Los alcaldes pueden decidir en cada caso si se impone un l¨ªmite m¨¢s bajo. El coste es un cap¨ªtulo aparte, ya que no se han establecido reglas oficiales. ¡°El cultivador y el due?o del establecimiento acordar¨¢n los precios de compra y venta. El Gobierno no interviene en este punto, aunque se seguir¨¢ la progresi¨®n para su estudio¡±, informan portavoces del Ministerio de Justicia. Ninguno de los cuatro caf¨¦s contactados por este peri¨®dico, en Breda y Tilburg, han atendido las llamadas para que explicaran su situaci¨®n.
Queda por definir un aspecto delicado del experimento: el transporte de la droga. Justicia puntualiza que ¡°la responsabilidad es del productor; ¨¦l deber¨¢ escoger la empresa y tipo de veh¨ªculo, con unos requisitos espec¨ªficos que no se hacen p¨²blicos, para que sean seguros¡±. El cultivador que prefiere no dar su nombre considera que la seguridad es ¡°como la de una joyer¨ªa o similar¡±. ¡°Hay que tener cuidado, pero no creo que haya dificultades¡±, apunta. El alcalde de Breda, la Fiscal¨ªa y la polic¨ªa conforman el tri¨¢ngulo de seguridad a escala local. Por otro lado, los ayuntamientos supervisar¨¢n, como es habitual, la labor de los coffeeshops. ¡°Desde que la agricultura holandesa consigui¨® cosechar cannabis ilegal, la discusi¨®n sobre el cultivo y venta es pol¨ªtica. Los alcaldes, de derecha e izquierda, de ciudades grandes y peque?as, saben que el sistema actual debe cambiar¡±, asegura Paul Depla.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.